Ciénaga
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Las Ciénagas son depósitos de aguas no corrientes (ecosistemas lénticos), con algún grado de conexión con el río, del cual depende la renovación de sus aguas e intercambio de materiales -sedimentos, solutos, coloides- y organismos -plancton, bentos, propágulos y plantas vasculares, juveniles y adultos de invertebrados y peces. Constituyen sitios de amortiguación de las crecientes, ya que almacenan agua de desborde y de lluvias durante la época de niveles máximos (potamofase) y la liberan a través de los caños durante la época de los mínimos niveles (limnofase). Igualmente, son fundamentales como sitios de alimentación, refugio y crecimiento de poblaciones de fauna, especialmente, peces. De acuerdo con la forma en que se conectan al río principal, se distinguen 4 tipos de ciénagas (Arias, 1985). En el tramo medio del Magdalena (POEM) se identifican las ciénagas Grande o Barbacoas (T2) y Maquencal (T1?) en la margen izquierda; Chiquita (T1), Río Viejo (T3), San Juan (T4) La Colorada (T4), Complejo cenagoso Chucurí-Aguas Negras (T2), El Opón (T3) y La Cira (T1), sobre la margen derecha al sur y muy próxima al casco urbano de Barrancabermeja.
Ciénagas en Cuba
Los pantanos y áreas cenagosas, cubren aproximadamente el 8,26 por ciento de la superficie de Cuba e Isla de la Juventud, por lo que es imprescindible considerar su aprovechamiento en los planes de desarrollo económico y ecológico del país. Esas zonas, con carácter permanente o estacional, pueden emplearse en la agricultura, previa desecación total o parcial y la regulación de su profundidad. Son ciénagas costeras como la de Batabanó, en La Habana, o interiores, como la Ciénaga de Lanier, en la Isla de la Juventud y las de Buey y Birama, asociadas al delta de la desembocadura del río Cauto, por sólo citar algunos ejemplos. La más notable y extensa de todas las existentes en el país es la Ciénaga de Zapata, en la provincia de Matanzas, hoy devenida Región Especial de Desarrollo Sostenible.