Félix Alpízar

Plantilla:Personaje históricoFélix Ernesto Alpizar. Mártir de la localidad de Bauta. Destacado luchador revolucionario contra la dictadura militar de Machado.

Síntesis Biográfica

Félix Ernesto Laurentino Alpizar Ituarte, “Tito”.Su padre fue Félix Alpizar Quijano y su madre era Caridad Ituarte Lainé. Fue bautizado en la Parroquia de Jesús del Monte y Quiroga el 10 de Octubre según Folio 61 del “Libro 4” número 178 por el prebístero Manuel Menéndez Suárez el 27 de Junio del 1909. Los abuelos; Paternos: Félix y María de los Ángeles, de Hoyo Colorado y Guatao respectivamente. Maternos: Hermenegildo y Caridad, naturales de Barcelona, España y Matanzas en ese orden. Padrinos: Abuelo materno y abuela paterna. Se tomó por los autores la Fe de Bautismo Literal de la Iglesia Parroquial de Termino Jesús del Monte firmada y acuñada por el Párroco Luís Alberto Formoso Núñez el 23 de Octubre del 2007, que mostraremos más adelante.

La mamá de Félix Ernesto era maestra en Corralillo, Bauta, donde conoció a su padre y de esta unión nació este el 3 de Junio del 1909. Caridad era de Lawton, lugar en que inscribió al niño que había nacido en el Barrio bautense donde ella trabajaba y vivía.
En una Escuela de Guanabacoa, se ofrece el dato de nacimiento de Félix Ernesto como: 3 de Junio del 1909, y lo dan como nacido en “Atares”, La Habana.

La madre de Félix Ernesto daba canastillas a las vecinas parturientas de Corralillo que parieran en la misma fecha del natalicio de este. La Escuela donde ella trabajaba en Corralillo quedaba al Norte de la bodega de la salida del pueblo hacia San Pedro, todavía vigente. Allí daba clases de cuarto a sexto grado. La Escuela era de madera, de techo de tejas y piso de tablas. Caridad acostumbraba a llevar a su hijo en un cochecito para poder dar clases.
Posteriormente radicó la familia en Bauta, en 251 esq. 156, donde hoy está una Iglesia. Antes existió allí un recinto y luego fue vivienda de Larrazabal, un médico bautense. Esa casa tuvo un pino inmenso que fue sembrado en el Parque Central de La Habana. Terminó Tito la primaria en Bauta y ya en la Universidad de La Habana estudió Medicina Veterinaria, sumándose rápidamente a la lucha del estudiantado contra Machado dentro de las filas del Directorio Estudiantil.

Entrevista a Caridad (madre del Mártir)

Debido a las tantas versiones que hemos encontrado en relación con la muerte de Tito, brindamos la entrevista que concediera la mamá de este, Caridad, a la revista Bohemia que aparece el 1 de Octubre del 1933. En ella participó la novia de Félix Ernesto, Aurora Delgado. De la entrevista se destaca: Al ser asesinado su amigo y compañero de lucha Rafael Trejo, Félix E. acusó al Capitán Calvo, de la Policía de La Habana, ante el juez Saladrigas. Desde entonces en las Jefaturas de la Policía Nacional, y la Ciudad, apareció un Pliego ofreciendo $500 pesos por su captura vivo o muerto. Este Bando fue ordenado por el propio Capitán. Por esta razón Félix E. vivía clandestino en San Nicolás 70.

El 19 de Diciembre, Tito se le había escapado al “experto” de la policía Olave, quien sabía por una delación que este visitaba una casa de huéspedes en San Rafael y Manrique, donde vivía la familia de la señorita Nena Quintana, amiga de Félix E. Al saber que Olave avanzaba por la escalera, Tito saltó por la ventana del segundo piso donde estaba el apartamento, hacia la azotea del primer piso, logrando burlar a Olave, que quedó en ridículo.

El 21 de Diciembre del 1931 fue el último encuentro con sus padres, quienes lo acompañaron hasta la esquina de San Nicolás y Neptuno, donde tomó un tranvía en dirección a 23 y B, Vedado, hacia el lugar en que vivía su amigo Silvio Martell, que tenía a una hermana - amiga de Félix E. - enferma. Olave tenía información de que Tito visitaba el lugar y conminó al Dr. Ortiz Casanova, vecino de los Martell a dejarlo vigilar desde su morada la casa de estos, so pretexto de que se le quería hacer un atentado al mismo Ortiz. Desde allí Olave descubrió a Félix E..

Saliendo de la casa de los Martell, el esbirro ataca a tiros a Félix E. hiriéndolo en la ingle, testículos y el brazo derecho, pero este pudo disparar contra el esbirro, logrando impactos que le provocaron la muerte. De momento perdió el arma Tito, pero con la mano izquierda rescató esta que quedó en mal estado al caer, por lo que no pudo disparar más. Herido, Félix E. logra coger una máquina que es perseguida por carros policiales. Se baja y toma un ómnibus cuyo chofer acelera la velocidad al ver el sangramiento de este, pero en la guagua iba un machadista que indicó al mismo que tenía que bajar al herido o sería denunciado por apoyar al revolucionario. Por esta razón Alpizar bajó de la guagua en 23 y L, internándose en un Hospital Materno cercano donde trabajaba un primo que era un doctor de su mismo apellido: Alpizar. Este lo curó, pero temeroso le dijo que debía seguir camino. Desde el hospital, Tito llamó a sus compañeros del Directorio Estudiantil Universitario (DEU), y llegaron “Maco” Cancio con “Polo” Miranda en un auto. Félix los convenció de ir manejando él, mientras les decía jocosamente: -“Estoy fulastre, no sirvo para nada”. Lograron llegar hasta 23 y J donde fueron interceptados por los expertos de la policía Balmaceda, Méndez, Castaño y Le Blanc. Ya el Coronel Carrerá, Jefe de la Policía en La Habana, había movilizado a todo su cuerpo en busca de Alpizar. Al lugar llegó el propio Capitán Calvo, y los esbirros Betancourt, Vaquero y Castro; luego se les sumaron Loynaz del Castillo, con Vasallo, su chofer. Carrerá, Souto y Peláez decidieron enviar al capturado a “Atarés”, donde estaba el sanguinario Capitán Crespo. Del traslado se ocuparon Balmaceda, Le Blanc, Méndez y Castaño.

Antes de seguir, quisiéramos explicar el tratamiento que se les daba a los prisioneros cuando se les trasladaba al “Castillo de Atarés”, devenido hogar del Escuadrón 5, que prestaba servicios a la “Guarnición del Palacio Presidencial” desde que Machado tomó el poder. El Capitán Crespo, era el “Jefe” de esa Guarnición que se ocupaba de otras actividades criminales secretas ordenadas por el “Asno con garras”. Para esto, Crespo tenía a sus acólitos, como los sargentos Agüero y Rodríguez, al cabo Hernández, y los alistados Pastor Leiva y Borroto. El traslado generalmente era en la ambulancia de Atarés, parecida a una carroza fúnebre, a la que cerraban cualquier ventanilla o posible lugar que permitiera ver adonde se iba. El traslado se hacía de noche, con los presos esposados con las manos detrás de la espalda. Iba con ellos el sargento M. A. Rodríguez y dos soldados. Recogían a Crespo y seguían a “Atarés”. Una vez allí, se mandaba a retirar a los soldados, clases y alistados que no eran de la gavilla de Crespo, para proceder a torturar a los prisioneros, que según fuera el caso y las ordenes que se dieran de “arriba”, pudieran ser ultimados o no. En caso de estar en el listado fatal, se les llevaba a donde se encontraba un monumento a Narciso López, venezolano que luchó por la anexión de Cuba a E.U.A contra España. Allí, en las faldas de las lomas que bordean “Atares”, ponían a las victimas frente al obelisco y mientras Crespo les decía atrocidades, por detrás venía Borroto o Leiva y con un tubo les golpeaban la cabeza o la cara, dándoseles el tiro de gracia por el propio Crespo. Con antelación, ya se habían abierto las fosas en la caballeriza para enterrar a los infortunados, como lo fueron Félix E., Margarito Iglesias - líder portuario -, José Domingo Machado, el líder obrero Alfredo López, el sargento Miguel A. Hernández, y otros.

Según la Bohemia del 29 de Octubre del 1933, a las 11 de la noche del 21 de Diciembre del 1931, se trajo por el mulato Balmaceda y otro experto a Félix E. hasta “Atarés”. Venía muy herido. Carrerá y Calvo habían dado la orden de matarlo, pero el Capitán Crespo se enfureció porque, según él, no recibía ordenes de otra persona que no fuera el General Herrera o la máxima autoridad del país. Llamó Crespo a su General a las 2 de la mañana y recibió el beneplácito para la ejecución, que se desarrolló - como establecido en “Atarés” - tirando el cadáver de Alpizar en la tercera fosa abierta. Se cuenta que el tiro de gracia lo dio el mismo Carrerá, que decía querer darse ese gusto. De ser así, fijamos la muerte de nuestro mártir en la madrugada del22 de Diciembre, no del 21 como se afirma. Años después, el excapitán Manuel Crespo Moreno, que había huido de Cuba al caer Machado del cual era Jefe de Escolta, declaró, según la Bohemia del 25 de Marzo del 1934, que Félix E. había llegado a Atarés en un Dodge Brothers acompañado por los expertos Balmaceda, Peñate y otros. Que estaba ya muerto y descompuesto por lo que lo enterró luego de aburrirse de llamar al Dr. Octavio Zubizarreta, Secretario de Gobernación para determinar qué hacer. De esta forma quería “limpiarse” Crespo de uno de sus tantos crímenes.

Muerte

Sabiendo de la desaparición de Félix E., Caridad - su mamá - pidió al Capitán Calvo que le entregara su cadáver, pero el cinismo del esbirro era tal, que le dijo a la madre del mártir que seguro este estaba preso en algún lado y que como él era su amigo, no dejaría que lo mataran…La madre siguió sus indagaciones acompañada de amigas de su hijo que eran estudiantes. Habló con oficiales como Trujillo y hasta con el Coronel Rasco, de la “Comandancia Militar”. Este último la agredió de palabra diciendo que Félix E. había asesinado al experto Olave. Ante tal acusación, Caridad se le abalanzó al cuello del oficial mientras le gritaba en su cara lo que se merecía. Las amigas a duras penas lograron sacarla.

A los ocho días de asesinado Félix E., un nutrido grupo de militares con el experto Betancourt al frente, allanan la casa de la familia Alpizar Ituarte, deteniendo a varias jóvenes de visita en la misma, como Silvia Shelton -destacada estudiante revolucionaria  Consuelo Trejo y la señora de Barceló.

Veinte meses se mantuvo Caridad buscando el paradero del cadáver de su hijo, hasta que en una reconstrucción de las caballerizas de Atarés, descubrieron las fosas con cadáveres. Los estudiantes Garzón Machado y Humberto Sánchez Osorio, dirigieron la excavación y exhumación de los restos. Partes del cráneo de Félix E., no coincidían con un pedazo de mandíbula de este. Al parecer, los esbirros de Atarés con el ánimo de entorpecer la investigación, trocaron de lugar los huesos de los muertos. Se dice que fue reconocido su cuerpo atendiendo a la configuración de la dentadura, por un dentista amigo de Alpizar que lo trataba en su consultorio.

Fuentes

Ing. Ríos González, Omar Dr. Ordaz Callejón, Eduardo. 2008. Catauro bautense