Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos
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El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos: conocido internacionalmente por las siglas (ICAIC).
De inmediato, la nueva institución se entregó al cumplimiento de dos ambiciosos objetivos:
- Crear una cinematografía nacional.
- Promover la creación de un público cinematográfico más informado y culto.
Sumario
Historia del ICAIC
El ICAIC fue fundado en Marzo de 1959, apenas tres meses después del triunfo revolucionario del Primero de Enero. En la ley que estipulaba su creación (la primera en el orden cultural que dictaba el gobierno de Fidel Castro) se calificaba al cine como «el más poderoso y sugestivo medio de expresión artística y el más directo y extendido vehículo de educación y popularización de las ideas», lo cual evidencia el interés político y educativo que dominó su fundación.Algunos hitos dentro del mundo cultural cubano prerrevolucionario sirvieron de antecedentes para la creación de una institución de fomento del cine nacional: el Cine Club de La Habana, la labor educativa de José Manuel Valdés Rodríguez, el Cine Club Católico, y el quehacer de empresarios como Mario Barral y de cineastas como Ramón Peón García. Pero, indudablemente, la institución más influyente en este sentido fue la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, de la que formaban parte artistas e intelectuales de filiación comunista, muchos de los cuales pasarían a integrar la membresía del ICAIC (como Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinosa). El objetivo declarado de la fundación del ICAIC radicó, pues, en la creación de una cinematografía nacional, opuesta a la norma hollywoodense, y el empeño en formar un gran público, competente en materia de cine.
Archivo:Instituto Cubano del Arte e Industria rrCinematográficos (ICAIC)..JPG
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El documental Newsreel 49, de apenas un minuto de duración, fue la primera producción del ICAIC, que contó en un principio con cuatro departamentos fundamentales: cine didáctico, documental, de ficción y dibujos animados. A partir de ese momento, el ICAIC ha sido, si no la única, la más importante institución de producción cinematográfica, por lo que su historia se confunde con la del cine cubano de las últimas décadas.
El primer largometraje que produjo fue Historias de la Revolución, bajo la dirección de Tomás Gutiérrez Alea , realizador a quien se deben los títulos más sobresalientes de los años sesenta (Las doce sillas, La muerte de un burócrata y, sobre todo, Memorias del subdesarrollo), aunque deben mencionarse además otros títulos significativos como Aventuras de Juan Quinquín, de Julio García Espinosa; La primera carga al machete -inspirada en las guerras independentistas del Siglo XIX, de Manuel Octavio Gómez, y Manuela y Lucía, de Humberto Solás Borrego.
En 1960 ocurrió la primera exhibición del Noticiero ICAIC Latinoamericano, que, bajo la dirección del importante documentalista Santiago Álvarez, tuvo una frecuencia semanal durante los próximos veinte años; muchas ediciones de este poco convencional Noticiero, que se valía de vanguardistas técnicas de montaje, devinieron paradigmas dentro del cortometraje documental (Hanoi, martes 13; Now).
La década siguiente es especialmente significativa en cuanto a la importancia del ICAIC para la cultura cubana, ya que, a diferencia de otras instituciones culturales gubernamentales, no secundó la política errática de poner riendas al arte, en el período que la historiografía ha dado en llamar con la imprecisa designación de «Quinquenio Gris». Manifestación de ello es la producción de películas que reflejan algunos aspectos problemáticos de la realidad contemporánea, como Retrato de Teresa, de Pastor Vega; o De cierta manera, de Sara Gómez y, principalmente, la creación del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, donde fueron acogidos, bajo la dirección del compositor Leo Brouwer, exponentes de la llamada Nueva Trova como Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Noel Nicola y Sara González, e instrumentistas como Emiliano Salvador, Leonardo Acosta y Sergio Vitier. El Grupo de Experimentación Sonora, además de crear música para cine y realizar importantes experimentos acústicos, devino heterodoxa academia musical en la que se instruyeron algunos músicos que carecían de formación teórica, y a la postre supuso una renovación de la música cubana. También es notable, en ese período, la recurrencia del tema histórico o épico (La última cena y Una pelea cubana contra los demonios, de Tomás Gutiérrez Alea ; Páginas del Diario de José Martí, de José Massip; El hombre de Maisinicú, de Manuel Pérez; El brigadista, de Octavio Cortázar).
En los años ochenta, en cambio, predominaron los filmes destinados al gran público, aunque no renunciaran a una determinada preocupación estética o aun a la experimentación, como La bella del Alhambra, de Enrique Pineda Barnet, y las comedias de Juan Carlos Tabío Se permuta y Plaff o demasiado miedo a la vida. Otro aspecto digno de destacar en el período es la formación de los Grupos de Creación, dirigidos por Tomás Gutiérrez Alea , Manuel Pérez y Humberto Solás Borrego, que representó una revolución en la gestión fílmica, y supuso una descentralización de la producción y una mayor libertad artística.
La década siguiente de la historia del ICAIC comenzó signada por circunstancias externas: el derrumbe del Campo Socialista Europeo y la consecuente crisis económica por la que atravesó el país (conocida como Período Especial). Esa nueva situación provocó que decayera drásticamente la producción y se buscaran alternativas hasta el momento no exploradas para garantizar el financiamiento de la institución (coproducciones internacionales, servicios a filmes extranjeros), pese a lo cual se produjo un número importante de títulos, críticos en relación con el contexto político y económico en que surgieron, como Madagascar, de Fernando Pérez y, sobre todo, Fresa y chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío , que obtuvo la nominación a los Premios de la Academia de Hollywood en el año 1994. La relevancia del ICAIC, empero, no se limita al territorio cubano, pues ha sido referencia obligada para los cineastas latinoamericanos que intentan realizar obras de fuerte carga ideológica y afán testimonial, al margen de los sistemas de producción de sus respectivos países. De ahí que, tras los festivales de Viña del Mar, en 1967 y 1969, el ICAIC creara el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, lugar de encuentro e intercambio para realizadores de la talla de los brasileños Glauber Rocha y Nelson Pereira dos Santos, el chileno Miguel Littín, el boliviano Jorge Sanjinés y los argentinos Fernando Solanas y Octavio Getino.
Estructura directiva
El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, está compuesto en su directiva por los siguientes departamentos
- Presidencia
- Vicepresidencia
- Relaciones Internacionales
- Economía
- Creación Artística
- Representante de Realizadores
- Dirección de Trabajo
- Desarrollo Técnico
- Director Unidad de Producción
- Productora Internacional ICAIC
- Centro de Información
- Prensa
- Biblioteca
- Sala Técnica
- Cubacine
- Universo Audiovisual del niño y la niña latinoamericanos
- Estudios Fílmicos de Animación ICAIC
- Cinemateca de Cuba
- Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano
- Archivo Fílmico
- Estudios Fílmicos de Cubanacán
- Servicios Especializados de Video, Audio y Luces
- Proyecto 23
Instituciones que integran el (ICAIC)
- Cinemateca de Cuba
- Casa del Festival
- Archivo Fílmico
- Centro de Información Cinematográfica ICAIC
- Audiovisuales ICAIC, Producción-Distribución
- Estudios Fílmicos de Animación ICAIC
- Distribuidora Nacional ICAIC
- Estudios Fílmicos Cubanacán
- Estudios de Infografia
- Unidad de Atención a Establecimientos de Cine
Estudios de Animación ICAIC
Los Estudios de Animación ICAIC se fundaron en el año 1960 y desde entonces tienen una labor sistemática de intercambio con otras cinematografías del mundo, lo que le ha permitido desarrollar sus películas en diferentes temas y estilos. Estos Estudios poseen ya una amplia producción en largometrajes y cortos animados y ha alcanzado más de 70 premios internacionales en festivales de gran importancia, como Espinho, Cannes, Huelva, Nueva York y Moscú. Actualmente adquieren una nueva dimensión, abriéndose al mundo; con otras posibilidades en el espectro tecnológico y creativo; pues cuenta con modernas instalaciones y un equipamiento para asegurar el éxito en la creación del cine digital. El proceso de esta puesta en marcha nos convierte en una industria que en corto plazo alcanzará mayor competitividad.
Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC. (GESI).
Se formó en abril de 1969 bajo la dirección del guitarrista Leo Brouwer. Uno de los objetivos era componer música para películas cubanas. En el grupo se formaron jóvenes creadores como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, entre otros. La experiencia y los resultados de la labor del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC GESI forman parte ya de un mito de la historia de la música cubana del Siglo XX. Mito tangible y participante, generador de influencias fundamentales, escuela de artistas imprescindibles, fuente nutricia para la canción cubana y de otras latitudes, espacio de experimentación donde el compromiso aprendió a forjarse junto a categorías esenciales como la necesidad de la imaginación, la apertura de horizontes y el sentido colectivo de la creación artística.Enlaces
www.cubacine.cu
Fuentes
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