Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos

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Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
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Institución productora más importante del cine cubano.
Siglas o Acrónimo:ICAIC
Fundación:24 de marzo de 1959
Tipo de unidad:Institución cinematográfica
Ideología política:Socialista revolucionaria
País:Bandera de Cuba Cuba
Sede:Ciudad de La Habana
Dirección:Calle 23, no.1155, entre 10 y 12 , Vedado, Municipio de Plaza de la Revolución, La Habana. Cuba. CP: 10400.

Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Fue creado el 24 de marzo de 1959, a pocos días del triunfo de la Revolución Cubana, como expresión manifiesta del valor otorgado a la cultura artística y, más concretamente, al cine. Con de 65 años de trabajo, el ICAIC es la autoridad cinematográfica nacional y principal productora de largometrajes, documentales y animados en el país, manteniendo su cargo a través de la Cinemateca de Cuba, los Archivos Fílmicos, Festivales de cine, la promoción y distribución nacional e internacional del cine cubano, y la gestión cultural del cine. El ICAIC es una de las instituciones culturales de mayor prestigio artístico e intelectual en Cuba.

Historia

El 24 de marzo de 1959 se hizo pública la Ley No.169 del Consejo de Ministros del Gobierno Revolucionario de la República de Cuba, que crea el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos[1]. Dicha ley define el carácter, estrategia y propósitos que caracterizarían el futuro cine revolucionario, partiendo del presupuesto de que “el cine es un arte”. Firmada por Fidel Castro Ruz, en calidad de Primer Ministro y Armando Hart Dávalos, Ministro de Educación. La ley No 169 en su artículo primero, definía la finalidad de la Institución de "organizar, establecer y desarrollar la Industria Cinematográfica, atendiendo a criterios artísticos enmarcados en la tradición cultural cubana, y en los fines de la Revolución...". Su presidente fundador fue Alfredo Guevara.

Sede del ICAIC en la Habana

El marco de libertad creadora del ICAIC en los años sesenta, propició la formación y consolidación de cineastas y profesionales del cine. Nombres como el de Tomás Gutiérrez Alea (Titón), Humberto Solás, Santiago Álvarez y el Noticiero ICAIC Latinoamericano, entre otros, contribuyeron al prestigio que internacionalmente alcanzó el ICAIC desde los primeros años de fundado. Numerosos artistas e intelectuales del mundo visitaron Cuba y su Instituto de cine: Jean Paul Sartre, Simon de Beauvoir, Tony Richardson, Cesare Savattini, Mijail Kalatosov, Gerard Philipe, Serguei Urusevski, Román Karmen, Joris Ivens, Theodore Christensen, entre otros.

Además de poner en marcha la producción de un cine de ficción, documental y animación, el ICAIC dedicó grandes esfuerzos a exhibir obras de la cinematografía internacional con el objetivo de elevar los referentes culturales de espectadores y cinéfilos. Mediante el sistema de Unidades Móviles se llevó el cine a los lugares más intricados y distantes. Los equipos de proyección se llevaban en camiones, arrías de mulo y lanchas hasta los pueblos, caseríos y cayos, donde el público disfrutaba del espectáculo de forma gratuita. Este hecho inspiró al cineasta Octavio Cortázar, en 1967, la realización de uno de los documentales más importantes del cine cubano: Por primera vez.

Década 1960: Cinemateca de Cuba

En 1960 se crea la Cinemateca de Cuba que, además de las labores propias de cualquier cinemateca, a saber, investigación, publicaciones, servicio al público, etc, asumió bajo su protección todo el patrimonio fílmico nacional y extranjero existente en el país. Ese mismo año se funda el Noticiero ICAIC Latinoamericano, dirigido por Santiago Álvarez, concebido para una frecuencia semanal, de aproximadamente 10 min de duración y para ser exhibido antes de la película de estreno de la semana. También en 1960 surge la Revista Cine Cubano que actualmente continúa editándose. Esta publicación se desmarcó totalmente del estilo comercial de las que existían con anterioridad. En sus números, de frecuencia mensual, se debatía sobre el nuevo cine nacional y latinoamericano, y se exponía la nueva política cultural en el marco de un clima propicio para la creación y la polémica.

Con el objetivo de crear música para las producciones nacionales, fundamentalmente para el documental, en 1969 se funda el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, bajo la dirección del compositor e intérprete Leo Brouwer. Sus integrantes, excelentes músicos y compositores: Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Eduardo Ramos, Sara González, entre otros, se convirtieron con posterioridad, en los máximos exponentes de la Nueva Trova cubana.

Los años 60 son conocidos como la época dorada del cine cubano. Se hacen relevantes filmes como Historias de la Revolución (1960), Las doce sillas (1962), La muerte de un burócrata y Memorias del subdesarrollo (1968), de Gutiérrez Alea; Aventuras de Juan Quin Quin (1967), de Julio García Espinosa; Manuela (1966) y Lucía (1968), de Humberto Solás; y La primera carga al machete (1969) de Manuel Octavio Gómez.

Las características particulares de la realidad cubana por aquellos años fueron propicias para el nacimiento y desarrollo del género documental. Se creó la Enciclopedia Popular, con cortos didácticos que obedecían a la necesidad de instruir y capacitar al pueblo. En este período se hacen también obras documentales de irrefutable valor, que llegaron a ser mundialmente reconocidas. Nuevos presupuestos estéticos, devenidos búsquedas constates, llegaron a sentar pautas en lo que se llamó "la escuela documental cubana", al frente de la cual estuvo Santiago Álvarez, y a la que aportaron relevancia indiscutible los documentales de Octavio Cortázar, Nicolás Guillén Landrián, Oscar Valdés y Sara Gómez, entre otros.

La necesidad de exhibir y abrir un espacio de debate donde se teorice y se polemice sobre los problemas más acuciantes de la cinematografía latinoamericana, trajo consigo la creación del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en 1979, considerado el evento cinematográfico más importante del continente.

Década 1980

Durante al década de los 80, Alfredo Guevara pasa a cumplir funciones como embajador de Cuba en la UNESCO (Francia), y asume la presidencia del ICAIC Julio García Espinosa. Muchos de los realizadores de documentales y del Noticiero ICAIC Latinoamericano, pasaron a hacer cine de ficción. La comedia predomina como género en las producciones fílmicas de esos años, con gran aceptación de público. Se permuta (1983), Plaff (1988), de Juan Carlos Tabío; Una novia para David (1985), Papeles secundarios (1989), ambas de Orlando Rojas; y La bella del Alhambra (1989), de Enrique Pineda Barnet son algunas de las películas que constituyeron excepciones dentro de cierta tendencia a la banalización y a la superficialidad temática, que también caracterizó el cine de esos años. De vuelta al cine histórico se filma Cecilia (1981), de Humberto Solás; y Clandestinos (1987) de Fernando Pérez.

Con la pretensión de descentralizar la producción y dar mayor autonomía a los cineastas, a fines de la década de los 80, aparecen en el ICAIC los llamados Grupos de Creación, dirigidos por Humberto Solás, Tomás Gutiérrez Alea y Manuel Pérez Paredes. A ellos se integraron por afinidad artística o personal, diferentes realizadores del ICAIC.

A fines de este período se crea en Cuba la Sección de Cine de la Asociación Hermanos Saíz; se funda la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba ubicada en San Antonio de los Baños, EICTV (1987), y la Facultad de Cine del Instituto Superior de Arte (1988), con el objetivo de apoyar la formación de profesionales de cine, tanto para el país como para Latinoamérica.

Década 1990

A partir de los años 90, el recrudecimiento de la crisis económica, agudizada por la caída del campo socialista hizo decrecer notablemente la producción cinematográfica. Como forma de afrontar la escasez de recursos se asumen coproducciones y se prestan servicios técnicos a producciones extranjeras que aportarían al ICAIC un beneficio económico reversible en la industria nacional de cine.

Por regla general la crítica se tornó más fuerte que en la década anterior. Los filmes fueron más reflexivos y los realizadores se propusieron buscar nuevos códigos para reflejar la realidad. El comienzo de la década está marcado por el filme Alicia en el pueblo de Maravillas (1990) de Daniel Díaz Torres. Se suman, entre otros, títulos como: Adorables mentiras (1991) de Gerardo Chijona; Fresa y Chocolate (1993), Titón; cinta de probada trascendencia nacional e internacional; Madagascar (1996) y La vida es silbar (1998), ambos de Fernando Pérez.

En este período el cine aficionado alcanza niveles profesionales. Las escuelas de cine comienzan a graduar cineastas de alto nivel, alguno de los cuales se insertan en la industria. El documental tuvo un decrecimiento notable a causa de la casi inexistencia de película virgen, pues los escasos recursos de la industria se pusieron en función de la realización de largometrajes de ficción.

La llegada de la tecnología digital al cine, simplificó y abarató los costos de producción. Se revitaliza en cierta medida la producción nacional de películas. La primera cinta filmada en Cuba con tecnología digital fue el largometraje de ficción Miel para Oshún (2001), de Humberto Solás.

En el año 2000, auspiciada por el ICAIC y con el propósito de estimular la reflexión alrededor de la obra audiovisual de los jóvenes y favorecer su exhibición, surge la 1ra. Muestra del audiovisual joven, Muestra joven ICAIC. Otros dos eventos cinematográficos, bajo el auspicio ICAIC alcanzan notoriedad y prestigio nacional e internacional: el Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in memoriam, organizado por la Oficina Santiago Álvarez; y el Festival Internacional del Cine Pobre, que fundó y presidió hasta su muerte Humberto Solás.

Cineastas consagrados y realizadores jóvenes coexisten en el escenario creativo en este momento. Juan Carlos Cremata filma su primer largometraje: Nada (2001); Suite Habana (2003), dirigida por Fernando Pérez, marca un hito en el cine de esta década. Humberto Solás hace su última película, Barrio Cuba (2005). Tres jóvenes cineastas debutan en la ficción con la película Tres veces dos (2004): Pavel Giroud, Lester Hamlet, Esteban Insausti; y Enrique Pineda realiza La Anunciación (2010), por solo citar algunos títulos de la producción del ICAIC de los últimos años, que en el 2010 cerró con 8 largos de ficción, 9 documentales y 4 cortos y mediometrajes de ficción.

Con el ICAIC se materializó el sueño de muchos precursores y cineastas que a lo largo de años se debatieron para conseguir la fundación y el desarrollo de una industria cinematográfica cubana. La Institución ha realizado la producción cinematográfica cubana por más de 50 años. Algunos de sus filmes son considerados clásicos de la cinematografía latinoamericana, han sido premiados en numerosos festivales internacionales y constituye objeto de estudio en diferentes partes del mundo. El ICAIC continúa realizando filmes y concibiendo guiones, como resultado de su capacidad para asumir los retos actuales y los nuevos presupuestos económicos y artísticos.

Estudios de Animación ICAIC

La historia de los Estudios de Animación del ICAIC comienza con un pequeño departamento formado por menos de diez personas encabezado por Jesús de Armas. Después estuvieron a cargo de la dirección Manuel Pérez Alfaro, Norma Martínez y actualmente Esther Hirzel.

La primera película que realizaron se tituló El maná y desde entonces han producido seis largometrajes. Las películas fundacionales mostraban la enorme riqueza estética devenida en la formación plástica de sus realizadores, cuyos recursos expresivos estaban a la altura de la pintura de vanguardia del momento.

Los años setenta estuvieron marcados por las películas didácticas para niños, pero fue también en está década donde surgieron dos personajes que nos acompañan hasta la actualidad: Elpidio Valdés, creado por Juan Padrón, Premio Nacional de Cine (2008), y El negrito cimarrón, de Tulio Raggi.

En 1998, se introduce la tecnología digital. Si bien la época de los dibujos sobre acetatos fue quedando atrás, la animación en papel no ha quedado sepultada. Con la técnica tradicional se animan canciones y cortos. Los clips de canciones infantiles son una línea de producción que han asumido desde el 2006, por un reclamo social. Desde el 2004 los Estudios organizan el Festival Internacional Cubanima, de animación para la niñez y la adolescencia.

A lo largo de su historia los Estudios han obtenido múltiples premios, continuadores de una labor sistemática adquieren actualmente una nueva dimensión, abriéndose al mundo con otras posibilidades en el espectro tecnológico y creativo.

Estructura organizativa de la oficina central del ICAIC

. Presidencia

. Vicepresidencias (4)

. Dirección de Relaciones Internacionales

. Dirección de Creación Artística

. Dirección de Programación

. Dirección de Comunicación

. Dirección de Desarrollo Técnico, Patrimonio e Inversiones

. Dirección de Recursos Humanos

. Dirección de Economía

. Dirección de Servicios Generales

. Departamento de Atención a la Producción

. Departamento del Fondo de Fomento

. Departamento de Administración Interna.

Instituciones que conforman la oficina central:

1.Institución cultural: Centro de Información Cinematográfica ICAIC.

2.Institución cultural: Cinemateca de Cuba.

3.Institución cultural Casa del Festival.

4.Institución cultural: Laboratorio Digital

5.Institución cultural: Distribuidora Nacional ICAIC : unidad de distribución de películas, unidad proyecto Calle 23, unidad de servicios.

6.Institución cultural: Estudios de Animación ICAIC

7.Institución cultural: Audiovisuales ICAIC producción- distribución:

8. Unidad Estudios Fílmicos Cubanacán

Enlaces Externos

Referencias

Fuentes

  • Vega, Sara. Un siglo de cine y realidad. Breve historia del cine cubano. Cinemateca de Cuba.
  • Artículo: ICAIC. Disponible en: Cubacine.