Juan Guillermo Béquer

Juan Guillermo Béquer
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Filadelfia 2.jpg
Lugar de nacimiento de Juan Guillermo Béquer
NombreJuan Guillermo Béquer
NacimientoBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Filadelfia, Estados Unidos

Juan Guillermo Béquer. Fomenta el ingenio Mainicú de Palmarejo, una de los mayores de la jurisdicción, con 600 esclavos de dotación. En 1836, se le concede la Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica.

Síntesis biográfica

Nació en Filadelfia. Se vincula al tráfico de esclavos desde fines del siglo XVIII. Sin embargo no hay noticia cierta de su arribo a Trinidad. El dato más antiguo que hemos encontrado de su presencia en la ciudad es de 1809, cuando concede un poder a un individuo de Remedios.

Muerte

Según su partida de defunción, Béquer fue enterrado el 16 de marzo de 1860.

Trayectoria laboral

A partir de esa fecha es frecuente encontrar su nombre en documentos relacionados con la venta de esclavos africanos, fuente de su fortuna. En 1819 presentó su carta de naturalización al Cabildo y se radica definitivamente en la localidad. Años atrás había sido designado gentil-nombre de Cámara y en 1843 se le concede la Gran Cruz de la Orden de Carlos III. Sin embargo su participación en la vida de la población fue discreta, posiblemente porque su condición de extranjero acerbó]] la desconfianza de la sociedad de los criollos, según la tradición.

Nunca llegó hablar correctamente el español. Estableció una obra pía con la con la finalidad de otorgar dote a cuatro muchachas casaderas, en memoria de la reina de España y su hermana. El único testamento que Béquer otorga ante José A Silva tiene fecha del 5 de octubre de 1838, y en el que afirma no haberse casado, pero reconoce como herederos a sus hijos, legitimados por reales cédulas firmadas por Fernando VII. Santiago Alejandro, Juan Guillermo, José Ambrosio, Maria del Carmén, Isabel, María de las Mercedes y Rafael, dos de ellos en España, en presentación de servicio en la guardia de la Reina, y los cuatro restantes radicados en la ciudad de Filadelfia. Es obvio que quiso ocultar el nombre de la madre de sus hijos y alejar a estos de Trinidad. Es probable que la madre de los hijos de fuera la parda María del Carmen Gelabert, fallecida en el tiempo del testamento y por cuya tumba, se le presentaron dificultades con los capitulares. En el testamento también hizo mención a dos hijos naturales suyos con Josefa Eufemia Barceló, y el que estaba en camino, pues Eufemia Barceló, y el que estaba en camino, pues Eufemia estaba embarazada. Estos eran: Juan José Hermenegildo y Alonso Faustino, a quienes legó un quinto de sus bienes.

Su matrimonio con Eufemia Barceló se asienta en los libros parroquiales unos días antes, el 12 de marzo. Al fallecimiento se declara su muerte abintestato y fueron sus herederos, la viuda Josefa Eufemia Braceló y los descendientes de esta que, en esa fecha, después de muerta la hija llamada Andrea, sumaban 10: Juan José Hermenegildo, Faustino, Serafina, Tomás, José Gabriel, Luisa Fernánda, María Salomé, Josefa de las Mercedes, Rosa Martina y Julio Daniel.

En 1860 el valor de las propiedades había disminuido sensiblemente, en virtud del decaimiento del comercio y de la emigración a otros pueblos. Sin embargo, el Palacio fue tasado en 57,002.50 pesos, los muebles en 1227.00, la vajilla en 1290.00, los carruajes en 1156.00, la biblioteca en 259.00, las joyas en 2273.00, los cuadros en 432.00 y los esclavos domésticos en 5200.00. El monto de todos los bienes ascendió a más de un millón de pesos y el caudal líquido sobrepasaba el medio millón. La fortuna fue dividida en 13 partes de 50768,45 pesos cada una, correspondientes a los 11 hijos de Béquer con Eufemia Barceló y a esta, el doble de dicha cifra.

Fuente

  • Libro "Trinidad de Cuba, un don del cielo. Autor. Alicia García Santana 2010.