Luisa Pérez de Zambrana
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Luisa Pérez de Zambrana. Escritora cubana del siglo XIX, una de las más distinguidas representaciones del romanticismo en la literatura cubana; nacida en El Cobre, Santiago de Cuba; estudió las primeras letras con sus padres. Su primer poema impreso, «Amor Matermo», escrito a los catorce años de edad, fue publicado en el periódico El Orden en 1852, conjuntamente con unos versos de Manuel Borges Navarro dirigidos a la poetisa, en los que se hacía resaltar sus posibilidades como escritora. A su alrededor se formó una tertulia de escritores orientales, atraídos por su personalidad.
Sus Inicios
Tras la muerte de su padre 1852, su familia se trasladó a Santiago de Cuba. Allí amplió sus relaciones intelectuales y colaboró con alguna frecuencia en El Orden, El Diario, El Redactor y Semanario Cubano (1855). En Brisas de Cuba (La Habana, 1855) y en La Abeja (Trinidad, Las Villas, 1856 aparecieron también sus colaboraciones. Su casa volvió a ser en Santiago centro de reuniones y veladas artísticas. Por esos días fue declarada socia de mérito de la Sección de Literatura de la Sociedad Filarmónica. Su primer libro fue enviado a los más importantes intelectuales del país. Leído por Ramón Zambrana y tras una carta que éste envió a la poetisa a propósito del libro, comenzó una correspondencia que culminó en matrimonio.
Publicaciones y colaboraciones
Se trasladó con su esposo a La Habana. Su nombre ganó popularidad. Colaboró en Kaleidoscopio -revista fundada y dirigida por Zambrana-, La Habana, Cuba Poética, Álbum cubano de lo bueno y de lo bello, La Verdad Católica, etcétera. En 1860, en el acto de homenaje del Liceo de la Habana a la Avellaneda, le tocó el honor de ceñir la frente de la poetisa con la corona de laurel. Publicó algunos capítulos de su novela Angélica y Estrella en los folletines de El Siglo (1864) y de El Mercurio (1876). Su episodio histórico «La hija del verdugo» apareció en Revista del Pueblo (1865). En Diario de la Marina publicó la primera parte de la novela Los Gracos. Colaboró además en Cuba literaria, La Reforma (Guanabacoa, la Habana) y Ofrenda al Bazar de la Real Casa de Beneficencia (1864). Frecuentaba las tertulias celebradas en la casa de Nicolás Azcárate. Tras la muerte de su esposo (1866), quedó en una precaria situación económica con sus cinco hijos. Entre 1866 y 1899 fallecieron éstos. En 1908 el Ayuntamiento de La Habana le concedió una pensión que alivió insuficientemente sus necesidades materiales. Ya casi olvidada, el Ateneo de la Habana le ofreció un homenaje en 1918 con la participación de Enrique José Varona y José María Chacón y Calvo.
Nunca aspiró a ser de los poetas sociales, “ni era adecuado a su temperamento soñador”, pero “asumía su posición ideológica contra toda opresión o tiranía o explotación del rico sobre el pobre”.
Poema
¡Oh, Cuba! Si en mi pecho se apagara
tan sagrada ternura y olvidara
esta historia de amor,hasta el don de sentir me negaría,
pues quien no ama a la patria, ¡Oh Cuba mía!
No tiene corazón.
En cuanto al aspecto formal los estudiosos reconocen su apego a las reglas preconizadas de la poética al uso.Se dijo de ella que se alzó junto a otros como Zenea y Mendive contra el Siboneyísmo, al comprender que tal movimiento no era más que una forma peculiar de la decadencia romántica.
Al final de su vida ―sola― en medio de las luchas independentistas, “el verso se le hará una doliente elegía” ―escribió José Antonio Portuondo―Homenaje
La Casa de Cultura Luisa Pérez de Zambrana, del poblado El Cobre, en coordinación con el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, la Dirección Municipal de Cultura, el Instituto del Libro y el Centro Provincial de Casas de Cultura de Santiago de Cuba convocan anualmente a los interesados en este género, y como un homenaje a la insigne poetisa, a participar en el Concurso de Poesía “Luisa Pérez de Zambrana”
Enlace externo
- Librínsula, Imaginarios: Luisa Pérez de Zambrana, la elegíaca insigne[1]