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El uso de variedades resistentes, tolerantes o menos susceptibles constituye una de las principales estrategias agronómicas en la lucha contra las plagas. Los resultados obtenidos en investigaciones fitogenéticas han permitido generalizar las variedades con estas características en varios cultivos lo que contribuye notablemente a la reducción de diversas afectaciones por  determinadas plagas. Un ejemplo de ello es la obtención de la variedad Lignon de [[tomate]] que manifiesta tolerancia al [[geminivirus]] TyLCV (Gómez y Laterrot, 1995) y las variedades comerciales de [[tabaco]] obtenidas en el Instituto de Investigaciones de este cultivo por el grupo de Genética.  
 
El uso de variedades resistentes, tolerantes o menos susceptibles constituye una de las principales estrategias agronómicas en la lucha contra las plagas. Los resultados obtenidos en investigaciones fitogenéticas han permitido generalizar las variedades con estas características en varios cultivos lo que contribuye notablemente a la reducción de diversas afectaciones por  determinadas plagas. Un ejemplo de ello es la obtención de la variedad Lignon de [[tomate]] que manifiesta tolerancia al [[geminivirus]] TyLCV (Gómez y Laterrot, 1995) y las variedades comerciales de [[tabaco]] obtenidas en el Instituto de Investigaciones de este cultivo por el grupo de Genética.  
  
Dentro de estas se pueden mencionar ‘[[Habana 92]]’, ‘[[Habana 2000]]’, ‘[[Criollo 98]]’ y ‘[[Corojo 99]]’ (MINAG, 1998). El control genético es una de las medidas que se integran en los programas de [[Manejo Integrado de Plagas]] (MIP) implementados en el país que resulta más factible por los beneficios que aporta.
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Dentro de estas se pueden mencionar ‘Habana 92’, ‘Habana 2000’, ‘Criollo 98’ y ‘Corojo 99’ (MINAG, 1998). El control genético es una de las medidas que se integran en los programas de [[Manejo Integrado de Plagas]] (MIP) implementados en el país que resulta más factible por los beneficios que aporta.
  
 
===Sistemas de policultivos y asociación de cultivos===
 
===Sistemas de policultivos y asociación de cultivos===

Revisión del 11:45 13 abr 2012

Prácticas agronómicas sostenibles(Tabaco)
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Abonos Verdes.jpg
Concepto:Término que engloba diferentes prácticas agrícolas y sistemas de producción que satisfacen los principios básicos de la sostenibilidad.

Prácticas agronómicas sostenibles(Tabaco). Como tecnologías alternativas se destacan el uso de biopesticidas (incluye inoculantes microbianos) y enemigos naturales para combatir plagas de insectos, variedades de plantas resistentes, rotaciones de cultivo, antagonistas microbianos contra patógenos vegetales, cultivos de cobertura fundamentalmente para suprimir las malezas, la aplicación de biofertilizantes, lombrices de tierra, compost u otros fertilizantes orgánicos como los abonos verdes, estiércoles, además de las muy conocidas asociación de cultivos, sistemas de policultivos, barreras físicas y labranza mínima entre otras.

Prioridades

La prioridad y el énfasis están puestas hoy en producir plántulas de tabaco utilizando métodos ecológicamente más acondicionados a la protección del ambiente. En este contexto, los países más desarrollados rápidamente se han volcado a la búsqueda de sistemas sostenibles que además de minimizar o eliminar el uso de sustancias que afectan al ambiente, permiten la obtención de plántulas con la calidad que se exige en el mercado internacional (Saucedo y Carranza, 2000).

El tabaco cubano, producto que constituye uno de los pilares más importantes de la economía del país, no es una excepción y en vista de las corrientes medioambientalistas que cada vez tienen mayor fuerza, es de suma importancia establecer una tecnología más conservacionista que posibilite la obtención de un tabaco ecológico, acorde a las normas internacionales y que a su vez satisfaga las exigencias del cliente.

En la actualidad, resulta de gran importancia investigar y encontrar las variantes que nos permitan el desarrollo de una agricultura rentable y no contaminante del medio ambiente.

Por otra parte, el uso de productos químicos en la agricultura aumenta notablemente los rendimientos y la rentabilidad de los cultivos, pero la utilización constante de estos altera el medio biológico produciendo graves daños en los ecosistemas.

Surge entonces, a la luz de los impactos sociales, económicos y ecológicos, una tendencia a reorientar las propuestas de desarrollo desde la perspectiva de la agricultura sostenible, en el que se vuelve la mirada hacia atrás y se busca respuestas en lo que tradicionalmente han hecho los campesinos (Sotomayor, 1998).

Estos, por medio del conocimiento empírico de los procesos y sus relaciones, han logrado administrar mejor los sistemas agroecológicos, con menores impactos negativos en el ambiente y la sociedad, de forma más sostenida y con menor uso de insumos externos (Hecht, 1997).

En agroecología, el principio más importante aplicado para asegurar la autorregulación y sostenibilidad es la Biodiversificaión (Altieri, 1993).

La “sustitución” de insumos agroquímicos por otras alternativas de baja energía y de carácter biológico es una de las fases del proceso de conversión de la agricultura convencional a la agricultura sostenible (Altieri, 1997 y Pérez y Vázquez, 2001).

Tecnologías alternativas

Rotaciones de cultivo

Entre las prácticas culturales que pueden implementarse con la finalidad de crear un ambiente menos favorable para el desarrollo de los organismos nocivos se encuentra la rotación de cultivos. Lampkin (1990) afirmó que en los sistemas de producción orgánicos, las rotaciones constituyen la medida principal para el control de malezas, plagas y enfermedades y aunque su importancia fue reconocida en la más remota antigüedad, es tan “aparentemente sencilla” y tan poco espectacular que fue una de las primeras prácticas en ser desechadas a pesar de formar parte de las más arraigadas tradiciones agrícolas. Tan es así, que al producirse la disminución en la disponibilidad de plaguicidas sintéticos y fertilizantes inorgánicos, es una de las primeras en ser rescatada por el sector campesino.

En algunos cultivos se hizo evidente que la rotación es un elemento clave en el manejo integrado de determinados organismos, tal es el caso del control de nemátodos en el cultivo del tabaco (Fernández, Gandarilla y Vinent, 1990 y Fernández et al., 1992) y del tetuán del boniato.

En el manejo de las malezas, aún sobre las más persistentes, donde otras medidas de regulación no funcionan, la rotación puede ser efectiva como en el caso del orobanche (Orobanche ramosa), planta parásita que afecta a las plantaciones de tabaco.

Cuando se pretende manejar malezas a través de la rotación, un aspecto importante a considerar es la habilidad del cultivo para la competencia pues la rotación con plantas de alta habilidad competitiva puede ejercer una disminución de las malezas tan efectiva como siete u ocho labores manuales (Pérez y Vázquez, 2001). De ahí su importancia.

La efectividad de las rotaciones depende entre otras cosas del organismo que se pretende regular. El mejor éxito se ha alcanzado en el control de malezas y nematodos que atacan las raíces de las plantas por lo que la rotación de cultivos es una medida utilizada en Cuba en programas de manejo alternativo de malezas, en la regulación de las poblaciones de nematodos y en menor magnitud, para el manejo de insectos y patógenos (Pérez y Vázquez, 2001).

Aplicación de biopesticidas

Para la conversión hacia la agricultura orgánica, uno de los retos principales es la eliminación del uso de plaguicidas (Funes, 2001). Uno de los elementos claves dentro del modelo agrícola alternativo que actualmente se está implementando en Cuba es el desarrollo y aplicación de técnicas de manejo de plagas y malezas, que tienen como fundamento la reducción o eliminación del uso de los plaguicidas sintéticos (Pérez y Vázquez, 2001).

Los plaguicidas de síntesis química son ecológicamente inaceptables porque producen efectos adversos sobre los organismos benéficos y desarrollan resistencia en insectos, hongos, bacterias y malezas, lo que trae como consecuencia la aplicación de dosis cada vez más altas, con mayor riesgo de intoxicación humana e incremento de la contaminación ambiental (Estrada, 2002).

Aplicación de biofertilizantes

Entre los elementos más valiosos que pueden utilizarse en una agricultura sostenible se encuentran los biofertilizantes, bioestimulantes y bioplaguicidas.

Estos productos están constituidos por microorganismos que se encuentran en los suelos en poblaciones relativamente bajas que al incrementarse por medio de la inoculación artificial, pueden dar lugar a la expresión de sus potencialidades. Como ejemplo de ello se puede citar como beneficio el poner a disposición de las plantas una parte de las sustancias nutritivas o estimuladoras del crecimiento que coadyuvan al desarrollo vegetal y el control biológico de plagas (Novo, 2003 ).

La utilización de biofertilizantes en los sistemas productivos es una alternativa viable y sumamente importante para lograr un desarrollo agrícola ecológicamente sostenible, ya que permite una producción a bajo costo, no contamina al ambiente y mantiene la conservación del suelo desde el punto de vista de su fertilidad y biodiversidad.

Por todo lo anterior, estos productos dan lugar a una serie de beneficios para las plantas entre los cuales pueden citarse los siguientes:

  • Incrementos en el crecimiento de las plantas y en los rendimientos agrícolas
  • Aumento del aprovechamiento de los fertilizantes y de los nutrientes del suelo lo que disminuye los costos por concepto de aplicación de estos insumos
  • Protección del sistema radical contra ciertas enfermedades fúngicas
  • No degrada los suelos y contribuye a la regeneración de los mismos

Abonos verdes y cultivos de cobertura

A nivel mundial, los abonos verdes y los cultivos de cobertura han demostrado ser una tecnología exitosa para mantener la fertilidad del suelo y controlar las malezas. Las numerosas ventajas de estos cultivos han hecho que sean adoptadas en muchas partes del mundo (Bunch, 2004).

Los abonos verdes son aquellos cultivos que se siembran con el objetivo de obtener o producir materia vegetal (biomasa) para ser incorporada al suelo o para dejarlo como cobertura permanente (cultivo de cobertura) (Alfonso y Monedero, 2004).

El papel de los abonos verdes y los cultivos de cobertura en la rehabilitación de las tierras degradadas es muy diverso y entre sus efectos más importantes pueden citarse los siguientes:

  • Incremento de la materia orgánica y ciclo nutricional. La materia orgánica de los av-cc, tiene una serie de efectos positivos en el suelo, que incluye el hacer que los nutrientes del suelo estén más disponibles para los cultivos. Por ejemplo, en los suelos ácidos, el fósforo puede estar de cuatro a cinco veces más disponible para las plantas cuando están rodeadas de materia orgánica.
  • Fijación del dinitrógeno. La materia orgánica frecuentemente añade cantidades significativas de dinitrógeno a los sistemas de labranza. Muchas, sino la mayoría de la amplia variedad de leguminosas usadas son capaces de fijar más de 75 kg/ha de dinitrógeno, mientras algunas especies fijan una mayor cantidad: la Mucuna spp puede fijar 140 kg/ha/cultivo, la Canavalia ensiformis fija unos 240 kg/ha y la Sesbania rostrata es capaz de fijar 400 kg/ha.
  • Control de malezas. Intercalado con cultivos alimenticios o para la venta, los av-cc son importantes para controlar las malezas y por consiguiente reducen los costos y requerimientos de labranza de los agricultores. Además, los av-cc también son conocidos por controlar las malezas muy agresivas. En el oeste de África, por ejemplo, la Mucuna spp es cultivada para controlar el pasto Imperata.
  • Conservación del suelo. La cobertura del suelo proporcionada por los av-cc, previene la erosión.
  • Mejoramiento de la humedad del suelo. La cobertura del suelo sumada al aumento de la infiltración y capacidad de retención de agua lograda por la materia orgánica, aumenta la resistencia de los cultivos a la sequía.
  • Labranza cero. A pocos años de cuantiosas aplicaciones de materia orgánica, con frecuencia proveniente de los av-cc, los agricultores pueden cambiar a sistemas de labranza cero que mantengan altos niveles de productividad.
  • Control de enfermedades de las plantas y nematodos. Los av-cc pueden reducir, y en muchos casos descartar totalmente el uso de pesticidas (Bunch, 2004).

Uso de variedades resistentes

El uso de variedades resistentes, tolerantes o menos susceptibles constituye una de las principales estrategias agronómicas en la lucha contra las plagas. Los resultados obtenidos en investigaciones fitogenéticas han permitido generalizar las variedades con estas características en varios cultivos lo que contribuye notablemente a la reducción de diversas afectaciones por determinadas plagas. Un ejemplo de ello es la obtención de la variedad Lignon de tomate que manifiesta tolerancia al geminivirus TyLCV (Gómez y Laterrot, 1995) y las variedades comerciales de tabaco obtenidas en el Instituto de Investigaciones de este cultivo por el grupo de Genética.

Dentro de estas se pueden mencionar ‘Habana 92’, ‘Habana 2000’, ‘Criollo 98’ y ‘Corojo 99’ (MINAG, 1998). El control genético es una de las medidas que se integran en los programas de Manejo Integrado de Plagas (MIP) implementados en el país que resulta más factible por los beneficios que aporta.

Sistemas de policultivos y asociación de cultivos

Con los cultivos asociados, desde el punto de vista práctico ha sucedido algo parecido a la utilización de las rotaciones.

Con la modernización de la agricultura, el monocultivo se intensificó y extendió aumentando con ello los problemas relacionados con la presencia de plagas en el campo (Altieri y Letourneau, 1982) ya que el proceso de simplificación de la biodiversidad se manifiesta de forma extrema en estos (Altieri, 1995).

Dada esta situación, una de las principales medidas a implementar en un programa de manejo agroecológico es hacer desaparecer el monocultivo como estructura básica del sistema agrícola y para esto se precisa definir estrategias de diversificación siendo un elemento clave dentro de ellas los policultivos (Pérez y Vázquez, 2001).

Los policultivos son una forma de intensificar la producción agrícola mediante un uso más eficiente de los factores de crecimiento, del espacio y del tiempo y ello se logra mediante la siembra de especies de forma consecutiva o en asociación (Leihner, 1983).

En el orden agronómico, los policultivos reducen la posibilidad de que las plagas lleguen al cultivo donde producen daños, debido a que actúan como barreras físicas, además de que desorientan a los insectos por los cambios en el ambiente que producen el olor y el color de las diferentes especies cultivadas. Por lo tanto, la velocidad de distribución y multiplicación de las plagas es menor que en condiciones de monocultivo (Casanova et al., 2001).

A modo de resumen, podemos afirmar que los principios básicos de una agricultura sostenible o de conservación son los siguientes:

  • Maximizar la producción de la materia orgánica
  • Mantener el suelo cubierto
  • Usar labranza mínima
  • Mantener la diversidad biológica
  • Alimentar las plantas mediante el uso de coberturas muertas
  • Combatir malezas mediante el uso de cultivos de cobertura

Los principios anteriores significan que se deben desarrollar sistemas agrícolas totalmente diferentes a los que se han establecido durante años como consecuencia de la “transferencia” de tecnologías, en ocasiones provenientes de naciones con clima templado (Alfonso y Monedero, 2004).

Fuentes

  • El uso de biofertilizantes en la agricultura
  • Alfonso, C.A; M. Monedero. 2004. Uso, manejo y conservación de los suelos.
  • Altieri, M.A; D.K. Letourneau. 1982. Vegetation management and biological control in agroecosystem. Crop Protection 1. pp 405-430.
  • Altieri, M.A. 1993. Significado del desarrollo sostenible para la agricultura. 8pp.
  • Altieri, M.A. 1995. Rotación de cultivos y Labranza Mínima en: Agroecología. Bases Científicas de una Agricultura Sustentable. CLADES. Berkeley, California. pp 173-183.
  • Altieri, M.A. 1997. Bases científicas para una agricultura sustentable. Consorcio Latinoamericano sobre Agroecología y Desarrollo.249 pp.
  • Casanova, A; A. Hernández; P.L. Quintero. 2001. Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova (IIHLD)/Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC) en: Transformando el campo cubano: Avances de Agricultura Sostenible.
  • Estrada, J. 2002. Potencialidades del uso del Nim y sus bioproductos en la producción agropecuaria ecológica y sostenible.
  • Fernández E; H. Gandarilla; E. Vinent. 1990. Manejo integrado de las plagas del tabaco en plantación. Informe de Resultado. Programa de Tabaco. Academia de Ciencias de Cuba (A.C.C). Ciudad de La Habana. 8pp.
  • Fernández E; A. Pérez; E. Lorenzo; E. Vinent. 1992. Efectividad del uso del ajonjolí como cultivo intercalado contra Meloidogyne incógnita. Protección Vegetal. pp 7:39-42.
  • Funes, F. 2001. El movimiento cubano de Agricultura Orgánica. Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes (IIPF) en: Transformando el campo cubano: Avances de Agricultura Sostenible.
  • Gómez, O; H. Laterrot. 1995. Esperanza del mejoramiento genético para la resistencia a geminivirus en tomate. Memorias IV Taller Latinoamericano sobre Mosca Blanca y Geminivirus. Zamorano, Honduras. Ceiba 36 (1): 122.
  • Hecht,S. 1997. Evolución del pensamiento agroecológico. En: Altieri, M.A. 1997. Agroecología. Bases científicas para una agricultura sustentable. Consorcio Latinoamericano sobre Agroecología y Desarrollo. Ed. CIED. Lima, Perú. 511 pp.
  • INCA. El biofertilizante micorrizógeno Ecomic
  • Lampkin, N. 1990. Rotation design for organic system en: Organic Farming. Farming Press Book. United Kingdom
  • Leihner, D. 1983. Yuca en cultivos asociados. Manejo y evaluación. Cali, Colombia: CIAT. 80pp.
  • MINAG/IIT. 1998. Instructivo técnico para el cultivo del tabaco. pp 7-18.
  • Novo, R. 2003. Los inoculantes microbiales. Conferencia: Biología del suelo. Maestría de Ciencias del Suelo.
  • Pérez, N; L.I Vázquez. 2001. Manejo ecológico de plagas. Centro de Estudios de Agricultura Sostenible (CEAS)/Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV) en: Transformando el campo cubano: Avances de Agricultura Sostenible.
  • Rosset, P.M; M. Bourque. 2001. Lecciones de la experiencia cubana. Instituto para Políticas de Alimentación y Desarrollo - Food Firt/ The Ecology Center en: Transformando el campo cubano: Avances de Agricultura Sostenible.
  • Saucedo, A; H.J Carranza. 2000. Producción de plantines en el sistema flotante. Servicio de Extensión Agrícola de Nobleza Picardo.
  • Sotomayor, M. 1998. La agricultura sostenible, un desafío en la formación universitaria: el caso AGRUCO en la universidad mayor de San Simón en Cochabamba.