María de Médicis

María de Médici
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Reina de Francia
NombreMaría de Médici
Nacimiento26 de abril de 1575
Florencia
Fallecimiento3 de julio de 1642
Colonia

María de Médici (Florencia, 26 de abril de 1575 – Colonia, 3 de julio de 1642) fue reina de Francia de 1600 a 1610 y de Navarra. Reina madre hasta su fallecimiento. Fue la sexta hija de Francisco I de Médici (1541–1587), Gran duque de Toscana, y de Juana de Habsburgo-Jagellón (1547–1578), archiduquesa de Austria. casó con Enrique IV rey de Francia, con quien no se llevó bien a causa de la vida disipada de éste. Tras el asesinato del monarca, María asumió la regencia del reino hasta que su hijo, Luis XIII alcanzase la mayoría de edad.

Biografía Reina de Francia

Se casó con Enrique IV de Francia el 16 de diciembre de 1600 en Lyon. Bailarina de ballet, coleccionista, su mecenazgo contribuyó a desarrollar las artes en Francia. Cercana a los artistas de su Florencia natal, fue educada por Jacobo Ligozzi. Fue debido, principalmente, a las preocupaciones dinásticas y financieras del rey de Francia. Los Médici, banqueros acreedores del rey de Francia, prometieron una dote de 600.000 escudos de oro, lo que hizo que María de Médici fuera apodada como la “Gran banquera”.

María de Médici quedó embarazada en seguida y el 27 de septiembre de 1601 nació el primer hijo, el delfín Luis XIII, causando gran alegría tanto al rey como a todo el reino, ya que desde hacía cuarenta años se esperaba el nacimiento de un delfín. María de Médici continuó con su papel de esposa y le dio a su marido varios hijos.

De este matrimonio nacieron 6 hijos de ellos: Luis XIII, rey de Francia (1601–1643), Isabel de Francia (1603-1644), Cristina de Francia (1606–1663), duquesa de Saboya, Nicolás de Francia (1607-1611), Gastón de Francia (1608–1660), duque de Orleáns, Enriqueta María de Francia (1609–1669), reina de Inglaterra.

María de Médici no se entendía con Enrique IV. Sumamente celosa, no soportaba las aventuras femeninas de su marido, ni sus desaires. Las discusiones entre ambos eran frecuentes, seguidas por una relativa tranquilidad. María de Médici quería hacerse coronar oficialmente como Reina de Francia, pero Enrique IV, por diversas razonas políticas, iba posponiendo la ceremonia. Fue necesario esperar al 13 de mayo de 1610, fecha en la que se esperaba una larga ausencia del rey Enrique partió para conducir una “visita armada” a fin de solucionar un problema político entre los príncipes del Sacro Imperio, y el caso de Cléves y Juliers, para que la reina fuera coronada en Saint-Denis e hiciera su entrada oficial en París. Al día siguiente el rey fue asesinado.

La Regente

Tras la muerte de Enrique IV, el 14 de mayo de 1610, María de Médici asumió la regencia en nombre de su hijo Luis XIII que aún no tenía 9 años, demasiado joven para poder reinar. La posición insegura de su regencia ante la nobleza del reino y sus vecinos europeos la obligó a romper con la política de Enrique IV. Destituyó a los consejeros del rey, pero no consiguió hacerse obedecer por los Grandes. Para recuperar el poderío de Francia no encontró mejor solución que pactar la paz con España. En 1615 este acercamiento se concretó por medio de un matrimonio franco-español. Su hija Isabel de Francia , se casó con Felipe IV de España, y su hijo se casó con Ana de Habsburgo, infanta de España.

Unos años más tarde, cuando María de Médici fue exiliada por su hijo, empezó a fraguarse la leyenda negra de María de Médici: se la acusó de haber procurado la riqueza y el poder de sus favoritos italianos, del despilfarro financiero causado por los derroches de la reina y su entorno, de la torpeza y la corrupción de su política que se había incrementado durante el gobierno de María de Médici. Por otro lado, la reina y su hijo no tenían buenas relaciones. Sintiéndose humillado por la conducta de su madre, Luis XIII organizó en 1617 un golpe de Estado en el que fue asesinado. Al tomar el poder, exilió a su madre en el Castillo de Blois.

Caída y exilio

María de Médici continuó asistiendo a los Consejos del rey, según los consejos de Richelieu a quien introdujo como ministro del rey. Durante unos años, no se percató del poder e importancia que su cliente y protegido iba adquiriendo. Cuando se dio cuenta de ello, intentó derrocarle por todos los medios. Sin comprender aún el carácter del rey, creyó que le sería fácil obtener la destitución de Richelieu pero, después del famoso Día de los Engañados, el 12 de noviembre de 1630, Richelieu pasó a ser el primer ministro y María de Médici se vio obligada a reconciliarse con él. Finalmente, María decidió retirarse de la corte. El rey, sabiendo lo intrigante que podía llegar a ser, la envió al castillo de Compiègne, desde donde trató de huir a Bruselas en 1631 donde pensaba encontrar ayuda para su causa. Refugiada con los enemigos de Francia, María fue privada de su condición de reina de Francia y, por consiguiente, de sus pensiones.

Últimos días

El fin de María de Médici fue patético. Durante años vivió al amparo de las cortes europeas en Alemania, después en Inglaterra, intentando crear enemigos contra el cardenal y sin poder regresar nunca a Francia. Refugiada en la casa natal de Rubens, murió el 3 de julio de 1642 con (67 años) en Colonia, Sacro Imperio Romano Germánico y su entierro Catedral de Colonia, Sacro Imperio Romano Germánico unos meses antes que Richelieu.

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