Monte Cabaniguán

Monte Cabaniguán

En el municipio de Jobabo, al sur de Las Tunas, se ubica el Monte Cabaniguán, de singular belleza y gran variedad de la flora y la fauna, constituyendo un refugio natural del cocodrilo americano o acutus. En la sabana abundan las copernicias o palmeras de guano y más allá, en el estero, los manglares hospedan iguanas, cateyes, pájaros carpinteros, cocos, sevillas, garzas, pelícanos, torcazas, flamencos y todo un concierto de pequeños animales, desde cangrejos hasta lagartijas, que disfrutan el festín de la vida silvestre alejada de los depredadores, y un verdadero bálsamo para el espíritu es deslizarse por las quietas aguas interiores del estero hasta la salida al Golfo de Guacanayabo, donde radica la estación biológica Don Miguel Álvarez del Toro, dotada del equipamiento imprescindible para la observación y estudio de las diferentes especies que habitan en el refugio de fauna del Monte Cabaniguán.

Monte Cabaniguán
Ubicación Geográfica

El Monte Cabaniguán es una porción territorial que comparte su espacio entre las provincias Granma y Las Tunas, mayoritariamente de esta última. Los municipios encontrados en sus límites son los municipios Jobabo, Río Cauto, Yara y Manzanillo en con una extensión de 14 mil 500 hectáreas. Es una reserva natural, localizada a lo largo de la orilla del Golfo de Guacanayabo, con una superficie de 626 kilómetros cuadrados (con límites geográficos aproximadamente a los 20 grados de Latitud Norte y 77 grados de Longitud Oeste

Estacion Monte Caniguán
Historia

A principios de los años 90, se creó en la zona del Monte Cabaniguán, la Estación Biológica Don Miguel Álvarez del Toro. Su fundador y especialista principal desde entonces es Manuel Alonso Tabet, acompañado inicialmente por doce colaboradores, y hoy en día solo tres. Lo acompañan apasionados a las riquezas naturales sobre todo del municipio de Jobabo. Lo visitan con regularidad los especialistas de la Empresa Nacional de Flora y Fauna o científicos de disímiles países. “Cabaniguán” es actualmente un sitio de privilegio, con una población de cocodrilos muy bien conservada, estructurada, y protegida.

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Monte Cabaniguán
Fauna

La paciente labor de observación y monitoreo de la diversidad de la fauna circundante ha permitido registrar unas 140 especies, entre ellas el catey, el, churroso, el sijú, platanero y, lagartijas, iguanas, cateyes, pájaros carpinteros, cocos, sevillas, garzas, cotunto, la ciguapa, el cernícalo y el gavilán colilargo, otras como el halcón peregrino llegan hasta allí en determinadas épocas del año. Además de las aves acuáticas. Singular belleza y colorido aportan al paisaje los flamencos rosados, mientras los pelícanos se posan sobre troncos desnudos y las ramas de los árboles a la espera de la captura de su presa favorita. El cocodrilo acutus es sin embargo la especie predominante.

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Monte Cabaniguán
Vegetación

En las partes donde existe mayor influencia salina predomina el complejo de manglar, representado por sus cuatro especies típicas: Mangle rojo (Rhizophora mangle), Mangle prieto (Avicenia germinans), Yana (Conocarpus erecta), y Patabán (Laguncularia recemosa), predominan las palmas del género Copernicia, y más al Norte, relictos de bosque semidesíduo micrófilo (Monte Cabaniguán).

Suelo del Monte Cabaniguán
Suelos

Geomorfológicamente, el área está constituida por un conjunto de llanuras marinas lacuno-palustres y fluviomarinas deltaicas y pantanosas. Los suelos cenagosos se desarrollan abundantemente; son típicas las costas de manglares con playas alternas y en las zonas deltaicas abundan los herbazales fluviales. Las ciénagas son húmedas, presentando suelos saturados y mal drenados, empapados en agua hasta la saturación o la casi saturación, aunque no estén enteramente rodeados por agua, a lo largo de la costa se alternan segmentos de manglares y de playas arenosas. Estas últimas presentan dos tipos de suelos: arena de concha y residuos calcáreos, de grano grueso, o de un fino polvo arenoso con alto contenido de arcilla.


Criadero de cocodrilos acutus

Criadero de Cocodrilos Acutus

El cocodrilo acutus es sin embargo la especie predominante, con una población estable que se autorregula de acuerdo con las posibilidades que le ofrece el medio circundante. Manuel Alonso Tabet, especialista principal, se ha dedicado por más de una década a la observación del comportamiento de estos reptiles en el Monte Cabaniguán, atraído por la habilidad instintiva para la supervivencia de este reptil y en la búsqueda de respuestas a cómo era posible que hubiera subsistido a la depredación del hombre a través de la historia. En su condición de biólogo, ha podido constatar las aptitudes del cocodrilo para adaptarse a los cambios del medio donde habita, no ataca al hombre excepto en defensa de sus crías, salta las redes cuando se le intenta capturar, adopta estrategias adecuadas para proteger sus nidos durante los 80-90 días de incubación, y el cuidado de las crías a las que conduce por el estero y la ciénaga hacia las guaridas que construye preferentemente en el manglar. La atención a esta área protegida ha permitido estudiar la formación de los nidos, una de las limitantes mayores. De hecho de las 14 mil quinientas hectáreas que abarca esa zona del humedal en Las Tunas, solo nueve son propicias para que las cocodrilas pongan sus huevos. En ocasiones se han creado dunas artificiales de arena, y la respuesta en la creación de nidos en las nuevas áreas ha sido inmediata, lo que ha permitido tener una idea de las posibilidades de manejar el proceso de nidificación. Aquí se han llegado a contar hasta 300 nidos. Los especialistas mantienen activadas las cámaras automáticas infrarrojas, monitorean cada detalle de las etapa de nidificación y reproducción. También registran los niveles de la salinidad de las aguas. Hay razones entonces para asegurar que esta Área Protegida de la Empresa Nacional de Flora y Fauna, aún cuando resulta un sitio alejado de la vida humana, seguirá contando con la visita de hombres diestros en el control biológico y empecinados en proteger una de las 23 especies de cocodrilos que existen en el mundo, dos de las cuales están registradas en Cuba. Para facilitar la observación de los reptiles, crear una reserva genética, y aprender a manejar la especie, se dispone de un zoo-criadero con una masa cautiva en la comunidad de Zabalo, distante unos 15 kilómetros de la estación biológica. Algunos de estos animales son liberados para monitorearlos y conocer sus habilidades de adaptación al medio silvestre.


Fuentes:

• Manuel Alonso Tabet, Especialista Principal de la Estación Biológica
http://www.tiempo21
• Consultante Lic Juana María Cardosa Rafael: Especialista del CITMA en la Provincia
• Lic Esteban Felipe Yero Rosales. “Jobabo Otra Vez”. Soporte digita