Diferencia entre revisiones de «Octavio Hernández Domínguez»

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==Juventud. Formación de pensamientos patrióticos==
 
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La década de 1880, marcó un auge del terror en esta localidad, en 1887 se lleva a cabo el proceso por la causa 111, en que fueron detenidos catorce ciudadanos entre comerciantes, propietarios, intelectuales etc. acusados de colaborar con las partidas de bandoleros existentes en el término, entre ellos la del matrimonio de Juliana González y Manuel Duque, condenados junto a sus hijos pequeños a prisión cumpliendo parte de la sentencia en Isla de Pinos, (hoy Isla de la Juventud)
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La década de 1880, marcó un auge del terror en esta localidad, en 1887 se lleva a cabo el proceso por la causa 111, en que fueron detenidos catorce ciudadanos entre comerciantes, propietarios, intelectuales etc. acusados de colaborar con las partidas de bandoleros existentes en el término, entre ellos la del matrimonio de Juliana González y Manuel Duque, condenados junto a sus hijos pequeños a prisión cumpliendo parte de la sentencia en [[Isla de Pinos]], (hoy [[Isla de la Juventud]])
  
También se destaca el hecho por parte del teniente Sainz de pretender asaltar la vivienda de Matías Artiles, con el pretexto de encontrarse presentes bandoleros y de esta forma asesinar a su propietario, salvó la situación el coronel Toor, que a solicitud de su ayudante Francisco Palomares se presentó en el lugar y detuvo la acción.
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También se destaca el hecho por parte del teniente Sainz de pretender asaltar la vivienda de [[Matías Artiles]], con el pretexto de encontrarse presentes bandoleros y de esta forma asesinar a su propietario, salvó la situación el coronel Toor, que a solicitud de su ayudante [[Francisco Palomares]] se presentó en el lugar y detuvo la acción.
  
  
La aparición en la cueva de La Chaveta, (hoy conocida como la Furnia de Aguacate) de los cuerpos sin vida de Antonio y Ambrosio Cepero conmovió a la población sembrando una actitud de condena contra el dominio español en Cuba.
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La aparición en la [[cueva La Chaveta]], (hoy conocida como la [[Furnia de Aguacate]]) de los cuerpos sin vida de Antonio y Ambrosio Cepero conmovió a la población sembrando una actitud de condena contra el dominio español en Cuba.
 
La situación narrada ayudó a conformar en Octavio Hernández su pensamiento político y sus aptitudes independentistas.
 
La situación narrada ayudó a conformar en Octavio Hernández su pensamiento político y sus aptitudes independentistas.
  

Revisión del 17:31 10 sep 2010

Plantilla:Personaje histórico Octavio Hernández Domínguez.Héroe de la localidad que apoyó tenazmente la invasión a occidente llevada a cabo por el ejército mambí entre 1895 y 1896.

Nacimiento y primeros años

Nació en Quivicán en 1865, hijo de Lutgarda Domínguez Ferro y de Antonio Hernández quienes estuvieron identificados con la causa independentista; por esta región actuó, durante la guerra de 1868 las partidas de Carlos García, comandante general de la Vuelta Abajo, al parecer, estos tuvieron algún tipo de relación con el jefe insurrecto; según investigaciones realizadas por Eladio Miguel Suárez Castillo, testimonios familiares refieren que Lutgarda fue detenida por las autoridades españolas y conducida al cuartel donde fue pelada al raspe para quebrantar su moral (tal procedimiento se empleaba a las mujeres púbicas), estas razones, entre otras hace que la familia se traslade a Madruga.


En esta localidad, Octavio inició sus estudios en la Escuela No-1 de Varones, de la que era director Don Eusebio Núñez de Villavicencio, los ratos libres ayudaba al sustento familiar laborando como cargador de maletas en la terminal de trenes, para ese entonces Madruga se sumía en una profunda crisis que había visto disminuir el número de ingenios y trapiches, gran parte de los cafetales cedían su espacios a potreros situación que influye en toda la vida de ahí que Núñez de Villavicencio presentaba a la alcaldía municipal la petición de cesión en la ocupación de la plaza de maestro y director tras varios meses sin cobrar sus haberes y ante el mal estado de su escuela.

Juventud. Formación de pensamientos patrióticos

La década de 1880, marcó un auge del terror en esta localidad, en 1887 se lleva a cabo el proceso por la causa 111, en que fueron detenidos catorce ciudadanos entre comerciantes, propietarios, intelectuales etc. acusados de colaborar con las partidas de bandoleros existentes en el término, entre ellos la del matrimonio de Juliana González y Manuel Duque, condenados junto a sus hijos pequeños a prisión cumpliendo parte de la sentencia en Isla de Pinos, (hoy Isla de la Juventud)

También se destaca el hecho por parte del teniente Sainz de pretender asaltar la vivienda de Matías Artiles, con el pretexto de encontrarse presentes bandoleros y de esta forma asesinar a su propietario, salvó la situación el coronel Toor, que a solicitud de su ayudante Francisco Palomares se presentó en el lugar y detuvo la acción.


La aparición en la cueva La Chaveta, (hoy conocida como la Furnia de Aguacate) de los cuerpos sin vida de Antonio y Ambrosio Cepero conmovió a la población sembrando una actitud de condena contra el dominio español en Cuba. La situación narrada ayudó a conformar en Octavio Hernández su pensamiento político y sus aptitudes independentistas.

Descripción de vida y hechos más destacados en los que participó

En 1887, Octavio Hernández había contraído matrimonio en San José de las Lajas con Doña Matilde Noa de donde había nacido sus hijos nombrados Zoila Patricia, a quien Eladio Miguel Suárez Castillo presenta como prueba de su amor a la Patria, y Antonio, que si bien reitera el nombre familiar de su padre, tradición de la época, está relacionado con Antonio Maceo, el protagonista de Baraguá.


Para el sostenimiento familiar Octavio Hernández había logrado arrendar una finca en La Concordia con lo cual logró obtener algunos ingresos. Durante las investigaciones realizadas por el mencionado investigador en 1971, conoció que en ese entonces vivía en la Víbora un sobrino de Octavio que lo había acompañado a la manigua, lograda la entrevista, éste destacó una interrelación entre nuestro biografiado y el Dr. José María Pardiñas, y de éste con las partidas de “bandoleros” entre ellos la de Manuel García, apodado como el Rey de los Campos de Cuba, arribado a Puerto Escondido en una expedición que debía de incorporarse a un supuesto movimiento independentista. Tal información ha sido en parte confirmada por estudios recientes, pero por el momento, en lo referente a la implicación de la región, se precisan investigaciones más profundas, alertamos que la permanencia de los Valera, emparentados con Lengue Romero, quien acompañó a Manuel García en algún momento en sus proezas por la zona, en la partida de Octavio, no son suficientes.


Por otra parte quisiéramos dar por asentado que no abordamos en sentido peyorativo el tema del bandolerismo, ello debe tratarse de forma abierta sin prejuicio por lo que tomamos partido en su tratamiento al lado de otros historiadores que han abordado la temática. Desde su establecimiento en la localidad, Lutgarda Domínguez se desempeñó como lavandera del hotel San Carlos, colindante con su vivienda ubicada en la entonces calle San Juan, (hoy 30), existen referencias de que para 1894 existía en Madruga una Junta Revolucionaria encargada de la preparación de la guerra que desde los Estados Unidos promovía nuestro héroe nacional José Martí; en una fecha no determinada, suponemos que debió de producirse en los meses finales de este año, en correspondencia con la preparación del intento revolucionario fracasado por la incautación de los buques que con pertrechos debían arribar a Cuba, proceso conocido como Plan de la Fernandina, arribaron a Madruga el Delegado del Partido Revolucionario Cubano en la Isla Juan Gualberto Gómez y el General Francisco Carrillo quienes se hospedaron en este hotel.


La Junta Revolucionaria local estaba presidida por el Dr. José María Pardiñas Barreiro, quien al parecer había fijado los pormenores para garantizar la seguridad de los visitantes y el éxito de su misión, razón por la que Lutgarda sirvió de enlace entre los conspiradores y los visitantes. La reunión debía de efectuarse en una vivienda ubicada en la periferia del casco urbano aunque próxima al San Carlos y contó con la participación de las juntas de Aguacate, Madruga, Catalina de Güines y Nueva Paz, además de Octavio Hernández Domínguez, quien con el consentimiento familiar había logrado infiltrarse en las filas del Cuerpo de Voluntarios del Ejército Español.


Inferimos que su presencia bien podía servir de cobertura en caso necesario para legalizar el encuentro; al tratarse el problema de la escasez de las armas Octavio se comprometió armar al primer grupo de hombres que lo acompañaran a la manigua, indagado acerca de las posibilidades refirió que en su condición de voluntario las sustraería del cuartel, tal revelación provocó preocupación en el Delegado por lo que se hizo necesaria la intervención de Pardiñas. El 24 de febrero se da el inicio a la nueva contienda con el levantamiento simultáneo en varias regiones de Oriente, no obstante en el occidente este no pudo llevarse a efecto. El general José Miro Argenter, posterior Jefe del Estado Mayor de las fuerzas comandadas por el general Antonio Maceo, valora sucintamente la repercusión de este hecho de la siguiente forma. La prisión de este revolucionario, (Julio Sanguilí), el mismo día 24 de febrero, fecha marcada por la junta para el alzamiento general, fue la ola fría que apagó el entusiasmo de los más fogosos, tanto más cuando coincidió con la detención de Aguirre, lugarteniente de dicho caudillo y con él fracaso de Ibarra, en donde hubo de acogerse a indulto, para no perecer asesinado, el hombre que dirigía la conspiración en toda la isla: Juan Gualberto Gómez (….)


Al verse aislados los conspiradores, sin el capitán que debía de conducirlos al terreno de la acción ignorando los más de ellos, los resortes ocultos de la labor revolucionaria, y desde luego las muchas ramificaciones que tenía en Occidente, se encontraron poco menos que sorprendidos por las manos de las desgracia, y bajo la terrible sospecha de que las autoridades españolas conocían toda la maquinación, solo pensaron ponerse a salvo de las pesquisa de la policía que , como es consiguiente desplegó todo el severo aparato que era en rigor en aquellas circunstancias. (…) Bajo la sombría desesperación que suele ocasionar esos percances en los hombres no habituados a la lucha algunos aceptaron la capitulación que le fue ofrecida por las autoridades españolas, como único recurso de salvar la existencias de asechanzas inevitables; otros tomaron pasaporte para el extranjero con el deliberado propósito de volver a Cuba en la primera expedición que allí se organizara, y los demás permanecieron ocultos en espera de oportunidad propicia que les permitiera dar solemne testimonio de su fidelidad a la causa de la Revolución. Todos acudieron al campo del honor y de la lucha sangrienta, en donde emularon con los más valerosos soldados y escribieron páginas inmortales de constancia y heroísmo” (7) El mismo 24 de febrero de 1895, según el Registro de Defunciones del Municipio de Madruga, aparecieron varios ciudadanos ahorcados en los distintos barrios rurales del término. En las condiciones creadas, la situación de Octavio Hernández Domínguez podía tornarse tempestiva. Deducimos que las condiciones para poder ocultar Octavio Hernández su verdadera identidad se hacían sumamente difíciles, desdichadamente, la información existente es pobre, se concreta solo al testimonio de Pablo Oliva Reyes, secretario de la junta revolucionaria local en que valorando la actitud del coronel Toor revela una entrevista realizada días previos al alzamiento con Prino Valera en el Ingenio La Caridad en que según su testimonio, alertó a éste acerca de algún plan en su contra.


El 25 de abril de 1895, debió de parecer para Madruga un día más, con la monotonía de los pueblos de campo, aunque iniciada la temporada balneológica esta estaba aún en lo que pudiéramos llamar su etapa baja; un estudio del derrotero seguido por Octavio Hernández, nos permite hacer conjeturas de la acción seguida. La condición de pueblo de balneario o de temporadas más la llegada del ferrocarril había traído consigo un reajuste urbanístico, para ese entonces la esquina de las antiguas calles Palmas (38) y Baños (27) se había convertido, dada la presencia del balneario La Paila, y ser la primera de estas vías el punto que conducía a la terminal de ferrocarriles, en su centro urbano, con la connotación que reviste, espacio donde se agrupan además importantes centros comerciales que brindaban sus servicios a los que acudían al lugar y de intensa movilidad social.


Cualquier parte del campo podía servir a Octavio Hernández para lograr sus propósitos, transitar por la calle Sol (25) para descender por Retiro (40), tenía una marcada intencionalidad, en primer lugar poner en conocimiento del Dr. Pardiñas, a la sazón, director del Balneario Municipal, la concreción de sus planes, la otra, tener de testigo, sin la mínima posibilidad de levantar sospecha a los que se agrupaban en el lugar, como aspecto en contra se destaca el propio recorrido a vencer que demoraría en concretar la acción y en caso de ser detectada la acción por las autoridades, se vería desprotegido complicando con perjuicio su éxito, sin contar con las consecuencias que se derivarían. La forma en que se produce el levantamiento tiene una marcada intención política, poner en conocimiento de la población y sus visitantes la incorporación del término a la contienda.


Traspasado el límite urbano Octavio tomó el camino de La Majagua para en la orilla del río que atraviesa la zona repartir el botín con los hermanos Valera y Peraza, además de José Eleno Collado e iniciar intensas jornadas de acoso y persecución A los pocos días, en un acto de osadía, logra obtener las armas depositadas en el ingenio San Antonio, no así en Cayajabos, donde el personal de vigilancia en sobre aviso de la acometida anterior, había tomado todas las medidas de precaución.


Las autoridades españolas trataron de silenciar el levantamiento de Octavio Hernández desplegando una feroz persecución; el anciano Eugenio Sardiñas rememoraba cuando una tarde se encontraba Octavio y sus acompañantes acampado en el platanal de la finca en que residía, esperando que herraran las bestias, cuando el herrero viajó al pueblo, por motivos desconocidos para él, al salir éste de la finca, Octavio llamó a su padre y le orientó que recogiera lo imprescindible y se fuera del lugar, puesto que su presencia en el sitio iba a ser denunciada, orden que cumplió con prontitud dejando ambos el lugar deshabitado. Al poco tiempo hizo su aparición el Cuerpo de Voluntarios destruyendo lo que encontraba a su paso.


Se destaca también la aplicación de la justicia al llevar acabo la ejecución, tras consejo de guerra, de dos individuos cuyos servicios servían a las autoridades españolas, después de cumplida la ley, hizo llegar a la localidad la noticia, el mando militar español comisionó al Cuerpo de Bomberos para que acudiera al lugar y trasladara los cadáveres al pueblo quienes realizaron la tarea a la vista de los insurrectos sin sufrir percance alguno.


Octavio pudo mantenerse en los montes con el más mínimo apoyo hasta la entrada, el 1 de enero de 1896, de Gómez y Maceo a La Habana, mientras las fuerzas invasoras atacaban y tomaban Las Vegas, sus fuerzas hacían lo mismo en el poblado de Pipían, no ha podido esclarecerse las condiciones en que se desarrollaron estas acciones, pero por el nivel de sincronización todo parece indicar que respondían a un plan bien concebido. La estrategia seguida por Maceo y Gómez antes las condiciones propias de la guerra en las provincias habaneras, llevaron a crear partidas volantes en los principales núcleos poblacionales con el objetivo de hostilizar a las fuerzas españolas, Octavio Hernández obtiene el grado de comandante operando al frente de la guerrilla de Madruga.


En las condiciones propias de este término, la forma de operar se hacía sumamente difíciles, los accidentes geográficos del norte de la población le brindaba protección al pueblo, el desplazamiento de cualquier fuerza en estos contornos no pasaba inadvertido para los vigías españoles de la Loma de la Gloria, mientras por el sur el gobierno colonial había logrado crear una fuerte línea defensiva compuesta por una zanja y varias palizadas alternando con fortines militares ubicados a una distancia aproximada de 500 metros unos de otros.


El 4 de marzo de 1896 las fuerzas mambisas acamparon en la finca Dolores en el barrio de Sabanas de Robles propiedad de la familia Delgado, próximo a las dos horas de encontrarse en el lugar, las patrullas de reconocimiento sostuvieron una escaramuza con la vanguardia de una columna enemiga, las inconveniencias del terreno, poco propicio para que la caballería operarse, obligó a pernoctar en Bayón, al sur de la localidad. En este lugar, las fuerzas mambisas contaron con la colaboración de la población, la familia Ruíz García puso a disposición todo cuanto necesitaba, incluyendo los insumo de la bodega de su propiedad así como una de las viviendas donde fue instalado un hospital de sangre. En horas de la noche Maceo se entrevista con Octavio Hernández Domínguez y los hermanos Crispín y Miguel Valera Sardiñas, además con el coronel Eliseo Figueroa Mirabal que a la mañana siguiente lo conducen hasta los montes de Purgatorio, en la provincia de Matanzas.


Octavio Hernández mantuvo en jaque a las fuerzas colonialistas, José Miró Argentar refiere la satisfacción de Maceo ante la publicación de una noticia, en junio de 1896, en la prensa de la época, acerca de la aniquilación en San Miguel de la guerrilla de Madruga. Éste oficial madruguero fue una de las víctimas de las quejas que el general Masó Parra, trasmitió a Maceo al que le hizo caso omiso. La guerra recientemente había llegado a La Habana, en junio de 1896 todavía se encontraba en fase organizativa algunas de sus fuerzas, para esta época aún Raúl Arango y Eliseo Figueroa se habían dado a la ingente tarea de organizar el Regimiento de Infantería Habana.

Muerte

El 23 de junio de 1896, en un intento de ataque a un fortín, (estudios recientes han demostrado que no fue en la Loma de la Gloria como hasta ahora se ha planteado) cae en combate en la finca de Los Ojedas, Octavio Hernández Domínguez. La proximidad de la guerrilla de Videa y las condiciones inapropiadas que brindaba el lugar, impidió el rescate del cadáver el cual fue arrastrado por las calles del pueblo y vejado. La muerte prematura de Octavio Hernández, en una etapa de organización de las fuerzas mambisas en la entonces provincia de La Habana, impidieron que maduraran en él, sus dotes militares reconocidas ya por el general Antonio Maceo. El hecho de protagonizar un levantamiento armado, sumándose a la contienda, cuando aun parecía lejano el día en que las fuerzas invasoras incorporaran a la región a la misma, destacan en él un conjunto de valores que lo hacen merecedor de ser una de las principales personalidades de nuestra historia en el siglo pasado.

Fuente

Carlos Miguel Suárez Sardiñas Historiador de la Localidad de Madruga