Oráculo

Oráculo
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Oráculo. El oráculo es una respuesta divina que llega a las personas a través de los sacerdotes u otros ministros. Dicha respuesta incluso puede reflejarse mediante señales físicas o símbolos que son interpretados por los especialistas. Se conoce como oráculo también, al lugar donde se realiza este tipo de consultas y se recibe la respuesta.

Oráculos en la religión afrocubana

En las religiones sincréticas afrocubanas existen tres oráculos fundamentales: el de Biawe, el del Diloggun y el de Ifa. Estos tienen sus raíces en la antigüedad, y su principio básico numeral hace presumir un origen común con el de la Cabala y la Tabla Esmeraldina, de Hermes Trismegisto; el I Ching de los chinos, o los Theraphims con el Urim y Tummin judeo-hebraico, del que quedan unos pocos vestigios.

Biawe

El oráculo de Biawe se realiza mediante el empleo de cuatro cuescos de coco. Tiene cuatro posiciones principales que son otras tantas respuestas, pero su repertorio alcanza 96, de acuerdo a la figura que se dibuja en el suelo, las sombras que proyectan los pedazos de nuez y la posición en que quedan estos con relación a la superficie, si cóncavos o convexos. A pesar de ser el más sencillo, en apariencia, sólo muy pocos pueden leer todo el repertorio del Biawe y los practicantes utilizan únicamente las cuatro respuestas simples.

Diloggun

El oráculo del Diloggun se consulta con los caracoles o cauris, a los cuales se les aplana la parte contraria a la abertura para que puedan caer correctamente sobre la estera de paja o esparto sobre la que el babalocha realiza el registro. Además, por el orificio resultante “hablan” los muertos, por si fuera indispensable completar una predicción de los santos, que se comunican por la abertura natural del caracol.
Al termino de su iniciación, a cada consagrado se le entrega una mano (juego) de 18 caracoles, que en el caso de los hijos del orisha Eleggua llegan a 21. En la consulta se emplean solo 16, y los dos o cinco restantes, según el caso, quedan como ”testigos” de lo comunicado por el oráculo.
Para las respuestas, el santero cuenta con un amplio repertorio de patakies (historias) y refranes relacionados con cada uno de los números. El babalocha solo puede “leer” hasta el número 12. Si saliera uno mayor, debe enviar al interesado a donde está el babalawo, el único facultado para ello.

Ifá

El oráculo de Ifa es el más complejo y extenso sistema adivinatorio de que se tenga noticia y su contenido está recogido en el Libro Sagrado de Ifa o Tratado de Oddun. Este consta de 16 signos mayores y 240 que son la combinación de aquellos, cada uno con un contenido propio.
Las permutaciones de los 256 signos iniciales alcanzan cuatro mil 096 combinaciones terciarias que, interrelacionadas, llegan a una cifra superior a las 36 mil probabilidades. Una afirmación del culto dice que todo en el mundo ya sucedió una vez y fue recogido en el Libro Sagrado de Ifa, solo falta que una acción vuelva a llenar un lugar en el espacio,
Para obtener los signos, el sacerdote de Ifa, el babalawo, dispone de dos medios, el opele, una cadeneta de ocho conchas (pueden ser de coco, carapacho de jicotea, láminas de plata o hierro, según corresponda) y el tablero (atepon) con losikines (cuescos de Obi Kola).
El primero lo emplea en le “registro” de quienes acuden por sus servicios o en averiguaciones personales (el babalawo no hace nada sin consultar el oráculo; en las mañanas, lo primero que hace es “abrir el día” con una averiguación, para ver como se comportará la jornada y lo que debe hacer) y el segundo solo se utiliza en grandes rituales con la presencia de al menos otros dos, lo que recibe el nombre de Junta de Babalawos.
La característica distintiva del oráculo de Ifa es el intrincado simbolisno de muchas de sus historias y sentencias, como “La tarraya de pescar no atrapa al hipopótamo”, “La nariz es la única que no duerme”, “Los ciegos llegaron y los cojos se fueron”, cuya significación no llega a penetrarse sino después de mucho examen e imaginación.
El caudal de información reunido en el Libro Sagrado obliga al sacerdote a llevar una vida metódica consagrada al estudio y la meditación, por lo que recibe además entre los creyentes el título de Oluo (sabio).

Fuente

  • Latin American News Agency. 1996. Prensa Latina, S.A..