Poetas feministas chilenas

Poetas feministas chilenas
Información  sobre la plantilla
PeríodoDesde la dictadura de Pinochet en Chile hasta la actualidad
Lengua de producción literariaEspañol
GéneroPoesía
MovimientosMovimiento feminista

Poetas feministas chilenas. Durante la dictadura en Chile floreció la poesía escrita por mujeres, primero aquellas que publicaron desde el campo literario, sobre todo a partir de Cuarto Propio, una editorial feminista fundada aún bajo dictadura. Escritoras que reflexionaron sobre lo que significa ser mujer y escribir y sobre la violencia particular contra las mujeres, reflexiones que encontraron su punto cumbre en el Primer Congreso Internacional de Literatura Femenina.

Después, la importante producción literaria escrita en las cárceles donde no sólo hubo talleres de poesía, también presentaciones de poemarios. Esa poesía escrita por las presas políticas es también una forma de representar y fisurar el cautiverio. Y finalmente la poesía escrita por mujeres pobladoras, también a partir de talleres, poemas políticos que versan sobre la lucha y la organización social. Esta poesía variada y heterogénea tensa la categoría “literatura femenina” que clasifica la poesía escrita por mujeres a partir de características asociadas tradicionalmente a lo femenino, y al mismo tiempo tensa la “única voz” y el silencio impuesto por la dictadura, disputa las formas de representar la violencia.

Hoy todas ellas organizadas con las estudiantes de liceo, quienes piden una educación pública, gratuita y antipatriarcal; llevan a cabo el Septiembre de Rebeldía Feminista, están haciendo un trabajo para recuperar las memorias de los movimientos feministas y de mujeres durante la dictadura de Pinochet, para recuperar y reivindicar la memoria de las militantes desaparecidas, asesinadas y de las sobrevivientes que siguen luchando contra la violencia política sexual. La Colectiva La Jauría hace teatro feminista de la mano de la dramaturga Patricia Artes. En la poesía de Eli Neira se reconoce un legado con las poetas que escribieron durante la dictadura. El colectivo chileno Mujeres sobrevivientes siempre resistentes, conformado por mujeres sobrevivientes a la tortura y desaparición forzada durante la dictadura, tiene un trabajo actual largo e importante para denunciar la violencia política sexual a la que se vieron sometidas bajo dictadura, para construir memoria viva sobre la violencia contra las mujeres y para visibilizar cómo las políticas y prácticas de violencia política instauradas en dictadura continúan hasta el presente.

Dictadura en Chile

Durante la dictadura en Chile muchas mujeres escribieron poesía desde diferentes espacios y contextos. En la clandestinidad, en la precariedad, desde grupos y talleres de poesía, escribieron en las cárceles y en los centros de tortura, secuestro y exterminio. Poetas, militantes, presas políticas, pobladoras organizadas, feministas; escribir poesía durante las dictaduras fue una estrategia política para recuperar el cuerpo y la palabra.

Una generación de poetas nacidas a principios de los años cincuenta, es decir, durante la dictadura tenían entre 26 y 30 años, se formaron durante este periodo. Escribieron sobre la violencia política, colonialista, la violencia contra las mujeres. De diversas formas y sentidos y con diferentes recursos, pusieron en crisis la categoría literatura femenina.

El caso de las poetas chilenas atravesadas fuertemente por el feminismo, es decir, poetas feministas chilenas que escribieron durante la dictadura. Hay una preocupación mucho más clara en el caso de estas escritoras por crear recursos que les sirvieran para representar las experiencias particulares de la violencia en el cuerpo de las mujeres. Nuevos lenguajes, un sujeto lírico mujer y protagonista, no pasivo. Nuevos formatos. Un reclamo y crítica ante los recursos masculinistas del lenguaje poético dominante. Las poetas hacen una relectura de las que ellas mismas señalan como sus ancestras, por ejemplo: Gabriela Mistral y Winétt de Rockha.

A finales de septiembre de 1985, en el periodo final de una dictadura sangrienta y en plena efervescencia de las manifestaciones y organización de las mujeres contra el régimen, un grupo de escritoras, principalmente de poetas: Pía Barros, Heddy Navarro, Carmen Berenguer, Teresa Calderón, Constanza Lira, Paz Molina y Natasha Valdés, invitadas al encuentro Lecturas de poesía y narrativa: Todavía escribimos, dieron a conocer un manifiesto a propósito de la violencia política del país y de las prácticas de subordinación, oclusión, invisibilización y violencia propias del campo literario: Aires de libertad y renovación recorren nuestra América, pero desde Chile podemos decir: los tiempos cambian, pero no tanto(Navarro, 1989).

El manifiesto jugaba con el título de la convocatoria Todavía Escribimos haciendo referencia a los tiempos del terrorismo de Estado y su dinámica que pretendió fracturar, censurar y aniquilar toda manifestación de oposición. Sin embargo, este grupo de autoras utilizaron el título no solo para remarcar que todavía escribían a pesar del régimen totalitario, también para decir que escribían a pesar de las desigualdades y desventajas en muchos ámbitos incluyendo el literario.

Para 1985 ya había circulado, con las limitantes de la represión y la censura, una gran variedad de poesía escrita por mujeres desde distintos ámbitos y sin embargo de 42 poetas invitados al evento sólo 7 eran mujeres. Este escrito fue también producto de una red de poetas que se conjuntaron, intercambiaron, leyeron y organizaron para fisurar el cautiverio político.

El verso de Gabriela Mistral Todas íbamos a ser reinas aparece por todos lados, como título de poemarios escritos en los ochenta, como epígrafe utilizado en revistas feministas, fanzines o boletines y en el jardín de flores dedicado a las desaparecidas en el parque de la memoria Villa Grimaldi, ex centro clandestino de detención.

Nueva poesía femenina

La producción poética de Eugenia Brito, Carmen Berenguer, Alejandra Basualto, Teresa Calderón, Bárbara Délano, Malú Urriola, Rosa Betty Muñoz, entre muchas otras poetas que estaban escribiendo durante la dictadura, fue catalogada como la nueva poesía femenina chilena.

Primero, cuando se habla de nueva poesía femenina se contrapone con el concepto clásico de literatura femenina que agrupa al conjunto de escrituras de mujeres, homogeneizando la forma, el contenido, el lugar y posición desde donde se escribe. Además el concepto lleva atribuido rasgos femeninos como la sensibilidad, la temática amorosa, la pasividad, etc.

Cuando se habla entonces de nueva poesía femenina se atribuyen nuevas características desde las diversas voces que estaban escribiendo durante la dictadura, la principal identificación de esta escritura es su relación con el movimiento de mujeres en Chile. Se habla entonces de una ruptura con formas tradicionales y canónicas de escritura, un yo lírico mujer que representa las violencias que le atraviesan y una explosión de aquellos espacios asignados tradicionalmente a las mujeres, como la cocina y la habitación, desde donde se poetiza fuertemente. Cabe señalar que las poetas tenían posiciones diversas, no formaban un grupo definido u homogéneo a pesar de los temas que cruzan sus poemarios, algunas escribían de manera independiente y otras más desde grupos y talleres de poesía clandestinos, universitarios o institucionales.

Destacan otras poetas, como Elvira Hernández y su poema La Bandera de Chile escrito en 1981 (Berenguer y otras, 1990) y publicado en edición mimeografiada en el 87, lanzado durante el 1° Congreso de Literatura Femenina realizado en Chile. Elvira Hernández escribió este poemario después de haber sido secuestrada durante cinco días. Y también Teresa Calderón, con poemarios como Género Femenino (1989).

Poesía carcelaria

La poesía escrita durante la dictadura en diversas formas de cautiverio representa parte de las fisuras de un poder que se pretendía totalitario. Existe una enorme producción de poesía escrita en las cárceles. La creación y especialmente la poesía fueron parte y respuesta al cautiverio carcelario. Además, el caso de la poesía escrita por mujeres tiene particularidades muy interesantes, pues hay casos en que no solo se escribió poesía, sino que se publicó y presentó en la cárcel misma.

El poemario titulado Poesía prisionera. Escritura de cinco mujeres encarceladas (Serrano, 1988) reúne los poemas y un cuento de cinco presas políticas: Viviana Herrera, Sandra Trafilaf, Belinda Zubicueta, Ana Iris Varas y Elizabeth Rendic, y fue editado por el también poeta y militante del partido socialista Bruno Serrano en la editorial Literatura Alternativa, fundada por él y su compañera, la poeta Heddy Navarro en 1988.

Existieron también ediciones y presentaciones organizadas por colectivas feministas que colaboraron con las presas políticas. Olga Grandón, integrante de la Colectiva Feminista Estrella de Mar, de Concepción en Chile, hizo una recopilación durante los años ochenta de la poesía escrita en las cárceles chilenas, poemarios editados entre 1976 y 1990. Grandón afirma que durante los últimos años de la dictadura existió una suerte de boom de la escritura en la cárcel. Enlista algunos de los poemarios:

  • Relegado en Corralde de Patricio Barrios
  • Dawson. Poemas escritos en el Campo de Concentración de Isla Dawson, sept. de 1973 - sept. de 1974 de Aristóteles España
  • Crónica del Reino de Chile de Omar Lara
  • Prisionero del Sol de Juan Salvador Polizzi
  • Notas para una contribución a un estudio materialista sobre los hermosos y horripilantes destellos de la (cabrona) tensa calma de Mauricio Redolés
  • En una costilla del tiempo de Belinda Zubicueta
  • Anteparaíso de Raúl Zurita
  • Mi rebeldía es vivir de Arlinda Ojeda
  • Estrellando el muro de Nancy Solís.

Poesía de pobladoras

En 1987 las pobladoras organizaron La 1ra Muestra de Poesía Poblacional, en la que entre otras cosas, resignificaron y reivindicaron la figura de Violeta Parra y se asumieron herederas de su poesía en copla popular. También, por el nombre de la muestra: Todas íbamos a ser reinas, se hace evidente, como en otros círculos, la referencia a Gabriela Mistral.

Las pobladoras son mujeres habitantes de las zonas más empobrecidas y marginadas de Santiago, mujeres proletarias con una poderosa tradición de organización política. Las poblaciones como La Victoria resistieron con diferentes acciones durante toda la dictadura. Estas mujeres además se reconocieron como triplemente marginadas: por la dictadura, por ser mujeres y por ser mujeres pobladoras. Fueron activas participantes de las tomas de terrenos, de la práctica de la Olla Común, los Centros para Madres y los grupos de salud.

En esta poesía, como en la poesía escrita en las cárceles, hay importantes alusiones a los compañeros e hijos desaparecidos o asesinados por la dictadura y a la organización política desde la militancia: una de las protagonistas de su poética es la lucha. Las pobladoras firman con su nombre y el nombre de la organización a la que pertenecían, principalmente Comités de Mujeres, acentuando el carácter político de su escritura.

Más actual

En este mismo contexto, otro de los procesos fuertemente vinculados con la práctica, escritura y reflexión de las poetas es el arte político en Chile, aquel desarrollado posteriormente al golpe de estado y que buscaba modificar las estrategias discursivas del arte. Se trata de una serie de artistas heterogéneas y de diversos ámbitos que modifican o elaboran un arte que cuestionaba y testimoniaba la violencia del período, la denominada Escena de Avanzada a partir de los textos de Nelly Richard y Eugenia Brito.

Fuentes

  • González Ruiz, Sandra Ivette. Escribir en dictadura, poetas feministas chilenas. Hacia una genealogía. Entre Diversidades. Revista de ciencias sociales y humanidades, núm. 13, 2019. Universidad Autónoma de Chiapas. Recepción: 15 Noviembre 2018. Recibido del documento revisado: 15 Junio 2019. Aprobación: 07 Julio 2019. DOI: 10.31644/ED.V6.N2.2019.A0400004.