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Desde tiempos lejanos nos llegan como sombras en las alas del pasado y como escritos por la mano de Daína Chaviano, magia, hechizos, brujos, cagüeiros, historias de hechos y cuentos que han pasado de boca en boca hasta nuestros días; de apariciones, luces, personajes que aún no han muerto en la imaginaria popular, sobre todo en los campos donde aún resuena el andar de los caballos de las historias que cuando niño me contaban mis abuelas, de eso se trata acá, personajes que nacen y viven con su pueblo aunque no hayan nacido en estas tierras, leyendas de los tiempos en que la ciudad de Baracoa solo eran sueños en la imaginación de los que fundaron esta villa.

La leyenda del río Miel

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"Si te bañas en el río Miel, te quedas o vuelves".

Los jóvenes senos de Daniela brillarán bajo la luna y el gran amor entre ellos danzará sobre 
el río en el esplendor de la estación.
                                                 N. Pérez

En 1791 y hasta 1804 debido a la revolución francesa emigraron a Baracoa y Santiago de Cuba, desde Haití muchas familias francesas, el asentamiento de más de 100 familias galas favorecieron el desarrollo socio cultural y económico de la región.

Amanecer en el río Miel

En 1808 y por Orden Real el Capitán General de la Isla determinó que los franceses debían abandonar la isla pues en esos momentos Napoleón Bonaparte habia invadido España, dilema terrible para la joven Daniela de 15 años que por una parte debía retornar a Francia y por otro le ataba su amor por Alejandro, joven baracoano de 17 años, se cuenta que la joven de cabellos rubios y el joven baracoeso de tez aindiada huyen con solo la compañia de la perfumada noche y el rumor de los grillos y cantos de cigarras, llenos de amor, como se es cuando todo parece tener un único fin, llegan a la rivera del río Miel, las aguas cálidas y pálidas a la luz de la luna los invita y alli , desnudados de alma y cuerpo, bajo la suave corriente y solo con el correr de la brisa dan rienda a su amor prohibido, el amanecer trae el pitazo de un barco que lleva a bordo los franceses deportados, han burlado la custodia, han roto cañones y han defendido su amor, cuenta la leyenda que la plática ardorosa de los amantes se ve interrumpida por la ancestral voz del río Miel que dice
-"desde hoy, quien se bañe en mis aguas, se queda o volverá a Baracoa"-

Dentro de la Historia y Cultura de Baracoa quedaron los personajes de Daniela y Alejandro. Esta historia es real, aunque matizada por la imaginaría popular que la ido trasmitiendo oralmente hasta nuestros tiempos y por la investigación de historiadores, periodistas y escritores.

El "Doctor" Enrique Faber

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Enrique faber.JPG

En el año 1819 llegó a Baracoa un individuo de porte y modales distinguidos. Vestido con elegancia, se presentó al alcalde municipal y le entregó algunos documentos que acreditan el lugar de su nacimiento: Francia, la posesión del título de Doctor en medicina, por la Universidad de París su representación en Baracoa de Fiscal del Protomedicato de Madrid y su autorización para ejercer la profesión en el territorio de esta isla. También se hacía constar que había prestado muy buenos servicios, en campaña, en los ejércitos de napoleón. A los pocos días de su llegada a esta ciudad adquirió una numerosa clientela y entabló muchas relaciones de amistad; ofreciéndole especial distinción a una estimada damisela, la señorita Juana de León, a la que le declaró el profundo amor que por ella sentía y su firme resolución de contraer matrimonio en el más breve tiempo posible.

El día 11 de agosto de 1819 se juraron amor el altar principal de la Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción. Este día, la comunidad de emigrantes franceses y los coterráneos de Juana de león, sintieron júbilo y alegría. Sus nupcias fueron publicadas en los periódicos de la localidad y de Santiago de Cuba. Pero esta relación de la pareja se frustró cuando la esclava doméstica de confianza de Juana, al entrar en el cuarto donde se estaba bañando el Dr. Faber, descubrió con grandísima sorpresa que este era una mujer. El Dr. Faber, al verse descubierto trató de sobornarla con una cantidad de dinero para que no contara a nadie lo que había visto, sin embargo esta no pudo resistir la tentación de darle cuenta del hecho a una tía suya; quién resultó ser no muy reservada y comunicó, a mas de dos personas la impactante noticia que escandalizó a franceses, españoles, indios y criollos de la ciudad. Uno de sus tíos, furiosos, se dirigió a la casa de su sobrina Juana y le dijo que tenía el pleno conocimiento de que el Dr. Faber pertenecía al sexo femenino y había cometido el delito de ocultar su identidad, además de falsear los papeles oficiales que el había presentado, por lo que iba a denunciar el hecho de los tribunales de justicia, no solamente para que castigaran el grado de delito cometido, sino para alcanzar la anulación del matrimonio, para así estar en libertad del marido, unirse a sus padres y contraer nuevo matrimonio. Juana en medio del mayor sufrimiento, anegaba en llanto, le rogó a su tío que no hiciera nada en contra de su esposo, quién siempre se había mostrado cariñoso y amable con ella. Luego que fue procesado y con obligación a preguntarse a declarar ante el juez de primera instancia de este Partido, se dirigió a la capital de la isla y pidió una entrevista privada con el obispo de la Habana, Sr. Juan Díaz de Espada, a quién puso en conocimiento de todo lo de todos sus actos. Su excelencia, muy compadecido, le aseguró que harían por el todo lo que a su alcance pudiera. El Dr. Faber regresó a Santiago de Cuba donde se presentó ante las autoridades de Justicia y declaró que pertenecía al sexo femenino, por lo que el tribunal aceptó la confesión hecha, y la sancionaron a 10 años de reclusión en la Casa de Recogidas de Mujeres de La Habana. El Obispo, al enterarse de la mencionada, se entrevistó con el capitán general de la isla para interesarse por el bien de Enriqueta Faber y obtuvo el indulto, con la condición de que abandonara el territorio de la Isla de Cuba. Ella se marchó pocos días después para la Florida. Por informaciones que se tuvieron posteriormente, se supo que se había casado con un médico distinguido de Francia que murió en campaña prestando su servicio en los ejércitos de Napoleón. El nombre y apellidos de Enriqueta de Faber eran otros, pero ella los había adoptado para usar su título de doctor en medicina, pudiendo de ese modo ocultar su estado civil y ejercer la profesión de médico lejos de Francia. En la Florida, el Dr. Enriqueta Faber continuó de médico con gran éxito, usando el traje de hombre nuevamente. Y con el transcurso de los años Enrique o Enriqueta de Faber decidió ingresar en un monasterio de monjas, en México, con el nombre de Sor Magdalena. Allí permaneció hasta su muerte.

El Pelú

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El-Pelu.jpg

A este personaje se le asocia siempre con los malestares y vicisitudes que golpearon a nuestros coterráneos por aquellas épocas, y de los vaticinios maléficos que él presagió para la región de Baracoa a fines de la década del 90 del siglo XIX, que han pasado de en boca en boca hasta hoy.

“El Pelú” [3], [4], [5] <<Se le empezó a llamar hace unos 50 años. Tenía una barba de pelo rizo sin peinar; llevaba los pantalones remangados; era de piernas gordas y andaba descalzo se conocía en la comarca como hombre pacífico, que cuando llegó a Sabana se rieron de él por su manera de vestir, por las cosas que hablaba y hacia. Era una cosa extraña. Allí le tiraron piedras y le predijo al pueblo que pronto sería quemado. Empezó la guerra y Sabana fue encendida>>.

El misterioso deambuló por muchos poblados del municipio de Maisí. Se trasladaba a pie de un sitio a otro. Muchos pensaban que era un loco, aunque no fue agresivo. Era un hombre muy tranquilo y no ofendía a nadie. Hubo personas que le tenía miedo, otras le ofrecían comida y le brindaban café. Si había un altar de Cruz o un montecalvario, o un velorio él se ponía por los alrededores y rezaba. Nunca le molestaban. Fue en Sabana donde se metieron con él, entonces maldijo a sus pobladores. Unos dicen que les pronóstico que iba a ser quemado el pueblo. Otros, que no tendrían agua y que Baracoa padecería de mucha hambre. “El misterioso” se llamaba Vicente Rodríguez. Era Natural de posa, provincia de la Coruña, donde nació en 1857. Vino como la mayoría de los españoles. Logró hacer capital en Santiago de Cuba como comerciante y persona de no escasa inteligencia. Por un accidente de la vida de revelación, donde juega un papel importante la palingenesia, se convierte en misionero; da todas sus pertenecías a los pobres (que bendijeron su determinación); se convierte a evangelizar a tantos malandrines y granujas, que hacen mangas y capirotes y a los que no les cae el peso de la justicia. Vino a Baracoa sobre 1893, fecha en que fue tratado con más delicadeza. Su error estuvo con volver 1896, cuando le cortaron el pelo en Sabana le maltratan, la apedrean. De ahí nace la maldición del Pelú: Sabana no tendrá agua y Baracoa se morirá de inanición. Víctor Manuel Court hace una interesante publicación, en la que manifiesta que debía de terminarse << la maldita maldición del Pelú>> porque: <<Baracoa, la tierra bendita y hospitalaria, sigue viviendo su gran tragedia de abandono, dolor, miseria, emigración y muerte. Con el transcurso de los años se confirma una vez más la histórica y fatal maldición de aquel misionero que en año 1897 andaba por nuestras calles, y un grupo de muchachos le chiflaban y le tiran piedras, una de ellas le dio en la cabeza y cuando manaba abundante sangre solo dijo: << la maldición que le hecho a este pueblo, es que tengan grandes iniciativas y ningunas lleguen a realidad>> pues parece confirmarse en nuestro pueblo que ha habido grandes iniciativas y ninguna ha llegado a realizarse…>>

Han pasado más de cien años desde su aparición en esta región y aunque <El misterioso>>o <<El Pelú>> ha quedado en la memoria popular, su vaticinio es una verdadera antítesis de nuestra realidad.

Cayamba

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Cayamba

Oscar Moreno Gonzáles (Cayamba) nace un 6 de Septiembre de 1924 fue unos de esos personajes que emanaba espiritualidad; él salía conversar cantando, era una de sus magias cada palabra suya iba impregnada en la filosofía de lo cotidiano. << Quién me tiene mala voluntad, sin lugar a duda confunde la envidia >>.

Fue golpeado por vida pero tuvo la capacidad de sobre ponerse. Se sonreía y echaba del corazón unos de los tantos refranes, pensamientos y dicharachos que los años intensamente vividos le enseñaron. <<Mentirosos y embusteros son iguales que el reloj que nos mintió por primera vez, a veces no puede decir la verdad, pero siempre nos quedará la duda>>. Su entrañable amor por su madre era también reflejo de su carismática personalidad. Parte de estas reflexiones las tenía escritas en sus guitarras, una de ellas regalo del músico cubano Leo Brouwer. Sus pensamientos eran para que cada cual los aplicara según sus conocimientos, le deleitaban los niños. Un aspecto de su proyección artística era la Cayambada. El la llamaba así y no le importaba que asistiera una sola persona. Niños, jóvenes, ancianos, trabajadores, amas de casa, comunidades rurales, destacadas personalidades y agrupaciones musicales descubrieron aquellas inolvidables experiencias. De él declaró Pablo Milanés <<Nosotros no sospechábamos que en Cuba existía un señor que le dicen Cayamba en Baracoa que es un genio de la trova tradicional. Nos dejó totalmente impresionados porque en su música hace una mezcla Jazz, blues, feeling, bolero y trova tradicional que no se da en ningún trovador cubano>>. <<Oscar montero mulato afable, cortés, de complexión física fuerte, agradable, humano, con una sonrisa ancha; se identificaba porque siempre le acompañaba su sombrero alón, su collar excéntrico y su guitarra>>. Su sencillez lo llevó a autodeterminarse <<el cantante de la voz más fea del mundo>>. Así lo repetía en cada una de sus actuaciones. Y siempre se sintió orgulloso de ser como era y de vivir en su Baracoa, se de ensanchaba el corazón cuando hablaba de su tierra con olor a lluvia, a la que tanto amó con sus cucuruchos, bacanes y tetíes. Cayamba nos abandonó a los 67 años y un día, en el pleno apogeo de su popularidad que había trascendido al ámbito nacional. Ese día su guitarra y hechizante voz callaron para siempre.

La Rusa de Baracoa

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Magdalena Rovenskaya, vino acompañada de su apuesto esposo ruso judío Alberto Menasse, de quien tomó su apellido llegando a Baracoa en el año de 1930; cuando ésta era la capital del Oro Verde. En esos momentos la Ciudad Primada exportaba entre dos y tres millones de racimos de guineos (Banano) por año hacia los Estados Unidos como destino principal.

Nació en la Siberia por casualidad, cuando la madre fue a ver a su padre que estaba destacado allí el gobierno zarista; vivía en la Avenida Nevski y estudió en el colegio de Petrogrado. Varias institutrices le enseñaron una vasta cultura y hablaba seis idiomas. Salió casada con Albert de la Rusia revolucionaria y viajaron por varios países de Europa. El canto fue su profesión, dio conciertos en el Gran Canaria, España. Mima era su nombre artístico, por el que la conocía sus amigos, pero en Baracoa la siguen llamando la Rusa. Era dama exquisito gusto, de detalles, de buenos modales, de estar siempre a la moda y de nunca reconocer su edad. Se establecieron aquí se habían enterado en la capital del auge económico que tenía Baracoa, pero se encontraron con otra triste realidad: <<un tacita rota y tirada en un rincón, según le expresó al poeta y periodista Félix Contreras. Los primeros tiempos de su llegada la acusaron de espía y también la relacionaron con la famosa prostituta francesa Rachel, pero después se percataron que todos aquellos comentarios eran solo fabulaciones. Construyeron el Hotel Miramar en 1952 que la expresión popular siempre lo ha denominado el Hotel de la Rusa. Ella se había convertido en un personaje mítico que le daba a Baracoa un toque distintivo y Baracoa se convirtió en parte de su corazón. Su Hotel lo entregó al Gobierno Revolucionario y no acepto nada a cambio. Fue visitado por Fidel Castro, Celia Sánchez, el Dr. Antonio Núñez Jiménez, Nicolás Guillen, Raúl y el Che le hicieron una invitación para que fuera a ver el progreso de Rusia y ella les contestó: <<Muchas gracias, les estoy muy agradecida, pero me encuentro muy bien en mi patria chiquita que es Cuba y en mi Baracoa aplatanada>>. Todos conocieron su historia y su plena identificación con la Revolución. Su desinterés y su espontánea voluntad de entregar su Hotel, parte de su dinero y sus joyas a la nueva sociedad cubana. Baracoa le cambio su manera de ver la vida, de aristócrata rusa a mujer envuelta en el cariño, y forma de ser de la gente de nuestro terruño que lo entrega todo a quienes aman a nuestra tierra, aunque no sean de ella. Tanto ella como Albert amaban la naturaleza y sentían una fuerte atracción por los paisajes de Baracoa, por sus ríos y playas. En el Cine - Teatro Encanto habían dos lunetas fijas para la familia Menase. Las dos primeras de las quinta fila que nadie las ocupaba aunque estuviese lleno el cine. Magdalena y Albert no tuvieron hijos pero adoptaron a un niño, hijo de familia pobre campesina, quien durante 49 años compartió la vida con Mima. El 5 de septiembre de 1978 fallece Magdalena Menasse y al día siguiente fue su entierro. Las calles por donde pasó el cortejo fúnebre estaban llenas. La banda municipal encabezaba el sepelio, después dos hileras con muchas coronas de los distintos organismos e instituciones, las autoridades, los estudiantes, los obreros, o sea, el pueblo dándole el ultimo adiós.

Referencias

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 Alejandro Sebastián Hartman Matos, Baracoa, Ciudad Primada
  2. Enriqueta Faber, Historia del primer médico mujer en la isla de Cuba
  3. Víctor Manuel Court:”Hay que terminar en el Centenario de Martí con la maldita maldición del “Pelú”.en Boletín no.9.Organismos Oficiales y Patronales del Sindicato General de Obreros Marítimos y Similares .Imprenta“La Nueva Democracia”.Baracoa 1953. Museo Matachín. Sección Documentos
  4. Pelayo Yero Martínez:Op.,cit.,p.1
  5. Doctor Manuel Rivero de la Calle:”Descripción de la foto de “el Misterioso” La Habana,11 de diciembre de 1981.Archivo del Autor