Ramón Carnicer
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Síntesis biográfica
En 1789 nace, en Tárrega, municipio de la provincia de Lérida, España, el compositor Ramón Carnicer, autor de la música del himno nacional de Chile. Ejerció el cargo de director del teatro de la Santa Creu de Barcelona, y se dedicó principalmente al género operístico, en una línea entre Rossini y los compositores del bel canto como Bellini o Donizetti. En 1819 estreno, con gran éxito, en Barcelona su ópera "Adela de Lusignano". Posteriormente, se fue a Madrid para encargarse de la dirección de los teatros de la Cruz y del Príncipe. Como fundador y primer maestro de composición del Conservatorio Real de Música de Madrid, influyó de manera decisiva en el panorama musical español de la primera mitad del siglo XIX. Además de óperas, compuso sinfonías, una Misa de Réquiem, oberturas, canciones, marchas, música de cámara y de iglesia de gran calidad, dentro de una estética totalmente romántica, y también fue de los primeros compositores en explotar los recursos más exóticos de la música popular española en una época en la que empezaba a estar de moda en Europa.
Su literatura
También cultivó las letras y de su producción literaria hay reseñas sobre su libro "Gracia y desgracias de Castilla, la Vieja". "El libro 'Gracia y desgracias de Castilla, la Vieja', de Ramón Carnicer es muy interesante —se afirma en la reseña citada abajo—. En él demuestra su gran talla intelectual narrando varios viajes a la antigua región de Castilla, la Vieja, que hoy no existe pues por un lado se separaron Santander y Logroño y las provincias restantes se fusionaron con la región de León para dar carta de nacimiento a la comunidad autónoma de Castilla y León. "Además de contar cosas bien conocidas el libro descubre hechos históricos sorprendentes. Por ejemplo, resalta el carácter popular y democrático de la Castilla medieval frente al espíritu aristocrático leonés o navarro. "Castilla era federal y antiseñorial, conformada por pequeños propietarios resultó más atractiva para los vascos que Navarra lo que les empujó a integrarse en ella. "Igualmente, el libro nos descubre que Castilla fue repoblada por vascos y cántabros. La pequeña propiedad castellana no se extendió —según cuenta Carnicer— por Andalucía y el resto del sur peninsular porque Fernando III favoreció a los leoneses convirtiéndose así España en un país de grandes señores latifundistas y escasas clases medias durante gran parte de su historia. "Nos recuerda también el libro que fue Castilla la gran perdedora de los sueños imperiales de los Habsburgo, ella gastó allí todas sus energías obteniendo a cambio una ruina absoluta desde mediados del siglo XVII y si impuso su lengua fue por la grandeza de sus escritores que no por otra cosa."
Muerte
Falleció en Madrid en 1855.
