Viruela vacuna

Revisión del 23:25 4 sep 2019 de Josefina (discusión | contribuciones) (Texto reemplazado: «<div align="justify">» por «»)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Viruela vacuna.
Información sobre la plantilla
Vacvir.jpeg

Viruela vacuna Se da el nombre de viruelas a enfermedades agudas, febriles, contagiosas, típicas, causadas por un virus y caracterizadas por un exantema papulovesiculoso peculiar en la piel y mucosa.

Ubicación

Hasta mediados del siglo pasado, aproximadamente, la viruela vacuna pareció ser una enfermedad frecuente, pero, ulteriormente, sólo se ha observado rara vez y casi siempre de manera esporádica o en forma de enzootias muy reducidas, debido, indudablemente, a que, antes, la viruela humana reinaba entre la población de modo epidémico y se transmitía frecuentemente al ganado vacuno, mientras que hoy sólo motiva la infección con linfa de viruela vacuna el contacto inmediato o mediato con personas vacunadas contra la viruela. La presentación de la viruela vacuna como enfermedad infecciosa genuina de los bóvidos es dudosa (GERLACH, BOLLINGER, GINS), pero últimamente se ha vuelto a sostener muchas veces (LEDINGHAM, DOWNIE, HERRLICH y MAYR 1954). Han observado la enfermedad, en búfalos, ORESTE y SABATTINI y M0RI en Italia y WARIJAR en la India, y en camellos, LEESE en la India.

Etiología

Según las investigaciones de NEGRI (1905), REMLINGER y OSMAN NouRI, CARINI, NIc0LLE y ADIL-BEY., y otros, el virus de la viruela vacuna atraviesa los filtros de arcilla no demasiado espesos. Se cultiva sin dificultad en medios histonales y en el carionalantoides del embrión de pollo. Se ha estudiado también su conformación con el microscopio electrónico.

Infección artificial

La inoculación de linfa de viruela bovina en la piel de un bóvido produce póstulas variólicas típicas en el punto de la inoculación y, a lo sumo, en sus inmediaciones. Son receptivos para la infección especialmente los bóvidos jóvenes y, además, el hombre, el mono, el búfalo, el camello, el caballo y el cerdo; lo son menos el carnero y el perro; el conejo también es muy receptivo, pudiéndose cultivar el virus variólico en su piel y en la córnea con facilidad, y lo mismo, según CALMETTE y GUÉRIN, el conejillo de Indias; lo es también el pollo, en pequeño grado, según CASAGRANDI, en alto grado, según TóTH.

En los bóvidos, después de la inyección subcutánea, se produce una infiltración edematosa, y en los équidos, además, en ocasiones, una erupción variólica; en cambio, a las inyecciones intravenosas, los animales reaccionan simplemente con fiebre, sin exantema.

La resistencia de la vacuna es análoga a la del virus de la viruela ovina. Resiste la desecación durante varias semanas, pero es destruida en seis minutos a una temperatura de 57,5° , en cambio, el virus no muere con el frío, sino que se conserva, y su actividad es poco Influida por la glicerina, pues, mezclado con ésta y guardado en lugar oscuro, persiste virulento durante 8-10 meses.

Infección natural

La enfermedad es introducida en granjas sanas por vacas enfermas de viruela o por personas vacunadas. En las vaquerías difunden la viruela principalmente los ordeñadores, pues al ordeñar transmiten el contenido de las viruelas mamarias a vacas sanas, especialmente a la piel de las tetillas. Los objetos inanimados, como el pienso, la paja, el estiércol, son vehículos de contagio de importancia secundaria. El contagio directo de unos animales a otros no es probable, y la difusión de unos establos a otros es excepcional; sólo se ha observado cuando los ordeñadores que padecen en sus manos un exantema variólico (nódulos de los ordeñadores) frecuentan vaquerías exentas de viruela. Ésta no se transmite por medio del aire. Los nódulos de los ordeñadores son pápulas Indoloras, hasta del tamaño de guisantes, hemisféricas o cónicas, pardoamarillas o rojoazuladas, cuya cumbre suele tornarse luego blancogris, que se transforman en costras abolladas de 2 a 3 semanas después. Se forman en las caras dorsal y palmar de las manos y dedos.

Síntomas

La enfermedad suele comenzar, tras una incubación de 4 a 7 días, con manifestaciones febriles ligeras (elevación de la temperatura de 0,5-1°, disminución del apetito, retardo de la rumia, lasitud, etc.); pero en muchos casos estos signos prodrómicos son tan benignos, que no se advierten. Luego se presenta el exantema variólico en las ubres. Éstas empiezan por estar sensibles, y su leche, acuosa y poco densa, se coagula rápidamente. En los pezones, algo hinchados y calientes, y en sus inmediaciones, brotan, del segundo al tercer día, nódulos firmes del grueso de lentejas al de guisantes, que se transforman en 1-2 días en vesículas hasta del tamaño de garbanzos y, excepcionalmente, de judías, llenas de linfa pura, transparente.

Diagnóstico

De la viruela bovina se funda en la presencia de vesículas umbilicadas esféricas u ovoideas que alcanzan el tamaño de guisantes; además revela en muchos casos la naturaleza del exantema su transmisión a otros animales y la existencia de una erupción parecida en las manos de las personas que cuidan las reses enfermas; en cambio, las heridas e irritaciones causadas por el ordeño dificultan el diagnóstico.

La confusión puede ocurrir con el exantema de la fiebre aftosa o glosopeda, pero en ésta las vesículas no empiezan siendo nódulos y son mayores, menos regulares y se hallan también en la boca y en el espacio interdigital de los animales enfermos o de sus compañeros de establo. El exantema vesicular o coital benigno y las viruelas falsas mencionadas antes, se caracterizan por vesículas uniloculares, de paredes delgadas que, una vez rotas, dejan erosiones, y el exantema vesicular, además, pof enfermar, al mismo tiempo, los órganos genitales.

En casos dudosos puede recurrirse a la inoculación del contenido de las vesículas en la córnea del conejo (prueba de Paul): se araña superficialmente la córnea en varios puntos con una lanceta de vacunar puntiaguda y previamente cargada de linfa. Si resulta positiva, se advierten, a los dos días, en los puntos escarificados, pequeñas vegetaciones transparentes en las que se investigan los corpúsculos de GVARNJERI (en fresco, o después de fijarlas en alcohol sublimado y teñirlas con hematoxilina férrica). Para investigar cantidades muy pequeñas de virus conviene inocular el material morboso en el testículo de un conejo, y, una vez desarrollada la orquitis, hacer la prueba de PAUL C1 el material testicular.

Tratamiento

Además de mantener limpias y secas las ubres enfermas, recomiéndase ordeñar la leche con gran cuidado o extraerla con tubitos especiales diariamente. Si las vesículas originan úlceras, éstas pueden tratarse con grasas neutras, o con pomada de zinc, de plomo o de ácido salicílico. Si se protege la ubre contra las acciones mecánicas, las lesiones curan en un plazo de 10 a 15 días, dejando cicatrices lisas.

Inmunización

Para impedir nuevos casos de la enfermedad en las vaquerías infectadas, pueden inocularse las vacas sanas y las recién adquiridas con la linfa de ternero, que sirve para vacunar al hombre contra la viruela, según las observaciones de FRÉGER (1906), confirmadas muchas veces. Se las inocula en el perineo o en la oreja, mediante la escarificación superficial de la piel, en la que se forman luego nódulos variólicos y pústulas y, en lo sucesivo, los animales quedan inmunizados contra la infección natural. Como material de inoculación, también se puede usar linfa variólica no purulenta tomada de animales enfermos del mismo establo. Cuando se sospecha falsa viruela éste es hasta el método de elección.

Fuente

  • Libro de texto Patología y Terapéutica Especiales de los Animales Doméstico por Dr. Rudolf Manninger y Dr. Johannes Mochis.