Antonio "Curro" Barrera Labrada

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Curro Barrera
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NombreBarrera Labrada, Antonio Froilán
Nacimiento4 de mayo de 1923
barrio de El Batey,
Central Chaparra,
municipio Jesús Menéndez,
provincia de Las Tunas,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento5 de mayo de 1958 (35 años)
ciudad de Victoria de Las Tunas,
provincia de Las Tunas,
República de Cuba Bandera de Cuba
Causa de la muerteasesinado
Nacionalidadcubana
Otros nombresEl Curro
Ciudadaníacubana
Partido políticoPartido Comunista de Cuba

El Curro Barrera Labrada (Central Chaparra, 4 de mayo de 1923 - Victoria de las Tunas, 5 de mayo de 1958) fue un combatiente revolucionario cubano, mártir del central Chaparra, que entregó su vida en la lucha contra la tiranía del dictador Fulgencio Batista. Es patriota insigne del municipio de Jesús Menéndez.

Síntesis biográfica

Nació en la casa marcada con el número 20 de la calle 15 del barrio de El Batey, 1 km al suroeste del central Chaparra, a 68 km al noreste de la ciudad de Victoria de Las Tunas. Su padre fue el andaluz Manuel Barrera, y su madre, la bayamesa Paula Labrada. Para rememorar la procedencia de su padre fue conocido por El Curro. De niño fue inquieto y vivaz, el más pequeño de sus nueve hermanos.

La enseñanza primaria la estudió en la escuela pública José de la Luz y Caballero de su pueblo natal.

Muy joven inició su vida laboral como ayudante en el departamento eléctrico del ingenio azucarero Chaparra, hasta que se hizo electricista experimentado. Muchos lo recuerdan con sus aguzadas espuelas de metal escalando diestramente los postes de madera, para en la cima ejecutar peligrosas labores en el laberinto de cables eléctricos de alta tensión.

Rebeldía, ideales y Movimiento 26 de Julio

Su rebeldía se mostró por primera vez cuando se opuso a la explotación que eran objeto los trabajadores, por parte de la empresa estadounidense dueña del ingenio, tierras y otros bienes. Organizó el Sindicato, cohesionó a la masa obrera de su departamento y desde entonces fue su guía y orientador. Planteó demandas y ganó reclamos.

Cuando surgen en el seno del movimiento sindical la división y se hacen fuertes y toman las riendas de las organizaciones obreras los vendidos a la patronal, su firma encabezó la lista de trabajadores que condenaban a Mujal y su camarilla. Entonces fue perseguido y amenazado por las fuerzas represivas.

Ya por los años cincuenta se perfilaron sus ideales y conoció de la lucha que desarrollaba Fidel Castro, coincidiendo con sus enfoques sobre el camino a seguir. Establecó contactos con los enviados del movimiento revolucionario que se estaba gestando, para convertirse en el fundador y jefe de la primera célula del Movimiento 26 de Julio en Chaparra, hecho que se hizo realidad el 15 de diciembre de 1955. A partir de este momento su vida de revolucionario se tornó más activa. Ejecutó reuniones secretas, recibió orientaciones de los dirigentes del movimiento en Santiago de Cuba, entrenó a sus compañeros en el manejo de fusiles y ejecutó prácticas de tiro en una finca de las afueras de Victoria de las Tunas, conocida como La Blanquita.

Acciones

Una de las primeras acciones fue el apoyo brindado al levantamiento del 30 de noviembre de 1956, que tenía como objetivo desviar la atención de las fuerzas represivas por el inminente desembarco del yate Granma, donde retornaba el líder del Ataque al Cuartel Moncada con la promesa de ser libres o mártires. Más de veinte revolucionarios encabezados por El Curro esperaron las armas prometidas para poner en práctica el plan concebido, secundar las acciones con el ataque al cuartel de Chaparra y el alzamiento posterior en los montes cercanos, pero estas no llegaron.

Después se sucedieron múltiples acciones clandestinas y sabotajes. El Curro fue apresado en varias ocasiones y en una de ellas juzgado por el Tribunal de Urgencias de la ciudad de Holguín, implicado en el hallazgo de un alijo de armas, por lo que su situación se hizo difícil. Fichado por los órganos represivos del régimen fue perseguido constantemente, por lo que asumió la vida clandestina.

El 3 de mayo de 1957 partió de Chaparra hacia la Sierra Maestra. En el territorio libre conoció a Fidel Castro y a las principales figuras de la revolución en marcha. Varias fotos quedaron para la historia. En la primera aparece un grupo de rebeldes que rodean al líder guerrillero, cerca de este, con escasa barba y sin camisa está el Curro Barrera. En otra aparece a la izquierda de Fidel, ambos de pie, también sin camisa y rodeados por la tropa que porta fusiles y cascos ocupados al enemigo. De escenario tienen el boscoso follaje de las lomas insurrectas.

Entre las acciones más relevantes como soldado rebelde, se cuenta el ataque y toma del cuartel de las Minas de Bueycito. Esta acción se ejecutó el 1 de agosto de 1957 y fue dirigida por el comandante Ernesto Che Guevara. La operación guerrillera sorprendió al enemigo, que tuvo seis heridos, varios prisioneros y se les ocupó armas y municiones. El cuartel fue quemado.

Asesinato

En abril de 1958 fue intervenido quirúrgicamente en la ciudad de Camagüey por una afectación de apendicitis.

Fue llevado a la ciudad de Victoria de Las Tunas, donde convaleció oculto en una vivienda de esta ciudad. Algún compañero lo delató a la dictadura batistana. Varios agentes lo capturaron el 4 de mayo de 1958.

Al día siguiente, 6 de mayo de 1958, apareció su cuerpo acribillado en el lugar conocido por La Puya, en la carretera de Mayarí.[1] Su cadáver presentaba múltiples fracturas óseas, muestras inequívocas de las salvajes torturas que debió sufrir. Fue ultimado rápidamente con puntazos de bayoneta y finalmente su cadáver fue acribillado por 36 perforaciones de balas. Manos piadosas lo recogieron y lo llevaron a sepultar en el cementerio de Cueto.

Homenaje de su pueblo

El 15 de enero de 1959 ―ocho meses después de su asesinato y dos semanas después del triunfo de la Revolución cubana (1 de enero de 1959)― sus restos retornaron a la tierra que lo vio nacer.

Chaparra brindó a uno de sus mejores hijos el homenaje merecido. Las honras fúnebres constituyeron la manifestación de duelo popular más grande que se haya visto jamás en este central. Todo el pueblo lo acompañó al cementerio donde se recitaron poemas en su honor y hablaron el doctor José Domingo Echemendía y el comandante Hedí Suñol Ricardo.

Una honda emoción embargó a todos cuando Paula Labrada, con sentidas palabras ―como solo puede hacer una madre― despidió a su hijo, un héroe de la Patria.

La tarja en su honor es visitada anualmente por los niños de las escuelas primarias de la zona.[2]

Llevan su nombre:

  • el estadio de pelota de Chaparra;
  • la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana de la calle l0 de El Batey (su barrio natal, en Chaparra);
  • la librería municipal Curro Barrera, en avenida Libertad núm. 94, en la ciudad de Puerto Padre (a 15 km al oeste de Chaparra);[3]
  • la Zona núm. 76 de los CDR (Comités de Defensa de la Revolución); y
  • la escuela primaria del barrio de El Tejar.

Fuentes