Batalla naval de Cinosema

Batalla naval de Cinosema
Información sobre la plantilla
Batalla naval.jpg
Combate naval entre trirremes
Fecha:411 a.n.e.
Lugar:Promontorio de Cinosema
Resultado:
Victoria naval ateniense en la guerra del Peloponeso
País(es) involucrado(s)
Atenas, Esparta y aliados


Batalla naval de Cinosema. Una de las batallas de las Guerra del Peloponeso, fue librada a fines de septiembre del 411 a.n.e. entre espartanos y atenienses,.


Antecedentes

Al finalizar el verano del 411 a.n.e. se recrudeció la actividad bélica de los atenienses y espartanos, en pugna en ese entonces. En Jonia y en el Helesponto había nada menos que siete agrupaciones navales entre armadas, escuadras y destacamentos, todas ellas observándose. En primer lugar, la gran flota fenica de 147 trirremes fondeada en aguas de Pamphilia; el grueso de la flota ateniense, mandada por Trasilos de 55 trirremes permanecía anclada en Samos y una escuadra de 18 trirrmes fondeados en Sestos, aparte de un destacamento compuesto por una docena de trirremes a las ordenes de Trasibulo que se había separado temporalmente de la flota principal y permanecía en Lesbos. Por su parte los espartanos tenían un destacamento de 8 trirremes en Bizancio, una escuadra de 16 trirremes fondeados en Abidos y el grueso de la flota, al mando deMindaros, tenia unos 70 trirremes en Mileto. Mindaros inició gestiones con con el sátrapa de Jonia, Tisafernes, a fin de conseguir el apoyo de la armada fenicia; pero el sátrapa, presionado también por los atenienses, decidió, por el momento, desentenderse de ambas partes y dio órdenes a la flota fenicia de regresar a sus puertos de origen. Al conocer esta decisión, Mindaros resolvió cambiar el teatro de operaciones.

La Batalla

Un dia de septiembre salió Mindaros del puerto de Mileto hacia la costa sur de Samos con 73 trirremes, no vigilada por Trasilos, que permanecia a la espera de interceptarle el paso a la altura de esa isla. Eludido este obstáculo, Mindaros es obligado a recalar en la isla de Ícaros durante cinco o seis días a consecuencia de una tempestad. Tiempo suficiente para que Trasilos, informado del paso de Mindaros, le siguiera a toda fuerza de remos, sin alcanzarle antes de llegar a Quíos, donde fondeo para reponerse de provisiones y dinero. Trasilos cerciorado de que su oponente permanecia en la bahía de Quíos se dirigió a Lesbos, donde se hallaba Trasíbulo, con lo que entre ambos reunieron una fuerza de 67 trirremes, que creyeron suficientes para cerrarle el paso a Mindaros en los estrechos. Pero Mindaros y Trasibulo pierden el tiempo en reducir una rebelión en la ciudad de Eresus, en la cual concentran toda la flota, dejando solamente unas cuantas naves exploradoras en el canal entre Lesbos y el continente.

Enterado Mindaros de esta imprudencia, decide aprovecharla, parte de la capital de Quíos con su flota completa, navegando muy pegado a la costa dobla el promotorio de Mime se dirige hacia Focea, y después con grandes precauciones y costeando para no ser descubierto por las naves exploradoras, queda oculto detrás de las islas Arginusas, habiendo tardado solo un un dia en la travesia. Antes de amanecer el siguiente dia se adentró en el canal, siguiendo rumbo norte, libre ya del peligro de ser descubierto, y a la medianoche sus trirremes anclan en Sigeum, Roetum y otros puertos amigos, habían recorrido 280 km en dos días y ahora amenazaban seriamente a la flota de 18 trirremes atenienses en Sestos. Estos aprovechando la noche ese mismo dia salieron silenciosamente de la bahía se Sestos, con la intención de escaparse de la encerrona que suponía la flota enemiga, amanecía al pasar frente al fondeadero de la armada de Mindaros en Roetum y fueron divisados por los espartanos que al instante organizaron la persecución, logrando Mindaros capturar 4 trirremes atenienses antes de que el resto logre refugiarse en Imbros, en esta acción pierde 2 naves en la persecución. Con el resto regresa al Helesponto y ancla en Eleonte. Allí se le reúnen los 16 trirremes de Abidos, disponiendo de 86 naves, con los que es dueño de los estrechos, cuyo cierre suponía un grave problema para Atenas, sobre todo por la pérdida de la isla de Eubea. Los estrategas atenienses a marcha forzada llegan a Elaeus, situado casi en el extremo de la península de Quersoneso , habiendo capturado sobre la marcha las dos naves extraviadas de Mindaros. En aquel puerto se les unen las 14 naves escapadas de Sestos, reuniendo una flota de 76 trirremes. Los atenienses reconocen la desventaja de su menor número de navíos, 76 ellos contra los 88 de Mindaros, pero les urge forzar el paso de los estrechos, no solo por razones comerciales, sino para evitar que la sublevación que acaba de estallar en Cízico se extienda a otras colonias atenienses. Durante cinco días permanecen anclados preparándose para el decisivo encuentro.

En la mañana del sexto dia las 76 naves atenienses se lanzan hacia el estrecho en línea de fila, contorneando la costa en dirección a Sestos. Mindaros, informado del movimiento de los atenienses, parte de Abidos con sus 88 buques, avanzan hacia el sur siguiendo la costa asiática. Cuando las armadas estuvieron a la misma altura se dispusieron a combatir. La vanguardia ateniense, al mando de Trasilo quedó como ala izquierda y había remontado el promontorio de Cinosema, por tanto separada y fuera de la vista del resto de la flota, fueron atacados por el ala derecha de Mindaro, estableciéndose por un lado una batalla con características de encuentro aparte. Mientras tanto el almirante espartano con la ventaja de una docena de trirremes más que los griegos y la corriente a su favor, maniobró para desbordar el ala derecha de los atenienses, cortando de este modo su retirada a mar abierto, destinado sus mejores navíos a que adelantasen por el sur. Trasibulo vio rápidamente el peligro y gracias a la pericia de sus timoles y tripulaciones, logró parar de golpe el avance de su retaguardia y , haciendo virar sus navío a remo forzado hizo fracasar a Mindaros. Con esta maniobra el ateniense extendió su línea por la derecha debilitando su centro, circunstancia aprovechada por Mindaros para cargar sobre el arrojándolos sobre la costa, donde desbaratados encallaron parte de sus buques. Trasíbulo, en el extremo sur advierte el desorden en el centro y evitando que su línea adquiera mayor extensión, hace virar la misma y en formación cerrada presiona durísimamente desde el sur sobre el ala espartana oponente, y continuando su éxito embiste sobre los descuidados y desordenados navios del centro espartano que no pudiendo resistir el choque huyen unos hacia Abidos y otros hacia el promontorio de Cinosema, tropezando estos últimos con sus aliados siracusanos que en ese momento retrocedían arrollados por poco a poco por Trasilos, al darse cuenta de la derrota, los espartanos huyen con pre mura, refugiándose parte de ellos en la desembocadura del rio Meidius y el resto en Adibos. Al finalizar el día la flota de Atenas había capturado 21 navíos espartanos contra los 15 que habían sido tomados por los esaprtanos al comienzo del enfrentamiento. Los atenienses colocaron un trofeo en Cinosema y se establecieron en Sestos.

Consecuencias

Durante los días que siguieron a la batalla, los atenienses repararon sus navíos en Sestos y despacharon un pequeño destacamento a Cícico, recapturando la ciudad y tomando 8 trirremes que encontraron en el camino. Se envió un trirreme a Atenas, donde la inesperada noticia del éxito restauró la confianza del pueblo en el esfuerzo bélico. Forzados a luchar bajo términos establecidos por sus enemigos, en una época cuando la ciudad carecía de recursos para construir una nueva flota, los atenienses pudieron haber perdido la guerra ese día en Cinosema. En su lugar, consiguieron una victoria que les permitió seguir luchando.

Fuentes

  • Enciclopedia General del Mar, Segundo vol., pg. 208, Ediciones Garriga S. A. Madrid-Barcelona 1957.