Cira Soto

Cira Delia Florinda Soto Palenque
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Pedagoga cubana
NombreCira Delia Florinda Soto Palenque
Nacimiento21 de julio de 1911
Cartagena, Cienfuegos, Cuba
Fallecimiento2008
La Habana, Cuba
Causa de la muertenatural
NacionalidadCubana
OcupaciónPedagoga cubana
CónyugeGerardo Pallí López
HijosIsidora y Gerardo

' Cira Soto. Doctora en pedagogía, destacada por su labor en el magisterio, integró las filas de los que con su labor consolidaron las raíces de la identidad cubana y por ende de la cultura. Tuvo una vida consagrada a la formación magisterial.

Síntesis biográfica

Niñez y Juventud

Nació el 21 de julio de 1911 en Cienfuegos. Inicia sus estudios primarios en la escuela local “Elisa Bowman”, regida por la iglesia metodista cienfueguera, donde la enseñanza religiosa era opcional. Su padre, de marcada tendencia anticlerical y ateísta, rasgo bastante común entre los patriotas de principios de siglo, la considera la mejor opción, dada la lamentable situación educacional en la naciente pseudorrepública.

Desde temprana edad, adquirieron ella y sus hermanos, el hábito de la buena lectura, que transitaba desde las aventuras de Salgarí a las fantasías de “capa y espada” de los Dumas. Cira culmina sus estudios primarios en 1925, apenas cumplidos los 13 años.

En el curso escolar 1925-1926 matricula en un centro privado cienfueguero de segunda enseñanza, aunque los exámenes finales deben ser aplicados por profesores del instituto de Santa Clara.

Al instaurarse la república mediatizada existían los seis institutos de segunda enseñanza creados por la Ley Española de Instrucción Pública de 1857 (La Habana, Matanzas, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba) y la similar de 1880, que propició la fundación de similares centros educativos en Pinar del Río y Santa Clara. Los mismos aún tenían serias insuficiencias de capacidad, organizativas, planes de estudio obsoletos y mínima matrícula.

Cira cursa el primer año con notas sobresalientes. En 1926 la familia se traslada a la capital para facilitar la continuidad de estudio de sus hijos, estableciéndose en una modesta vivienda en la calle Teniente Rey, entre Bernaza y Monserrate. El segundo año matricula en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, en el curso escolar 1926-1927.

Culmina sus estudios de bachillerato en 1929, con resultados excelentes, lo que no constituye una sorpresa para la familia.
A punto de matricular en la Universidad de La Habana, en el curso escolar 1929-1930, su padre la convenció de que sería más apropiado escoger Pedagogía. Cira cumple los deseos del padre, aunque no obstante decide matricular, además, la carrera de Filosofía y Letras, por la que siente entonces mayor inclinación.

Logró aprobar el primer año en ambas carreras con sobresalientes resultados. En los inicios del curso escolar 1930-1931, se dicta la suspensión de clases en la Universidad de La Habana y centros de Enseñanza Media con motivo de la multiplicación de actos de repudio al machadato por el asesinato del estudiante Rafael Trejo. Esto le impide la continuación de los estudios tan satisfactoriamente iniciados.

En agosto de 1941 contrajo matrimonio con Gerardo Pallí López, de cuya unión nacieron dos hijos: Isidora, en 1945 y Gerardo, en 1946. Este último perdería la vida en trágico accidente, contando tan solo cinco años de edad, lo que marcó la vida de Cira.

Labor pedagógica

En la etapa comprendida entre los años l930 a 1933, Cira trabaja como maestra primaria en la escuela “Soto”, fundada por la familia. Esta radica en la planta baja de la nueva residencia, sita en la calle Cristo 14, en La Habana Vieja, muy cercana al parque del propio nombre.

Como maestra de historia, Cira se vincula aún más a las figuras de los maestros-patriotas conformadores de nuestra identidad cultural y nacional, como Caballero, Varela, Arango y Parreño, Saco y Mendive, entre otros; y por supuesto, a José Martí, a quien siempre se guardó y rindió especial veneración en el seno familiar.

Laboró también como maestra en otra escuela fundada por la familia y bautizada como “América”, en honor a la madre, sita en la nueva vivienda de San Lázaro 1008, mientras el hermano Enrique se hace cargo de la dirección de la anterior. Culminan sus estudios universitarios en el curso 1936-1937, salvo breves interrupciones, dada la convulsa coyuntura política de la época.

Inicia su desempeño como profesora de letras (sin salario), en el instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, durante los cursos escolares 1938-1939 y 1939-1940. La positiva influencia de los docentes de la cátedra, con los que compartió en esa etapa, particularmente con la Dra. López, profesora de Gramática, la inclinaron definitivamente por esa especialidad.
A partir del curso escolar 1940-1941 comienza a trabajar, por primera vez con sueldo, como profesora auxiliar en la Escuela Normal de Maestros de La Habana, ubicada en esa época, en la conocida como Finca Durañona, en el municipio de Marianao, cerca del Puente de la Lisa, lo que la vincula a un aspecto trascendental en la esfera educacional: la de la formación de maestros y profesores, que será la esencia de su actividad docente.

Triunfo de la Revolución

El triunfo de la Revolución le hizo comprender a Cira que las enseñanzas familiares sobre las gestas independentistas y el ideario mambí, expresado en las acciones heroicas de Máximo Gómez, Antonio Maceo, José Martí y tantos otros patriotas de los Siglos XIX y XX, se hacían realidad.
A partir de enero de l959, continúa ejerciendo como profesora en la Escuela Formadora de Maestros (antigua Normal de La Habana).
Al iniciarse la Campaña de Alfabetización, en 1961, en medio de agresiones, sabotajes y acontecimientos excepcionales, de especial significación para la consolidación y el desarrollo del joven proceso revolucionario, miles de jóvenes alfabetizadores, muchos de ellos casi niños, así como maestros y profesores de larga experiencia, marcharon a los más recónditos lugares del país con su farol, manual y voluntad política de ser útiles.
Cira tenía el firme propósito de incorporarse a la misma, como una alfabetizadora más, pero la Dra. Dulce Ma. Escalona Almeida, entonces funcionaria del Ministerio de Educación (MINED) y reconocida pedagoga, le plantea que era necesario que se incorporara a otra tarea no menos importante: la formación emergente de nuevos profesores para la Enseñanza Media.
Cira laboró como profesora en la Facultad de Letras de la Universidad de La Habana, desde 1962 a 1964, de la que era decana la Dra. Vicentina Antuña. En ese entonces la Escuela de Artes y Letras estaba adscripta a la Facultad de Humanidades, bajo la rectoría de la Dr. Elías Entralgo.

En mayo de l964, se incorporó al claustro del recién fundado Instituto Pedagógico “Enrique José Varona”, en sus inicios adscrito a la Universidad de La Habana. Creado por Resolución Ministerial, junto con sus similares “Frank País”, de Santiago de Cuba, y “Félix Varela”, de Santa Clara, su propósito fundamental lo constituyó la formación de profesores bajo nuevas concepciones revolucionarias, tanto teóricas, metodológicas como de compromiso político. El objetivo inicial de estos centros fue formar profesores de Enseñanza Media ante el crecimiento vertiginoso de la matrícula en ese nivel de enseñanza, dado el acceso de todo el pueblo a la educación.

Las tareas del Varona en esos primeros años, que se han ido complejizando aún más con el decurso de los años y las transformaciones constantes en nuestro sistema educacional, requerían y aún lo exigen, de un claustro de prestigio, compromiso político y una vocación de entrega ético-profesional.
La Dra. Cira Soto asumió sus nuevas responsabilidades con reconocida ejemplaridad. Durante su permanencia en el Varona, hasta su jubilación, en 1976, por problemas de salud, se desempeñó como jefe de departamento, ejerció la docencia, rectoró investigaciones vinculadas a su especialidad, participó sistemáticamente en los planes de superación para profesores noveles, confeccionó programas y planes de estudio, y cursó e impartió cursos de postgrado tanto en el extranjero como en Cuba, destacándose en esas actividades por su maestría pedagógica y sentido de responsabilidad.

Muerte

Falleció en La Habana, en mayo del 2008.

Condecoraciones recibidas

  • En l984, por su relevante trayectoria, se le confirió el grado científico de Candidata a Doctora. Con fecha 5 de marzo de 199l, el entonces Ministro de Educación Luís I. Gómez Gutiérrez, autoriza se le otorgue la Categoría Especial de Profesor de Mérito del Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”, al tenerse en cuenta “su larga trayectoria al servicio de la educación de nuestro país, en la cual se ha distinguido como ejemplo de educadora cubana”.

Por Resolución Rectoral 046 de 1991 del Dr. Ramón Rodríguez Hermida, el acuerdo se hace efectivo en acto solemne el l0 de abril del propio año.

  • Por su trayectoria y lealtad inquebrantables a la Revolución Cubana y a su política educacional, la Dra. Cira Soto obtuvo la Medalla por el XX Aniversario de la Revolución Cubana.
  • La Medalla de la Alfabetización.
  • Orden “Rafael María de Mendive”.
  • La medalla “28 de septiembre” (como fundadora de los Comités de Defensa de la Revolución).
  • La Medalla “José Tey”.
  • La Medalla por el 250 Aniversario de la Universidad de La Habana.
  • “Por dedicar su vida a la enseñanza de la Lengua y la Literatura y contribuir a desarrollar, desde la investigación y la práctica pedagógicas, novedosos e imprescindibles enfoques”, el 6 de diciembre del 2004, se le otrorgó un diploma de reconocimiento a un reducido grupo de pedagogos cubanos, incluida la Dra. Cira Soto Palenque.
  • El Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación y la Cultura (SNTEC) y la Asociación de Pedagogos de Cuba (que la reconoció como una de sus fundadoras) le otorgó a la Dra. Soto el alto honor de incluirla, al igual que a su hermana Elodia, entre “Los 100 maestros más destacados del Siglo XX”.

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