Diamantes para la eternidad

Diamantes para la eternidad
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Acción /Aventura | Bandera del Reino Unido Reino Unido
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Diamonds Are Forever (España: Diamantes para la eternidad ; Hispanoamérica: Los diamantes son eternos) es la séptima película de James Bond, interpretada por Sean Connery como Bond y con Guy Hamilton como director.
Nombre007: Diamantes para la eternidad
Otro(s) nombre(s)Los diamantes son eternos
Estreno1971
GuiónIan Fleming, Richard Maibaum, Tom Mankiewicz
DirectorGuy Hamilton
Producción GeneralAlbert R. Broccoli, Harry Saltzman
Dirección de FotografíaTed Moore
RepartoSean Connery, Jill St. John, Charles Gray, Lana Wood, Jimmy Dean, Bernard Lee
ProductoraEon, Danjaq Production
PaisBandera del Reino Unido Reino Unido

Diamonds Are Forever. España: Diamantes para la eternidad ; Hispanoamérica: Los diamantes son eternos) es la séptima película de James Bond, interpretada por Sean Connery como Bond y con Guy Hamilton como director.

Antecedentes

Aunque existe la creencia generalizada que el énfasis en el humor y los gadgets empezó con la llegada de Roger Moore como James Bond en Vive y deja morir, la verdad es que la tendencia empezó en realidad con Diamantes para la eternidad. Debido a que el noble experimento de hacer un épico 007 más humano en 007: Al Servicio Secreto de Su Majestad había resultado en beneficios de taquilla decepcionantes, hubo una preocupación real ante la posibilidad que Bond estuviera desfasado en una era de antihéroes vistos en películas tales como: Easy Rider, The Wild Bunch y Shaft.

Broccoli y Saltzman se dieron cuenta de que tenían que hacer algo impresionante para despertar de nuevo el interés en la franquicia de 007. Aunque el actor americano John Gavin había sido contratado como el nuevo James Bond para Diamantes para la eternidad, los directores del estudio insistieron en que se hicieran todos los intentos posibles para convencer a Sean Connery de que volviera al papel.

La idea de Connery interpretando a Bond otra vez se consideraba una utopía. Su bien conocida aversión a la 'Bond mania' y los paparazzi, combinaba con una creciente relación de tensión con Broccoli y Saltzman, parecían mantenerle fuera de consideración de forma permanente. Sin embargo, en el exitoso mundo de las películas - o la falta de éstas - se engendran extraños compañeros de cama y las recientes películas no Bond de Connery no se habían distinguido en la taquilla.

Además, él estaba intentando encontrar fondos para la Scotish International Educational Trust, una organización caritativa que había inaugurado recientemente en su país natal. Tras repetidas propuestas, Connery sorprendió la indústria cinematográfica aceptando volver como Bond una vez más: por el entonces salario récords de 1,250,000 de dólares más un porcentaje de los beneficios. (Connery donó toda la cantidad a su organización caritativa).

Pese a la promoción, Diamantes para la eternidad no consiguió alcanzar las expectativas - al menos artísticamente. La decisión de introducir humor y personajes exagerados fue un paso en falso y, por primera vez, el guión es débil y no particularmente atrayente. A pesar del hecho que el director de James Bond contra Goldfinger Guy Hamilton había vuelto, la película sufrió de una tendencia a no tomarse lo suficientemente seria a ella misma, y la batalla final, normalmente el clímax de una película Bond, es una secuencia poco inspirada sin acción espectacular.

Aún así, Diamantes para la eternidad demuestra tener muchos aspectos que la hacen entretanida. La secuencia precréditos en la que Bond persigue sin descanso a Blofeld (supuestamente debido al asesinato de su esposa) es extremamante efectiva, los escenarios de Ken Adam son inigualables, y el tema de John Barry ayuda inconmensurablemente a la atmósfera. La fuerza de la película reside en la seguridad de la presencia de Connery, quien - a pesar del hecho que su peso parece fluctuar de forma considerable a lo largo de la película - se las arregla para recuperar el mismo carisma que inyectó a 007 años antes. En resumen, Diamantes para la eternidad es una película entretenida, pero sus partes son más impresionantes que el todo.

La misión

Alguien está acaparando enormes cantidades de diamantes del mercado negro internacional. James Bond es asignado para encontrar quienes son los ladrones y por qué los diamantes no han vuelto a la venta. Haciéndose pasar por contrabandista de diamantes, Bond viaja a Holanda para encontrarse con una pieza clave del circuito, la bella Tiffany Case. La pista le lleva hasta Las Vegas, donde Bond descubre que su archienemigo Blofeld se encuentra detrás del plan. Blofeld ha capturado y mantiene recluso al billonario y magnate Willard White asumiendo el control de su imperio.

Desde ahí, ha supervisado el lanzamiento de un satélite con diamantes incrustados que tiene la capacidad de utilizar un laser letal que destruye ciudades desde el espacio exterior. Blofeld traslada sus operaciones a un yacimiento petrolero de la costa Californiana, donde realiza una petición a las Naciones Unidas de un extravagante rescate o el satélite será utilizado para destruir Washington DC. Bond se enfrenta a su viejo enemigo en las instalaciones enmedio de una batalla entre el ejército de Blofeld y los helicópteros de las fuerzas armadas americanas. Durante el enredo, Bond exitosamente destruye el centro de control de Blofeld, desarmando al satélite, aunque la pregunta de cómo recuperar los diamantes del espacio sigue allí.

Curiosidades

  • Cuando el Ford Mustang entra al callejón va sobre sus dos ruedas derechas y cuando sale va sobre sus dos ruedas izquierdas, esto fue un error del equipo que contrataron para efectuar esta escena.
  • Es la última película (oficial) de Connery como Bond, volvería a interpretarlo posteriormente en un film no oficial de la saga: Nunca Digas Nunca Jamás.
  • El salario que ganó Connery fue el más exhorbitante de la industria fílmica en ese momento (2 millones de dólares).

Fuentes