Fiódor Dostoyevski

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Fiódor Dostoievski
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Escritor ruso
Nombre completoFiódor Mijáilovich Dostoievski
Nacimiento30 de octubre de 1821
Moscú, Bandera de Rusia Rusia
Defunción28 de enero de 1881
San Petersburgo, Bandera de Rusia Rusia
OcupaciónNovelista, cuentista, ensayista
NacionalidadRusa
Período1846–1881
Lengua de producción literariaRuso
Lengua maternaRuso
GéneroNovela
MovimientosRealismo literario
Obras notablesMemorias del subsuelo, Crimen y castigo, El idiota, Los hermanos Karamázov
CónyugeMaria Dmítriyevna Isáyeva (1857–64) [su fallecimiento], Anna Grigórievna Snítkina (1867–1881) [su fallecimiento]

Fiódor Mijáilovich Dostoievski. Fue novelista ruso. Fue uno de los escritores más grandes de la literatura rusa. Es reconocido por algunos como el fundador del existencialismo.

Síntesis biográfica

Nació en el año 1821, en Moscú (Rusia). Fue el segundo de siete hijos nacidos del matrimonio entre Mijail Dostoievski y su esposa María.

El ambiente familiar de la infancia de Dostoievski estuvo marcado por un padre autoritario, médico en el hospital para pobres Mariinski en Moscú y una madre vista por sus hijos como un refugio de amor y protección.

La temprana muerte de la madre por tuberculosis en 1831, sumió al padre en la depresión y el alcoholismo, lo que produjo que finalmente Fiódor y su hermano Mijáil, fueran enviados a la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo, lugar en el que el joven Fiódor comenzó a interesarse por la literatura.

En el año 1839, cuando contaba con 18 años, le llegó la noticia de que su padre ha fallecido. Mijáil Dostoievski, hidalgo de Darovoye al parecer, fue asesinado por sus propios siervos mancomunados que, enfurecidos tras uno de sus brutales arranques de violencia provocados por la bebida, lo inmovilizaron y le hicieron beber vodka hasta que murió ahogado. Otra historia sugiere que Mijáil murió por causas naturales, pero que un terrateniente vecino suyo inventó la historia de la rebelión para comprar la finca a un precio más reducido. En parte, Fiódor se culpó de este hecho a sí mismo por haber deseado la muerte de su padre en muchas ocasiones.

Inicios literarios

En 1843 acabó sus estudios de ingeniería, adquirió el grado militar de subteniente y se incorporó a la Dirección General de Ingenieros en San Petersburgo. Durante esos años tradujo Eugenia Grandet, de Honoré de Balzac, como muestra de admiración por este autor que había pasado una temporada en San Petersburgo.

En el año 1844 dejó el ejército y empezó a escribir la novela epistolar Pobres gentes, novela que le daría sus primeros éxitos de crítica. En esta misma época comenzó a contraer algunas deudas y a sufrir sus primeros ataques epilépticos. Pero las novelas que siguieron a la primera: Nietochka Niezvínova (1846), Las Noches Blancas, El marido celoso y La mujer de otro, no tuvieron el éxito de la primera y sufrieron críticas muy negativas, lo que sumió a Dostoievski en la depresión. Es en esta época cuando entró en contacto con grupos de ideas utópicas que buscaban la libertad del hombre, quizá intentando llenar el vacío que le habían producido sus fracasos literarios.

Su etapa en prisión

La policía del régimen vigiló de cerca a este tipo de grupos en la Rusia de aquella época y el 23 de abril de 1849 fue arrestado y encarcelado bajo el cargo de conspirar contra el Zar Nicolás I.

El 16 de noviembre sería condenado a muerte por actividades antigubernamentales y vinculación con un grupo radical llamado el Círculo Petrachevski. El 22 de diciembre, los prisioneros fueron llevados al patio de la prisión para su fusilamiento, Dostoievski tendría que situarse frente al pelotón de fusilamiento e incluso escuchar sus disparos con los ojos vendados, pero su pena había sido conmutada por cinco años de trabajos forzados en Omsk, Siberia.

Durante su período en prisión leyó la Biblia. Influido por esa lectura rechazó el socialismo ateo, del que había sido partidario en su juventud. La cárcel le permitió también descubrir cómo entre los mismos delincuentes se daban gestos de altruismo y nobleza, lo que le permitió profundizar en la complejidad del espíritu humano. Durante esta época los ataques epilépticos iban en aumento. Fue liberado en el año 1854 y se reincorporó al ejército como soldado raso.

Continuidad de su vida y obra

Durante los siguientes cinco años estaría en el Séptimo Batallón de línea acuartelado en la fortaleza de Semipalatinsk en Kazajstán. Fue un momento crítico en la vida del autor. Dostoievski abandonaría desde entonces sus pensamientos radicales y se convirtió en un hombre profundamente conservador y extremadamente religioso.

Por esa época comenzó a escribir Recuerdos de la casa de los muertos, basándose en sus experiencias como prisionero. Conoció a su primer amor, María Dmitrievna, viuda de un maestro, con la que se casó en 1857.

Tras meses de laboriosas gestiones consiguió ser licenciado del ejército y trasladarse en 1860 a San Petersburgo, donde fundó con su hermano la revista Tiempo, en cuyo primer número comenzó a aparecer Humillados y ofendidos, obra inspirada también en su etapa siberiana.

Para entonces, su obra Recuerdos de la casa de los muertos tuvo un gran éxito al ser publicada por capítulos en la revista El Mundo Ruso.

Durante los años 1862 y 1863 realizó diversos viajes por Europa. Durante el transcurso de estos viajes comenzó una relación con Paulina Suslova, una estudiante de ideas avanzadas, que le abandonó poco después. Publicó Notas de invierno sobre impresiones de verano (1863). La revista Tiempo fue cerrada por las autoridades por haber publicado un artículo supuestamente subversivo. Junto a su hermano inició una nueva publicación, epoca, que tendría una vida más corta aún. Allí publicó la primera parte de Memorias del subsuelo.

En 1864 falleció su esposa, luego de una penosa convalecencia, y también su hermano, cuyas deudas, de las que tuvo que hacerse cargo, lo dejaron en la ruina. Para salir de su situación económica desesperante tramitó un crédito que le fue concedido contra el compromiso de presentar una nueva novela en no más de un año. Cumpliendo con ese compromiso escribió El jugador (1866).

Al poco tiempo contrajo matrimonio con Anna Snitkina, la mecanógrafa que contratara para transcribir su obra. El ánimo de Dostoievski acabó de quebrarse tras la muerte de su esposa en 1864 seguida poco tiempo después por la de su hermano. Además, su hermano Mijáil dejó viuda, cuatro hijos y muchas deudas a las que Fiódor tiene que hacer frente. Se hundió en una profunda depresión y en el juego, que le siguió provocando enormes deudas.

Para escapar de todos sus problemas financieros, huyó al extranjero. Donde pierde en los casinos el dinero que le quedaba. Allí se reencontró con Paulina Suslova e intentó volver con ella, pero ella le rechazó. En 1865 comenzó la redacción de Crimen y Castigo, una de sus obras capitales, que empezó a aparecer en la revista El Mensajero Ruso con gran éxito.

A la vez, y en sólo veintiseis días, dictó a su joven secretaria Anna Snitkina su obra El jugador. La relación con Anna se va estrechando hasta que se casó con ella en 1867. Juntos, continuaron sus viajes por Europa y en Ginebra nació y murió poco después su primera hija.

En 1868 escribió El Idiota, inaugurando el periodo en el que escribió lo mejor de su obra. A partir del año 1873 publicó la revista Diario de un escritor, en la que escribió él solo, recopilando historias cortas, artículos políticos y crítica literaria, cosechando también gran éxito. Esta publicación se vería interrumpida cuando comenzó en 1878 la redacción de Los hermanos Karamazov, que apareció en gran parte en la revista El Mensajero Ruso.

En 1880 participó en la inauguración del monumento a Aleksandr Pushkin en Moscú, donde pronunció un memorable discurso sobre el destino de Rusia en el mundo. El 8 de noviembre de ese mismo año, terminó Los hermanos Karamazov en San Petersburgo.

Muerte

Muere en su casa en San Petersburgo, el 9 de febrero de 1881, de una hemorragia pulmonar asociada a un enfisema y a un ataque epiléptico. Fue enterrado en el Cementerio Tijvin, dentro del Monasterio de Alejandro Nevski, en San Petersburgo.

El vizconde E. M. de Vogüé, entonces embajador de Francia en Moscú, que asistió a este funeral, lo ha descrito como una especie de apoteosis. En su libro Le Roman russe, señala que entre los miles de jóvenes que seguían el cortejo, se podía distinguir inclusive a los nihilistas» que se encontraban en las antípodas de sus creencias. Por su parte, Anna Grigórievna señaló, al respecto, que «los diferentes partidos se reconciliaron en el dolor común y en el deseo de rendir el último homenaje al célebre escritor Dostoyevski.

Influencia

La influencia de Dostoievski es y ha sido inmensa, desde Hermann Hesse a Marcel Proust, William Faulkner, Albert Camus, Franz Kafka, Yukio Mishima, Gabriel García Márquez, por mencionar algunos. Realmente ninguno de los grandes escritores del Siglo XX han sido ajenos a su obra (con algunas raras excepciones como Vladimir Nabokov, Henry James o D.H. Lawrence). El novelista estadounidense Ernest Hemingway también citó a Dostoievski en sus libros autobiográficos como una de sus mayores influencias. Esencialmente un escritor de mitos (y a este respecto comparado a veces con Herman Melville), Dostoievski crea una obra con una inmensa vitalidad y un poder casi hipnótico caracterizado por los siguientes rasgos: escenas febriles y dramáticas donde los personajes se mueven en atmósferas escandalosas y explosivas, ocupados en apasionados diálogos socríticos a la rusa, la búsqueda de Dios, el Mal y el sufrimiento de los inocentes.

Los personajes se pueden clasificar en diversas categorías: humildes y modestos cristianos (Príncipe Mishkin, Sonia Marmeladova, Aliosha Karamazov), nihilistas autodestructivos (Svidrigailov, Smerdiakov, Stavroguin), cínicos libertinos (Fiódor Karamazov), intelectuales rebeldes (Raskolnikov, Iván Karamazov); además, los personajes se rigen por ideas más que por imperativos biológicos o sociales. En las novelas de Dostoievski transcurre poco tiempo (muchas veces sólo unos días) y eso permite al autor huir de uno de los rasgos dominantes de la prosa realista, el deterioro físico que produce el paso del tiempo. Sus personajes encarnan valores espirituales, que son, por definición, intemporales. Otros temas recurrentes en su obra son el suicidio, el orgullo herido, la destrucción de los valores familiares, el renacimiento espiritual a través del sufrimiento (siendo este uno de los puntos capitales), el rechazo a Occidente y la afirmación del de la ortodoxia rusa y el zarismo.

Eruditos como Mijáil Bajtán han caracterizado el trabajo de Dostoievski como polifénico: al contrario que otros novelistas, él no parece aspirar a tener una visión única e ir más allá describiendo situaciones desde varios ángulos, Dostoievski engendró novelas llenas de fuerza dramática en las que personajes y puntos de vista contrapuestos se desarrollan libremente en un crescendo insoportable. Todos los críticos coinciden en afirmar que Dostoievski, junto con Dante Alighieri, William Shakespeare, Miguel de Cervantes, Víctor Hugo y otros pocos elegidos, han influido decisivamente en la literatura del siglo XX, especialmente en lo que al existencialismo y al expresionismo se refiere. En toda su obra mostró Dostoievski un inmenso interés por el hombre de su tiempo.

Estaba convencido de que el futuro de la humanidad se hallaba en juego. Por eso sus obras no abordan temas históricos sino actuales. El hombre en la superficie de la tierra no tiene derecho a dar la espalda y a ignorar lo que sucede en el mundo, y para ello existen causas morales supremas", decía. Y su realismo no se detuvo ante las facetas más oscuras del espíritu humano sino, por el contrario, penetró en ellas, colocando a los héroes de sus novelas en las situaciones más extremas, rastreando sus conflictos interiores y sus motivaciones más profundas. Consideraba su deber, en cuanto escritor, encontrar el ideal que late en corazón del hombre, "rehabilitar al individuo destruido, aplastado por el injusto yugo de las circunstancias, del estancamiento secular y de los prejuicios sociales. La temática, y el modo de abordarla, de sus novelas trágicas se adelantaron en el tiempo a los estudios psicoanalíticos sobre el inconsciente, al surrealismo y al existencialismo. En cuanto a lo estrictamente literario, tal vez haya sido su mayor aporte el haber colocado al narrador dentro de la obra, dejando la postura externa de quien relata una historia ajena.

Frases

  • Si alguien me demostrase que Cristo no está en la verdad, y estuviera matemáticamente probado que la verdad no está en Cristo, preferiría con todo quedarme con Cristo que con la verdad.
  • Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.
  • El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive.
  • Creo en la vida eterna en este mundo, hay momentos en que el tiempo se detiene de repente para dar lugar a la eternidad.
  • Amo a la humanidad, pero, para sorpresa más, cuanto más quiero a la humanidad en general, menos cariño me inspiran las personas en particular.
  • El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.
  • La mujer, sólo el diablo sabe lo que es; yo no lo sé en absoluto.
  • Hermanos, no teméis al pecado de los hombres; amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor aseméjase a Dios.
  • El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías.
  • Los celosos son los primeros que perdonan, todas las mujeres lo saben.
  • Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos.

Obras

Legado

Walter Kaufmann citó las Memorias del subsuelo (1864), escritas con la amarga voz del anónimo hombre subterráneo, como «la mejor abertura para el existencialismo jamás escrita. En el mismo sentido, el prestigioso intelectual y escritor austriaco Stefan Zweig consideró al escritor ruso como el mejor conocedor del alma humana de todos los tiempos. Su obra, aunque escrita en el siglo XIX, refleja al hombre y la sociedad de hoy.

Sigmund Freud dijo en su obra Dostoyevski y el parricidio que el capítulo de El gran inquisidor, de la novela Los hermanos Karamázov, era una de las cumbres de la literatura universal. Cabe resaltar, así mismo, la influencia ejercida sobre Nietzsche, quien afirmó:

Dostoyevski, el único psicólogo, por cierto, del cual se podía aprender algo, es uno de los accidentes más felices de mi vida, más incluso que el descubrimiento de Stendhal Nietzsche, Friedrich. El crepúsculo de los ídolos.

Fuentes