Francisco Antonmarchi

Francisco
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Médico Personal
NombreFrancisco Antonmarchi
Nacimiento1789
Morsiglia, Córcega, Bandera de Francia Francia
Fallecimiento3 de octubre de 1838
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteFiebre amarilla
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
EducaciónUniversitario

Francisco Antonmarchi. Médico personal de Napoleón Bonaparte en la isla de Santa Elena. Tomó el molde de la mascarilla mortuoria del emperador que se exhibe en el Museo Napoleónico de Cuba. Radicado en Santiago de Cuba, investigó sobre la fiebre amarilla, víctima de la cual murió.

Síntesis biográfica

Nació en Morsiglia, Córcega, el 6 de julio de 1789. Después de haber recibido, a la edad de diecinueve años, el título de doctor en Filosofía y Medicina en la Universidad de Florencia, realizó una investigación sobre la catarata ocular y fue nombrado, a sus veintitrés años, doctor en Cirugía en la misma Universidad Imperial.

A la edad de treinta años, ya convertido en uno de los más grandes cirujanos y anatomistas de su época, publicó dos atlas anatómicos, así como varios estudios médicos sobre enfermedades tropicales, y otros referidos a los vasos linfáticos y los cadáveres de los ejecutados. Este currículum, unido a su labor al frente de la Cátedra de Medicina de la Universidad Imperial, le valió el nombramiento de médico en la nómina del ejército imperial francés. Al abdicar Napoleón, Antonmarchi se unió a él, hasta acompañarlo en 1815 en la batalla de Waterloo. Derrotado y refugiado en la isla de Santa Elena, Bonaparte quedó sin médico de cabecera, y Antonmarchi fue elegido por el cardenal Fesh para que ocupara esa responsabilidad.

Vida laboral

Antonmarchi cumplió esa función desde el 18 de septiembre de 1819, fecha en que llegó a Longwood, residencia de Bonaparte y su pequeña corte, hasta que el emperador falleció, el 5 de mayo de 1821, y el médico cerró sus ojos, realizó su autopsia y moldeó su mascarilla mortuoria. Algunos de sus detractores sospecharon que el doctor Antonmarchi hubiera envenenado al emperador; otros llegaron a reprocharle su incompetencia médica, acusándolo de no haber podido devolverle la salud. Más tarde, lo atacaron a propósito de la mascarilla mortuoria de Napoleón, moldeada sobre su rostro dos días después de su muerte, cuya autenticidad se ha puesto muchas veces en duda. Antonmarchi, testigo principal de los últimos momentos de Napoleón, de vuelta a París publicó el libro ¿Quién asesinó al Emperador?, pues, a pesar de que había diagnosticado cáncer de estómago como causa de la muerte -opinión que confirmaron investigaciones posteriores, sostenía la hipótesis de que esa muerte era el resultado de un asesinato premeditado; cuestión que hasta la actualidad se discute. Antonmarchi se trasladó a Polonia, donde se desempeñó como cirujano; más tarde estuvo en Italia y, después de pasar por Francia, decidió trasladarse a América. Residió en Estados Unidos, en el sureño estado de Luisiana, y posteriormente pasó a México. Desde allí llegó a La Habana, en los primeros meses de 1837. Entre los valiosos objetos que con sumo cuidado traía consigo, estaban el molde de la mascarilla de Bonaparte y las memorias del emperador. De La Habana partió a Santiago de Cuba, al encuentro de su primo, el propietario de cafetales Antonio Benjamín Antonmarchi y Chaigneas, radicado en la villa de El Cobre, cercana a esa ciudad.A los pocos meses de haberse establecido en Santiago de Cuba, la comunidad reconocía los valores profesionales del «Médico de Napoleón» como lo denominaban, solicitando sus útiles y prestigiosos servicios. Se distinguió por su humanismo, y su generosidad para cuidar por igual a ricos y pobres, tanto en Florencia, Santa Elena, París, Varsovia, Nueva Orleáns, como particularmente en Santiago de Cuba, donde realizó la primera operación de catarata. En la ciudad oriental pasó «los momentos más felices de su vida», según solía decir a sus familiares.

Muerte

Falleció en la ciudad santiaguera, en la casa del brigadier Juan Moya, el 3 de octubre aunque otras fuentes dan la fecha de 3 de abril de 1838, a la edad de 49 años, víctima del vómito negro nombre con que se conocía a la fiebre amarilla, enfermedad que había estudiado y combatido, tanto como el cólera, en Varsovia, París y Nueva Orleáns e, incluso, en Santiago de Cuba. Fue enterrado en el cementerio de Santa Ana, en la bóveda familiar del marqués de las Delicias de Tempú, uno de sus pacientes. Sus restos actualmente descansan en la Necrópolis de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba. Al trasladarse los restos hacia el nuevo cementerio de Santa Ifigenia, se colocaron a la entrada de este, junto a los de la familia Portuondo, donde fueron identificados en 1994 por el doctor Antonio Cobo Abreu, especialista en Medicina Legal, a partir de una caja rectangular de plomo de 70 por 40 centímetros, sellada y con la única inscripción E. P. D., que no correspondía a ningún miembro de la familia mencionada.

Fuentes