Hinduismo

Para consultar acerca de las religiones de la India, véase Doctrinas de la India.
Hinduismo
Información sobre la plantilla
Vishnu 1 2.jpg
Religión originaria de la India
País(es) con mayor cantidad de fieles:India

Hinduismo. Es una de las religiones más extendidas e importantes del mundo, no solo por su número de fieles (estimados en más de 800 millones de individuos), sino también por la profunda influencia que ha ejercido en muchas otras religiones durante su larga e ininterrumpida historia, que comenzó más o menos en el 1500 a. n. e.

Historia

El hinduismo, una de las religiones originarias de la India ―siendo las otras el budismo, el yainismo y el sijismo― cuyos habitantes siguen profesándolas en la actualidad. Sus fieles las practican aún cuando hayan emigrado desde dicho país hacia el resto del mundo. No posee fundador, no es una religión homogénea ni una filosofía, sino un conjunto de creencias metafísicas, religiosas, cultos, ritos, principios morales y costumbres que conforman una tradición común, en la que no existen ni dogmas definidos, ni una organización central.

En lo que se llama «hinduismo» confluyen concepciones de la divinidad, del ser humano y del mundo diferentes y hasta contradictorias entre sí, conviviendo pacíficamente en una tradición religiosa común, llamada en sánscrito: sanātana dharma (religión eterna). Lo importante no son tanto los contenidos doctrinales, sino el comportamiento correcto, el rito correcto, la religiosidad bien vivida.

Esta religión ha recibido influencia de otras religiones pues tiene una extraordinaria capacidad para absorber e integrar elementos foráneos contribuyendo de forma notable al sincretismo de la religión y a la asimilación de una gran variedad de creencias y prácticas religiosas. Se le ha otorgado el carácter de sistema doctrinal y social el cual se extiende a todos los aspectos de la vida humana.

Etimología de la palabra

En una inscripción en idioma avéstico, de la época del gobierno del rey Darío I (en el 500 a. n. e.), se menciona la forma hindūś [jindúsh], que es la versión persa de la palabra sánscrita sindhu (‘río’, refiriéndose por antonomasia al gran río Indo). Los persas utilizaban ese nombre para referirse a aquellos que vivían en las tierras más allá (más al este) del río Indo. De allí proviene la palabra «hindú», de donde deriva el nombre de la religión hinduista. Cuando los musulmanes originarios de Persia y Asia Central conquistaron la India en el siglo XI, este nombre jindú se comenzó a utilizar también en la India.

Los hinduistas se definen a sí mismos como dharmis (‘religiosos’), vedis (‘aquellos que se rigen por los textos Veda’) o varnásrami (‘aquellos que se clasifican en [cuatro] castas [varna] y se rigen por las [cuatro] etapas de la vida [ásrama]’).

En el sentido estricto de la palabra, en español, «hindú» no significa lo mismo que «indio», a pesar de que muchas veces se confunde el primero con el segundo.

El término siempre se ha referido a la persona que profesa el hinduismo indistintamente de su nacionalidad, mientras que al nativo del país India (o Indostán) se le denomina indio o indostaní. No obstante, de acuerdo con lo establecido por la RAE (Real Academia Española), el término «hindú» se refiere tanto a la persona natural de la India como a la persona que profese el hinduismo.

El término «hinduista» se creó también para referirse a un contexto exclusivamente religioso. En algunos países de Hispanoamérica, debido a que la palabra «indio» se utiliza de manera peyorativa y equivocadamente para referirse a los nativos del continente americano, a veces se utiliza «hindú» como gentilicio de la persona nacida en la India. La RAE admite esto como válido, siempre y cuando no haya posibilidad de confusión (que podría representar una ofensa para los indostaníes musulmanes o de otras religiones).

Según las definiciones del Diccionario de la lengua española (de la RAE), «hindú» tiene dos significados:

  1. adj. y com. De la India o relativo a este país asiático.
  2. Seguidor del hinduismo: los hindúes son mayoría religiosa en la India.

El plural del adjetivo «hindú» es hindúes o hindús.

Principios fundamentales

Las normas del hinduismo se definen en relación con lo que las personas hacen: en el seno del hinduismo se encuentra una mayor uniformidad en las acciones que en las creencias.

  • Los hinduistas se dividen en cuatro castas, o estratos sociales bien definidos:
    • los brahmanes, sacerdotes
    • los ksatria (chatrías), guerreros y gobernantes
    • los vaisias, terratenientes, ganaderos y comerciantes
    • los sudras, peones que trabajaban por la comida y el techo, generalmente de piel más oscura, descendientes de las tribus locales conquistadas por los arios en la segunda mitad del II milenio a. n. e.
    • los parias, esclavos intocables, generalmente de piel negra, descastados.
  • Los hinduistas de las tres primeras clases recitan mentalmente el secreto himno gáiatri al amanecer, al mediodía y al atardecer.
  • Adoran mediante sencillos rituales ―basados en los complicados rituales de los templos― a Siva, Visnú y la diosa Devi, pero también adoran a otras deidades menores, como Ganesh, Kali, Suria.
  • Hay prácticas como el reverenciar a los brahmánes y a las vacas.
  • La prohibición de comer carne (en especial la de vaca).
  • Contraer matrimonio solo con un miembro de la misma casta (jati) con la esperanza de tener un heredero varón.

Cada individuo percibe un modelo para vivir que ha de seguir y que confiere orden y sentido a su vida. En el hinduismo no existe una jerarquía doctrinal ni eclesiástica, pero la complicada estratificación social, inseparable de la religión, da a cada persona la sensación de ocupar una posición dentro de este enorme grupo humano.

Doctrinas

El origen espiritual del hinduismo se encuentra en el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, compuesto oralmente hacia el 1500 a. n. e.) por los llamados rishis (religiosos y poetas anónimos y más o menos míticos). A partir del Veda original, en los siguientes siglos de crearon otros tres Vedas ―el Sama-veda, el Iáyur-veda y el Atharva-veda― cuyos textos reversionan los himnos originales. Fueron compuestos de manera oral ―los indios no inventaron la escritura (que ya se utilizaba en otras civilizaciones más antiguas, como Antiguo Egipto y Sumeria) sino hasta el 500 a. n. e.― en sánscrito védico, el idioma sagrado de la India. Los himnos de los Vedas no contienen doctrina filosófica alguna, desconocen la reencarnación, la meditación y la liberación espiritual, ni hablan de un alma trascendente. El centro de la vida religiosa de las personas en la cultura védica se basaba en los sacrificios de animales (como vacas y cabras) a los dioses Indra, Varuna y Mitra.

En el himno «Purusha-sukta» del Rig-veda se presenta una versión muy pretérita (anterior al II milenio a. n. e.) de cómo fue creado el mundo, que posiblemente refiere a una época de sacrificios humanos. El mundo fue creado mediante la matanza cruenta de un dios primigenio, el Purusha, que en mitos posteriores fue olvidado. Los sacerdotes, después de matarlo, cortan sus partes de manera ritual y con ellas crean cada parte del mundo.

Los sacerdotes brahmanes no tenían ninguna doctrina filosófica: solo sabían de complicados rituales para matar a los animales. Los reyes y guerreros, en cambio, se pasaban de generación en generación ideas acerca de la existencia de un alma trascendente, y como respuesta a la pregunta sobre el bien y el mal, crearon la doctrina de la reencarnación.

En algún momento del siglo VII a. n. e. comenzó a difundirse entre los sabios ermitaños la idea de ahimsa ―que cuatro siglos más tarde daría pie a la creación del budismo por parte de Buda―, y se adosaron a los Vedas nuevos textos, los Upanishad, que no tenían forma de himnos y que presentaban preguntas y respuestas de estos grandes sabios con respecto a temas filosóficos. Gradualmente el ritualismo de los Vedas se dejó de lado, y la lengua en que se pronunciaban ―el sánscrito védico, que es parecido a los idiomas indoiranios como el avéstico― se fue transformando en el sánscrito clásico y en el prácrito.

Los Upanishad contienen el mensaje espiritual del hinduismo. Han guiado e inspirado a los hinduistas en los últimos 25 siglos, de acuerdo al consejo dado en sus versos:

Tomando como un arco el gran arma del Upanishad, debes de colocar sobre él una flecha afilada por la meditación, estirarlo con un pensamiento dirigido a la esencia de Aquello y penetrar, amigo mío, aquel imperecedero como el blanco.

Los Upanishads consideran que los dioses védicos son secundarios a un dios trascendente e incomprensible, el Brahman. Desde entonces, la base de todo el hinduismo es la idea de que la plétora de cosas y eventos que rodean al ser humano no son sino diferentes manifestaciones de esa realidad última. El Brahman es el concepto cohesionador que le da su carácter de unidad al hinduismo, a pesar de la adoración de variados dioses. Es la realidad final, la esencia interior (el alma) de todas las cosas. Es infinito y está más allá de cualquier concepto; no puede ser comprendido por el intelecto ni puede ser adecuadamente descrito con palabras:

Brahman, sin comienzo, supremo: más allá de lo que es y más allá de lo que no es. Incomprensible es aquella alma suprema, ilimitada, no nacida, que no puede racionalizarse, impensable.


El Bhagavad-guita (que son apenas unos capítulos del extenso libro épico-mitológico Majabhárata (del siglo III a. n. e.) describe tres caminos para lograr la realización religiosa:

  • el sendero de la actividad o karma (aquí se mencionan actos de sacrificio y rituales),
  • el sendero del conocimiento o gñana (la meditación upanisádica de la divinidad) y
  • el sendero de la devoción hacia Dios o bhakti, un ideal religioso que vino a combinar y a hacer de los otros dos senderos, una vía más trascendente.

Los Upanishad lograron conciliar el monismo vedántico con el politeísmo védico al crear el concepto de que todos los dioses individuales (de los que se dice son parte del sa-guna Brahman, ‘Dios con atributos’) están sometidos al espíritu universal (el nir-guna Brahman, ‘Dios sin atributos’), del cual emanan todos. Por lo tanto, la mayoría de los hinduistas rinde tributo (a través del bhakti) a dioses a quienes adoran en los rituales (a través del karma) y a los que entienden (por medio del gñana) como aspectos de la última realidad, el reflejo material del que todo lo que existe es una ilusión maya creada por Dios con mucho.

Dioses

El dios Brahmá, de cuatro cabezas, es el creador mítico del mundo.

La triple manifestación del Dios supremo, conocido como la trinidad hinduista (Trimurti), son Brahma, Visnú y Siva, creador, conservador y destructor respectivamente. Aunque estos son los dioses principales, el panteón hinduista cuenta con la increíble cifra de 330 millones de dioses. Cada dios posee múltiples avatares. Un avatar es una reencarnación del dios sobre la tierra.

A pesar de que los hinduistas reconocen la existencia e importancia de muchos dioses y semidioses, la mayoría de los fieles son, en primer lugar, devotos de un solo dios o diosa; entre estos, los más populares son Siva, Visnú y la Diosa (Devi).

El dios Visnú, de cuatro brazos.
  • Visnú: es el dios hinduista de la preservación y la bondad, es adorado como un dios que está en todas partes (dios supremo para sus adoradores), el dios de cuyo ombligo brotó una flor de loto, dando a luz al creador (Brahma). Visnú creó el Universo, separando el cielo de la tierra. También se le adora bajo la forma de muchos avatares, dioses que descienden al mundo (o encarnaciones, en un sentido aproximado). Muchos de ellos son animales que suelen aparecer en la iconografía hindú: el pez, la tortuga y el cerdo.
Shiva
  • Siva: encarna los aspectos aparentemente contradictorios del dios de los ascetas y del dios fálico, cuyo símbolo (el lingam o falo) constituye el punto central y sacrosanto de todos los templos dedicados a él y de todos los hogares de sus adoradores; se dice que su priapismo fue el resultado de su castración, con el consecuente culto de su símbolo fálico sin cuerpo. Además de esto, se dice que Siva se habría hecho presente en la Tierra bajo distintas formas humanas, animales y vegetales.
  • Buda, religioso ateo que luchó contra el hinduismo, y a quien los hinduistas convirtieron en un avatar secreto de Visnú que se encarnó con el fin de enseñarles una doctrina falsa a las personas piadosas nacidas en familias demoníacas).
Devi o Durga.
  • Krisna, el rey-pastor héroe, creado en el Majabhárata (300 a. n. e.) y desarrollado en el Bhágavata-purana (1100 n. e.). Según los visnuistas, Krisna es un avatar de Visnú, pero según los visnuistas de Bengala (o krisnaístas), Krisna es el dios original a partir del cual se produjeron Visnú y todos los avatares.
  • Devi (la ‘diosa’): en algunos mitos, Devi es la primera que propone el movimiento, la acción, liderando el grupo de dioses masculinos para que realicen las labores de creación y de destrucción. También se muestra como Durga, a la que nadie se puede acercar, quien en la gran batalla mata a Majisha, el demonio búfalo. En muchos cultos tántricos, a esta Diosa se la identifica con Kali.

También hay representaciones más pacíficas de la Diosa, generalmente bajo la forma de las esposas de los dioses más importantes: Muchas de las diosas locales de la India ―como Manasha (la diosa de las serpientes en Bengala) y Minakshi (en Madurai)― están casadas con dioses, mientras que a otras como Shitala, diosa de la viruela, se las rinde culto por sí mismas. Estas últimas diosas son temidas por sus indomables poderes y mal carácter, y por sus arranques de cólera.

  • Laksmi, la sumisa y dócil esposa de Visnú
  • Parvati, esposa de Siva e hija del monte Himalaya
  • Ganga, la gran diosa del río Ganges, a quien también se adora de manera independiente; se dice que es una de las esposas de Siva
  • Saraswati, la diosa de la música y de la literatura y esposa e hija del dios Brahmá, de cuatro cabezas; se la asocia con el río Saraswati.
  • Radha, la principal de las amantes del dios adolescente Krisna.

Hay algunos dioses menores que están incluidos en el panteón central porque se les identifica con los dioses más importantes o con sus hijos o amigos.

  • Hanuman (el dios mono): aparece en el Ramayana como el ingenioso asistente de Rama en el sitio de Lanka. Skanda (el general del ejército de los dioses) es hijo de Siva
Ganesh, el hombre elefante
  • Ganesha o Ganapati, es el dios con cabeza de elefante, dios de los escribas y mercaderes, quien ayuda a eliminar los obstáculos; es invocado fervorosamente al comienzo de cualquier negocio importante.

Cultos y ritos

Desde el más importante hasta el menos trascendente de los dioses hindúes es objeto de veneración tanto en ceremonias públicas como en el ámbito de la intimidad familiar. Dadas las bases sociales del hinduismo, los actos más importantes son aquellos en los que se incluyen ritos de paso (samskaras o sacramentos).

  • El nacimiento y cuando el niño come por primera vez comida sólida (arroz).
  • El primer corte de pelo (para un niño varón).
  • La purificación después de la primera menstruación (para una niña).
  • El matrimonio
  • La bendición para las embarazadas, para que tengan un hijo varón y para asegurar así un parto sin dificultades y que el niño sobreviva los seis primeros días después del nacimiento, que son los más peligrosos (para lo cual se encomiendan a Shashti, la diosa del Seis). Tradicionalmente a los niños de menos de dos años, en la medicina ayurvédica se les llama Kumara (‘muere fácil’, siendo ku: ‘fácil; y mara: ‘muere’).
  • Las últimas ceremonias son las de la muerte (cremación y, si es posible, que las cenizas sean esparcidas por el Ganges, el río sagrado).
  • La ofrenda anual a los antepasados muertos. De estos últimos, el más notable es el del pinda, una bola de arroz y de semillas de sésamo que entrega el hijo mayor del difunto, para que el fantasma de su padre pueda salir del limbo y renacer.

Como parte del ritual diario (por lo general realizado por la esposa, quien se supone tiene más poder para interceder ante los dioses).

  • Los hindúes ofrecen (puja) frutas y flores ante un pequeño altar instalado en la vivienda.
  • Ofrendas a serpientes locales, árboles o a espíritus oscuros (benevolentes y malévolos) que moran en su propio jardín, en cruces de caminos o en otros sitios del pueblo considerados mágicos.
  • Muchos poblados y ciudades de diferentes tamaños tienen templos donde los sacerdotes celebran ceremonias durante todo el día: rezan al amanecer y emiten ciertos tipos de sonidos para despertar al dios que es santo entre los santos (la garbagriha o casa matriz); lavan, visten y abanican al dios, lo alimentan y distribuyen los restos de la comida (prasada) entre sus fieles.
  • El templo también constituye un centro cultural donde se cantan canciones, se leen los textos sagrados en voz alta (tanto en sánscrito como en lengua común) y se celebran rituales al anochecer.
  • Por lo general, una vez al año y durante ciertos días especiales, la imagen del dios recorre todo el complejo de culto sobre unas magníficas carrozas de madera tallada (ratha).
Fieles hinduistas en el río Ganges.
  • Muchos lugares sagrados o santuarios, como el de Rishikesh en el Himalaya o el de Benarés en el río Ganges, son objeto del peregrinaje de fieles procedentes de todas las zonas de la India.
  • En Bengala, la visita que hace la diosa Durga a su familia y luego su retorno al lado de Siva, su marido, se celebra cada año en Durgapuja. Se reproducen imágenes de la diosa en papel maché, figuras a las que se les rinde culto por diez días, y que más tarde, en una dramática ceremonia que se celebra a medianoche, son arrojadas al río Ganges. Todo esto va acompañado del retumbar de tambores y la luz de las velas.
  • Algunos festivales se celebran en toda la India: Diwali, el festival de las luces a comienzos del invierno, y Joli, el carnaval de la primavera, en el que los diferentes miembros de todas las castas se mezclan, sueltan sus cabellos y se mojan unos a otros con cascadas de polvo rojo y agua, lo que probablemente simboliza la sangre que quizás utilizaban siglos atrás.

Fuentes