Huelga del 9 de abril de 1958

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Huelga general del 9 de Abril
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Huelga9deabril.jpg
Fecha:9 de abril de 1958
Lugar:Cuba
Descripción:
Huelga convocada para propiciar el derrumbre de la dictadura de Fulgencio Batista
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba


Huelga del 9 de abril. Convocada por la dirección nacional del Movimiento 26 de Julio, presidida por Fidel Castro. Protagonizada por centenares de combatientes, en su gran mayoría jóvenes obreros y trabajadores humildes, con el objetivo de paralizar a la nación y desatar un movimiento de masas que propiciara el derrumbe de la dictadura de Fulgencio Batista.

La situación que sirvió de prólogo a esta jornada de lucha era de apogeo revolucionario como continuidad de un proceso insurreccional iniciado el 26 de julio de 1953 con el asalto al Cuartel Moncada, segunda fortaleza militar del país. Factores de orden táctico y organizativo malograron el éxito de aquella jornada.

Antecedentes

En los primeros meses de 1958 la Dirección del Llano del Movimiento 26 de Julio, estimó que estaban dadas las condiciones para desatar una huelga general revolucionaria en todo el país.

En abril de 1958, la insurrección contra la tiranía batistiana vivía un momento de auge. En la Sierra Maestra, el Ejército Rebelde encabezado por Fidel Castro cosechaba victoria tras victoria. Dos nuevas columnas rebeldes -la 6, comandada por Raúl Castro, y la 3, bajo el mando de Juan Almeida Bosque-, fundaban dos nuevos frentes guerrilleros en la Sierra Cristal y los alrededores de Santiago, respectivamente.

En la estrategia del movimiento revolucionario, la realización de una huelga general en todo el país, acompañada por acciones armadas, daría el golpe de gracia ala tiranía. La dirigencia del Llano, sobrevalorando las posibilidades de la guerrilla clandestina, consideraba que en abril de 1958 estaban dadas todas las condiciones para esa huelga.

No obstante, la jefatura del Ejército Rebelde se oponía a las acciones precipitadas en las ciudades, a una huelga, sin el apoyo armado necesario. Independientemente de su criterio, en aras de la unidad de acción contra la tiranía el 12 de marzo Fidel Castro lanzó un manifiesto al pueblo para convocarlo a la huelga general y cursó órdenes a los comandantes y jefes de frentes para que desplegaran acciones de apoyo a la huelga.

Marcelo Salado, caído durante la acción.

El 9 de abril se realizaron acciones armadas en numerosas ciudades, aunque el despliegue más grande se realizó en la ciudad de Sagua la Grande. La huelga general no logró los objetivos propuestos, paralizar a la nación y desatar un movimiento de masas que propiciara el derrumbe de la dictadura de Fulgencio Batista; tuvo héroes y mártires como el joven líder Marcelo Salado. Su frustración fue uno de los reveses más serios de la lucha insurreccional. La tiranía desató entonces una feroz represión desde La Habana hasta la Sierra Maestra

Acciones

Sin contar las numerosas acciones de los frentes guerrilleros en apoyo a la huelga, que incluyeron la intrépida presencia de Camilo Cienfuegos en los Llanos del Cauto, los hechos mas significativos ocurridos a través del país fueron:

  • Asalto a las emisoras nacionales y la transmisión por sus canales del llamamiento a la
    Faustino Pérez, uno de los principales dirigentes del levantamiento.
    huelga general revolucionaria
  • Asalto a la armería de La Habana Vieja, la voladura de registros de electricidad
  • Paros y sabotajes en varias terminales del transporte
  • Quema de gasolineras y de vehículos
  • Interrupción del transito de entrada y salida de la capital
  • Sabotajes, acciones y paros en Guanabacoa, el Cotorro, Madruga
  • Asalto a la emisora de Matanzas dirigido por Enrique Hart
  • Descarrilamiento de trenes en Jovellanos
  • Ataque al Cuartel de Quemado de Güines y la interrupción de la Carretera Central en Manacas
  • Acciones del Condado en Santa Clara
  • Paralización y el dominio absoluto de Sagua la Grande
  • Asalto y sabotaje a la planta eléctrica de Vicente en Ciego de Ávila
  • Acciones diversas en Camagüey
  • Paralización prácticamente completa de todo Oriente por la acción combinada de las fuerzas guerrilleras y de la clandestinidad, incluido el ataque al Cuartel de Boniato por las milicias de Santiago de Cuba dirigidas por René Ramos Latour, "Daniel", sustituto de Frank País en la Jefatura Nacional de Acción en la Sierra Maestra durante el ultimo combate del Movimiento, que después cayo heroicamente contra la ofensiva de la tiranía.

Se luchó y murió en toda Cuba. A mediodía, la huelga fue decreciendo. Las faltas de coordinación impidieron que el paro en el sector del trasporte fuera unánime. Marcelo Salado, dirigente del Movimiento en la capital, fue a reunirse con los dirigentes obreros. En la esquina de las calles G y 25, a solo dos cuadras del lugar de reunión, lo interceptaron los esbirros de la tiranía que casualmente pasaban por allí. Fue masacrado en plena vía pública, ante los clientes y empleados del garaje ubicado en esa intersección.

Consecuencias del hecho

Una consecuencia inmediata de los hechos del 9 de abril fue la formación de nuevas columnas guerrilleras como la Pepito Tey que, luego del combate victorioso de Ramón de las Yaguas, se incorporó, bajo la jefatura de Belarmino Castilla, al Segundo Frente Frank País, y la que dirigida por Víctor Bordón pasó a operar en las montañas del Escambray. Igualmente, decenas de grupos precariamente armados permanecieron alzados y muchos se fueron incorporando a los distintos frentes guerrilleros. Se registra también, no obstante su descalabro posterior, el arribo de una expedición a las costas de Pinar del Río, integrada entre otros por Jesús Suárez Gayol, quien cayera combatiendo junto al "Che" en las selvas bolivianas.

La conmoción producida en todo el país por los hechos del 9 de abril fue intensificada por la brutal represión desatada por el régimen, que dejó un saldo de mas de un centenar de combatientes caídos, entre ellos Marcelo Salado, dirigente de acción en la capital en esos momentos, y uno de los más valiosos y prometedores cuadros del Movimiento 26 de Julio.

A pesar de su magnitud, aquella respuesta del 9 de abril no tuvo aun suficiente alcance y sincronización como para desencadenar la huelga general revolucionaria y provocar el colapso final de la tiranía. La frustración de aquel objetivo situó al movimiento revolucionario en uno de sus momentos más difíciles de todo el proceso.

Factores del fracaso

Fueron varios y diversos los factores del fracaso, cuando se creyó que las condiciones y la organización permitían esperar una respuesta vigorosa por parte del pueblo en general. Lo que se esperaba no se produjo. En La Habana no prendió la huelga y las acciones iniciadas con el escaso equipo de que se disponía fueron prontamente dominadas por las fuerzas represivas.

Al analizar los factores del fracaso, se llegó a la conclusión de que no son imputables al pueblo y ni siquiera a la organización, sino a lo siguiente:

  • Falta de clima previo, que debió ser producido por una serie de hechos violentos que hicieran que el paro no fuera mas que la culminación lógica del mismo.
  • Método inadecuado para la convocatoria. Por querer mantener en secreto la fecha; para evitar que la dictadura tomara medidas especificas, no pusimos nuestros cuadros organizados a funcionar para que la consigna fuera llevada a todos los sectores y personas, creando con ese solo hecho cierta agitación y expectación indispensables.
  • La escasa intensidad que presentó el sabotaje eléctrico y de las plantas de radio, cuando se esperaba la supresión total de ambos servicios.
  • La actitud un poco cerrada que se mantuvo frente a la posibilidad de coordinación o colaboración por parte de otros factores.

Todos estos factores sumados tuvieron mucho que ver en este fracaso momentáneo del movimiento de huelga en La Habana.

Si se añade la precariedad de las armas disponibles, la no llegada de otras en las fechas previstas y el profundo quebranto recién sufrido por el Movimiento en La Habana por la caída de cuadros fundamentales de la organización como Gerardo Abreu Fontán, Sergio González, Arístides Viera González y muchos otros, así como la débil gestión y voluntad unitaria del Frente Obrero Nacional (FON), fueron las causas fundamentales de aquella trágica derrota.

Su frustración fue uno de los reveses más serios de la lucha insurreccional. La tiranía desató entonces una feroz represión desde La Habana hasta la Sierra Maestra, pues llegó a creer que estaba a punto de aplastar a la Revolución.

Tras el fracaso de la huelga general, se realizó una importante reunión el 3 de mayo de ese propio año, en el lugar conocido por Altos de Mompié, en la Sierra Maestra. En el encuentro se analizó cuidadosamente el resultado de la huelga del nueve de abril y para el posterior desarrollo de la guerra revolucionaria quedó establecida una dirección única cuyo máximo conductor político y militar fue el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Véase también

Fuentes