Joaquín Torres García

Joaquín Torres García
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Nacimiento28 de julio de 1874
Montevideo. Bandera de Uruguay Uruguay
Fallecimiento8 de agosto de 1949
Montevideo. Bandera de Uruguay Uruguay
NacionalidadUruguaya Bandera de España España
CiudadaníaUruguaya
OcupaciónProfesor, pintor, escultor y escritor
CónyugeManolita Piña (1909-1949)
HijosOlimpia Torres Augusto Torres Horacio Torres
PadresJoaquín Torres Fradera y María García Pérez.
Obras destacadasEl pintor con su familia, Paisaje de ciudad, Suburbio

Joaquín Torres García. Artista plástico uruguayo de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. El cual desarrolló una extensa obra de pinturas, libros y esculturas internacionalmente reconocidas.

Síntesis biográfica

Nació en Montevideo el 28 de julio de 1874, hijo de Joaquín Torres Fradera y María García Pérez.

Su padre era catalán. Había nacido en Mataro en el seno de una familia de cordeleros es decir en un ambiente relacionado con la navegación.

Quizás por ello, en su condición de segundón, que no le ofrecía demasiadas perspectivas de continuar el negocio de su progenitor, emigró a los diecinueve años al Uruguay, donde trabajó denodadamente creando en Montevideo y en lo que en el último cuarto del siglo pasado se denominaba "Plaza de las Carretas" un establecimiento comercial que era algo así como un bazar o almacén de los más heterogéneos artículos, con una cantina anexa que frecuentaban principalmente los gauchos que llegaban a la ciudad para vender sus productos y a ola vez hacer su provisiones.

barco

Torres Fradera tenía, junto a su almacén y cerca de un copudo ombú, un aserradero de madera y un vasto taller de carpintería en el que Joaquín pasaba muchas horas cortando y ensamblando piezas.

Su arte acusará la huella de la habilidad así adquirida. La madre, uruguaya de nacimiento pero hija de un oriundo de Canarias, de nombre José María y de profesión carpintero, y de una mujer Rufina, que era la única americana de varias generaciones y tenía en sus venas sangre de los colonizadores españoles y de los aborígenes. Joaquín creció flaco y pálido, como decían los suyos "era todo pellejo y huesos".

Se manifestaba sensible y nervioso. Dotado de un gran poder de asimilación, se formó en buena parte por su cuenta, leyendo vorazmente. Torres Fradera experimentará diversos altibajos en su situación económica.

Sus ahorros se esfumarán al quebrar un banco y, cuando había rehecho su fortuna, una disposición del gobierno uruguayo, prohibiendo determinadas importaciones lo arruinó de nuevo. Decidió volver a tierra de sus padres.

En julio de 1891 embarcó en Montevideo con su esposa e hijos hacia Génova y seguidamente rumbo a Barcelona.

En Barcelona

En Barcelona se integró en el grupo de intelectuales catalanes liderados por el pensador Eugenio D´Ors, quien afirmaba que Cataluña estaba llamada a continuar en el siglo recién comenzado la tradición clásica y humanista de la cultura mediterránea, retomando las formas e ideas de la antigüedad griega.

Como Pintor

Imbuido de estas tesis, Torres García pintó en el salón de San Jorge de la Diputación de Barcelona varios murales, hoy desaparecidos, que representaban imágenes de una mítica Arcadia con figuras humanas de porte clásico.

Su casa de entonces, Mon Repòs (en Terrassa, cerca de Barcelona), denotaba también la influencia griega en la arquitectura y en los murales que él había pintado en sus habitaciones. En los primeros años del siglo XX colaboró con el arquitecto catalán Antoni Gaudí en la realización de vitrales para el templo de la Sagrada Familia.

Sin embargo, según cuenta Torres García en el libro Historia de mi vida, Gaudí no supo apreciarlo como artista, aconsejándole que se dedicara a la docencia. En 1910, por encargo oficial, pintó los paneles del pabellón uruguayo de la Exposición Internacional de Bruselas.

A partir de 1915 comenzó a experimentar la influencia de las vanguardias, al tiempo que conocía a pintores innovadores como Barradas, Robert Delaunay, Piet Mondrian y Theo Van Doesburg, entre otros. Viajó a Nueva York, donde lo invadió el ritmo trepidante de la ciudad; después estuvo en París y más tarde en Madrid. En esos años de viajes fue dando forma a su propuesta artística: el universalismo constructivo.

En París

En 1930 fundó en París la revista y el grupo Cercle et Carré junto a otros artistas, con los cuales realizó algunas publicaciones y organizó una de las exposiciones de arte concreto más importantes de la época. Por aquel entonces ya exponía sus cuadros en galerías relevantes de París.

Regreso a Uruguay

Cuando regresó a Montevideo en 1934 ya tenía clara cuál era su misión y cuál sería su mensaje: crear una escuela de arte en el sur de América. A partir de entonces, fundó la Asociación de Arte Constructivo 1935, publicó la revista Círculo y Cuadrado 1936-1943, dio numerosas charlas y conferencias, dictó clases en la universidad y en el SODRE y finalmente, en 1944, creó el Taller Torres García.

Trabajador incansable, no dejó nunca de pintar y realizó numerosas exposiciones, al tiempo que expresaba sus ideas en varios libros sobre arte y estética, como Estructura 1935, Universalismo constructivo, contribución a la unificación del arte y la cultura en América 1944 y Mística de la pintura 1947.

Torres García definió su pintura como una superficie organizada en sección áurea, en la que todas las partes se relacionan entre sí y con el todo. El rechazo de la perspectiva y el uso de la bidimensionalidad, que evocan las formas del arte primitivo y egipcio, facilitan la comprensión de su mensaje plástico.

Para Torres García el arte no debe copiar la naturaleza, pero tampoco debe negarla. Los pictogramas que pueblan sus pinturas recrean el mundo: el pez (la naturaleza), el triángulo (la razón), el corazón (los afectos), el hombre y la mujer.

Sus símbolos son permanentes y fáciles de decodificar, pues el pintor buscó un arte eterno, que no renegara del pasado, tratando de encontrar imágenes que trascendieran las épocas. Entre sus cuadros, muchos de ellos premiados, deben mencionarse Un puerto 1941, Naturaleza muerta 1941, Mentón 1944 y Sala de espera 1946.

Arte constructivo.

Desde sus comienzos, concurrieron al Taller Torres García jóvenes que querían aprender los principios del constructivismo y algunos artistas ya reconocidos en el medio, como Carmelo de Arzadun, quien ensayó por un breve período la pintura estructurada que predicaba el maestro. En el Taller Torres García se exploraron diferentes técnicas, entre ellas cerámica, tapicería y pintura mural.

El arte, según pensaba Torres García, debía estar integrado a la vida: siguiendo este principio, pintó con diecinueve de sus alumnos siete murales al óleo en el pabellón Martirené del hospital Saint Bois de la capital uruguaya. Estos murales han corrido diversa suerte: algunos están muy deteriorados, otros se perdieron y otros fueron recuperados y se encuentran en el Museo Torres García de Montevideo.

Muerte

A la muerte del artista, el 8 de agosto de 1949, sus alumnos más cercanos continuaron con la publicación de la revista Removedor, creada en 1945, y mantuvieron la actividad de su taller, que se cerró en 1967.

Si bien mantuvieron las premisas básicas enunciadas por el maestro, sus discípulos buscaron lenguajes pictóricos individuales. Entre los más destacados están Augusto Torres y Horacio Torres (sus hijos), Francisco Matto, José Gurvich, Manuel Pailós, Gonzalo Fonseca, Uruguay Alpuy, Edgardo Ribeiro, Manolo Lima, Alceu Ribeiro y Jonio Montiel.

Varios de estos artistas vivieron largos años en el exterior, como Fonseca (radicado en Nueva York) y Alpuy (en París).

La influencia de Torres García ha rebasado las fronteras uruguayas; el grupo Madi, fundado en 1946 en Buenos Aires, o la asociación Arte Concreto Invención, liderada por Tomás Maldonado también en la capital argentina, lo reconocen como mentor.

Pinturas más famosas

  • La colada, 1903
  • La casa del lavadero, 1903
  • El pintor con su familia, 1917
  • Hoy, tempera sobre cartón, 1921
  • Escena callejera en Nueva York, 1921
  • Paisaje de ciudad, 1928
  • Nueva York, 1929
  • Composición simétrica universal, 1931
  • Constructivo con campana, 1932
  • Composición en rojo, blanco y negro, 1938
  • Suburbio, 1938
  • Arte Universal, 1943

Galería de Fotos

Publicaciones

  • Torres García, Joaquín (1913). Notes sobre art. Tallers d'en Rafel Masó, Girona. Encuadernado por Eduard Domènech, Barcelona.
  • Torres García, Joaquín (1915). Dialegs. Tarrasa: Tipografía Mulleras.
  • Torres García, Joaquín (1917). El descubrimiento de sí mismo (Cartas a Julio que tratan de cosas muy importantes para los artistas). Gerona: Tipografía de Maso.
  • Torres García, Joaquín (1935). Estructura. Montevideo: Ediciones Alfar.
  • Torres García, Joaquín (1939). Historia de mi vida. Montevideo: Asociación de Arte Constructivo.
  • Torres García, Joaquín (1939). Metafísica de la prehistoria indoamericana. Montevideo: Asociación de Arte Constructivo. p. 50.
  • Torres García, Joaquín (1941). La ciudad sin nombre. Montevideo.
  • Torres García, Joaquín (1942). Mi opinión sobre la exposición de artistas norteamericanos. Montevideo: Asociación de Arte Constructivo. p. 50. Transcripción de la conferencia dicatada por Torres García el 5 de septiembre de 1941 en Montevideo.
  • Torres García, Joaquín (1944). Universalismo constructivo. Poseidón.
  • Torres García, Joaquín (1946). Pintura y arte constructivo. Contribución al Arte de las tres Américas. Montevideo: Asociación de Arte Constructivo.
  • Torres García, Joaquín (1947). Mística de la pintura. Montevideo: Asociación de Arte Constructivo.
  • Torres García, Joaquín (1948). Lo aparente y lo concreto en el arte. Montevideo: Asociación de Arte Constructivo.

Fuentes