Jorge Rojas (poeta)
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Jorge Rojas. Poeta colombiano, animador y editor de los cuadernos de Piedra y Cielo, que dieron nombre al grupo poético por él fundado. Fue el primer director del Instituto Colombiano de Cultura.
Sumario
Su primer poemario
En su primer poemario, La forma de su huida 1939, se evidencia la preponderancia de algunos poetas españoles contemporáneos, entre ellos Juan Ramón Jiménez y Pedro Salinas. La preponderancia de Juan Ramón Jiménez se extendió en el volumen La ciudad sumergida 1939, primero de una recopilación de cuadernos poéticos inducida por Rojas que ocupo el nombre de un libro de Juan Ramón (Piedra y cielo, 1918) y propicio que se formara el grupo poético Piedra y Cielo, en el que significaron jóvenes poetas como Tomás Vargas, Darío Samper, Arturo Camacho, Gerardo Valencia, Eduardo Carranza y Carlos Martín.
La estética y sus compañeros
La estética de Jorge Rojas y sus compañeros piedracielistas demandaba la recuperación de una literatura neosimbolista, cubierta de perspicacias verbales y apoyada en el legado acogido de la mejor lírica española, desde el Siglo de Oro hasta la Generación del 27. Adentro del formalismo, su preferencia a seguir la tradición clásica les llevó a rescatar el agrado por la metáfora barroca y el lenguaje rebuscado (de extensas resonancias gongorinas), que en la elaboración personal de Jorge Rojas se matizó además de un neorromanticismo depurado (muy proporcionado de la primera etapa de Juan Ramón Jiménez), perceptible en su disposición a la manifestación sentimental.
La eclosión del piedracielismo
La eclosión del piedracielismo concordó en Colombia con un comienzo económico del país, que prosperaba por un sendero inverso al que habían emprendido a transitar estos poetas. Los poetas del conjunto se apartaron del racionalismo y el practicismo brotados al amparo del proceso de modernismo para retornar los ojos al pasado y a su propio interior, y ahondar en las tonalidades del sentimiento, en temas más sutiles que concretos. Se dio la incongruencia de que estos poetas obtuvieron triunfo entre los lectores, que pronunciaban de memoria sus versos. Pero la ausencia de espíritu transformador fue una grave limitante que, a lo último, dejó sometida a anécdota la aventura de los piedracielistas.
Composiciones elaboradas
Intrínsecamente de su inclinación por los argumentos y los moldes clásicos, Jorge Rojas cultivó el soneto en su sucesiva entrega poética, Rosa de agua (1941), instruyendo un avance hacia un tono más gustativo e intimista y un rasgo temático americanista. Dos de las series de sonetos que conformaron este poemario, las tituladas Momentos de la doncella y Sonetos elementales, Traducidas al francés por el narrador, ensayista y crítico literario Reims Roger Caillois. En Soledades I (1948), aglomeró una serie de composiciones construidas entre 1936 y 1945. Trata de poemas profundos que, previstos como cantos de reflexión amorosa, enaltecen la imagen de la mujer en correspondencia con el Ambiente, dentro de la corriente del panamericanismo literario que cambió en materia poética los campos, las ciudades, los hombres y, en general, la geografía y la historia del continente. Soledades II (1965) compuesta de piezas similares escritas entre 1950 y 1964.
Producción poética
El resto de su creación poética, en la que cada vez alcanzó más peso específico la representación del paisaje colombiano, se perfecciona con Cárcel de amor (1976) y Soledades III (1985). Su último libro, Huellas (1993), retoma sus argumentos favoritos (el paso del tiempo, el amor, la muerte) con versos de precisión y factura dotado de hermosura. Deslumbró además por sus composiciones en verso (como la del Cementerio marino, de Paul Valéry), entró en el teatro con La doncella de agua (1948).
