Leyenda de Cajío

Leyenda de Cajío
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Leyenda
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Leyenda de un cacique indio llamado Cajío que vivió en la zona costera al sur del municipio artemiseño de Güira de Melena
Es originaria de:Güira de Melena


Leyenda de Cajío. Cuenta la leyenda que Cajío es el nombre de un cacique indio que vivió en la zona costera al sur del actual municipio artemiseño de Güira de Melena a la llegada de los españoles.


Según la leyenda

Pese a ser esta una historia relativamente fascinante, el relato resulta solo un mito creado en la primera mitad del siglo XX para atraer la atención sobre el área, y cuya verdadera historia conocen todos los güireños, pero que los visitantes creen hasta que se aclara el misterio.

Cuenta la leyenda que Cajío es el nombre de un cacique indio que vivió en la zona costera al sur del actual municipio artemiseño de Güira de Melena a la llegada de los españoles.

Según la leyenda, se cuenta que:

Soplaba fuertemente el viento del Sur. Las nubes bajas presagiaban una gran tormenta, el chillido de las aves aterradas colmaban el ambiente de una singular atmósfera que sembraba el temor entre los habitantes. El mar, fuente de sustento y recreación de los habitantes del lugar, los amenazaba ahora bajo su aspecto más aterrador. Retrocedía, se retiraba lentamente para formar una gran muralla de agua que abatiéndose después sobre las miserables chozas de los nativos, causaría la destrucción y la muerte.

Pero algo extraño sucedía también entre los lugareños, en lugar de buscar la salvación en la huida, la buscaban desesperadamente entre todo el manglerío, las zanjas y aún en las casas de los habitantes peor mirados por su conducta antisocial. Se hacía tarde, ya el mugido del viento amenazaba, las techumbres de las casas comenzaban a desprenderse de sus débiles asideros y cubrían el espacio de jirones. De pronto, el mar avanzó con un rumor de avalancha, los pájaros contemplaban espantados, desde sus escondites, aquel avance homicida. De pronto un grito, una exclamación de triunfo, un patalear de cientos de pies hacia el lugar en que un anciano, levantaba trabajosamente una efigie caída y semienterrada en el fango de una zanja. La cargaron entre todos y la colocaron sobre un pequeño pedestal, con el rostro vuelto hacia el mar enfurecido. Las miradas de todos se fijaron en aquella efigie, que representaba a un indio aborigen con los brazos cruzados sobre el pecho. De pronto, se produjo el milagro que todos esperaban: El viento calmó su ímpetu destructor y el mar se diluyó en suaves ondas que vinieron a besar la base del busto del indio.

Toda la ira de la naturaleza, se disolvió ante la mirada fija de aquella imagen, tallada en madera durísima y los habitantes dieron gracias una vez más a su inmóvil salvador. Se cuenta que la ausencia de la efigie ubicada de frente al mar, da origen a terribles cataclismos marítimos.

El indio Cajío fue un aborigen que habitó por estas tierras y mantuvo celosamente su libertad a pesar de los conquistadores; algunos plantean que mantuvo amores con una india de las cercanías nombrada Guanímar y de esos nombres genéricos, sale la denominación de estas playas del sur habanero.

Según Valentina Amada Serrano, una longeva residente de la localidad se cuenta que:

“Tras comenzar la colonización forzosa de la Isla se resistió a los conquistadores y ante la inminente derrota en combate contra el enemigo, en un día de tormenta, se sumergió en las aguas del río, dando la espalda al mar, permitiendo que la marea arrasara con todo a su paso. En el relato Valentina Amada añadió: “que en honor a Cajío se colocó una estatua que representa al indio cerca de la línea costera de frente al agua para impedir la entrada del mar a tierra firme. Aunque, según el mito, si se coloca de espalda al litoral deja entrar a la tormenta, de ahí que se considere a Cajío como el protector del poblado”.

Acercamiento a la leyenda del indio Cajío

Un profundo estudio realizado por León Rigoberto Castañeda Díaz, Antropólogo e Historiador de Güira de Melena, unido a los datos obtenidos de otras fuentes ya citadas, permiten un acercamiento a la verdadera historia y aclarar el misterio.

La biografía del doctor Antonio Rodríguez, realizada por su hijo Monseñor Antonio Rodríguez, revela que en la década de 1930, él como los habitantes pudientes de la demarcación, pasaban sus vacaciones en playa Baracoa, en Bauta.

Sin embargo, tras un accidente en ese lugar, realiza una visita a las playas de Miami en el año 1937, también cenagosas, donde observa que a una playa del sur le habían depositado arena. Entonces viene con esa idea para Güira de Melena: convertir a Cajío en playa arenosa.

Inicialmente el doctor consideró hacer una ribera de arena artificial como las de la Florida, pero su calificación como farmacéutico lo llevó a analizar el agua y fango de Cajío y conocer que contenían altos niveles de azufre y yodo, elementos químicos que le conferían propiedades medicinales.

Se dio cuenta que lo importante de esa playa era su fango medicinal. Tal descubrimiento llevó a Rodríguez, entonces alcalde de la localidad, a conservar las características naturales como otro incentivo para llegar hasta el lugar, y para la inauguración de la playa en 1940 se construyeron casas de veraneo y puentes que introducían al bañista en el mar, lo cual llevó a que los habitantes permanentes, especialmente pescadores, comenzaran a contar con la compañía de más y más güireños cada temporada de verano.

Estatua original del indio Cajío

Entonces pensó ¿qué hacer para atraer más personas a la playa y poblarla de vacacionistas? Se le ocurrió crear el mito del indio Cajío; así inventó la historia de un indio que nunca existió y con ello atraer el turismo.

Con el fin de aumentar la atención y las visitas, Antonio Rodríguez inventó la leyenda del cacique indio, la cual no tiene base histórica, pues es sabido que nunca hubo indios en el área, y el busto que representa a Cajío con los brazos cruzados sobre el pecho en posición imponente, fue esculpido por el artista güireño Enrique Arambarri e inaugurado en el año 1940 en la alcaldía del doctor Vaga.

Antonio logró que la playa se poblara de güireños, que hicieron casas para pasar el verano; allí vivían familias de dinero como los Larios, los Gómez, los Cabrera y los Pérez Farfantes, de cuya familia nació Isabel Pérez Farfantes, que fue profesora de la Universidad de Boston en EE.UU. y descubrió, viviendo en Cajío, los bancos de camarones de Cajío-Batabanó. También tenían casas alcaldes de La Habana.

En realidad Cajío se llama así, porque allí había un pez que algunos dicen que eran las cuberas que los aborígenes provenientes de Cienfuegos y le decían pez Caxio.

Esa zona fue escondite de negros esclavos que se fugaban de Pinar del Rio, cuestión señalada por Cirilo Villaverde en su obra “El rancheador”; esos negros conocieron al pez Caxio, palabra que después derivó en Cajío.

Se rompe la fantasía

La fantasía entorno a este personaje y sus propiedades milagrosas de detener tormentas por estar de frente al mar, ha quedado varias veces desmentidas. La estatua durante el ciclón del 44 fue arrancada del lugar y apareció en la Boca de Cajío (playa); los habitantes dijeron que la estatua había que ponerla frente al mar, para que la playa no fuera destruida nuevamente; y en el año 1966 cuando el ciclón Alma, la estatua que estaba frente al mar, recibió serias afectaciones y tuvieron que reconstruirla.

Estatua actual

En el año 2004 durante el paso del huracán Charley por el lugar, cuando la fuerza del mar y los vientos acabaron con gran parte de los hogares, la estatua no tuvo averías; debido, según los meteorólogos, a que el bar de esa playa le sirvió de defensa, pero a la semana un rayo le cayó y la destruyó. Las personas pidieron su reconstrucción y la UNEAC pagó a un escultor que la restableció. Muchas personas le piden al indio y la ponen ofrendas a la estatua. También existen en Güira de Melena cartománticas que mandan a ponerle frutas, comidas, etc.

Hoy la estatua del indio, más que perpetuar una leyenda, es un símbolo de resiliencia del pequeño poblado que sobrevive y se desarrolla pese a los retos del mar y el clima, y cuyos pobladores se reinventan sin perder la esencia que siempre los ha caracterizado.

Fuentes

  • León Rigoberto Castañeda Díaz: Acercamiento a la leyenda del indio Cajío (Artículo).
  • Datos del Museo Municipal Güira de Melena.
  • Wendy García Marquetti: El indio Cajío, ¿mito o realidad?. Disponible en:ACN. Consultado el 21 diciembre de 2021.