Modesto Leyva Calzada

Modesto Leyva Calzada
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NombreModesto Leyva Calzada
Nacimiento1866
Fray Benito, Rafael Freyre, Holguín, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento18 de julio de 1944
Cacocum, Holguín, Bandera de Cuba Cuba
HijosCatalina

Modesto Leyva Calzada. Teniente del Ejército Libertador. Combatiente por la independencia de Cuba, mambí por excelencia que eligió ir a la manigua para que Cuba fuera una patria libre.

Síntesis biográfica

Infancia

Nació en la zona de Fray Benito en 1866, por lo que su niñez transcurrió en el fragor de la primera etapa de lucha contra el colonialismo español, sufrió los desmanes de esa explotación que le sirvieron para forjarse como futuro libertador de su Patria. De procedencia campesina y humilde no asistió a la escuela, solo recibió la educación familiar que se basaba en el respeto, la responsabilidad, una estricta educación formal, buen porte y aspecto que lo distinguió toda la vida.

Vida revolucionaria

Se incorpora a la lucha el 10 de agosto de 1895 con 29 años, en el Departamento Oriental, 2do Cuerpo, 4ta División, 2da Brigada del Regimiento de Infantería Oriente. Aunque aparece con el grado de teniente, al lado de este tiene una nota que expresa: “grado por aclarar”, él siempre le dijo a su hija Catalina que él había alcanzado el grado de Capitán.

Vida laboral

Al licenciarse del Ejército Libertador se instala en Cacocum y construye un pequeño restaurante, que en aquella época se llamaban fondas, por donde actualmente está el hotel del ferrocarril, en la calle Frank País, con el que mantiene a su familia y con mucho esfuerzo porque era analfabeto.

En él sigue latente el dolor de su Patria encadenada y la pena de ver a aquellos que ayer pelearon junto a él, sometidos al enemigo más despiadado, con el único fin de recibir prebendas del nuevo amo, ajenos a la pobreza que vivía el pueblo. Pero tuvo la oportunidad de rebelarse contra esta injusticia en 1924. Así lo cuenta Marcos A. Batista, quien era telegrafista en la estación de Cacocum, a los 84 años de edad en Bayamo a Enrique Nuñez Rodríguez:

“... al mediodía de aquella fecha llegó un tren especial que había anunciado el despachador de Camagüey, era el tren presidencial. En el tren viajaba el general Mario García Menocal con su comitiva. El tren se detuvo en el andén. El presidente y sus acompañantes descendieron y se dirigieron al conocido y único restaurante del pueblo – el de Leyva – situado al frente de la estación de ferrocarril, al otro lado de la línea. Leyva era un viejo veterano de la guerra, Menocal lo saludó y le pidió que le preparara un buen almuerzo.

Leyva muy diligente manda al cocinero a degollar 4 pollos y personalmente ayuda a condimentar el suculento arroz con pollo. El local se impregnó del inconfundible olor del plato criollo, poco después sirve la mesa y coloca en el centro el humeante caldero, escoltado por 2 fuentes de dorados tostones de plátano verde. El apetito del presidente y los 4 miembros de su comitiva fue voraz, devorador y los platos quedaron limpios en pocos minutos. Menocal de puso de pie.

Sus acompañantes lo imitaron. El viejo Leyva comenzó a recoger el servicio. Menocal se mete la mano en el bolsillo de la chaqueta deportiva, extrae la billetera de piel con sus iniciales en oro 18, busca brevemente con sus dedos finos y ágiles y le alarga a Leyva un flamante billete de $ 100 (hay que tener en cuenta que en 1924 el precio de un almuerzo en una fonda de esa categoría no superaba los $3 por persona. Leyva se embolsilla el billete y sigue sin inmutarse la faena de limpiar la mesa, Menocal duda. Espera. Leyva sigue imperturbable recogiendo los vasos, los cubiertos, el mantel. Menocal se impacienta. Espera el vuelto que no llega.

Menocal mira a Leyva. Leyva como sí tal cosa. De pronto el presidente, utilizando un curioso rodeo, digno de sus mañas de politiquero tradicional le dice irónicamente al veterano devenido en fondero – Óyeme Leyva ¿están muy escasos los pollos por aquí?. Leyva socarrón le contesta – no general, los que están escasos por aquí son los presidentes. Más tarde, esta fonda fue convertida en cenizas por un misterioso y siniestro incendio que dejó a este valeroso mambí en la miseria.

Este comercio lo había adquirido con mucho sacrificio, trabajando como peón de ganadería y otras labores difíciles del campo. Aquí también perdió su vivienda. Fue un momento difícil en su vida, pero con los ánimos forjados en la manigua y su propia vida de sacrificio, se traslada para el cruce de Pedernales y construye una pequeña tienda que le permite sobrevivir con su familia formada por 8 hijos, 5 hembras y 3 varones, que educó conforme a sus ideales.

En 1933 dejaron de pagarle su chequera, según Machado utilizó ese dinero como fondos para la construcción de la carretera central. Fue miembro de la Sociedad de Veteranos en la ciudad de Holguín donde pasó los últimos años de su vida.

Muerte

Aquel hombre alto, robusto, amable, impecable en su vestir y actuar, cortés y valiente, dejó de existir el 18 de julio de 1944 a la edad de 78 años, sus restos reposan en el panteón familiar # 275 del cementerio de Holguín.

Fuente