Parra de jade
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Parra de jade. Conocida en diferentes países con el nombre de Parra Esmeralda, Parra de Jade Turquesa, Cáscada de Jade. Pertenece a la familia de las Fabaceae oriunda de las Filipinas (donde se encuentra en peligro de extinción).
Características
Su aspecto es sorprendente, sus tallos pueden alcanzar hasta 18 m de longitud y sus flores muy bellas, en racimos colgantes formados por 75 flores o más en forma de garra, los cuales llegan a medir 3 metros de largo, son de color turquesa y su aspecto sorprendente. Estas flores son muy requeridas por distintos animales que las habitan con asiduidad: avispas, mariposas, colibríes (Aethopyga bella ) y hasta una especie de murciélago se alimentan de su néctar. Las flores caídas cambian de color a medida que se secan, de turquesa a azul verdoso y finalmente a morado. Follaje compuesto de 3 hojas verde pálido
Distribución y hábitat
Se encuentra en peligro de extinción por la deforestación. Una maravilla de naturaleza intentando sobrevivir al ser humano. Es nativa de los bosques tropicales de las Filipinas. La planta crece al lado de los arroyos en los bosques húmedos, o en barrancos.
Reproducción
Es polinizada por murciélagos, colibríes y abejas. Se puede reproducir por esqueje y le lleva 2 años para florecer.
Cuidados
No soporta las heladas, se cultiva generalmente en pérgolas para que luzcan sus espectaculares flores cuando maduran, Por ser considerada una flor tropical soporta temperaturas bajas de 5°C pero se desarrolla mejor en el clima de 15-26°C durante el día. Debe ser plantada en un lugar donde reciba la luz solar directamente y puede quemarse si es movida a media sombra. Requiere sustrato preparado con compost. El riego debe ser moderado y solamente para humedecer. Aplicar fertilizante 5-10-5 soluble, cada 2 semanas menos en el verano.
