Pedagogía logosófica

Pedagogía logosófica.
Información sobre la plantilla
Pedagogia logosofica.jpg
Concepto:a tener en cuenta, las necesidades del ser humano, en su totalidad, como ser integro. Por eso, parte, de la cuidadosa observación del niño en su crecimiento y evolución, desde los aspectos físicos, psíquicos y espirituales

La pedagogía logosófica. Se propone lograr seres humanos con la flexibilidad mental necesaria para admitir el vivir en la incertidumbre parcial respecto a los fragmentos de saber que aún no se han adquirido, con la esperanza y la disposición a comprobar (aún en las áreas más intangibles de la propia psicología), y con la necesaria postura científica que impulse a la comprobación y a la confrontación.

Función

Aspira a la conformación de una especie humana armoniosa, equilibrada, capaz de pensar, de auxiliarse con solidaridad y en paz, para la construcción de una humanidad más plena de realizaciones y de energías.

Para avanzar en esa realización propone un método de trabajo en el que se combina el estudio individual con la confrontación entre los investigadores, la educación como actitud permanente y el dominio de todas las áreas de la vida para que el sistema que es cada ser humano, se integre con eficacia y buenos resultados al gran sistema que conforma toda la humanidad y el mundo circundante.

La Logosofía es una ciencia que se propone estimular en el ser humano una postura activa frente a la evolución. En sus planteos invita a cada individuo a observar su propia realidad psicológica. Debe reconocer sus modalidades, sus hábitos de aprendizaje, sus características deficientes, sus conductas virtuosas y las consecuencias que cada uno de esos elementos produce en la conducta.

Por esta razón la pedagogía logosófica pone su esfuerzo en los adultos. Cuando ellos se disponen a modificar los propios comportamientos, a lograr la convicción de que el cambio es posible pueden operar sobre las causas que limitan a cada uno y podemos tener alguna confianza de que esa realización trascienda la realidad individual, para incorporarse a la sociedad en conquistas verdaderas.

Historia

El creador de la Logosofía, Carlos Bernardo González Pecotche nació en el año 1901 en Buenos Aires.

Por ser la suya una ciencia original, no sólo respecto a sus contenidos, sino también en relación con su campo de aplicación, consideró que no bastaba con ofrecer sus principios al mundo, sino que evaluó como imprescindible la creación de un espacio que a modo de campo experimental, ofreciera ambiente y estímulos para los primeros ensayos. Dio así origen a la Fundación Logosófica el 11 de agosto de 1930. Esta entidad de bien público destinada al estudio, práctica y difusión de la Logosofía, recibió su personería jurídica en el año 1958.

Pedagogía y logosofía

La aspiración de la pedagogía logosófica es contribuir a mantener vigorosa la esperanza, en base a la comprobación de la capacidad de cambio superador en la psicología humana y al esfuerzo individual que transforme en ideal lo que el escepticismo convirtió en utopía: la construcción de un mundo mejor a partir del mejoramiento de todos sus integrantes.

La propuesta logosófica implica la superación individual a través del conocimiento y plantea nuevos ideales de perfeccionamiento, respeto, amor al prójimo, solidaridad, familia, justicia, verdad, sabiduría, entre otros.

No se puede enseñar lo que no se conoce, lo que no se sabe. Padres y educadores necesitan, imprescindiblemente, conocerse, analizar su propia psicología y estar capacitados para perfeccionar y corregir los aspectos deficientes de su propia personalidad. Esto implica una verdadera "reeducación", que no se limita a una simple acumulación de informaciones, sino que lleva al desarrollo de un saber ser y un consecuente saber hacer. Claro es que no es un proceso simple ya que lleva aparejado la necesidad de reflexionar todos los supuestos antes aceptados, se trata pues de un verdadero proceso de evolución consciente.

La pedagogía logosófica sostiene que los nuevos conocimientos obtenidos en dicho proceso pueden modificar radicalmente la vida humana. Los conocimientos logosóficos difieren de otros conocimientos en que son de aplicación intra-individual, es decir, no se aplican fuera sino dentro de uno mismo, pues están destinados a la activación y superación de la propia conciencia.

El rol del conocimiento en la formación moral y espiritual

Es imprescindible que solamente se enseñe aquello que es verdad, rechazando o evitando inculcar suposiciones, mitos o creencias que están reñidos con la realidad y que el niño no podrá luego comprender por la vía racional y menos aún comprobar. Afirma la Logosofía que es sabiendo, no creyendo, como se logra una superación moral y espiritual real, sin dogmatismos ni fanatismos.

Por medio de estímulos naturales (en oposición a los que denomina como artificiales) la pedagogía logosófica guía constantemente el entendimiento del niño hacia la reflexión, buscando siempre las más variadas figuras didácticas y pedagógicas a fin de que pueda siempre entender primero y saber después aquello que se le enseña. Así es como va poniendo en movimiento desde pequeño todo el engranaje de sus sistemas psicológicos, para el desarrollo equilibrado y armónico de sus facultades intelectivas y sensibles.

Se logra por esta vía que la imaginación, sin dejar de deleitar al niño con sus bellas ideaciones, no lo abstraiga y sumerja por completo en mundos quiméricos, al punto de anular su voluntad y dar a los mismos padres la sensación de que el niño -por el grado de sugestión y dependencia que padece- ha perdido todo contacto con la realidad. Rara vez se percibe como un problema la enorme abundancia de motivos utilizados para entregar al niño de lleno en mundos de fantasía de todo tipo, muchas veces creados ex profeso para mantener su atención allí atrapada el mayor tiempo posible. Estos motivos obran como superestímulos para la imaginación, ocurriendo luego como acontece con la sal o el azúcar que se agrega en demasía, cualquier comida que se presente al natural resulta desabrida y sin sabor, siendo rechazada y despreciada. Al trabajar la imaginación unida a la razón, a la reflexión, al pensar y los sentimientos oportunamente apuntalados por el docente logósofo, se naturaliza y va permitiendo el espacio mental para que el niño pueda pensar cada vez con mayor sensatez, libertad y autonomía. Aprende así también a proteger y acrecentar sus afectos, así como a crear defensas mentales para protegerse de todos aquellos que justamente están buscando la manera de socavar su independencia y libertad de pensar, para ponerlo al servicio de intereses mezquinos o de dominación que nada tienen que ver con su desarrollo humano y consciente al que tiene derecho.

Ya avanzado en edad, para el niño convertido en joven adulto, el método logosófico de estudio y práctica da los medios para constrastar sus afirmaciones y abre el campo experimental para llevarlas al terreno de la experiencia y comprobarlas por uno mismo. Las instituciones logosóficas ofrecen, asimismo, la comunidad donde diversos investigadores de todo el mundo estudian y ensayan su aplicación a la vida, y en donde comparten también con otros estudiantes el resultado de sus investigaciones, en núcleos de estudio, Simposios y Congresos.

Fuentes