Ramón de Palma

Ramón de Palma
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Escritor cubano
NombreRamón de Palma y Romay
Nacimiento3 de enero de 1812
ciudad de La Habana,
capitanía de Cuba,
Reino de España Bandera de España
Fallecimiento21 de julio de 1860 (48 años) 
ciudad de La Habana,
capitanía de Cuba,
Reino de España Bandera de España
ResidenciaLa Habana
Nacionalidadcubana
Ciudadaníaespañola
Ocupaciónescritor

Ramón de Palma y Romay (La Habana, 3 de enero de 1812 - La Habana, 21 de julio de 1860) fue un poeta, cuentista, dramaturgo, ensayista y periodista cubano-español. Se distinguió en la literatura cubana por sus cuentos y novelas cortas. Su obra se extendió a la poesía, muchos de sus poemas fueron recogidos en las antologías del Romanticismo cubano. Incursionó en poesía, narrativa, ensayo, teatro y periodismo.

Síntesis biográfica

Cursó estudios de Latín, Filosofía y Jurisprudencia en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio y, en 1842, terminó estudios universitarios y se graduó como abogado. Con anterioridad, había dirigido durante 4 años el colegio La Empresa, en Matanzas, y ya había dado a conocer sus primeras composiciones poéticas.

Obra

Ramón de Palma está considerado como uno de los discípulos más fieles de Domingo del Monte, por el estrecho vínculo que siempre lo unió, en vida y obra, a las tertulias e ideas de este intelectual. Junto a José Antonio Echeverría, otro gran amigo de Domingo del Monte, Palma fundó, en 1837 y en 1838, los periódicos Aguinaldo Habanero y El Plantel, respectivamente.

En 1839, comenzó a trabajar en la redacción de El Álbum (1838-1839), una de las grandes revistas cubanas del Siglo XIX, de la cual fue editor y director. Colaboró con otras muchas publicaciones periódicas como Rimas Americanas, Diario de La Habana, El Artista, Diario de Avisos, Diario de la Marina y Revista de La Habana. En esta última dio a conocer su trabajo «Cantares de Cuba» (1854), donde esboza el estudio de la poesía popular cubana. Aunque su obra poética no ha sido lo más alabado de su producción, destaca en ella sus incursiones criollistas, con títulos como La danza cubana y La corrida de patos.

En 1855, sufrió prisión por haber colaborado con el desembarco y el intento anexionista de Narciso López. Años más tarde, se desempeñó como secretario del Camino de Hierro de Villanueva, una función que le permitió dedicarle más tiempo a la actividad literaria sin necesidad de ejercer como abogado. Un año después de su muerte, apareció un tomo con sus obras líricas, con prólogo de Anselmo Suárez y Romero. En varios de sus escritos, utilizó el seudónimo Sr Alfonso de Maldonado.

Narrativa

Fue uno de los cultivadores más relevantes de la narrativa cubana durante la primera mitad del Siglo XIX, aunque su obra no tuvo el reconocimiento merecido en su tiempo. Palma fue uno de los pocos intelectuales cubanos decimonónicos preocupados por la teoría del género narrativo. Así lo demuestra su artículo «La novela», publicado en el primer número de El Álbum, en 1837, en el que, a través del comentario crítico de las primeras narraciones de Cirilo Villaverde, se propone ofrecer un pequeño estudio sobre la novela como género, tanto en lo referido a su historia como a su desarrollo.

En el artículo «La novela», Palma destaca la importancia del novelista para la vida de los pueblos, puesto que concebía su obra, más que como un pasatiempo, como una forma de conocimiento de la realidad y una representación de la vida. Así lo escribe en el artículo: «Un autor en el día es tan positivo como el más sólido matemático y desgraciado de él si al tomar la pluma pierde de vista a la sociedad en que se halla y sólo llena el papel de falsedades insulsas; pues obtendrá, en retorno de sus tareas, en vida la mofa de los críticos y el olvido de la posteridad en muerte.» La importancia de Palma como narrador también se fundamenta en el hecho de que fue el primero que introdujo de manera consciente sus historias en ambientes cubanos, como ocurre en Matanzas y Yumurí (1837), que es el primer relato de narrativa indianista en América.

Asimismo, son ejemplos de esta voluntad de cubanizar, otros títulos como Un episodio de la historia de la Isla de Cuba (1837), en el cual completa, con su imaginación, el relato histórico en que se basó Silvestre de Balboa para escribir Espejo de paciencia (1608), la primera obra literaria cubana; o Una pascua en San Marcos (1838), novela corta publicada por entregas en cuatro números consecutivos de El Álbum y que, a pesar de moverse todavía entre las estéticas romántica y neoclásica, por sus rasgos testimoniales ya ofrece una apertura hacia el realismo crítico de tintes costumbristas que caracterizará la narrativa cubana decimonónica.

Con Una pascua en San Marcos, Palma critica duramente las banalidades y vicios de las clases altas de la sociedad cubana, con lo cual se aviene al pensamiento reformista de su época y se hace eco del libro Memorias sobre la vagancia en la isla de Cuba (1830), de José Antonio Saco y López. La polémica que generó Una pascua en San Marcos determinó que las próximas narraciones de Palma eludieran en lo posible la crítica social y se ajustaran más a una estética romántica idealista y sentimental. Así ocurrió con El cólera en La Habana (1833), una Noveleta en la que recrea una epidemia que había azotado a la capital unos años antes.

Fallecimiento

Falleció en su ciudad natal, La Habana, el 21 de julio de 1860, a los 48 años.

Fuentes