Remigio Herrera
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Remigio Herrera. Fue un Babalawo (sacerdote yoruba) reconocido por ser, junto a su mentor Ño Carlos Adé Bí, el principal continuador del sistema religioso de Ifá en América.
Sumario
Síntesis biográfica
Nació en África Occidental a principios del 1800 y de acuerdo con los certificados de bautismo de la iglesia parroquial de Nueva Paz, fue bautizado en 1833. Poco antes de ser capturado por sus captores en África, y en la inminencia de su futura esclavitud, Adeshina se tragó rápidamente el orisha orula o la fundación representativa de Orunmila para poder llevarlo con él a su nuevo destino. Esta ingeniosa decisión, y muestra de la inteligencia que posteriormente reconocerían en él sus compradores en tierras americanas, constituye la línea fundamental de la continuidad histórica y religiosa del Ifá de la diáspora con su origen africano.
LLegada a Cuba
Los historiadores afirman que los africanos a menudo estaban sujetos a tres años de "preparación" para el bautismo, incluido el aprendizaje de suficiente español para llevar a cabo el catecúmeno requerido para bautismo. Por eso, el año probable de la llegada de Adeshina (Corona que hace fuego) a Cuba fue 1830. Remigio Herrera fue llevado a Matanzas como esclavo, y allí fue reconocido por su inteligencia y enviado a La Habana para atender algunos negocios de su amo. En Regla, Adeshina cultivó buenas relaciones con el dueño español de una bodega y conoció a Ño Carlos Adé Bí, liberto, un hombre rudo que había sido mayordomo y confidente personal de un español. Carlos Adé Bí no solo actuó en principio como mentor de Ifá de Adeshina, sino que posteriormente reunió los recursos económicos para pagar el precio de su manumisión hacia 1850.
Trabajo religioso
Carlos Adé Bí Ojuani Boká fue un sacerdote de Ifá muy hábil e ingenioso que inusualmente negoció su libertad ante su maestro español, al utilizar sus habilidades con el uso del instrumento de adivinación de Ifá, okpele o ekuele. Obtuvo su libertad después de impresionar positivamente a dos invitados españoles de su maestro, quienes, convencidos de la destacada inteligencia de Ñoo Carlos, le habían apostado que si adivinaba precisamente por ellos, comprarían su libertad antes que su amo, a quien consideraban particularmente insensible. Contra los "talentos especiales de los esclavos". Carlos no adivinó exactamente haciendo un okpele de cáscaras circulares de naranjas y ramas de una vid, y los españoles evitaron una caída abrupta en el negocio y salvaron sus fortunas. Hábilmente, y utilizando sus valiosas relaciones, ambos aprovecharon la seguridad que les ofrecía el sótano, y utilizaron la trastienda para "lavar" o "reconectar" ritualmente al orisha Orula o la fundación representativa de Orunmila que el joven Adeshina se había tragado en tierra Yoruba y luego había defecado en el barco que lo había transportado con otros esclavos. A pesar del entrenamiento de Ifa que Adeshina Obara Meyi había recibido en suelo Yoruba, Carlos Adé Bí se convirtió en su representante "padrino" en suelo cubano, y juntos formaron una serie de relaciones interraciales e interclase para asegurar la trastienda del sótano como espacio ritual. en un momento en que los recursos sagrados de Lucumí, sus templos y sus seguidores aún no constituían una masa crítica, una población importante en La Habana, hacia la segunda mitad de la década de 1830.
Hombre de recursos
Una vez que compró la libertad Adeshina comenzó a interactuar en la sociedad urbana de Cuba con creciente fuerza y éxito. A mediados de la década de 1860, Adeshina vivía en Regla, como lo indican los nacimientos de su hija Josefa Herrera (Pepa Eshu Bí) en 1864 y de su hijo Teodoro Herrera en 1866, según los documentos de su bautismo. Allí fundó el Cabildo de Yemayá junto a Ño Filomeno García "Atandá", Ño Juan "el cojo" Aña Bí y su futura esposa. Antes de eso, ciertamente había vivido en Matanzas, donde había conocido a su futura esposa. Esta época marcó el inicio de la vida de Adeshina como hombre de medios, capaz de sustentar y albergar el cabildo, primero ubicado en su casa, y luego en un solar de la calle Morales. Posteriormente se convirtió en dueño de una propiedad, albañil y hombre de conexiones e influencia como lo sugieren los documentos del censo de 1881. A la fecha, aparece junto con una lista ampliada de familiares cercanos como residentes en su propia casa ubicada en la calle San Ciprián, posteriormente denominada Calle Fresneda. En ese censo, parece que el año de nacimiento de Adeshina fue en 1811. Una serie de 1900 documentos muestran el precio significativo de su casa, así como de otra propiedad. La casa estaba valorada en 115.000 pesos de oro español.
Muerte
Falleció el 27 de enero de 1905 en La Habana. Desde el momento de su muerte, Adeshina se convirtió en un ancestro respetado y venerado, presente en los hogares de sus descendientes, y en lugares rituales a lo largo de toda Cuba. Alrededor de 1980, la presencia africana en Regla fue simbolizada con la colocación de su retrato en la entrada del Museo de Regla.
