Síndrome de inmovilización

Síndrome de inmovilización.
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Concepto:Es un problema geriátrico caracterizado por una reducción marcada de la tolerancia al ejercicio

Síndrome de inmovilización. Pérdida de capacidad para realizar las actividades de la vida diaria que obliga al paciente a mantenerse en la cama o en un sillón, creando una situación de dependencia, la cual menoscaba la calidad de vida del enfermo y del cuidador desde el punto de vista biológico, psicológico, social y económico.

Conceptualización

Es una de las consecuencias graves de las posibles enfermedades que sufre el anciano, cuya causa se debe a varios factores y cuando se establece facilita la aparición de complicaciones respiratorias, cardiovasculares y dermatológicas.
Constituyendo uno de los más grandes problemas de salud y requiere de una gran comprensión por parte de la familia.
El inmovilismo se puede definir como la disminución de la capacidad para desempeñar actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones motoras.
El síndrome de inmovilidad o desacondicionamiento es un problema geriátrico caracterizado por una reducción marcada de la tolerancia al ejercicio (respuesta taquicardizante, hipertensión arterial, disnea…), progresiva debilidad muscular y, en casos extremos, pérdida de los automatismos y reflejos posturales que imposibilitan la deambulación. Se puede distinguir:

  • una inmovilidad relativa, en la que el anciano lleva una vida sedentaria pero es capaz de movilizarse con menor o mayor independencia.
  • una inmovilidad absoluta que implica el encamamiento crónico, estando muy limitada la variabilidad postural.

El riesgo de la inmovilidad relativa es el encamamiento mientras que la inmovilidad absoluta es un factor de riesgo de institucionalización, de morbimortalidad y aparición del síndrome del cuidador. Este cuadro clínico es generalmente multifactorial, potencialmente reversible y, a distintos niveles, prevenible.

Causas de la enfermedad

  1. Artritis, osteoporosis, fractura de cadera (son las que predisponen con mayor frecuencia a la inmovilidad).
  2. Problemas pediátricos: juanetes, callos, onicomicosis, porque producen dolor e incapacidad para caminar.
  3. Trastornos neurológicos: accidentes vasculares encefálicos (AVE), enfermedad del Parkinson.
  4. Insuficiencia cardiaca congestiva grave, cardiopatía isquémica, enfermedad vascular periférica con claudicación intermitente.
  5. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave.
  6. Factores psicológicos y ambientales: depresión, temor a caer, falta de bastones, andadores y barandas en los sitios adecuados.
  7. Uso de sedantes hipnóticos porque producen somnolencia y marcha inestable.

Complicaciones producidas por la inmovilidad

Síndrome de inmovilidad.
  • Aumento de la osteoporosis por lo que crece la predisposición a las fracturas.
  • Disminución de la tensión arterial al levantarse.
  • Alteración de los efectos de los medicamentos.
  • Úlceras por presión.
  • Depresión, y al estar privado de estímulos ambientales les puede presentar delirio y demencia.
  • Accidentes vasculares encefálicos, infarto del miocardio, trombosis venosa profunda.
  • Neumonía, estreñimiento e impacto fecal, cálculos e infección urinaria.
  • Se deteriora la autoestima, aumenta la dependencia.
  • Desnutrición, esta última trae consigo más deterioro de la salud del anciano.


Causas de estas complicaciones

Las complicaciones respiratorias (bronconeumonía) se producen por la acumulación de secreciones precedentes de la boca, faringe y de el mismo pulmón, conjuntamente con la disminución de los reflejos y a estos factores se les puede añadir las regurgitaciones del contenido gástrico.
La infección urinaria es otra de las complicaciones frecuentes en este grupo de pacientes y se produce por la posición mantenida en la cama y la disminución de la función de los músculos del abdomen, que puede asociarse en el hombre con un aumento de la próstata; en otras ocasiones por el uso de sonda vesical sin precisar la causa de la incontinencia que presenta el anciano y empeora su situación. La constipación en estos pacientes se produce por varios factores:

  1. dieta inadecuada (pobre en residuos)
  2. insuficiente aporte de líquidos
  3. uso de medicamentos que la provocan
  4. reducción del movimiento del colon.

Debido a que estos ancianos rompen el vínculo con la sociedad, ante pequeños sucesos cotidianos como son cambios en la habitación, apagones, entre otros, se desorientan y confunden.
La familia desempeña un papel fundamental en este síndrome porque en dependencia de la actitud que tome la actitud que tome la familia con el enfermo así será la recuperación, en ocasiones estos ancianos son atendidos sin tener en cuenta sus gustos e intereses y se sienten en “soledad acompañada”; otras veces mantienen al anciano en una habitación y no le brindan ni una palabra de esperanza.

Atención al anciano

Debe estimularse a que el anciano realice las actividades higiénicas, como el aseo bucal cada 4 horas, mantener las uñas limpias y cortadas, lavar el cabello por lo menos una vez a la semana, mantener la piel limpia y seca (no usar alcohol, puede aplicarse talco), usar almohadillas para evitar contacto entre dos superficies y realizar masajes en las zonas expuestas a la presión, que no debe realizarse cuando presente zonas enrojecidas. La ropa de cama deberá estar lista sin pliegues o bordes.
Se colocarán barandas a la cama si es necesario; se sujetara al enfermo cuando esté sentado y usará el bastón o andador para caminar. Los problemas respiratorios podrán evitarse si se siguen los consejos siguientes:

  1. El paciente realizara fisioterapia respiratoria como inflar 3 globos cada 8 horas.
  2. Necesita cambiar la posición cada 2-3 horas.
  3. Hay que elevar la cabecera de la cama a 45 grados y mantener una posición decúbito lateral.
  4. Durante la alimentación del enfermo se mantendrá la cabecera de la cama en posición semisentada.
  5. Para prevenir los problemas urinarios, se debe controlar el volumen de orina y sus características (turbidez, fetidez) porque a través de esta se detectará precozmente si existe una infección urinaria .Siempre que sea posible se evitará la sonda vesical; se utilizarán pañales o colectores.
  6. La evacuación intestinal es otro de los aspectos que se debe vigilar, si realiza la defecación diariamente y el aspecto de las heces, por lo que debemos insistir en las dietas con abundantes líquidos y rica en residuos (vegetales y frutas), y realizar masajes abdominales para aumentar el movimiento intestinal.

Es necesario observar este tipo de paciente su estad nutricional y cuanto líquido consume (por lo menos de 2-3 litros de agua diarios), de ahí que hay que vigilar el apetito del anciano,estimularlo a que coma solo y que los alimentos contengan las cantidades adecuadas de proteínas,carbohidratos y grasas sobre todo ,tratar de administrárselos de forma apetitosa.
Evitar los problemas músculo-esqueléticos y circulatorios es muy importante y para ello se debe:

  1. Iniciar la rehabilitación tan pronto como se posible.
  2. Colocar correctamente al paciente cuando se ecuentre en la cama o en un sillón.
  3. Elevar las piernas.
  4. Realizar ejercicios pasivos cada 6-8 horas.
  5. Colocar vendad elásticas, mientras dure el encamamiento.

Prevención del inmovilismo

La mejor medida preventiva es mantener el grado de movilidad. Diversos estudios coinciden en señalar el ejercicio y en general la actividad física, como principal factor para prevenir la inmovilidad. Los beneficios del ejercicio no disminuyen con la edad, así se produce un aumento de la capacidad cardiovascular, de la musculatura y de la densidad ósea, disminuye la ansiedad, la hostilidad y los síntomas depresivos y favorece la socialización.
El anciano que lleva un tipo de vida autónoma y activa con la realización regular de ejercicio tiene disminuido estadísticamente su riesgo de mortalidad. Los mayores que han hecho ejercicio desde siempre envejecen mejor y presentan menor incapacidad funcional. Según diversos estudios la población que realiza menos ejercicio físico son los ancianos muy mayores y de sexo femenino.
Es necesario estimular al anciano a mantenerse activo y proponerle que acuda a clubes de ancianos o centros de día, si es posible. Además es importante permitir al anciano que realice o participe todo lo que pueda en las actividades de la vida diaria y a su propio ritmo. Hay que evitar la sobreprotección por parte del cuidador, haciendo por él las tareas "más rápido y mejor" ya que así se acelera el grado de dependencia.

Personas con riesgo de síndrome de inmovilidad

Hay dos grupos que identificar:

Anciano sedentario, que es aquel que no ha incorporado en su actividad de vida cotidiana un ejercicio físico vigoroso, de clara repercusión en el consumo energético.

Anciano frágil (desde la perspectiva de la movilidad), que es aquel que ha limitado sus actividades extras, aunque mantiene un nivel adecuado para vivir en comunidad. Tiene una reserva funcional apenas suficiente y una fuerza, resistencia y flexibilidad muscular escasas. Suelen coexistir en él diversos síndromes geriátricos
El médico de Atención Primaria debe evaluar periódicamente las capacidades funcionales en estos dos grupos de ancianos, así como en aquellos que han sido recientemente dados de alta en un hospital

Bibliografía

  • Kane,L.R.,J.G.Ouslander y Ll.B.Abrasas : Inmovilidad.Geriatría Clínica,3ra de.,Mc Graw Hill Interamericana, EE.UU.,1994,pp.196-223
  • Dieguez Dacal,R.:´´Síndrome de inmovilidad´´, en J.C. Rocabruno Mederos,Tratado de Geriatría y Gerentologías, Ed. Científico Técnica, La Habana, 1999, pp.178-183.

Fuentes