Alfredo Carnot D'Lisle


Alfredo Carnot D'Lisle
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Médico y patriota matancero.
Nacimiento24 de mayo de 1854.
Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento28 de julio de 1921
Matanzas, Bandera de Cuba Cuba

Alfredo Carnot D'Lisle. Médico y patriota matancero, director del Asilo-Hospital de Niños de Matanzas, primero de Cuba, fundado el 9 de mayo de 1899.

Síntesis biográfica

Hijo de Manuel Carnot y Castro, natural de La Habana y de Dominga D'Lisle y Montero, natural de Güines; nació en la ciudad de Matanzas, en la calle de San Juan Bautista, barrio de Pueblo Nuevo, el día 24 de mayo del año 1854.

Infancia y juventud

Cursó sus primeros estudios en el Colegio "La Empresa" y desde muy niño demostró una gran vocación por la profesión de Cirujano Dentista, cuyos estudios no podían cursarse en aquella época en el país, y teniendo necesidad de los conocimientos prácticos, comenzó por dedicarse al arte de platería, el cual aprendió con verdadero interés con el señor Clemente Cañada, uno de los plateros más afamados y de gran honradez, siendo compañero en el indicado arte de los obreros señores Angel José y Félix Brancacho, Esteban de Velasco, Domingo Valdés, Ramón y Miguel Caballero; pasando después a ser discípulo y auxiliar del doctor Charles W. Raffo, dentista de gran nombre, establecido en Matanzas.

Contienda del 1868

Al iniciarse la Guerra de 1868 sólo contaba con 14 años de edad, y su padre, muy amigo de los grandes patriotas Arnao, Bellido de Luna, Francisco de la O. García, los hermanos Guiteras y Gener, los puso en condiciones de estrechar relaciones con dichos patriotas, asistiendo con él a distintas reuniones en pro de la causa redentora, habiendo tomado parte, además, en esa conspiración los señores Pedro Hernández Morejón, Manuel Despau, Agustín Domínguez, Cirilo del Sol, Gustavo Gallardo, Tomás Santamarina, Manuel Serat, Manuel Sedano, Alfredo Jorge, Francisco y Leopoldo Hernández y otros más.

Labor en los Estados Unidos

Se trasladó a los Estados Unidos para cursar la carrera de Cirugía Dental, en el Colegio Dental de Filadelfia, donde se graduó el 24 de febrero de 1874. Mientras estudiaba la carrera, se vinculó a la Junta Revolucionaria y fue fundador de la primera asociación cubana en los Estados Unidos "Caballeros de la Luz", que tan buenos resultados dio a la causa de Cuba hasta su independencia; asociación esta que trató de fundar en esta ciudad con el doctor Pedro Duarte. Más tarde sería iniciador, con este patriota y otros, de la conspiración de 1892 en unión de los señores Nicolás Domínguez, Kholy, doctor Pedro Calvo, Enrique Rubio, Portuondo Silva, y tantos otros que componían una pléyade de meritísimos cubanos.

Regreso a Cuba

Regresó a Cuba y trató de incorporar su título en la Universidad de La Habana, pero no lo consiguió por no acreditar los estudios hechos y las notas obtenidas en el colegio de Filadelfia. En una nueva gestión en 1880, logra que se le habilite para poder ejercer el 23 de marzo de 1881.

Revolución de 1895

En la Guerra de 1895 fue uno de los conspiradores más activos, de los primeros en recibir en esta ciudad la Comisión enviada por el Comité Revolucionario de los Estados Unidos y que integraron entre otros comisionados el coronel Gerardo Castellanos, el cual cita en su libro sobre los patriotas cubanos al doctor Carnot, "como uno de los más audaces conspiradores cubanos" y "uno de los auxiliares más poderosos que tenía el Comité Revolucionario de Matanzas que presidió el doctor Julio Ortiz.

Pudo sostenerse en Matanzas, en trabajos constantes, hasta las postrimerías del año 1897 en que un gobernante español y muy amigo del doctor Carnot le dijo:

"Oye, Alfredo, ya me he enterado de quien es el agente "Pedro" y si otros se enteran lo pasarás mal".

Entonces va a la Habana en busca de trabajo y se encuentra que un compañero de estudios, el doctor Calvo, tenía que emigrar y abandonar su clientela. Calvo partió hacia México y el doctor Carnot se hizo cargo de su clientela y Gabinete, que estaba situado en la calle de Lamparilla; habiendo sido muy vigilado por las autoridades secretas de entonces, debido a la firmeza de sus convicciones y ansias de libertad de su amada patria. En La Habana, el doctor Carnot se atreve a pedirle al General Weyler, por Comisión de varias damas, el indulto de un sentenciado a muerte, el h. Luis Mazorana, y lo obtiene.

En su ciudad natal

Vuelve a Matanzas en el año 1898, ya más calmado los ánimos y menos activa la vigilancia, porque se veía venir la realización del ideal, y sigue actuando de acuerdo con el Comité Revolucionario Local. El Gobernador entonces de Matanzas, el patriota autonomista doctor Eduardo Díaz, lo nombró Concejal y después Alcalde y antes de aceptar dichos cargos obtuvo la autorización del Comité y del General Betancourt, y en la sesión celebrada por el Ayuntamiento el día 19 de octubre de 1898 tomó posesión del último indicado cargo.

En esta época de la Alcaldía, que duró hasta el día 28 de mayo de 1900, fueron múltiples los beneficios que prestó a Matanzas, construyendo dos pequeños hospitales para niños huérfanos, uno de varones y otro de hombres, el primero en Versalles y el segundo en Simpson, y fueron inaugurados el día 9 de mayo de 1899, habiendo concurrido en grandes fiestas el Ayuntamiento en pleno a la apertura de dichas instituciones benéficas tan necesarias en aquella época.

Muerte

Falleció en Matanzas el día 28 de julio de 1921, habiendo sido sus funerales la demostración más grande y elocuente del cariño inmenso que inspiró en la sociedad que le vio nacer.

El Ayuntamiento de Matanzas, en la sesión celebrada el día 9 de mayo de 1922, acordó cambiarle el nombre a la calle de San Juan Bautista (donde nació Carnot) por el de Alfredo Carnot.

Dejaría además de sus grandes obras la existencia de su hijo Armando Carnot Veulens, quien más tarde, siguiendo las enseñanzas de su padre, sería Doctor en Medicina, Cirujano Dental, y catalogado por sus servicios a favor de la clase humilde de la sociedad, “Médico de los Pobres”.

Aportes realizados

Fue también uno de los iniciadores del Hospital de San Pedro, situado en el antiguo ingenio de Palacios, destinado a los veteranos enfermos, obra esta en que fue poderosamente secundado por un Comité de damas de nuestra mejor sociedad presidido por la señora Rosalía Hernández.

En esta época prestó también grandes beneficios a la patria. En el armisticio tuvo conocimiento que este iba a ser violado en Navajas, y fletó un tren a entrevistarse con las autoridades españolas y al mismo tiempo con los libertadores que tenían su cuartel general en la finca Los Molinos, obteniendo un gran éxito al evitar dicho choque; fue tan buena su obra que la Empresa de los Ferrocarriles Unidos no quiso cobrar nada por el servicio de trenes prestado.

Cargos desempeñados

Por el Gobierno Interventor fue nombrado después, Miembro de la Comisión Nacional de Beneficencia, cargo que desempeñó con el gran interés en unión del doctor Carlos J. Finlay, trabajando con denuedo por el mejoramiento de los Hospitales y de las Escuelas de enfermeras.

En las elecciones de 1908 salió electo Alcalde Municipal desempeñó dicho cargo hasta el mes de noviembre de 1912.

En las elecciones de este último año, fue electo Senador de la República, desempeñando este cargo hasta 1921. Su labor en este Cuerpo Legislador fue fructífera, citándose como obras de mayor importancia las Reformas de la Escuela Dental, el proyecto de construcción del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Matanzas, Superintendencia de Escuelas, Junta de Educación y Centro Escolar Félix Varela.

Para demostrar la acción constante del Dr. Carnot, basta citar las palabras del Senador Dolz al despedir, cuando terminó el período de su elección: "nos falta por la Provincia de Matanzas un Senador: el doctor Cannot, todo modestia, compañerismo, cortesía, bondad. En los últimos tiempos estaba impedido de asistir al Senado, y me decía: doctor, si soy necesario para el quórum llámeme, haré el sacrificio; ¡qué ejemplo el de ese Senador!

Fuentes

  • Biografías de médicos y cirujanos. En: Cuba. Medicina y civilización. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1997: 236-315.
  • López Serrano E. Efemérides médicas cubanas. Cuaderno de Historia de Salud Pública. 1985;(69):12-218.