Hotel Louvre (Matanzas)

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Hotel Louvre
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Edificio colonial)
Hotel-Louvre.jpg
Hotel de la Ciudad de Matanzas
Descripción
Tipo:Edificio colonial
Localización:Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Uso actual:Hotel, restaurante y cafetería
Datos de su construcción
Inauguración:1879

Hotel Louvre. Hotel ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de Matanzas. Fundado en el año 1879, ha llegado hasta la actualidad manteniendo el nombre con el que se dio a conocer. Hablar de Matanzas es hablar de este importante recinto hotelero caracterizado en su época por su lujo, buen gusto y por la exquisitez de sus servicios.

Reseña Histórica

Origen del nombre

Su nombre fue escogido al azar. Todo lo que venía de Francia era exquisito y refinado; presencia francesa que en denominaciones de establecimientos comerciales constituía carta de presentación.

Antecedentes

Antigua entrada del hotel Louvre

Las primeras referencias que se tienen de El Louvre se pueden hallar en el periódico La Aurora del Yumurí. El Louvre tuvo su antecedente en la Fonda y Posada del mismo nombre, propiedad de Escalante y Hnos., ubicada en Gelabert 46 (actual calle Milanés), al costado del Teatro Sauto. La prensa lo anuncia por primera vez en 1876.

Peregrino de la Ciudad de Matanzas, en 1883 el edificio pasó a ubicarse, como Restaurante Hotel, a Gelabert No. 56 –al que hoy ocupa la Dirección Territorial de Etecsa, Matanzas– hasta recalar finalmente en el año 1904 en su ubicación actual de Milanés No. 47. Para esos tiempos se reconocía a la instalación como “el único hotel de primera en la ciudad” y se subrayaba el lujo y la majestuosidad de las habitaciones, así como el servicio de excelencia que se brindaba.

La primera información que de él se tiene data de Enero de 1879 en Gelabert 4 y 6 –hoy calle Milanés-,a un costado del Teatro Esteban –hoy Teatro Sauto– propiedad de Escalante y Hnos., clasificado como Restaurant-Hotel.

Desde su fundación gozó de prestigio, y a sólo un año de inaugurado, será famoso por su preciosa vajilla para convites dentro y fuera del establecimiento, y sus habitaciones consideradas elegantes, decentes y bien amuebladas. En 1883 es trasladado para otro local, hasta que en 1904 estará en Milanés No 47,su ubicación actual, para entonces son sus dueños Escalante y Sobrinos.

Inmuebles en los que estuvo instalado

Los inmuebles en los que se instaló no fueron construidos para albergar una función de carácter civil. Todos, originalmente tuvieron una función doméstica y esa planta fue adaptada acorde a los requerimientos de la tipología Hotelera sin que se perdieran los rasgos particulares de su arquitectura.

El segundo inmueble donde radicó, hoy inexistente, fue el enmarcado con el No. 56 de la misma calle, allí funcionó antes la Tienda de Víveres y Café La Armonía de Don Carlos White y en 1880, por ser un edificio de dos plantas, estaban en alquiler sus espaciosos bajos, ocupados al año siguiente por la Escuela Municipal Superior de Varones.

Ubicación actual y propietarios

Casa de Doña Isabel Polleschi, viuda de Oña, 1859

"El 2 de febrero de 1859, Isabel Polleschi, viuda de Antonio García Oña, quien gobernó Matanzas entre 1840 y 1845, establece contrato con el maestro de obras Bartolomé Borrell para la erección de una casa de cantería de alto y bajo, documento que es un extraordinario testimonio de las características de la arquitectura matancera en su momento de mayor esplendor. La fachada sería de cantería, la parte baja sin vestir y la alta con cornisones, guardapolvos, cartelas y diversos elementos decorativos. La casa pasó a Ricardo García Oña y Polleschi, a quien le fue embargada por el estado a causa de deudas con la Real Hacienda. Fue rematada en subasta en 1893 a favor de Teresa Cirarruista, esposa del comerciante Tiburcio Bea y Urquijo, en poder de cuyos descendientes se mantuvo hasta el triunfo de la Revolución. Desde 1904 hasta los primeros años del actual siglo, el palacete fue utilizado como Hotel Louvre."[1]

En la historia del Hotel el período transcurrido en Milanés No 47 (ubicación actual) es el más significativo. Con el fallecimiento de Juan Escalante en 1910 la propiedad pasa a manos de su viuda y reza en 1912 como Viuda de Escalante y Co. bajo la administración y gerencia del Lic. Alfredo Arriaga quien en 1917 es ya su propietario.

Nacionalización por el Gobierno Revolucionario

Durante el año 1962, al calor de las nacionalizaciones que acometía la Revolución, fue intervenido el inmueble, que desde 1937 pertenecía a Antonio Palacios y Cía, y se mantuvo su función social. A finales del año 1965, durante un breve receso debido a un remozamiento, las Cuatro Primaveras, unas hermosas esculturas de mármol que adornaban el lobby, se trasladaron a los bajos del Palacio de Gobierno y posteriormente al parque del teatro Sauto, donde hoy se pueden admirar.

Por aquella época el Hotel ofrecía servicio de garaje gratis e intérpretes de inglés y francés. Vicente Moncholi quien en 1922 es su propietario, fue Director del Liceo y pierde la propiedad del Hotel en 1928 por atrasos en el pago de alquileres del local. Otros dueños se suceden hasta que Antonio Palacios y Cía. (Palacios, Braulio Viejo y Celestino Menéndez) asumen la dirección del Hotel en 1937 y se mantienen como sus propietarios hasta que es intervenido y nacionalizado.

Las iniciales T.B (Tiburcio Bea) y el año 1894 que mantiene el monograma encima del espejo que aún se conserva en el primer descanso de la escalera, no se corresponde con la fecha de fundación del Hotel ( 1879 ) ni con su instalación en ese inmueble ( 1904 ), ni con la construcción de este edificio ( 18591860 ). Según consta en el Registro de la Propiedad esa fecha se corresponde con la de adquisición del local por la familia Bea, cuyos herederos la matuvieron en su poder hasta su nacionalización.

Obras de reparación

No hay constancia de que el edificio fuera reparado con posterioridad; pero es evidente que en él deben haberse realizado obras de adaptación a una nueva función y labores de mantenimiento. Después del Triunfo de la Revolución fue reparado parcialmente a fines de 1966 (al año siguiente se reabrieron los servicios). En esta década las esculturas de las cuatro primaveras que se encontraban en el vestíbulo fueron trasladadas a los bajos de Palacio, después por esos mismos años al Teatro Sauto donde hoy se encuentran, todo ello por las gestiones de Pedro Esquerré, entonces funcionario de cultura, pintor, artista y querido matancero ya fallecido.

Por el deterioro que presentaba el edificio es cerrado nuevamente en 1980 y se reconstruye o repara de forma general. El valor de la obra fue estimado en 334 000 pesos en edificación y 200 000 pesos en equipos, mobiliario y decoración. Con la reparación de 1966 se introdujo un nuevo servicio, el salón principal que da a la calle ofertaba helados de la línea Coppelia, sin dejar de expender comidas en el resto de los salones.

Especialidad

Por entonces perteneciente al Instituto Nacional de Industria y Turismo, su administrador era Eladio Pérez (Perecito), quien había sido ayudante o secretario de un norteamericano en las Cuevas de Bellamar, persona entusiasta, buen gastronómico que introdujo la especialidad en comidas de Rancho Luna, La Habana en el Louvre: pollo asado y frijol negro.

Reapertura en 1985

Servicios

Después del cierre en 1980 reabre sus puertas el 3 de agosto de 1985, entonces de sus 17 habitaciones, 7 tendrán aire acondicionado y 2 fueron amuebladas al estilo colonial. Sus espacios y servicios fueron distribuidos en tres restaurantes: el comedor principal con 10 mesas, llamado El Unicornio y un tercer salón de comidas ligeras y coctelería para huéspedes. Presenta además reservado de protocolo y un bar, dos salones de estar, carpeta, oficina, almacenes, baños, departamentos de ama de llaves y oficina de administración.

Único Hotel de Cuba con características coloniales

En 1985 es considerado como el único Hotel del país con características coloniales en el que se conjugan edificio, mobiliario y piezas que posee. Entonces adornaban el Hotel dos pinturas de Gil García, una de Domingo Ramos y una de Gilberto Frómeta, El Unicornio que decora y da nombre a un salón.

Los muebles de la sala de espera son de perilla. La cristalería es muy valiosa y la vajilla de protocolo es de porcelana francesa de Limoges. Sobresale en este marco la habitación No 4 que fue amueblada con un juego de cuarto de palisandro, enchapado en palo rosa, con las vistas en ébano y revestido por dentro con sándalo.

En el suplemento Yumurí de 31 de agosto de 1985 se dice que “el juego de cuarto fue fabricado en Barcelona en 1840 y costó 200 escudos reales. Su dueño era el Conde José Eugenio Moré y Labastida, fundador de Sagua la Grande. El juego estuvo en New York e Italia y debe haber llegado al país por los años 70 del siglo XIX. Estaba por esa época en el ingenio La Santísima Trinidad en Sagua. Consta de cama, armario, vestidor y mesa de noche”.

“En aquella época Matanzas tenía un movimiento hotelero increíble, contaba además con el San Carlos, Florida (antiguo León de Oro), Los dos amigos y Las Delicias, instalaciones que garantizaban el alojamiento de un gran número de viajantes impulsados por el comercio, pues aún no se había construido la Vía Blanca”.

Vida del Hotel

A la vida del edificio y el Hotel se vincularon propietarios, constructores, huéspedes y acontecimientos económicos, políticos o sociales que le hicieron funcionar como un organismo vivo: de su azotea al Liceo se tendió en 1869 la cuerda sobre la que Monsieur de Lave ejecutó un acto de equilibrio sobre cuerda floja, atravesando la Plaza de Armas –hoy Parque de la Libertad.

Personalidades hospedadas en el Hotel

El lugar fue preferido por grandes personalidades de la política, la cultura y el gobierno con asiento en la ciudad o visitantes ocasionales. Allí se hospedaron embajadores, ministros y artistas de renombre.

En él se hospedaron importantes políticos y artistas: a principios del Siglo XX –marzo de 1908– J.M. Choates, embajador retirado de Inglaterra y el Ministro americano Morgan; también la cantante lírica mexicana Esperanza Iris, conocida como la Emperatriz de la Opereta y entre los años 19381939 Fuman-Chu, mago panameño, considerado un innovador en la magia, acompañado de la bailarina Eva Beltri, famosa internacionalmente, quienes a la sazón actuaban en el Teatro Sauto.

En el hotel se hospedaron todas las compañías dramáticas que visitaban Matanzas, entre ellas la de Luisa Martínez Casado, famosa actriz villaclareña que nos visitó a principios de siglo, entre 19001902.

Otras relevantes personalidades de la cultura nacional como Blanca Becerra, Luis Carbonell, Armando Soler, Rodrigo Prats, Esther Borja por sólo citar algunas, se han hospedado en este Hotel.

Actividades acogidas en el Hotel

Homenajes, banquetes, conmemoraciones, eran actividades que siempre tendrán acogida en este Hotel. Tal vez como ninguna otra construcción de función o uso civil, los hoteles fueron centro de acontecimientos sociales de diversa categoría.

El 11 de junio de 1939 en el restaurant del Hotel, se llevó a cabo un homenaje: banquete al Sr. Carlos Núñez Pérez creador y Presidente del Banco Núñez. El Club Leones y el Club Rotario tuvieron en hoteles como el Louvre, el Velasco y el Yara propicios escenarios para sus actividades. En ellos conmemoraron con extraordinarios almuerzos o banquetes las más significativas fechas patrias.

Arquitectura

A todos los valores del Hotel se suman los de su arquitectura: edificio de dos niveles, cuya planta originalmente doméstica se organiza alrededor de dos patios centrales que se dividen por un cuerpo construido en los dos niveles y que pudo ser una solución posterior a la edificación original para utilizar el espacio como salón en planta baja y habitaciones en planta alta, las que se cierran con elementos de madera y persianería.

En la planta alta, alrededor de los dos patios, existen balcones (elementos de circulación para conducir a las habitaciones), los del primer patio están cerrados con antepechos macizos de madera y persianería en hojas fijas y otras que se abren, los del segundo cierran en baranda de herrería simple, con pasamanos de madera.

Su acceso principal se encuentra enmarcado por guardacantones de terrazo con diseño art-noveau, evidentemente muy posterior a la época de construcción del edificio antiguo. Este acceso es lateral totalmente al extremo, a eje con la escalera imperial que conecta las dos plantas.

Espacialmente se distribuye con dos crujías paralelas a la calle, albergando la primera el antiguo zaguán y el salón principal y la segunda, antigua saleta, actual lobby-bar del Hotel, comunica con la escalera y primer patio; una tercera crujía paralela que se ubica entre los dos patios y una cuarta, paralela a la calle, que cierra toda la distribución espacial del inmueble. Conectan todas estas crujías paralelas a la calle dos martillos o crujías perpendiculares, a ambos extremos, definiendo en este caso una planta en forma de ocho para ambos niveles.

Los espacios en planta baja se intercomunican entre sí; el actual lobby comunica con el patio a través de arcos de medio punto, con el restaurant a través de vanos adintelados cerrados por mamparas y con la planta alta a través de su escalera. El vestíbulo la barra del bar, que también da servicio al restaurant, es de mármol.

En el segundo nivel se encuentran las habitaciones con evidentes transformaciones de adaptación a nuevas necesidades surgidas a partir del desarrollo social y de la utilización del edificio como Hotel, tal es el caso de falsos techos y baños.

Los pisos originales han sido sustituidos por losas de granito. Sólo la escalera conserva el mármol y el patio las losetas isleñas. Las galerías en planta alta son de mosaico.

La fachada rematada por el pretil se compone de cuatro vanos en planta baja y cuatro en planta alta; unidos estos últimos por un balcón corrido, separando por simples rejas el área de cada habitación, con pasamano de madera y guardavecinos en sus extremos. La jerarquizan, además, elementos como las platabandas, guardapolvos, sobre canes, cornisas, friso y pilastras a relieve.

Este edificio, por la existencia de cuatro vanos en su fachada, da imagen de amplitud, transparencia y magnitud, lo que se corresponde con las características generales del edificio. A ello se sumó la riqueza de materiales en sus pavimentos originales de mármoles blancos y negros, la belleza y cromatismo de las lucetas de los medios puntos de los arcos, la calidad de la carpintería de las mamparas y elementos de su decoración, así como de los falsos techos de metal troquelados, sustituidos algunos por reproducciones de yeso y fibra de henequén.

Se mantienen elementos decorativos como grandes copas de mármol sobre basamento de igual material jerarquizando el paso del antiguo zaguán al actual lobby, al unificarlos en una sola función. Originalmente se situaban en el arranque de la escalera y el lugar que ocupan actualmente perteneció a dos de las esculturas de las cuatro primaveras. La fuente en el patio constituye otro elemento decorativo.

En el Hotel sobresalía la habitación número cuatro porque fue amueblada con un juego de cuarto de palisandro, enchapado en palorosa, ébano y sándalo, fabricado en Barcelona en 1840, a un costo de 200 escudos reales. Su dueño fue el conde José Eugenio Moré y Labastida, fundador de Sagua La Grande. Estuvo en Nueva York e Italia y se introdujo al país en los años 70 del siglo XIX. Antes de ser trasladado a la ciudad de Matanzas estaba en el ingenio La Santísima Trinidad, en Sagua, y consta de cama, armario,vestidor y mesita de noche.

Reparación y reapertura en 1998

Luego de una necesaria reparación, reabre sus puertas en los últimos meses del año 1998. Mantiene en cuanto a su arquitectura los elementos más significativos de la instalación, así como su mobiliario, con la excepción de la cuarta crujía o crujía de fondo, cerrada con puertas modernas de cristalería y destinada a la función de tienda.

Actualidad

Reapertura del hotel en el año 2018 después de estar cerrado casi dos décadas

Tras los embates del Periodo especial las sucesivas administraciones se esforzaron por preservar los valores y su funcionalidad, pero en el año 2005 cerró como hotel, asumiendo otras tareas: almacén o mercado ocasional, todo en detrimento de su importancia patrimonial. Ahí inicia el tortuoso camino de las reliquias de El Louvre.

Según las regulaciones patrimoniales emitidas por la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos del Centro Provincial de Patrimonio Cultural en 2011, el inmueble, que posee el Primer Grado de Protección, ha sufrido restauraciones y/o transformaciones que propiciaron la pérdida de su piso original de mármol blanco y negro, sustituido, probablemente por su grado de detrimento, por losas de granito; también sus falsos techos de metal troquelados se cambiaron por reproducciones de yeso y fibras de henequén.

Restauración

Con motivo del aniversario 325 de la fundación de la ciudad de Matanzas, en el año 2018 fue objeto de restauración capital y en diciembre del mismo año comienza a operar, después de estar cerrado casi dos décadas por su creciente deterioro. Para aumentar la capacidad de huéspedes se construyen 28 habitaciones más, las que se sumarán a las 17 del edificio original.

La ampliación del hotel se erige en la parte trasera del edificio colonial; en la planta baja tendrá una heladería, un salón de uso múltiple y algunos locales de servicios, en el segundo y tercer niveles estarán las 28 habitaciones que se le incorporan al hotel original.

Referencias

Fuentes