Andorra (Teruel)
| Andorra | |||
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| Municipio de España | |||
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| Entidad | Municipio | ||
| • País | |||
| • Provincia | Teruel | ||
| • Comarca | Andorra - Sierra de Arcos | ||
| Población (2008) | |||
| • Total | 8,290 hab. | ||
Vista general de la localidad de Andorra. | |||
Andorra. Es una villa y municipio español que sirve como capital de la comarca Andorra - Sierra de Arcos, en la provincia de Teruel, en la Comunidad Autónoma de Aragón. Su población en 2008 era de 8.290 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística, siendo la mayor de esta comarca. Posee un tamaño de 142 km2.
Este municipio esta situado entre los valles de los ríos Martín y Guadalope, se mueve dentro del área de influencia de Alcañiz, de la que sólo dista 36 km., en la comarca denominada Bajo Aragón. Está emplazada en la ladera de una colina, no demasiado elevada, a 714 m. de altitud. Allí tuvo su origen, pero en la actualidad ha descendido al llano, que es donde tiene su máximo desarrollo.
En el casco urbano se observan distintos sectores: en primer lugar, el casco antiguo, en torno a la iglesia, con calles suavemente empinadas. Como ocurre con frecuencia, es una zona que tiende a despoblarse, dada la antigüedad de sus inmuebles. Un segundo sector es el barrio de la estación, edificado por la Calvo Sotelo cuando fue encargada de la explotación de las pizarras bituminosas y carbones pobres en 1944. La misma empresa construyó años más tarde otro barrio, denominado popularmente «el poblado», y recientemente ha terminado otras 750 viviendas más, para acoger principalmente a los obreros que llegaron de Escatrón al cerrarse aquella central y entrar en funcionamiento la Térmica Teruel, en Andorra. La edificación particular tiende a ocupar el pie de la colina, colmatando el espacio que quedaba libre entre el casco antiguo y el barrio de la estación.
Sumario
Historia
A 1.500 m. al este de la localidad en el montículo llamado Cabecico Royo, se encuentra un yacimiento arqueológico fechable en la primera Edad del Hierro, del que son visibles restos de viviendas rectangulares. A 2.500 m. en dirección al camino de Albalate y a la derecha del mismo, en el término de La Cerrada, se encuentra otro poblado de la primera y segunda Edad del Hierro en el monte Castillo, en el que son visibles casas de reducido tamaño y calles. A dos kilómetros al W. de La Cerrada, entre la val de Ariño y los barrancos de El Cabo y Las Vales hay otro poblado de características similares en el cerro llamado Cabo Bajo.
En su término municipal se conservan abundantes vestigios de poblados ibéricos prerromanos: «El Cabo», «La Cerrada», «El Cabecico Royo», «El Regatillo», etc. Pero lo cierto es que Andorra nació a mediados del siglo XII como un pequeño barrio de Albalate donde se dedicaban al pastoreo. Parece ser que el topónimo actual, Andorra, «puerta de los vientos», más bien se debe relacionar con la raízurr (en vascuence, «cerro»), de donde viene el vocablo andurrial, que es un terreno escabroso, lleno de maleza. También existe para ello una explicación legendaria de carácter religioso, fundada en que la devoción a San Macario Abad, su patrono, les vino a los andorranos directamente del valle de Andorra, en el actual principado, que en aquellos tiempos le veneraba como tal, y que como abogado de los herniados realizó numerosos milagros por estas tierras hasta el punto de que pronto Las Masadicas Royas cambiaron su nombre por el de «San Macario de Andorra», para quedar solamente en «Andorra».
En 1149, Albalate, y con él Andorra, fue reconquistado del poderío árabe por Ramón Berenguer IV, y en el mismo año fueron concedidos a la mitra de Zaragoza. El título de «Muy Noble» le fue concedido a la villa por el rey Jaime I el Conquistador en recompensa por los buenos servicios que le habían prestado los andorranos en la toma de la ciudad de Valencia.
Logró su independencia de Albalate el 20 de marzo de 1613, fecha en que el arzobispo de Zaragoza, don Pedro Manrique, concedió a la villa toda la jurisdicción civil y criminal, siendo confirmado este privilegio el 21 de septiembre del mismo año por el rey Felipe III de España, quien señaló a Andorra, perpetuamente, término municipal propio. Alcanzada su autonomía y denominándose ya «villa de Andorra», procederá a la redacción de sus Ordenanzas, que se otorgaron el 6 de diciembre de 1614, rigiendo como su estatuto legal hasta el 6 de mayo de 1907, en que se aprobaron nuevas Ordenanzas municipales.
Tuvo familias y apellidos distinguidos, entre los que hay que destacar a los Alcaine, que poseyeron una magnífica mansión que todavía conserva su escudo heráldico en la fachada. Hubo también notables hidalgos, y así, en el empadronamiento de infanzones realizado en el años 1737, figuraban don Pantaleón Ibáñez, tenido por noble de Aragón; don Juan Alcaine y Ravasténs, por caballero; don Pedro Salvador, por caballero; don Juan Alcaine y Esquerdo, por caballero, y don José Jerónimo Galve, por caballero vitalicio.
Entre las costumbres religiosas desaparecidas, hay que citar que todos los domingos y fiestas del año salían los «despertadores» y «rosarieros», quienes, desde el punto de la mañana, recorrían las calles cantando coplas piadosas y rezando el rosario. Actualmente, esa acendrada religiosidad de los andorranos se refleja en dos conmemoraciones anuales: las fiestas patronales de la localidad, que se celebran los días 8, 9 y 10 de septiembre en honor de la Natividad de la Virgen y San Macario, y su Semana Santa, en la que retumban sus bombos y tambores acompañando los «pasos» y cofradías por las calles de la población.
Por último, hemos de destacar que en Andorra, al igual que en otras vecinas localidades (Alcorisa, Calanda, Muniesa), se constituyó en 1936 una colectividad, que duró escasamente, y en la que se llegó a «colectivizar» todas las actividades, oficios y producciones. Así, en agricultura, se dividió el término en 48 granjas, al frente de cada una de las cuales actuaba un responsable ante el Consejero de Agricultura del Comité Local. Los diversos productos del campo quedaron almacenados en la iglesia parroquial, en donde se distribuían a los vecinos mediante bonos o vales. Estos bonos se entregaban a razón de 1,50 enteros por persona y día, y todo lo que se necesitara (incluso las consultas al médico, veterinario, etc.) se conseguía mediante una autorización y sin pago de ninguna clase.
Población
Su población asciende desde principios de siglo, en que tenía 2.510 hab. En 1950 tenía 4.485. El crecimiento es especialmente notorio entre 1940 y 1950, que es cuando se instala la Calvo Sotelo. En la década de los 50 sigue creciendo fuertemente, para mantenerse después bastante estable. En 1970 contaba con 6.485 hab., en 1978 con 7.750, en 1998 con 8.174 y en el 2008 con 8.290 hab. No obstante, la población real es mayor, superando los 10.000 habitantes. Esto es así por que Andorra funciona como un auténtico núcleo centralizador de actividades y servicios comarcales, de tal forma que muchos habitantes de los pueblos de la comarca (incluso de fuera de ella) van a trabajar a Andorra pero siguen empadronados en sus lugares de origen.
Economía
La población actual trabaja casi exclusivamente en la Calvo Sotelo (actual ENDESA), que cuenta con una plantilla de unos 1.800 obreros. En los últimos años estamos asistiendo a una crisis de la minería a nivel nacional y especialmente en zonas mineras como la turolense. La Central Térmica de Andorra consume carbón nacional de menor poder calorífico y con mayor concentración de azufre, lo que le hace ser poco competitivo y, además, genera problemas ambientales de contaminación atmosférica como la «lluvia ácida» que recientemente afectó a los pinares del Maestrazgo. Esta crisis general de la minería está generando preocupación a nivel comarcal por la pérdida de empleo. Para encontrar alternativas que frenasen la caída del empleo minero se impulsó el Plan Estratégico de Andorra (PEAN) y el Plan MINER. Unos y otros todavía no han dado sus frutos, en parte por el retraso de las inversiones, lo que está generando una sensible incertidumbre social.
La actividad agrícola está poco desarrollada pues se trata de agricultura de secano; si bien, existen buenas posibilidades para impulsar el olivo que cuenta con mayores posibilidades que los actuales aprovechamientos. Hay además dos empresas de confección, con mano de obra casi exclusivamente femenina, en número de unas 80. Otras pequeñas industrias dedicadas a la construcción y dos talleres mecánicos completan el panorama industrial. El comercio se atiende exclusivamente en régimen familiar.
Fuentes
- Artículo sobre la Alloza publicado en la Gran Enciclopedia Aragonesa. Consultado el 5 de agosto de 2014. (Licencia Creative Commons)
- Vázquez Lacasa, G.: Datos históricos sobre la muy noble villa de Andorra, «tomados de los documentos y libros que se conservan en los Archivos municipal y capitular de la villa»; Zaragoza, 1926, pp. 148.
- Aguilar, Vicente: «La ermita de la Virgen del Pilar de Andorra (Teruel)»; Doce de Octubre, número 6, año 1947.
- Castillo Genzor, A.: Aragón. Historia y blasón representativo de sus pueblos, villas y ciudades; tomo 1, «La Cadiera», junio de 1963.
- Cañada Sauras, J.: «La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Natividad, de Andorra (Teruel)»; Teruel, número 38, año 1967.
- Cañada Sauras, J.: «La ermita de Nuestra Señora del Pilar, de Andorra»; Teruel, número 39, año 1968.
- Fernández Clemente, M.ª P.: «Producción y comercialización del carbón de Andorra (Teruel)»; tesis inédita, año 1971.
- Cañada Sauras, J.: «Tradiciones populares que se pierden: Andorra y su devoción a la Virgen del Pilar»; Teruel, número 47, año 1972.
- Sebastián, Santiago, y otros: Inventario artístico de Teruel y su provincia; Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1974.