Emboscada de Pino Tres (27 de septiembre de 1958)

Emboscada de Pino Tres
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Mausoleo pino3 cruz.jpg
Mausoleo erigido en memoria a los caídos en la Emboscada de Pino Tres.
Fecha:27 de septiembre de 1958
Lugar:Pino Tres, Santa Crúz, Camaguey
Resultado:
33 bajas letales a la Columna 11 Cándido González Morales
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba

Al amanecer del día 22 de septiembre de 1957 la Columna 11 Cándido González Morales dirigida por el Capitán Jaime Vega, cruza el río Jobabo y se interna en la provincia de Camaguey.

En la noche del día 25 llega al poblado de San Miguel del Junco, al sur del Central Francisco y alli establece campamento.

Como medida de protección al campamento ponen una emboscada en el camino que unía a San Miguel con el Central Francisco y colocaron una mina de 25 libras en el paso a nivel del ferrocarril cañero que lo atravesaba.

El día 26 el ejercito de Batista cae en la emboscada y resultan muertos un combatiente del Movimiento 26 de Julio (Pedro Plaza Fernández) que traían prisionero en el primer camión y 3 soldados, además de resultar heridos otros cuatro de ellos.

Gracias a que la columna no contaba con armas de fuego de largo alcance los batistianos se reponen de la sorpresa, responden al ataque y una vez organizados incendian el cañaveral donde se escondían los rebeldes y comienzan a ametrallarlo, por lo que los rebeldes se retiran y se dirigen hacia el campamento que tiene la columna en San Miguel del Junco.

Los soldados batisitanos tambien se repliegan hacia sus cuarteles pero como ya conocen la posición rebelde y empiezan a mover sus tropas para rodearlos e inutilizarlos.

La emboscada

El capitan Jaime Vega Jefe de la Columna 11 intuye que el Ejército enemigo intentará cercarlos y para evadir la inminente situación establece mover esa misma noche a las tropas hacia el destino que tenía marcado desde su salida de la Sierra Maestra y utilizando algunos camiones que había tomado en la zona con la colaboración de la clandestinidad territorial, decide seguir el camino en una ruta próxima al Central Macareño para cruzar la carretera de Santa Cruz del Sur a Camaguey y dirigirse el norte de Ciego de Ávila.

Dado que hacía muy poco tiempo (unos 15 días apróximadamente) las Columna 8 Ciro Redondo comandada por Ernesto Guevara y Columna 2 Antonio Maceo comandada por Camilo Cienfuegos habían atravezado la zona, todo el territorio estaba lleno de soldados del Ejército Regular de la República y la Guardia Rural por lo que se dificultaba mucho ocultar la precencia de la tropa rebelde, ademas la columna estaba compuesta por gran cantidad de hombres lo que facilitaba su ubicación y enrarecía su movimiento.

Después de la escaramuza con el Ejército Regular, el jefe rebelde decide mover la tropa en camiones hacía su punto de destino y confía en un lugareño para conseguir la gasolina. Es alertado de la condición politica del mismo y de su apego a los batistianos, y de que era peligroso moverse en camiones porque estos mismos los delataban pero el capitan Jaime Vega(hoy traidor a la Revolución) decide continuar adelante y da inicio al movimiento de los hombres.

La columna se mueve a pie hacia Pino Cuatro y allí aborda los camiones que les esperaban habilitados y comienzan a trasladarse en caravana hacia Pino Tres por el entonces único camino que, paralelo al ferrocarril, se dividía en Pino Tres hacia Macareño y hacia la carretera que enlazaba a Santa Cruz con Camaguey y que era la vía que buscaba el capitan Vega para dirigirsde al norte del territorio, a pesar de las advertencias de lo peligrosa de la senda . La caravana estaba compuesta por cuatro camiones repletos de soldados rebeldes y un auto ligero que abría el camino en el que viajaban los capitanes Jaime Vega, José Botello y Roberto León, además del teniente Roberto Cruz.

Al llegar Pino Tres, en la madrugada del 27 de septiembre cuando la caravana cruza la linea ferroviaria es victima de una emboscada que los espera y abre sobre ellos fuego de ametralladoras y de fusiles automáticos.

Los rebeldes tratan de tomar posición pero al saltar de los camiones son acribillados, los que logran salir y correr hacia el cañaveral son balaceados por los guardias que les disparaban a quemarropa desde allí.

El auto con los jefes había rebasado la emboscada y aunque regresó al lugar de los hechos no pudo incorporarse al combate que fue dirigido por la parte rebelde por el capitan José Manuel Hernández quien logró reagrupar a los hombres y organizar la retirada en medio de la confusión, ayudado por el teniente Ricardo Pérez Alemán.

Los rebeldes que logran salir de la emboscada cargan con heridos de forma heróica y los que se quedan atrapados por el fuego luchan de forma valiente para propiciar que se retiran y mantienen el combate parapetados tras las gomas de los camiones. En total los rebeledes perdieron 19 soldados en el sitio de la emboscada y 11 heridos graves fueron hechos prisioneros, además de más de 15 heridos que fueron rescatados por sus compañeros y cargados hacia los montes donde algunos murieron en los días sucesivos y otros lograron salvar la vida.

Al aclarar el día los soldados batistianos salieron de sus posiciones a inspeccionar el terreno donde yacían tendidos muertos o heridos en el camino, bajo los camiones, en las cunetas, en el cañaveral y en arboledas cercanas más de treinta rebeldes, además tomaron prisioneros a tres de ellos que se encontraban en un montecito cercano

Sin reparo los despojaron de sus pertenencias(aún a los heridos) y arrastraron a los muertos hacia el centro del terraplen, cargaron a los heridos en un camión y los trsladaron hacia el hospital de Macareño.

Martires de la emboscada

Los caídos en la emboscada fueron Rafael Alvarez Zorzano, Braudilio Alvarez Zorzano, Rafael B Almenares Cedeño, Genaro Brito Vargas, José María Cardoso, Jacobo Cruz Espinosa, José Fernández Peña, José Miguel Gómez Estrada, Algérico Lara Correa, Jesús de los Ángeles Lotty Osorio, Jorge Mendoza Alonso, Adolfo Núñez León, José Oquendo Díaz, Miguel Peña Utra, Ricardo Pérez Alemán, Remigio Riverón Sánchez, Gerardo Rodríguez Arias, Hermes Rondón Yanes, Emilio Urra Mayedo y Rafael Utra Peña, cuyos cuerpos se colocaron en una fosa común en el Cementerio de Macareño por los hombres y mujeres de la localidad.

A los tres rebeldes que habían hecho prisioneros y que habían atado a una grúa en Pino Tres los soltaron, les dijeron que corrieran hacia el cañaveral y los mataron por la espalda mientras cumplían la orden, ante los ojos atónitos de los pobladores del lugar que fueron obligados a ver el hecho como represalía a su colaboración con el Ejército Rebelde. Aumentaron así a 22 los caídos en la emboscada.

Los tres prisioneros asesinados así fueron Horacio Cobiellas, Fernando Figueredo y otro que no pudo identificarse.

Prisioneros asesinados en La Caobita

Los once prisioneros fueron conducidos hacia el hospital de Macareño donde recibieron atención médica del doctor Bienvenido Garcia Rivero y el enfermero Robert Martines junto a otro ayudante no identificado. En el transcurso del día se incorporaron a brindar auxilio a los heridos el director del hospital y otros tres médicos venidos de Santa Cruz.

Sin embargo la suerte de estos 11 hombres estaba decidida por el Jefe de Operaciones de Regimiento Agramonte de Camaguey Armando Suárez Suquet quien encargó a su ayudante el Comandante Domingo Piñeiro que se deshiciera de ellos. Cumpliendo oredenes al ataredecer del día 27, acompañado del jefe de la Guardia Rural del Central Francisco, el teniente Chaviano, se personó en el hospital con un escuadron y dijo que los heridos serían trasladados a Camaguey para brindarles una mejor atención, imaginando la verdadera intención de la sodadezca el director del hospital trataron de impedirlo pero sacandolos de las salas los acomodaron sobre la cama del camión de recoger basurta en el Central Francisco y partieron con ellos.

A solo ocho kilometros de allí en un lugar conocido como La Caobita detuvieron el camión y comenzaron a dispararle desde una supuesta emboscada rebelde mientras el Comandante Piñeiro gritaba que eran atacados por los rebeldes. Durante el tiroteo el teniente de la Guardia rural Lorenzo Otaño lanzó dos granadas de mano sobre la cama del camión.

Uno de los heridos que había logrado escapar fue ultimado por la espalda mientras intentaba alcanzar el cañaveral cercano. Una vez finalizado el tiroteo un miltar subió al camión y disparó sobre todo signo vital que restase allí.

Los combatientes asesinados en La Caobita fueron Pedro Ballester Noriega, Ramón Bazán Rivero, Ramón Domínguez de La Peña, Felino Epifanio Figueredo Jiménez, Gelacio Gutiérrez García, Rubén Martín Agún, Alfredo Martínez González, Rafael Martín Gómez, Luis Aldana Palomino, Raúl González Peña, Marciano Roos Castro.

Alocución de Fidel

Informado de los hechos, en una alucoción por Radio Rebelde el Comandante en Jefe Fidel Castro expresó:

"…....Tal vez entre esos heridos rebeldes asesinados se cuentren algunos de los compañeros que durante la Batalla de El Jigue trasladaron enemigos desde la línea de fuego, a los sitios donde recibieron la primera atención en horas de la noche, escalando farallas casi enaccesibles......la falta de reciporcidad no puede ser más repugnante y cobarde...

Lo sucedido en Camaguey es doblemente indignante y absurdo primero porque todavía está fresca en la memoria de la ciudadanía los cientos de soldados que fueron devueltos a la Cruz Roja por los rebeldes sanos y salvos y segundo…..porque están perdiendo la guerra......¿que sentido tiene...... asesinando rebeldes.......lanzar contra las fuerzas armadas, harto desprestigiadas ya, una mancha de sangre que muchas veces recordará la historia como una vergüenza infinita para cualquier soldado que hoy vista el uniforme infame y deshonrado del que no puede llamarse jamás Ejército de la República.


No crean los responsables de tales hechos que tendrán escpatoria. No los salvará siquiera ni un viraje del ejército a última hora, porque una de las condiciones que hemos puesto y mantendremos firmemente ante cualquier golpe de estado es la entrega inmediata de todos los criminales de guerra y políticos que se hayan enriquecido con la sangre y el dolor del pueblo...Desde Batista hasta el último torturador"

Los sobrevivientes de la Columna 11 Cándido González Morales se reagruparon al sur del Central Francisco, en los montes de Laguna Grande y alli se divieron en tres frentes que operarían en distintas zonas de la entonces provincia de Camaguey hasta la obtención de la victoria definitiva el 1 de enero de 1959.

En el libro Emboscada y masacre en Pino 3, Raúl González de Cascorro, escritor camagueyano fallecido en la La Habana en 1978 recoge, a partir de entrevistas realizadas a los sobrevivientes, una detallada historia de lo acaecido en este lugar el 27 de septiembre de 1958.

A inicios de la Revolución los pobladores del territorio de Pino Tres mediante colecta publica edificaron un obelisco en memoría de los caidos en la emboscada, luego sería construido por el gobierno revolucionario el Mausoleo de Pino Tres, museo donde se recogen piezas y objetos personales de los caídos en la emboscada y de la columna 11 Cándido González y donde se le rinde eterno tributo a los hombres allí masacrados.

Fuentes

  • Tomado y verificado de la Biblioteca virtual/Instituto Politécnico de Comercio y Gastronomía ”Horacio Cobiella Domínguez
  • Martires de Pino Tres[1]
  • Pino Tres, llanto de sangre y muerte[2] Historia