Rodolfo Payarés

Rodolfo Payarés
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NombreRodolfo Felipe Payarés Suárez
Nacimiento22 de octubre de 1922
Camagüey, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento18 de julio de 1993
Camaguey, Bandera de Cuba Cuba
ResidenciaCamagüey
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónArqueólogo

Rodolfo Payarés. Fue un investigador arqueológico cubano que realizó importantes descubrimientos en sitios aborígenes camagüeyanos y en otros lugares de la isla.

Síntesis biográfica

Nace el 22 de octubre de 1922 en la calle Julio Sanguily, entre Joaquín de Agüero y Manuel Benavides en el reparto La Vigía, Camagüey, ubicado en la región oriental de Cuba.

Motivaciones iniciales

Los interese y preocupaciones arqueológicas comenzaron a tomar cuerpo con la creación del grupo de aficionados a las ciencias Yarabey, del cual fue fundador junto a Rolando Escardó y José Manuel Guarch Delmonte.

La verdadera inclinación hacia la disciplina, brotó mucho antes, al menos de manera tentativa. En 1942, mientras trabajaba dando pico y pala en las obras de construcción de una base aérea, en el lugar donde hoy se encuentra el Aeropuerto Internacional Ignacio Agramonte de la ciudad de Camagüey.

En ese sitio encontró cartuchos de armas de fuego, partes metálicas de fundas de sables y machetes, todos presumibles restos de operaciones militares de las guerras de independencia de 1868 y 1895, lo cual marcó para siempre la vocación hacia el estudio del pasado y lo convirtió en un enamorado de la arqueología y la historia de las armas.

En este trabajo inicial duró poco tiempo y en 1943 dadas las posibilidades y habilidades había comenzado a laborar en los Ferrocarriles Consolidados de Cuba en Camagüey, primero como peón de vías en el Departamento de Vías y Obras, y posteriormente como mecánico tornero en la sección uno de los Talleres de Garrido.

De manera autodidacta en esos años estudió cuanto texto especializado sobre arqueología y espeleología le fue posible, adquiriendo una representación clara de los métodos y la finalidad de la Arqueología, y el lugar en el esquema general de las ciencias.

En 1957 es admitido en la Sociedad Espeleológica en La Habana, como miembro de la Sociedad Científica de Espeleología con sede en la Universidad Central de Las Villas, a razón de que el mencionado grupo Yarabey era representante de esta institución en Camagüey.

Militancia

Desde los 16 años, guiado por la simpatía personal hacia la justa lucha que libraba el hermano pueblo español contra el fascismo, se asoció a la Hermandad de Jóvenes Cubanos, de la Asociación de Jóvenes del Pueblo y de la casa de la cultura de Camagüey entre 1937 y 1939.

En años posteriores militó en la vanguardia de la Juventud Socialista, que luego se nombró Sección Juvenil del Partido Revolucionario Cubano Auténtico y en 1940 se hizo miembro de la Joven Cuba, organizando y llevando a cabo acciones contra los desalojos campesinos y la geofagia imperialista.

En 1948 ya formaba parte del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) y en 1949 de la Acción Revolucionaria Guiteras. Desde 1952 hasta 1958 participó en la lucha contra la dictadura de Batista, militando en la Triple A, hasta incorporarse como miembro activo del Movimiento 26 de Julio que operaba en la provincia.

Descubrimientos

Hasta ese mismo año conformaba el curriculum científico de actividades arqueológicas y espeleológicas, la localización y exploración de Cueva Grande o de Los Negros Cimarrones, llamada ulteriormente Cueva de Pichardo, en la Sierra de Cubitas, y el descubrimiento de la Gran Caverna de Cubitas, donde se encontraron valiosos depósitos con restos óseos de nueve Megalocnus rodens y varias pictografías.

En esa época este hallazgo paleontológico fue calificado por Pérez de Acevedo como excepcional triunfo científico para estos esforzados espeleólogos camagüeyanos.

Al crearse en 1962 el Departamento de Antropología por la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, es uno de los miembros fundadores, laborando como auxiliar de investigación.

Hasta el año 1963 había participado en más de nueve misiones y prácticas de investigación en arqueología aborigen e histórica, donde por primera vez, en algunas de ellas se aplicaron excavaciones con rigor científico, por niveles arbitrarios.

Por esos años junto con el arqueólogo José Manuel Guarch efectuó excavaciones en el sitio El Caney del Castillo, Santa Cruz del Sur, cuyos resultados fueron publicados en uno de los primeros monográficos de la Academia de Ciencias de Cuba en 1964.


Como técnico de investigación, los primeros trabajos que dirigió en sitios urbanos de la época colonial consistieron en rescates arqueológicos y observaciones estratigráficas en el Castillo de la Real Fuerza (junio 1963) y en la Plaza de Armas (julio 1963), en La Habana Vieja; en esos estudios participaron también Eladio Elso, Higinio Meoque y Roberto Figueroa.

Con ello se daba respuesta a la solicitud de asesoramiento y cooperación que había hecho el entonces Consejo Nacional de Cultura a la CNACC, para realizar las obras de restauración que incluían además al convento de San Francisco de Asís, también enclavado en el Centro Histórico de la capital.

En 1964 en el Departamento de Antropología, se creó la Sección de Arqueología Colonial, del que es nombrado responsable.

En el último párrafo del informe que escribió en 1967 sobre los trabajos realizados en el majestuoso palacete no 13409 de la avenida 57 en Marianao, La Habana, inmueble conocido como Marianao Social, sintetiza el objetivo de la Sección de Arqueología Colonial que dirigía:

"impulsar el estudio de las épocas pasadas, desde el descubrimiento hasta la instauración de la república mediatizada a partir de los restos de la vida material. La observación de estos materiales en un proceso acumulativo nos permitirá el mejor conocimiento del desarrollo socio-económico de nuestra patria en diferentes épocas y de las diferentes clases sociales, a la vez que se rescatan una serie de materiales arqueo-históricos que permitirán el enriquecimiento de nuestro acervo cultural para disfrute de las generaciones futuras".
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Actividad revolucionaria

De origen social humilde, de ascendencia trabajadora, tanto por línea materna como paterna, lo ubicó en los estremecidos años de la década del cincuenta en una generación de jóvenes procedentes del proletariado, que como vínculo común con las clases medias, compartían con fuerza parecida la incidencia del desempleo, la inseguridad social, la penetración imperialista, la traición a los intereses nacionales por los partidos burgueses y las ausencias de libertades y derechos ciudadano.


Participa en acciones clandestinas contra el régimen imperante participó, de manera que a mediados de 1957, producto de las actividades revolucionarias conspirativas, fue preso junto al ciudadano Dionisio Eladio Luaces y llevado al cuartel Agramonte del regimiento no 2 del servicio de inteligencia militar regimental y luego a la cárcel de Camagüey.

En un proceso instruido por el delito de estragos, causa no. 273, fue acusado por la fabricación de una serie de bombas que habían estallado en la ciudad, entre las que se contaban las que explotaron en los servicios sanitarios del hotel New York, en la esquina de las calles Avellaneda y Francisquito en la ciudad agramontina.

Después de ser absuelto en el juicio oral por el Tribunal de Urgencias de Camagüey, a instancias de los informes policiales que no ofrecieron evidencias incriminatorias, participa en la huelga del 9 de abril de 1958 a nombre del Movimiento 26 de Julio, organizando a los compañeros de trabajo de la sección 3 de los talleres ferroviarios.

Durante este año fue objeto de continuas persecuciones por parte del SIMR. Por todas las actividades revolucionarias y a causa del peligro de ser arrestado en la clandestinidad, hubo de alzarse en armas a las órdenes del entonces teniente rebelde Alfredo Rodríguez Velásquez, conocido por Fellín, en la columna no.11 Cándido González, la cual dominaba la zona de la finca El Dagamal, en la Sierra de Najasa, donde operaba al mando del comandante Víctor Mora.

Al triunfo de Revolución en 1959, se reintegró al trabajo en los talleres ferroviarios e ingresó en las Milicias Nacionales Revolucionarias, graduándose en el primer curso de Capacitación Cívica del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Esta preparación y la experiencia permitieron que se destacara como orientador político, dando charlas semanales al personal del sindicato ferroviario. La Unión de Talleres.

Cuando fueron formados los primeros batallones de milicias, ejerció como jefe de la tercera compañía del segundo batallón de combate Juan Abrahantes y fue enviado a la Sierra Maestra para subir tres veces el Pico Turquino como requisito previo para ingresar en la Escuela Nacional de Responsables de Milicias de Matanzas.

Combatió en Playa Girón como segundo al mando del primer pelotón de la quinta compañía de la unidad ENRM en el ataque y reconquista de Playa Larga y otras operaciones, graduándose posteriormente de segundo teniente de las Milicias Nacionales Revolucionarias.

Al regreso a Camagüey fue jefe de la 414 compañía del 413 batallón de la 42 división, en operaciones en la Sierra de Cubitas y como instructor de la quinta compañía del batallón 430 de la Escuela de Infantería René Ramos Latour en el acueducto de Camagüey y jefe de servicios de dicha escuela.

Responsabilidades

En los primeros años de la Revolución (1961) fue designado responsable de la comisión provincial de Etnología y Folklore del Consejo Nacional de Cultura en Camagüey, para planificar y adelantar las labores de formación del futuro Instituto Nacional de Etnología y Folklore.

Estas actividades, desarrolladas aún en comisión de servicios de las FAR, se materializaron en la recolección de todo tipo de material etnográfico, o al menos el que fuera pertinente para los objetivos trazados, sintetizados en el siguiente párrafo del informe que rindió en noviembre de 1961 al pleno del Primer Congreso de Cultura de la provincia:

"Crear Museos Provinciales, Municipales, en centros de trabajo e industrias, en Granjas del Pueblo, cooperativas y escuelas, todo con el enfoque local de su ubicación, para ello se colectarán desde un antiguo instrumento de trabajo, objeto de uso doméstico, hasta las estructuras de un bohío o rancho de vara en tierra, en fin cada objeto con los datos de su procedencia y antiguo uso".
"Se localizarán las colecciones privadas y se agenciarán las donaciones para enriquecer dichos museos, que perpetuarán en definitiva la historia de la vida económica, social y cultural del pasado y del presente, pudiendo fácilmente apreciarse y establecerse la diferencia entre ambas etapas, rindiendo así positiva función social y educativa".

En este informe consideró además la preocupación personal por la protección de los yacimientos arqueológicos de las destrucciones -intencionadas o no - que amenazaban el acervo cultural de la nación y la posibilidad del mejor conocimiento del pasado nativo que será rescatado mediante metodológicos trabajos de excavación.

Se refería específicamente a los caneyes del sur de Camagüey, en peligro de desaparecer por el avance agropecuario, y a las pictografías pinturas indias de la Cueva de Pichardo en el Cerro Tuabaquey, Sierra de Cubitas; preocupaciones que le acompañaron desde entonces y que luego enriquecería en la década del setenta con la perspectiva de vislumbrar a las espeluncas como monumentos naturales, puesto que en ellas:

"la naturaleza ha conservado por siglos y milenios las bellezas cristalográficas de sus formaciones secundarias, las evidencias de la transformación de nuestro archipiélago durante el cuaternario, las rarezas de nuestra fauna cavícola, las huellas de las variaciones de nuestros antiguos niveles freáticos, algunos extensos y bellos lagos y ríos subterráneos, de una amplia gama de fósiles, así como la huella de nuestros aborígenes, materializadas en sus manifestaciones artísticas en formas de pictografías y petroglifos y en los restos de su cultura material o ajuar utilitario en el subsuelo".


Durante la continua formación como arqueólogo, se incluyen los cursos básico (1964), medio (1967) y superior (1970) de superación del Departamento de Antropología, En 1971 deja de laborar en el Departamento de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba y en 1977 es nombrado director del Museo Nacional de Armas en 1977.

También se desempeñó como vicedirector del Instituto de Arqueología, y delegado del presidente de la Academia de Ciencias de Cuba en el Archivo Nacional a partir de abril de 1971. En 1972, durante los meses de octubre y noviembre, estuvo en la dirección de la Sección de Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de Cuba.

En 1974 fue nombrado jefe del Departamento de Monumentos, Dirección Nacional de Museos y Monumentos del Consejo Nacional de Cultura, donde creó en diciembre de 1976 una sección de arqueología por un proyecto que comprendía un plan de trabajo perspectivo para La Habana Vieja y otros sitios que se consideren importantes desde el punto de vista monumentario e historiográfico.

Entre los que se citan, las ruinas del ingenio La Alejandría, en Güines, las zonas más antiguas de Guanabacoa en La Habana (Loma del Indio y sitio de la primera iglesia) y Pueblo Viejo, en Nuevitas, Camagüey, entendiéndose este último emplazamiento de estudio como la confirmación arqueológica en el sitio de la fundación de Santa María de Puerto Príncipe en 1513, cuestión que manifiesta el sentido de pertenencia a la ciudad que lo vio nacer.

Fuente