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Silvestre de Balboa
Información sobre la plantilla
Semblanza de Silvestre de Balboa.jpg
Semblanza obtenida de Silvestre de Balboa y Troya, con 45 años de edad, momento en que escribió Espejo de paciencia[1].
NombreSilvestre de Balboa Troya Quesada
Nacimiento30 de julio de 1563
Las Palmas, Gran Canaria, Bandera de España España
Fallecimiento1649
Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadEspañola
OcupaciónPoeta
Obras destacadasEspejo de paciencia

Silvestre de Balboa Troya Quesada. Autor canario que escribe la primera obra de la literatura cubana. Con su poema épico Espejo de Paciencia, en 1608, se inician las letras cubanas.

Síntesis biográfica

Nació en Las Palmas, isla de Gran Canaria, el 30 de julio de 1513.

Se traslada a América entre los años 1590 y 1600, aunque no se conoce con exactitud la fecha de su llegada a Cuba; inicialmente se le sitúa en la ciudad de Manzanillo Bayamo, Cuba –alrededor de 1604- y con posterioridad, según declara en su poema Espejo de Paciencia fijó su residencia en Puerto Príncipe (actual Camagüey), donde ejerció como escribano de su cabildo, aunque mantenía estrechos vínculos con Bayamo, que fue la villa contrabandista por excelencia durante los primeros años del siglo XVII.

En su partida bautismal, publicada por el erudito español Carlos Millares, se precisa que nació en Gran Canaria. Estaba vinculado por su descendencia con el fundador de la villa Puerto Príncipe; Vasco Porcayo de Figueroa. Se casó con Catalina de la Coba, con quien tuvo seis hijos.

Fue confirmado como escribano del cabildo de Puerto Príncipe en 1621, y tres años más tarde, con sesenta años de edad es nombrado sucesor de Diego Pérez de Villavicencio.

Trayectoria literaria

Los inicios de la literatura cubana abarcan un período que va desde 1510 a 1790, pero el único texto conservado de los siglos XVI y XVII es precisamente su poema Espejo de Paciencia. Al vacío que vino a llenar esta obra, se ha sumado la historia no menos enigmática de su descubrimiento en 1836 por el escritor José Antonio Echeverría, en la biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País, como parte de tres cuadernos de un manuscrito muy dañado: “Historia de la isla y catedral de Cuba”, del obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz.

Según la dedicatoria del poema contenido dentro del segundo cuaderno, este habría sido escrito en 1608. Echeverría dio a conocer su hallazgo en El Plantel (1838), en un ensayo donde comentaba la Historia de Morell y presentaba oficialmente el Espejo de Paciencia citando algunas estrofas.

Misteriosamente, sin embargo, poco después el documento original desapareció de las bóvedas de la biblioteca de la Sociedad, quedando sólo una copia que Echeverría había hecho por previsión. Muerto este, en 1885, la copia pasó a manos de su amigo, Néstor Ponce de León, quien por entonces dirigía el Archivo Nacional de Cuba.

Ponce vino a confirmar que poseía efectivamente la única copia, en una disertación leída en la Sociedad Literaria Hispano-Americana y reproducida por la Revista Cubana en 1892, donde expresó: “Considero este poema tanto más importante, cuanto que él sólo representa todo el movimiento literario de Cuba desde su conquista en 1511 hasta mediados del siglo XVIII, es decir, 250 años que a no existir ese poema, representarían el vacío más absoluto”. Después, la literatura cubana mantuvo un profundo silencio; tal vez se escribió mucho y probablemente muy malo, pero nada se ha encontrado desde 1608, hasta mediados del siglo pasado.

Su obra cumbre

Espejo de Paciencia es un poema épico-heroico, escrito en octavas reales, publicado en su totalidad, por primera vez en la segunda edición de la Bibliografía Cubana de los siglos XVII y XVIII (Imprenta del Ejército, La Habana, 1927, pp. 375-404), de Carlos M. Trelles, y más tarde en el tomo primero de “Evolución de la Cultura Cubana 1608-1927”, de José Manuel Carbonell (La poesía lírica en Cuba. Tomo I. Imp. El siglo XX, La Habana, 1928, pp. 22-56). A la obra, la preceden seis sonetos laudatorios, compuestos por otros tantos vecinos de la villa.

Balboa se inspiró en el secuestro del obispo Cabezas Altamirano por unos corsarios, refiere el autor que, tenía como propósito narrar la batalla en la que el bayamés Gregorio Ramos y un batallón de vecinos de la zona dieron muerte al enemigo en venganza por el secuestro. Los hechos narrados en el poema sucedieron después de abril de 1606, y antes del 30 de julio de 1608, según fecha de la “Carta dedicatoria” que escribe al obispo.

Investigaciones literarias

La investigadora Carolina Poncet llegó a sospechar que la obra fuese sólo una superchería literaria de su descubridor, José Antonio Echeverría, y de un conjunto de amigos capitaneados por Domingo del Monte. No pocos críticos han especulado sobre esta posibilidad, a partir de evidentes enigmas que arroja la obra.

De Espejo de paciencia dijo Cintio Vitier, en Lo cubano en la poesía:
“Dos problemas de interés se han planteado en torno del “Espejo”. Uno: lo extraña que resulta la presencia de este grupo de siete poetas cultos en un caserío tan apartado como el Puerto Príncipe de principios del XVII, cuando en ninguna otra región de la isla se conocen manifestaciones literarias análogas (…) Otro: la peculiaridad del lenguaje del poema, que nos parece más cercano y familiar si lo comparamos con el de las prosas y versos españoles de la época.”[2]
Rebelado contra esa misma hipótesis de una “broma literaria”, pero planteando como al descuido otra incógnita no menor, escribió Lezama en el primer tomo de su Antología de la poesía cubana:
“Sería una broma demasiado extensa, además tendríamos que afirmar que “la broma” demuestra más talento poético que la obra “en serio” de Del Monte o Echeverría. (…) Quizás algún día podrá demostrarse que fue una obra coral en la que participaron por igual Balboa y los sonetistas laudatorios. Es muy raro que seis poetas, todos conocidos por los puestos que ocupaban, nada más que dejaran una muestra, un soneto como producción.”[3]
Y, como redefinición del espíritu dubitativo que ha estado motivando este dilema, en el “Perfil histórico de las letras cubanas desde los orígenes hasta 1898”, de un colectivo de autores del Instituto de Literatura y Lingüística, se señala:
“…si tenemos en cuenta que pudo ser escrito para crear el poema épico, hay que conceder que las posibilidades de una falsificación son mayores. El cuidado en lograr el espíritu de la época será mayor y el esfuerzo de escribir estará compensado por un propósito meritorio. No obstante, si comparamos el poema con los textos de los supuestos falsificadores, con cartas auténticas de Balboa y con los poemas épicos americanos de la época, veremos que no hay razones para pensar en una falsedad. Por ello, hasta tanto no se demuestre lo contrario, seguiremos considerando que El espejo de paciencia fue escrito a principios del siglo XVII por el poeta canario Silvestre de Balboa.”[4]

De este modo, los investigadores, los críticos literarios y la tradición, han hallado consenso mayoritario en la autenticidad y los méritos del único poema épico escrito en Cuba.

Dos copias existían en 1942, según Felipe Pichardo Moya, prologuista de la edición que ese año hiciera el Ministerio de Educación. Moya encontró información incluso sobre los seis sonetistas que preceden el poema. Lamentablemente ninguna copia del poema ha llegado hasta hoy, ni siquiera de la Historia de Morell.

Ya en 1975, en una edición del poema hecha por la editorial Arte y Literatura, Cintio Vitier denunciaba la desaparición de todas las copias probables:
“Al desaparecer (del Archivo Nacional, los archivos de la Academia de Historia, la biblioteca particular de Francisco de Paula Coronado, la Biblioteca Nacional, la Sociedad Económica de Amigos del País) o se han perdido definitivamente por un accidente fortuito, o será cosa de echarse a buscarlos en colecciones privadas o extranjeras. No estará de más recordar que esos documentos, que técnicamente pueden considerarse 'originales', pertenecen a la nación. Su pérdida constituye un verdadero escándalo”.[5]
Sobre la hazaña poética de Balboa, sobre su Espejo, el propio Vitier observa:
“[…] está penetrado de una luz matinal de playa y de un aroma de frutos cubanos…” Justamente quiso el destino que no fuese otra obra sino un poema de luz de aurora, la raíz visible del árbol de la literatura cubana.[6]

Bibliografía Activa

  • Espejo de paciencia. «Estudio crítico», por Felipe Pichardo Moya. La Habana, Dirección de Cultura del Ministerio de Educación, 1942.
  • Espejo de paciencia Cuadernos de Cultura. 5ª serie, 4.
  • Espejo de paciencia 2ª ed. Pról. y notas de Cintio Vitier. La Habana, 1960.
  • Espejo de paciencia Universidad Central de Las Villas. Dpto. de Estudios Hispánicos, 1960.
  • Espejo de paciencia 3ª ed. Edición facsímil y crítica a cargo de Cintio Vitier. La Habana, Publicaciones de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1962.

Bibliografía Pasiva

  • Chacón y Calvo, José María. El primer escrito en Cuba. Documentos inéditos referentes al obispo Fray Juan de las Cabezas Altamirano. La Habana, Imp. Maza, Arroyo y Caso, 1922.
  • Fernández, Clara. Las alusiones cultas en el poema Espejo de paciencia de Silvestre de Balboa, en Taller literario. Santiago de Cuba, (14): 22-23, jun., 1967.
  • García del Pino, César. El Obispo Cabezas, Silvestre de Balboa y los contrabandistas de Manzanilla, en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana, 3a época, 17, 66 (2): 13-54, may.-ago., 1975. Lezama Lima, José.
  • Ponce de León, Néstor. Los primeros poetas de Cuba, en Revista Cubana. La Habana, 15: 385-399, 1892.
  • Silvestre de Balboa y Troya de Quesada, en su Antología de la poesía cubana. T. 1. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. 64-68.
  • Vitier, Cintio. Primera lección. Propósito del curso. Desarrollos y estratos de lo cubano. Primeros acercamientos a la naturaleza insular, en su Lo cubano en la poesía. La Habana, Instituto del Libro, 1970, p. 15-42.

Muerte

Muere en Cuba en fecha no precisada con exactitud, que se ubica entre 1647 y 1649.

Referencias

Ramiro Manuel García Medina

Fuentes