Aduana de Nicaragua

Aduana de Nicaragua
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Institución con sede en Bandera de Nicaragua Nicaragua
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Entidad que tiene a su cargo la administración de los servicios aduaneros para el control y facilitación del comercio exterior.
Siglas o Acrónimo:DGA
País:Bandera de Nicaragua Nicaragua
Sitio web
http://www.dga.gob.ni

Aduana de Nicaragua. Unidad que tiene a su cargo la administración de los servicios aduaneros para el control y facilitación del comercio exterior por medio del desarrollo y mejoramiento constante de la técnica aduanera, así también, la administración de los tributos establecidos a favor del Estado que gravan el tráfico internacional de mercancías y las relaciones jurídicas derivadas de ellos.

Antecedentes

Desde los inicios del comercio, las aduanas fueron concebidas como instituciones que tenían por objetivo el cobro de peajes que financiaran la gestión del Estado. Esto se lograba a través del control y la regulación del tráfico de mercancías entre las naciones. Podemos estar seguros que la corrupción, la defraudación, el contrabando y la búsqueda de nuevas rutas de comercio que obviaran el pago de estos peajes nacieron junto con las aduanas.

Con el paso del tiempo el intercambio de bienes se hizo más complejo, el número de países involucrados creció, la variedad de productos a comerciar se incrementó, los volúmenes de los mismos fueron cada vez mayores, el flujo del dinero y capital de las transacciones aumentaron considerablemente, los procesos productivos y las facilidades de comunicación se intensificaron de tal manera que el simple cobro de peaje y contabilización de las mercancías no bastaba ya para que los gobiernos pudiesen ordenar y encausar la actividad comercial hacia el beneficio de las naciones que representaban.

Se hacían necesarios trámites y procedimientos que regularan la actividad comercial y en consecuencia las aduanas se convirtieron en sistemas cada vez más complejos. Estas barreras ocasionaron, en determinados momentos de la historia, que los estados consideraran solucionar sus problemas comerciales a través de: la guerra, la conquista, la colonización, la independencia, la dominación y la revolución entre otros.

Al final de la Segunda Guerra Mundial encontramos que en el mundo hay dos sistemas económicos que luchan entre sí, el socialismo y el capitalismo. Resultaba imperativo para los gobiernos capitalistas contener el avance del socialismo y el arma principal con que contaba era la base económica natural del sistema mismo, como lo son la propiedad privada, la libre contratación y el comercio; los cuales se deberían complementar con un sistema político democrático que pudiera hacer frente a la amenaza.

Era obvio que las economías más débiles serían el frente de estos dos sistemas, urgía pues fortalecer a dichos países y especialmente los que habían sido seriamente afectados por el conflicto. La única manera en que se podía lograr era a través de la eliminación de las brechas económicas existentes entre las naciones y por tal motivo, dentro del marco de contención al socialismo, los conceptos de Integración Económica, Mercado Común, Libre Comercio comienzan a tener sentido.

Los primeros intentos tienen carácter mundial al convocarse la “Conferencia Internacional sobre Comercio y Empleo” que elaboró un código de conducta destinado a regular el comercio internacional y que debería llevar a la creación de una Organización Internacional de Comercio (OIC) que sería auspiciada por la ONU. Sin embargo, 23 naciones firman el Acuerdo General sobre Aranceles de Aduanas y Comercio (GATT) en 1947, lo que supuso la anulación del proyecto de creación de la OIC. El GATT es un acuerdo multilateral intergubernamental, que desde su sede en Ginebra, regularía las relaciones comerciales de los países firmantes y que sería el foro en donde dichas naciones negociarían todo lo relacionado a comercio internacional.

Ese mismo año se crea la “Organización Europea de Cooperación Económica” (OECE) con motivo del Plan Marshall. La OECE alcanzó grandes logros en la elaboración de mecanismos eficaces que facilitasen las relaciones económicas internacionales. Con esta experiencia más tarde un grupo de países europeos crean la Comunidad Económica Europea (CEE) y otros firman la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA).

Los primeros tenían como objetivo la creación de un Mercado Común donde personas, servicios y capitales pudieran circular libremente. Los segundos se limitaban a crear una zona de libre cambio que eliminara los obstáculos, arancelarios y no arancelarios, a los intercambios comerciales entre los países firmantes. Poco a poco los países que integran EFTA se fueron adhiriéndose a la CEE (en la actualidad Unión Europea).

Este ejemplo fue seguido por otros países en otras regiones y vemos como surgen en los sesentas el Mercado Común Centroamericano (MCCA), la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEA), y el Pacto Andino. Estos bloques económicos perseguían objetivos similares, pero se diferenciaban en el modelo económico a desarrollar. La concepción básica consistía en crear “grandes mercados nacionales” libres de derechos aduaneros para los miembros y en relación a terceros con un sistema arancelario común que protegería y permitiría el desarrollo de la industria regional.

Las particularidades políticas (presencia o ausencia de democracia) de los países que los conformaban y los modelos de desarrollo escogidos fue lo que estableció las diferencias entre los éxitos de unos y los fracasos de otros. Unos optaron por volcarse afuera y se enfocaron en la exportación. En ambos modelos la función recaudadora de las aduanas fue quedando en un segundo plano, la necesidad de los países de contar con información confiable que permitiese orientar tanto a los gobiernos como empresas sobre los rumbos que tomaba la actividad comercial internacional hizo que la función controladora se impusiera.

Factores externos

Paralelo al desarrollo de estos bloques, en el mundo se van dando fenómenos de gran trascendencia. El desarrollo tecnológico avanza a pasos agigantados, la informática y las telecomunicaciones inician un proceso acelerado de acortar distancias. Las empresas más audaces se alejan del modelo tradicional de transnacionales, basado en productos que variaban de acuerdo a la geografía del consumidor, e inician la comercialización de productos estandarizados que les permiten alcanzar sustanciales ahorros, tales que la lejanía dejó de ser obstáculo y que dio inicio al fenómeno conocido como globalización.

En el plano de la globalización, los capitales se mueven a gran velocidad entre las fronteras, se desdibujan los límites entre mercado interno y externo. Finalmente en 1989 desaparece la Unión Soviética, la confrontación ideológica concluye e iniciaba la batalla por la competitividad económica y tanto los países individuales como los bloques económicos exitosos y los bloques económicos incipientes (MERCOSUR y el Mercado Común Caribeño) se esfuerzan por alcanzarla.

Los Estados Unidos promueven el Tratado de Libre Comercio Norteamericano y la Iniciativa de las Américas con el objetivo de mantener e incrementar su influencia comercial en la región que resultaba amenazada por la Unión Europea (UE) y ASEA. Por otro lado y de acuerdo a las nuevas circunstancias, se terminan de establecer las reglas del juego en el comercio internacional y en 1994 los países contratantes del GATT conforman la Organización Mundial del Comercio (OMC) a la que están suscritos 109 países.

Los principios básicos que rigen en la actualidad al comercio internacional son bastante simples: cada país o bloque está dispuesto a permitir la comercialización de terceros sin muchas barreras si estos a cambio brindan algunas concesiones comerciales y están dispuestos, al mismo tiempo, a cumplir con las disposiciones establecidas por la OMC.

Estas circunstancias son los factores que obligan a Nicaragua a realizar una modernización de su comercio exterior y por ende de sus sistema aduanero, el cual debe de dejar de ser una barrera comercial y convertirse en un instrumento de control simple y eficiente. Es cierto que son las empresas las que compiten, sin embargo son los gobiernos los que crean las barreras, y dadas las circunstancias, dichas barreras serían mayores para las empresas locales que para otras, ya que la oportunidad de vender en el mundo desaparecería. Sin embargo para lograr el cambio, de nuestro sistema de Comercio Internacional, Nicaragua tiene que superar muchos retos.

Factores internos

En Nicaragua además de los factores externos, comunes para todos los países, hay circunstancias propias que obligan al cambio. En 1979 el país se ve estremecido por una revolución. La constitución es abolida y comienza a estructurarse un modelo económico con claras tendencias socialistas. El Estado controla el comercio exterior con el fin de absorber la mayor cantidad de divisas.

La escasez de divisas y los trámites de obtención de las mismas desestimulan la producción. Conforme el paso de los años las empresas empiezan a cerrar y hasta el mismo Estado se vio obligado a realizar cortes de personal (el desempleo alcanzó niveles cercanos al 60% de la población activa). El contrabando de mercancías se convirtió en un medio de subsistencia para los desempleados, a su vez el gobierno mantenía una actitud condescendiente (anexo No.1), ya que no deseaba que esa gran masa de gente protestara en contra de él.

En 1990, con la derrota electoral del FSLM, se inicia en Nicaragua el proceso de restauración de la democracia y de la economía de mercado. El nuevo gobierno recibe un país con un Estado excesivamente grande, con índices de producción muy bajos, con un mercado de exportación muy deprimido y diferente al existente antes de la revolución (en los setenta el volumen de exportación superaba los US$ 500 millones y se enfocaba a Estados Unidos, gráficos 1 y 2), un sector informal gigantesco, un sistema jurídico que no ofrecía a la ciudadanía ninguna posibilidad de defensa ante el Estado y para colmo una guerra civil que hasta antes de las elecciones parecía interminable.

Después de algunos avances las dificultades persisten, con la diferencia de que la situación se ha vuelto un poco más manejable. La necesidad financiera del Estado sigue siendo muy grande. El gobierno la traslada por medio de una alta carga tributaria al sector productivo y comercial, quienes aparentemente se encuentran en el límite de las posibilidades. En combinación a la situación anterior el sector informal ha mantenido su desproporcionado tamaño y el contrabando sigue siendo un medio de subsistencia.

Controlar a este sector resulta físicamente imposible para el gobierno. La existencia de este mercado informal ha motivado el cierre de empresas y mantiene en constantes dificultades a los contribuyentes. La superación de estas dificultades es una tarea compleja. La implementación de una apertura comercial no debe ser el fin, sino que junto con otras medidas económicas debe motivar el crecimiento económico del país. La contribución fiscal crecería ya que el contrabando y otros males fiscales carecerían de sentido.

Si a lo anterior sumamos la todavía rodeada de escepticismo, iniciativa de inversionistas nacionales y extranjeros que aparentemente están interesados en construir un Canal Seco, el cual serviría como un enorme puente continental por donde transitaría una gran parte de las mercancías del mundo, resulta obvio que surgiría una situación especial, a la cual la política comercial del país tendrá que adaptarse. Tanto para la apertura comercial como para el tránsito de mercancías el cambio de nuestro sistema aduanero es un paso obligatorio.

Misión

Agilizar y facilitar el comercio exterior, cumpliendo y haciendo cumplir las leyes aduaneras y conexas, recaudando los tributos con eficacia, transparencia, oportuna y eficiente gestión administrativa, contribuyendo al desarrollo del país.

Visión

Ser moderna y eficiente, con alto grado excelencia y calidad técnica, apego a las leyes, mejorando continuamente los procesos y agilizando el servicio aduanero que demanda el comercio exterior, con profesionalismo, vocación de servicio, ética, lealtad y equidad.

Funciones

  • Administrar, normar, fortalecer y consolidar bajo los criterios de modernización la política aduanera de Nicaragua.
  • Brindar servicios aduaneros ágiles que faciliten las actividades del comercio exterior.
  • Dictar las disposiciones necesarias para el eficiente control, recaudación y fiscalización de los impuestos al comercio exterior y demás ingresos cuya recaudación está encomendada por ley.
  • Coordinar el servicio de vigilancia aduanera y auditorías domiciliares a los importadores, exportadores y auxiliares de la función pública de la DGA, a fin de prevenir y reprimir ilícitos e infracciones aduaneras.

Valores institucionales

Son los principios básicos de la conducta corporativa de todo el personal de la Dirección General de Servicios Aduaneros:

  • Ética.
  • Transparencia.
  • Apego a la ley.
  • Lealtad.
  • Servicio excelente.
  • Responsabilidad.
  • Equidad.
  • Profesionalismo.
  • Trabajo en equipo.

Véase también

Fuentes