Alboradas en Manzanillo

Alboradas en Manzanillo
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Parques de Manzanillo, Bandera de Cuba Cuba, Cuba
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Alborada Parque Carlos Manuel de Céspedes
TipoParques

Alboradas en Manzanillo: Ciudad diseñada, trazada y estructurada en la centuria decimonónica, resulta ejemplar en este sentido; pues, a un lado de la plaza se erigió la iglesia y frente a esta el ayuntamiento.

Definición alborada

En francés se escribe parc, en inglés y alemán park, en italiano parco, en español parque. Estos sustantivos definen, al día de hoy, un terreno situado en el interior de una población destinado a prados, jardines y arbolado sirviendo como lugar de esparcimiento, recreación y socialización a los ciudadanos. También se conocen como parques aquellos recintos privados o protegidos, de diversas formas, donde se celebran actividades de variado tipo, principalmente lúdicas: parque acuático; parque de atracciones o diversiones, parque temático; parque zoológico; parque nacional y parque infantil.
Sin embargo, muchos de estos espacios fueron conocidos con la gracia de «plaza» y se definen como un espacio urbano público, amplio o pequeño y descubierto, en el que se suelen realizar gran variedad de actividades. Las hay de múltiples formas y tamaños, construidas en todas las épocas y no hay ciudad en el mundo que no cuente con una. Por su relevancia y vitalidad dentro de la estructura de una ciudad se las considera como salones urbanos. En el universo cubano del siglo XIX, estos espacios constituían el núcleo central alrededor del cual se estructuraba el nodo urbano de las villas y poblados; pues, en su extremos se erigían, generalmente, dos de los poderes que garantizaban el control metropolitano: el religioso con la iglesia católica y el civil con los cabildos o ayuntamientos.

En Manzanillo

Cuatro fueron, al menos, los bautizos de este espacio antes de convertirse en Parque Carlos Manuel de Céspedes el 21 de diciembre de 1898: Plaza Real, Plaza de Armas, Plaza de la Constitución y Plaza de Recreo. La llamada Plaza del Fuerte acunó luego el Campo de Marte para, en el siglo XX, trastocar función y gracia pasando a ser entonces Parque Bartolomé Masó, espacio dedicado hoy al solaz infantil con pretensiones de zoológico. El 28 de octubre de 1894 se urbanizó Barrio de Oro y la plaza de esta barriada fue bautizada con el nombre de Vallespín, en homenaje al entonces alcalde en comisión de Manzanillo; quien, en el acto inaugural “[...] felicitó al Sr. D. Joaquín Oro por su iniciativa, constancia y espíritu de empresa en favor de un proyecto que tanto redunda en beneficio de Manzanillo [...]” En tiempos republicanos le endilgaron el nombre de Quiroga y en época revolucionaria, como contrapartida, el de Andrés Luján Vázquez; ninguno de los dos tuvo impacto duradero y hoy se le conoce por su gracia original: parque Vallespín. Por cierto, en este parque está plantado un ejemplar del árbol del Manzanillo, espécimen de la botánica que da nombre a la ciudad. Al punto donde iniciaba el camino hacia Bayamo se le llamó salida de San José; por lógica derivación asumió entonces el nombre de plaza de San José y en él se sembraron algunos pinos que desaparecieron con el tiempo. El 17 de julio de 1917, bajo la alcaldía de Carlos Bertot, se verificó la inauguración oficial del parque Bertot, en el antiguo barrio de Plata; tiempo después, el 20 de mayo de 1941, Francisco Rosales Benítez, en su condición de regente municipal, lo reconstruyó totalmente, dejándolo transformado en un moderno lugar de recreo público, con amplios asientos y abundante luz durante la noche. Al día de hoy, algunos le llaman parque Paquito Rosales.

Fuentes

  • Enciclopedia Manzanillo. “José Martín del Castillo: el desconocido proyectista de la Glorieta de Manzanillo” y Martha Elena Lora Álvarez. Sendero de los creadores de la arquitectura santiaguera. Oficina del Conservador de la Ciudad, 2005.