Alfonso II de Asturias

Para otros usos de este término, véase Alfonso II (desambiguación).
Alfonso II de Asturias (El Casto)
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Rey de Asturias
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Reinado 791 - 842
Coronación 791
Nacimiento Nace aproximadamente en el año 759.
Fallecimiento 842
Oviedo, Asturias, Bandera de España España
Entierro Iglesia de Santa María del Naranco
Predecesor Bermundo I
Sucesor Ramiro I
Cónyuge/s Bertha
Padre Fruela I
Madre Munia

Alfonso II de Asturias ó el Casto. Rey de Asturias entre 791 y 842, con quien se produce un profundo proceso de renacimiento interior en todos los órdenes.

Síntesis biográfica

Primeros años

Hijo de Munia y Fruela I, quien fuera asesinado en el año 768. Al morir este Alfonso era muy pequeño, y su madre junto a algunos fieles servidores lo llevaron al monasterio de Samos, en Galicia, en los límites del Bierzo, para ponerlo a salvo de las asechanzas del fatricida Aurelio quien reinó en Asturias.

A la muerte de su tío Silo I, fue llamado a reinar por los magnates palatinos y la reina Adosinda, pero fue desposeído del trono por Mauregato, un bastardo de Alfonso I, por lo que se vio obligado a refugiarse en Álava, de donde procedía su madre, y en el destierro vivió algunos años, hasta que, hacia 791, Bermudo I, sucesor de Mauregato, lo llamó y resignó en él el gobierno, aunque conservando Bermudo el título y la autoridad de rey.

Cuando se hizo cargo del reino, éste tenía la extensión actual de la provincia, con los límites vasconavarros y gallegos. Trasladó la corte a Oviedo, que había crecido rápidamente. Mientras, se había casado con doña Berta, viviendo castamente con ella.

Al frente del ejército

Como general del ejército asturiano sostuvo Alfonso varias campañas contra los musulmanes, cuyo emir era entonces Hixem I, e hizo frente al hajib o primer ministro de este, Abd-el-Uahid, que penetró por la comarcas de Astorga y Lugo causando grandes destrozos.

En Turbia, cerca de Villafranca del Bierzo, combatieron Alfonso y Abd-el-Uahid, y a punto fijo no puede decirse de quien fue la victoria, puesto que se la atribuyen musulmanes y cristianos. Lo cierto es que el musulmán regresó a Córdoba con rico y abundante botín.

Reinado

El mismo año se retiró Bermudo el Diácono a cumplir las obligaciones que le imponían las órdenes sagradas, y Alfonso era ya rey de hecho, aunque es probable que no fuera considerado como tal hasta el año 797 en que murió su tío Bermudo. Tres años antes, en 794, marchó contra Asturias otro ejército musulmán y hubo nueva batalla en Lutos ó Lodos, ganada por Alfonso según las crónicas cristianas. Poco después trasladó la corte desde Cangas a Oviedo, la ciudad fundada por Fruela y en que él había nacido.

En 797, y aprovechando las guerras civiles promovidas en la España musulmana por Suleiman y Abd-Allah, sublevados contra su sobrino Al-Hakam, hijo y sucesor de Hixem I, tomó Alfonso la ofensiva y llegó por la Lusitania hasta el tajo y Lisboa. Gran botín recogió en esta excursión, y como ya en aquellos días tenía gran renombre Carlomagno, el monarca asturiano le envió una embajada con ricos presentes tomados del despojo hecho a los musulmanes y solicitó y obtuvo su amistad y alianza, en la que entró también el hijo de Carlos, Luis de Aquitania. Indudablemente aspiraba Alfonso a constituir con los príncipes cristianos de la Galia una gran liga contra los árabes; pero seguramente sus súbditos no lo entendieron así; creyeron que su rey se había declarado vasallo de Carlos y le desposeyeron del trono encerrándolo en el monasterio de Abelania en el año 802, y en el mismo, Theuda lo liberó, y volvió a ocupar su trono.

De 802 a 811 no registra la historia ningún hecho de importancia en el reinado de Alfonso II. Hubo alguna que otra algarada en la frontera y de 811 a 813 invadieron los árabes la Galicia y fueron completamente derrotados en Vaharon y a orillas del río Anceo, por Alfonso II, quien a consecuencia de estas victorias pudo posesionarse de todo el país comprendido entre el Miño y el Duero.

Tras el saqueo de Álava por Abd al-Rahman II en el año 822, Alfonso vence repetidas veces a los árabes en Galicia estableciéndose una tregua de doce años, aprovechada para reorganizar el régimen interior de los estados, engrandeciendo y fortaleciendo Alfonso la ciudad de Oviedo y, pensando en convertirla en el nuevo Toledo.

Periodos de paz

En los periodos de paz se dedicó a mejorar y engrandecer su capital; reedificó la iglesia del Salvador, que fue solemnemente consagrada como basílica episcopal en el año 802, con asistencia de siete obispos refugiados en Oviedo, y mandó construir o reedificar los templos de San Miguel, San Tirso, San Julián de los Prados, Santa María del Naranco, hoy capilla del Rey Casto, y el monasterio de San Pelayo.

A un estadio de la ciudad, proveyó de agua a Oviedo por medio de un acueducto cercano a San Lázaro, construyó el hospital de San Nicolás, una muralla, y un palacio. Los escritos teológicos del Beato de Liébana, algo anteriores a su reinado, son prueba del saber teológico de la época. Es también en época de Alfonso II cuando por primera vez se tiene constancia de las relaciones exteriores del reino de Oviedo, como la embajada con Carlomagno y Pío Ludovico, o la expedición a Lisboa del año 797.[1]

Entre los logros mayores de su reinado figura la donación de la Cruz de los Ángeles para el templo del Salvador, con gran cantidad de oro y piedras preciosas, recogido en las incursiones contra los moros, que la leyenda atribuye a unos ángeles, aunque por su inspiración parece obra de orfebres bizantinos. En cada brazo de la reliquia hay una inscripción de oro que traducida del latín que refiere:

“Este don permanezca en honra de Dios, siendo recibido agradablemente; ofrécelo el humilde siervo de Cristo Alfonso. Con esta señal el bueno es defendido; con esta señal es vencido el enemigo. Quien quiera que presumiere quitármelo, sea muerto con rayo del cielo, sino cuando mi libre voluntad lo ofrezca. Acabóse esta obra en la Era de ochocientos veintisiete.“ [2]

Es el blasón de la Catedral de Oviedo y también constituye el escudo de dicha ciudad. Otro suceso importante de la época de Alfonso II, fue el descubrimiento del cuerpo del apóstol Santiago, que supuestamente había huido hacia España, y estaba en Galicia enterrado, aunque su memoria se había perdido. El año 814 don Alfonso ordenó edificar una catedral en honor del santo, rumor que se propagó por todo el orbe cristiano, creciendo la devoción por el santo trayendo consigo la emigración de multitud de peregrinos procedentes de Francia, Italia y Alemania.

Muerte

Falleció en Oviedo en el año 842; atendiéndose al cronicón del rey Alfonso el Magno, se dice que fue en 843, y tomando como primer año de su reinado el de 791, es decir, el de la abdicación de Bermudo I, se dice que reinó 52 años, 5 meses y 13 días. Según unos cronistas, tenía cuando murió 82 años; según otros 85.

Fue sepultado en la iglesia de Santa María del Naranco, de Oviedo, donde se conservó intacto su humilde sepulcro. En la catedral de Oviedo, se conmemora todos los 20 de marzo, el aniversario de la muerte de este rey, celebrando un funeral en su memoria.

Se le considera artífice de la creación del Reino de Oviedo, por la reconstrucción de la ciudad llevada a cabo y las nuevas edificaciones construidas durante su reinado y que son recogidas en su testamento del año 812. La convocatoria de concilios obispales por parte de Alfonso II sumado al hecho de que Oviedo fuese ciudad-refugio de varios obispos huidos, hizo que se conociese a Oviedo como ciudad de los Obispos.

Se le ha llamado además, el Casto, porque, se tiene por ciento que con deseo de vida más pura y santa, por todo el tiempo de su vida no tocó a la reina Berta su mujer. Se duda, sin embargo, que tuviera ocasión de tocarla, porque aunque de las crónicas se deduce que estuvo desposado con ella y que era princesa o señora francesa, no consta que se consumara el matrimonio ni que viniera a España.

Lo cierto es que Alfonso murió sin hijos y expresó su voluntad de que los prelados y magnates eligieran para sucederle a Ramiro I, hijo de Bermudo I.[3]

Su muerte provocó dificultades en la sucesión al no haber dejado descendencia directa. El Conde Nepociano se autoproclamó rey, al tiempo que Ramiro era designado como sucesor legal. De la batalla entre ambos producida en el río Narcea, salió victorioso Ramiro I.

Curiosidad

En el Archivo de la Catedral de Oviedo se conserva el testamento de Alfonso II que se considera auténtico y escrito por el propio Alfonso. Consta de nueve hojas de pergamino, las siete primeras a dos columnas, que forman el cuadernillo I, número 1 del citado archivo. Está escrito en letra minúscula gótica y se encuentra en buen estado de conservación.[4]

Véase también

Referencias

  1. Alfonso II El Casto. Disponible en:Enciclopedia de Oviedo, la enciclopedia libre Consultada el 4 de julio de 2014
  2. Alfonso II El Casto. Disponible en:Enciclopedia de Oviedo, la enciclopedia libre Consultada el 4 de julio de 2014
  3. Biografía de Alfonso I - Diccionario enciclopédico hispano americano Tomo I p.933 Consultada el 4 de julio de 2014
  4. Testamento de Alfonso II. Disponible en:Enciclopedia de Oviedo, la enciclopedia libre Consultada el 4 de julio de 2014

Fuentes