Alfonso Luque Guzmán

Adolfo Domingo
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Fue electo al Salón de la Fama del Béisbol Cubano en 1958 y al de México en 1985.
Datos personales
Nombre completoAdolfo Domingo Luque Guzmán
ApodoPapá Montero y el Habana Perfecto
Fecha de nacimiento4 de agosto de 1890
Lugar de nacimientoLa Habana, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
Fecha de fallecimiento3 de julio de 1957
Lugar de fallecimientoLa Habana, Bandera de Cuba Cuba
Carrera
DeporteBéisbol
Inicio1890-1957
Selección nacionalEquipo Cuba de Béisbol
EquipoClub Habana y Clib Almendares
LigaLigas Menores de los Estados Unidos,
EntrenadorAgustín (Tinti) Molina
Trayectoria
Equipos de La Habana, Almendares, Orientales, Alacranes, Cuba y Cienfuegos, Equipo Long Branch, Equipo Fe, Los Rojos de Cincinnati, Gigantes de Nueva York, Medias Blancas de Chicago. Los Bravos de Boston

Adolfo Domingo Luque Guzmán. Pelotero cubano, uno de los más emblemáticos del béisbol cubano, reconocido y recordado como Papá Montero o el Habana Perfecto. Fue un jugador de béisbol cubano, siendo famoso como pitcher en las Grandes Ligas a principios del siglo XX. Sus primeras incursiones en la pelota datan como defensa del tercer cojín en el equipo amateur Vedado. Pasa al profesionalismo, comenzando en las Ligas Menores de los Estados Unidos, donde en 1913 (su primera campaña) ganó 22 juegos y perdió 5. Y comenzarían a hablar de él, por su paso por aquellas lides y por la Pelota Profesional Cubana.

Síntesis biográfica

Nació el 4 de agosto de 1890, en La Habana y falleció el 3 de julio de 1957 en la misma ciudad.

Inicios en el béisbol

Se inició muy joven en el béisbol. En 1912 fue recomendado a Agustín (Tinti) Molina, mentor del equipo Fe, pero la dificultad para captarlo como profesional consistía en que era soldado del Ejército Nacional.

A través de Carlos Maciá, auditor del cuerpo militar y antiguo jugador de béisbol, se logró su licenciamiento. Cuando Luque debutó con el Fe, tuvo por compañero en el campo corto a Miguel Ángel González, otro de los mejores peloteros en la historia del béisbol cubano. Poco después ambos llegaron a las Grandes Ligas.

Trayectoria deportiva

En el verano de 1913, Adolfo Luque fue contratado por el Equipo Long Branch y al año siguiente ingresó en la organización de Los Bravos de Boston. A partir de ese momento alternó actuaciones también con el Jersey City, el Toronto y el Louisville, hasta que en 1918 comenzó su gran carrera con Los Rojos de Cincinnati. En dos oportunidades lanzó en las Series Mundiales de Béisbol : la primera, en 1919, con el Cincinnati, ante los Medias Blancas de Chicago; la otra en 1933, cuando condujo a los Gigantes de Nueva York a la victoria contra los Senadores de Washington.

Durante todo ese tiempo también trabajó en el campeonato profesional cubano, en momentos en que la figura cumbre del pitcheo era José de la Caridad Méndez. A lo largo de la primera década del siglo, los duelos escenificados por Méndez y Adolfo Luque fueron inolvidables para los aficionados, y las polémicas alcanzaron grandes titulares en la crónica deportiva de la época.

Aunque en el plano nacional los números señalaron a Méndez como vencedor en veintiocho de cincuenta y tres confrontaciones personales desde el montículo, los partidarios del Club Habana siempre apelaban a los excelentes resultados de Luque en las Grandes Ligas de Estados Unidos, donde había acumulado 193 victorias frente a 179 reveses.

Luque también actuó como director en la pelota cubana, casi siempre del Club Almendares y ganó el primer título en las funciones de mentor y jugador en la campaña de 1919-1920.

En 1923, el portentoso lanzador resultó máximo ganador de juegos en la Liga Nacional con 27 triunfos, además de alcanzar el mejor promedio de ganados y perdidos (.771), mejor PCL (1,93) y ser primero en lechadas (6).

El Deporte en Cuba contó con notables personalidades que en sus respectivas disciplinas alcanzaron celebridad internacional; sin embargo, ninguna obtuvo tantas simpatías como el boxeador Eligio Sardiñas, Kid Chocolate y Adolfo Luque.

Por sus resultados, para muchos debió estar en el Salón de la Fama de Cooperstown. Fue un gran pitcher, adornado por una personalidad patriótica y violenta, capaz de iniciar trifulcas cuando creía defender algo justo, sin temor, como siempre actuó sobre el box.

Fue el primer lanzador cubano y latino que actuó en las Grandes Ligas, por ello sufrió algunos improperios y humillaciones, a las que supo responder con todas sus fuerzas.

Fue el primer cubano y latino considerado como un jugador extraclase en Ligas Mayores. También fue el primero en participar y ganar un desafío en las llamadas Series Mundiales.

Comenzó en 1914, con Los Bravos de Boston de la Liga Nacional y después se destacó sobremanera con Los Rojos de Cincinnati, también actuó para Los Dodgers de Brooklyn y Los Gigantes de New York.

En su carrera de veinte temporadas en las Grandes Ligas alcanzó un récord de 194 victorias con 179 derrotas, en los 550 juegos en los que participó.

Preferentemente actuó como abridor, aunque lo hizo bien como relevista cuando lo necesitaron en ese rol. Ponchó a 1 130 bateadores, concedió 918 bases por bolas y dio 26 lechadas. Terminó con un promedio de carreras limpias de 3.24, en 3 220 entradas lanzadas.

Su mejor temporada fue la de 1923, cuando alcanzó 27 victorias con solo 8 juegos perdidos (.771), con promedio de carreras limpias de 1,93 y 6 juegos de nueve ceros.

Es bueno destacar que, hasta hoy, ningún otro lanzador latino ha alcanzado la friolera de 27 victorias en una temporada. En la Pelota Profesional Cubana participó en diferentes equipos: Habana, Almendares, Orientales, Alacranes, Cuba y Cienfuegos.

Luque lanzó durante 23 temporadas, con 93 juegos ganados y 62 perdidos. Después se destacó como manage de diferentes equipos, dejando una estela de respeto y admiración, condujo al Almendares a siete gallardetes y uno al Cienfuegos.

Legado deportivo

Hombre de mil anécdotas, no vaciló en sustituir a un lanzador amedrentado en el box, con casi seis décadas en las costillas y dominar al bateador, tampoco lo pensó dos veces para disparar a un lanzador norteamericano que pretendió insubordinarse y dio una lección al novato norteamericano que no sabía dónde quedaba Cuba.

Últimos años como beisbolista

Su atención a los detalles lo hicieron un gran profesor tras su retiro, siendo así que Dirigió a equipos como los azules de Almendares, Cienfuegos, en la Liga Profesional Cubana y en la Mexicana a los conjuntos Azules de Veracruz, Leones de Yucatán, Tecolotes de Nuevo Laredo, también realizó funciones como entrenador de pitchers en el equipo de los Gigantes New York entre 1936 a 1938 y 1942 a 1945.

Dirigió en México y actuó como entrenador en Grandes Ligas. Fue electo al Salón de la Fama del Béisbol Cubano en 1958 y al de México en 1985.

Fallecimiento

Fallece el 3 de julio de 1957 en la ciudad de La Habana, Cuba, a la edad de 67 años.

Homenajes recibidos

Como parte de los homenajes recibidos por esa hazaña deportiva sin precedentes, el compositor Armando Valdés Torres compuso el danzón Arriba Luque. Luque tuvo desempeño actoral en el juguete cómico titulado “Las cuevas de Luque”, compuesto en su honor por Agustín Rodríguez, donde compartió escenario con Sergio Acebal, Julito Díaz y Pepe Serna.

Actuaciones de Adolfo Luque en la Liga Cubana de Béisbol Profesional

  • Béisbol Profesional

AÑOS JL JC JG JP AVE 1912-1947 210 99 93 62 600

  • Grandes Ligas

AÑOS JL JC JG JP AVE EL K BB 1914-1935 550 365 194 179 520 3221 1130 918

Fuentes

  • Alfonso, Jorge y otros. (1988). Viva y en Juego. Editorial Científico-Técnica.
  • Bjarkman, Peter C. (1994). Baseball with a Latin Beat. A history of the Latin American game. Jefferson and London, Mc Farland & Company, Inc., Publishers,
  • Echeverría, Roberto. (2004). La gloria de Cuba. Historia del béisbol en la Isla. Editorial Colibrí, Madrid,
  • Enciclopedia Cubana Béisbol. Palacio Computación
  • Martin, Eddy. (2004). Adolfo Luque, un grande», Memorias a los setenta. Ediciones SI-MAR.
  • Martínez de Osaba y Juan A. Goenaga. (2002). El Habana Perfecto, Cosas de la pelota (De Cooperstown a Las Minas), Ediciones Loynaz.
  • Menéndez, Elio. (2005). «¡Ese era Luque!», Swines a la nostalgia. Ediciones Mecenas.