Alfredo el Cura
|
José Antonio García Bertrand ―Conocido por Alfredo el Cura. Fue un combatiente de la lucha insurreccional. Después de jubilado realizó funciones de activista en el Fondo Documental de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) de La provincia La Habana hasta su deceso. Era miembro de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC).
Sumario
Síntesis biográfica
Nació en el barrio La Pastora, Santa Clara, antigua provincia Villa Clara, el 29 de octubre de 1939, era el menor de ocho hermanos sus padres Miguel (español) y María Luisa cubana y pinareña. Realizó sus primeros grados de estudios en las Escuelas Públicas, de La Pastora y en la Escuela Tandrón, la enseñanza Secundaria en la Escuela Pasionista de la Iglesia Buen Viaje, donde auspicio de Monaguillo.
Logro una Beca en el Seminario del Buen Pastor en La Habana desde 1951 al 1952 (de aquí el mote de Pepe el Cura).
A los pocos meses del Golpe de Estado del 10 de marzo su hermano mayor lo saco del seminario abandonando los estudios católicos en La Habana.
Retorna a Santa Clara, ingresando en el Colegio Martí y se hace miembro de los Boys Scouts, posteriormente se incorpora a la lucha estudiantil en el Instituto de segunda enseñanza, llegando a ser electo el primer presidente (después del triunfo de la revolución) de la asociación de alumnos de esa institución.
Incorporación a la lucha revolucionaria
Inspirado en el ejemplo de lucha de la generación juvenil de vanguardia del Instituto, se incorpora al movimiento revolucionario 26 de Julio, es el punto culminante de un proceso de concientización con la causa de los desposeídos.
En el sector estudiantil, en un principio, participa en protestas en los cines y en las calles, mítines relámpagos en los parques, pintando consignas contra el régimen, participa además junto con los trabajadores y estudiantes en apoyo a la Huelga azucarera de 1955.
Como miembro del movimiento 26 de Julio, participa en diferentes acciones de sabotajes, colocación de petardos en casas y comercios de testaferros del régimen y en sabotajes al tendido eléctrico y telefónico. Ya en 1958, es un verdadero hombre de acción, interesándose sólo en participar en cuantas acciones fueran necesarias para combatir a la tiranía. Así, la Jefatura del movimiento le encomendó la misión de recepcionar y trasladar armas desde La Habana a Santa Clara, misión que cumplió a cabalidad.
Participa en acciones en apoyo a la Huelga del 9 de abril de 1958, con tres días de antelación se acuartelaron en una Finca del Reparto Antón Díaz, donde recibieron armas y explosivos, el día 8 le llegó la orden de salir al amanecer para efectuar acciones en distintos puntos de la ciudad.
Su grupo emprendió la marcha de 7 kilómetros que lo separaba de la ciudad y llegaron a un garaje de la carretera Central cortaron las mangueras y prendieron fuego a la bombas de gasolina e hicieron disparos contra la posta de la Central de Trabajadores de Cuba (mujalista) (CTC mujalistas) citada al frente del garaje. Posteriormente se hicieron fuerte en el Barrio del Condado, que fue rodeado por el ejército y tuvieron que retirarse por los patios de las casas, él logro esconderse en una casa amiga. A los dos días se fue a su casa, siendo detenido y conducido al Vivac, de donde sale en libertad, aprovechando las influencias de un amigo de su padre con el jefe de la Policía bajo el compromiso de que emigre a Estados Unidos.
Encontrándose en Miami y vinculado al movimiento 26 de Julio, se enrola en varios proyectos expedicionarios que fracasaron, en uno de esos trajines fue detenido por el servicio de inmigración y enviado a prisión, allí realiza una huelga de hambre, el comité del M-26-7 se moviliza y logró su liberación.
Con el triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959, se dirigió al Consulado de Cuba en manos del movimiento y logró embarcar en el Ferry Cayo Huso –Habana; entrando a La Habana en la noche del 2 de enero de 1959.
Después del Triunfo de la Revolución Cubana
Después del triunfo revolucionario del 1ro de enero se gradúa de bachiller y matricula en dos carreras universitarias, las cuáles no concluye por incorporarse de lleno a las tareas políticas de la Revolución.
Fue fundador de las Milicias Estudiantiles (MER) en Santa Clara. Dirigente Juvenil de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR) y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en la provincia de Las Villas, en el Ejército Central y en Matanzas, hasta llegar al nivel nacional.
Ocupo cargos en el Minint, formando parte de los órganos de la Seguridad y más tarde de la Dirección general de Inteligencia a donde alcanza los grados de capitán. En el Minrexcumplió tareas en el servicio exterior llegando a ser embajador en la República de Panamá, labor que cumplió con responsabilidad. Más tarde trabajaría en la corporación Cimex y en la empresa UNECA-Varadero hasta su jubilación.
A partir del 2002 trabajó durante más de 5 años como Jefe Secretaría del TPMI en la Dirección Municipal de Plaza de la Revolución, donde se destacó por su incesante labor en la organización y dirección de toda la actividad política e ideológica del Municipio y principalmente en la formación de valores de los estudiantes de todos los niveles de enseñanza del territorio.
Creación del Fondo documental de la ACRC
Posteriormente se incorpora a la Dirección Provincial de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), siendo el artífice de la creación en el 2008, junto a un grupo de decenas de activistas entre combatientes, periodistas, escritores e historiadores, de un espacio para investigar y preservar documentos de la lucha revolucionaria en la capital, así surgió el Fondo documental de la ACRC.
Publicaciones
Alfredo el Cura, fue un activo combatiente enamorado de la historia, a la cuál dedico los últimos años de su fecunda vida, aportando para las generaciones de hoy y del mañana una vasta obra con más de 13 folletos, libros y otros documentos sobre la lucha insurreccional, principalmente de la capital, así como un numeroso grupo de biografías de mártires caídos durante ésa etapa revolucionaria. Trabajó también en la elaboración de las biografías de los más de 2000 mártires caídos durante el cumplimiento de la misión internacionalista en Angola.
Fallecimiento
Falleció en La Habana en el año 2020.
Legado
Alfredo, como le llamában cariñosamente, fue un revolucionario ejemplar, demostrado en su tenacidad, firmeza y lealtad a la Revolución y constituirá siempre un digno ejemplo para las nuevas generaciones, se puede afirmar que no morirán nunca, los que como él, a la Patria hicieron bien, porque como dijera José Martí: “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida".
Reconocimientos
Fue merecedor de diferentes condecoraciones entre las que se encuentra la medalla de combatiente de la lucha clandestina.
Fuentes
- Relatos de la lucha insurreccional 1952-1958 en las barriadas habaneras, Segunda parte. Julio Dámaso Abreu ―(Vásquez), José A. García Bertrand ― (Alfredo), combatientes y miembros de la UNHIC.
- Semblanza de José A. García Bertrand, entregada a EcuRed por Julio Dámaso Abreu del Fondo documental de la ACRC. Marzo de 2022.