Andrés Bobola

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Santo
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Religión o MitologíaCatólica
Día celebración16 de mayo
Fecha de canonización1938
País o región de origenPolonia

Andrés Bobola. Presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, canonizado por Pío XI en 1938.

Síntesis biográfica

Nació en 1591, en el palatinado de Sandomir. Su familia procedía de Bohemia, aunque llevaba ya tres siglos afincada en Polonia. En 31 de julio de 1609, entró en el noviciado de la "Compañía de Jesús", en Vilna, en la región de Lituania.

Pronto pudo tomar parte en el apostolado aun antes de su sacerdocio, especialmente durante su magisterio en los colegios de Bromberg y de Pultusk, consagrándose a la defensa y dilatación de la fe católica en aquellas encrucijadas de cismas y herejías. En sus concurridos catecismos inculcaba, sobre todo, la devoción a la Eucaristía y a la Virgen Santísima.

Ordenación

Una vez ordenado sacerdote en 1622, Andrés fue nombrado predicador de la iglesia de San Casimiro de Vilna, donde su celo apostólico impresionó profundamente al pueblo. Más tarde, fue elegido superior de la casa que los jesuitas tenían en Bobrinsk y ahí se distinguió por la caridad con que asistió a los moribundos durante una terrible epidemia.

A fines de ese mismo año, 1622, comenzó su tercera probación en la casa de Nieswiez.

Obra que realizó

Comenzó por una nueva estancia de seis años (16241630) en Vilna, la ciudad de toda su formación religiosa, teniendo, sobre todo, el cargo de la iglesia en su colegio. Fue director de la congregación mariana del colegio.

Consiguió vocaciones sacerdotales, dirigió conciencias, dio misiones populares, asistía a los enfermos y moribundos, y se distinguió durante dos pestes notables, la primera en Vilna (1625) y la segunda en Bobruisk, en 1633.

Su vida como misionero

Tan pronto como fue relevado de su cargo, volvió a sus actividades de misionero, que había practicado ya durante más de veinte años. Recorrió todo el país, predicando y consiguió reconciliar con la Santa Sede a pueblos enteros de ortodoxos, además de la reforma de vida que logró entre los católicos tibios.

Los habitantes de las regiones orientales de Polonia, tanto del antiguo Estado como del moderno hasta 1945, habían sido en su mayoría cismáticos orientales, de rito bizantino-eslavo y de raza ucraniana.

A pesar de todas las dificultades afrontadas por Bobola, logró la unión de Brestlitowsk (1596), por la que la mayoría de los obispos cismáticos de los territorios polacos se unieron a la Iglesia romana conservando su rito propio.

Costó, sin embargo, mucho en algunas partes el llevar a cabo de hecho la unión, especialmente en las fronteras con Rusia, que ya había empezado su marcha hacia Polonia, y perseguía a sangre y fuego todo vestigio unionista en las tierras que reconquistaba.

Lucha

En aquella época, Polonia vivía una guerra civil particularmente sangrienta, provocada principalmente por el levantamiento de los cosacos. Contra estos enemigos luchó Bobola de 1630 a 1657. En 1623 fue martirizado San Josafat Kuricewicz. De 1648 a 1655 los cosacos destruyeron unos treinta conventos o residencias de dominicos, asesinando a noventa y cinco de sus religiosos. Fueron también varias las casas de jesuitas que corrieron la misma suerte, con muerte de cuatro en Nowgorod y otros varios en otras partes.

En este tiempo la ciudad de Pinsk, en la comarca conocida por las marismas del Pripet, residencia del padre Andrés durante largas temporadas, fue ocupada y perdida varias veces con las consiguientes devastaciones.

En mayo de 1657 los cosacos aprovecharon la ocasión para dominar otra vez a Pinsk. Los padres del colegio se refugiaron en diversas partes. Bobola se dirigió a Janow, dijo allí su misa la madrugada del 16 de mayo y proseguía su marcha cuando se vio sorprendido por sus enemigos.

Atado, fue arrastrado por los caballos de sus verdugos hacia Janow, donde se le invitó otra vez al cisma:

«Soy un sacerdote católico. He nacido en la fe católica y quiero morir en ella. Mi fe es buena, es verdadera, es la que lleva a la salvación.»

Muerte

Como se negó a abjurar de la fe, fue golpeado bárbaramente. Durante el interrogatorio que siguió, las respuestas del santo molestaron tanto a su juez, que éste desenvainó la espada y casi cortó la mano. En seguida le condenó a una muerte lenta. San Andrés fue conducido al matadero de los animales. Ahí, los verdugos le despojaron de sus vestiduras, le golpearon sin misericordia, le cortaron la nariz y los labios y, con unas pinzas, le arrancaron la lengua hasta su nacimiento, en el cuello.

En 1730, los médicos encontraron el cadáver del santo perfectamente conservado; este hecho inexplicable tenía particular importancia en un país en que los ortodoxos veneran especialmente el fenómeno de la incorruptibilidad. El examen médico puso de manifiesto la barbarie de los perseguidores.

Enterrado en Pinsk, sus restos fueron más tarde trasladados a Polock, cayeron dos veces en manos de los cismáticos y por fin, de los bolcheviques, hasta que en 1923 se consiguió traerlos a Roma, donde reposaron hasta su canonización. Entonces fueron llevados a Varsovia.

Festividad

El día de su festividad de 1957 (16 de mayo), con motivo del 300 aniversario de su martiro, Pío XII promulgó la encíclica Invicti Athletae1 dedicada a su gesta.

Desde el 16 de mayo de 2002, San Andrés Bobola es el celestial patrono de Polonia y de la diócesis de Varsovia.

Beatificado y canonizado

Bobola fue beatificado por Pío IX el 30 de octubre de 1853 y canonizado por Pío XI el 17 de abril de 1938.

Fuente