Anemia infecciosa equina

Anemia Infecciosa Equina (AIE)
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Equine infectious anemia virus.jpg
Clasificación:Transmisible
Agente transmisor:Virus de la familia Retroviridae
Forma de propagación:Afecta sólo a miembros de la familia de los équidos

Anemia Infecciosa Equina (AIE). Es una enfermedad viral, no contagiosa pero transmisible, que afecta únicamente a miembros de la familia de los équidos.


Características

Su principal característica es la cronicidad, y la aparición de accesos febriles después de un primer acceso de fiebre.

En la actualidad existe un problema de diagnóstico con la AIE, dado que la prueba rutinaria, o que se emplea comúnmente, es la prueba de Coggins, que es una prueba de inmunodifusión doble en Agar, que es muy específica, pero de baja sensibilidad y actualmente no hay un tratamiento específico o efectivo para la anemia infecciosa equina (AIE).

La AIE también es conocida con los nombres de fiebre recurrente de los pantanos, fiebre malaria, fiebre de la montaña y fiebre lenta.

Agente etiológico

El agente etiológico es simplemente el virus Retroviridae de alto peso molecular que causa anemia hemolítica de tipo inmune.

La transmisión de la enfermedad se realiza por medio de picaduras producidas por artrópodos hematófagos (Tabanus, Stomoxys, Aedes y Anopheles) o por agujas (la transmisión es siempre mecánica).

Son susceptibles los equinos, mulas y asnos de cualquier raza, edad y sexo. Tres son las formas de presentación de la enfermedad: aguda, subaguda y crónica.

Transmisión

AIE ha sido reportada en todo Estados Unidos y en muchas otras partes del mundo donde hay equinos los brotes nuevos son generalmente de la forma aguda, mientras que la forma inaparente es la más común en áreas donde la enfermedad está bien establecida.

El virus es transmitido por la picadura de un mosquito (Anopheles psorophora), del tábano Stomoxys calcitrans también la enfermedad se transmite por vía natural por medio de insectos que llevan el virus, especialmente la mosca de mula o la mosca borriquera.

AIE también puede ser transmitida de yegua a potrillo, o cuando los animales saludables reciben transfusiones de sangre de animales infectados. Además, la AIE es transmitida a través de cuchillos y jeringas que no están esterilizadas y agujas que se utilizan para marcar o tatuar o para sacar sangre que han sido previamente usadas en animales infectados.

La AIE mata del 30 al 70 por ciento de los animales infectados. El número de muertes es generalmente más alto cuando la enfermedad es introducida dentro de una nueva área. La bronconeumonía, que frecuentemente sigue a la anemia infecciosa, puede ser la causa directa de muerte.

Los equinos normalmente desarrollan anemia infecciosa de 2 a 4 semanas después de expuestos. Sin embargo, los signos pueden aparecer hasta 2 meses después.

Síntomas

Los animales infectados pueden experimentar una alza repentina de temperatura, de 100 °F, que es normal, a 105 °F o más alta. Los ataques de fiebre pueden ser esporádicos o continuos. Los animales infectados pueden también sudar profusamente, padecer de respiración acelerada, y depresión. Pueden bajar de peso, aún si mantienen su apetito normal. Los ojos se les tornan de un color rojizo y un poco acuoso.

Los animales infectados orinan frecuentemente, y si el caso es grave, sufren de diarrea. Las patas y la parte inferior del cuerpo se les hinchan. El animal débil se tambalea al caminar; a veces se le paralizan las patas posteriores. A medida que la enfermedad progresa, el animal infectado desarrolla anemia. Sus membranas mucosas se vuelven pálidas o amarillentas, su pulso es débil, y los latidos de su corazón son irregulares.

No todos los animales infectados con AIE muestran signos clínicos. A veces los animales visiblemente afectados muestran sólo algunos síntomas. Algunos animales con el virus en la sangre nunca muestran ningún síntoma, sin embargo en algunos animales los síntomas son variados, depende del estado de la enfermedad.

La evolución crónica en la mayoría de los casos, con accesos agudos en los que se constata fiebre-abatimiento, anemia-edemas enflaquecimiento-debilidad del tren posterior, inapetencia, respiración acelerada, conjuntivitis.

Patología

Se consideran tres tipos: aguda, subaguda y crónica. Las manifestaciones anatomopatológicas en cada tipo clínico son semejantes a las de los otros dos.

La anemia se caracteriza por elevación rápida de temperatura (hasta 42º C.) después de un periodo de incubación de una a tres semanas. La fiebre se acompaña por una debilidad extrema, sed excesiva, anorexia, depresión, edema de la porción inferior del abdomen y hemorragia sublingual o nasal además la cuenta normal de 8 millones de glóbulos rojos baja hasta 4 millones en la mayoría de los casos. Lesiones Generales

  • Tipo Agudo: En general se encuentran edemas y hemorragias. El edema es lo más notable en el tejido subcutáneo de la pared ventral del abdomen, en la base del corazón y en la grasa perirrenal y sublumbar.
  • Tipo subagudo: El edema y las hemorragias son característicos, pero son menos notables que la anemia, se presentan inflamación y pigmentación del hígado, el crecimiento del bazo y los riñones y la hiperplacia de la medula ósea.
  • Tipo crónico: se presenta hipertrofia del bazo y de la medula ósea pueden ser las únicas alteraciones anatomoparologicos en un animal sacrificado.

Tratamiento

En muchos países como España y Estados Unidos ya se establecen el sacrificio obligatorio y es de declaración oficial.

No es aconsejable implementar ningún tipo de tratamiento.

Profilaxis

  • Aislamiento y eliminación de animales positivos en el diagnostico.
  • Control de los insectos.
  • Utilización de material estéril para inyecciones y otras actividades médicas
  • Control de animales que entran y salen del hato.
  • Control periódico con el test (aproximadamente 2 veces en el año).
  • Si se detectan casos positivos, realizar un chequeo total de los animales, repitiendo la prueba de 30 a 45 días después.
  • Los animales positivos deben ser separados del resto de animales y en lo posible sacrificados.
  • Usar agujas individuales para cada animal.
  • Mantener limpios y estériles los establos y alrededores en todo momento.

Fuentes