Antonio Maceo: formación cultural

Antonio Maceo
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NombreAntonio de la Caridad Maceo Grajales
Apodo“El Titán de Bronce”
LealtadEjército Libertador Bandera de Cuba
Participó enGuerra de los Diez Años
Guerra Necesaria
Guerra del 95

Nacimiento14 de junio de 1845
Santiago de Cuba
Fallecimiento7 de diciembre de 1996
San Pedro, Bandera de Cuba Cuba
CónyugeMaría Cabrales
PadresMarcos Maceo
Mariana Grajales

Antonio Maceo Grajales Militar y patriota cubano. Hijo de padre venezolano y madre negra de humilde condición, tenía veintitrés años cuando se proclamó la República cubana con el grito de Yara en 1868. Se alistó inmediatamente en las fuerzas independentistas junto a su padre y sus hermanos

Formación Cultural

Inicios

Antonio Maceo Grajales no fue un hombre de letras, en la concepción más estrecha al no tener una formación académica ni intelectual, ni militar, autodidácticamente desarrolló su intelecto y nutrió con creación las enseñanzas del ejemplo familiar y de sus jefes militares. Desde los argumentos anteriores en el presente artículo se ofrece una reseña acerca de la formación cultural de esta importante personalidad de la Historia de Cuba.

El Titán de Bronce aprendió las primeras letras con maestros privados. Marcos, el padre, pudo disponer de medios para el pago de maestros que enseñaran a sus hijos. Durante aquel tiempo, aunque fueran hijos de negros o mulatos libres, no había escuelas a las que pudieran asistir niños de color.

La implantación del plan general de instrucción pública para las islas de Cuba y Puerto Rico en 1842 es un factor que favorece la educación de Antonio y es así como puede estudiar en un colegio de Santiago de Cuba.

En la manigua

Llegada la hora de partir a la manigua redentora, el joven no se conformó con los conocimientos adquiridos y siempre mantuvo su persistencia en la idea de superarse, este deseo suyo lo manifiesta constantemente, inclusive en los momentos más adversos de la vida en campaña. En su correspondencia, de forma periódica, encargaba libros de contenido histórico, político y literario. Sus amistades hacían todo lo posible por hacérselos llegar. Una de las anécdotas que refleja este interés es la siguiente: el Brigadier Rafael Rodríguez al escribir al doctor Figueredo una carta de despedida desde el campamento de Miranda, el 21 de febrero de 1878, le dice que le enviaba Los Miserables de Víctor Hugo, para que tuviera la bondad de guardárselos a Maceo.

Mientras Maceo se recupera de las heridas mortales recibidas en septiembre de 1877, se dedica incansablemente a la lectura, queda varios meses bajo el cuidado del doctor Figueredo, hombre de variada y extensa cultura que lo ayudará a guiarse en la comprensión de algunas lecturas. Los estados mayores de Antonio Maceo, desempeñaron un destacado papel en la ampliación de su horizonte cultural; los mismos estuvieron compuestos por personas instruidas que se reunían a debatir temas diversos; en momentos como estos el General permanecía atento a aquellas discusiones, en las que intervenía cuando lo consideraba necesario o se solicitaban sus criterios. A sus más cercanos colaboradores les pedía que no se limitaran en señalarle sus deficiencias, y consideraba importante que lo ayudaran a rectificar y a ampliar su cultura; en este caso se encuentra, fundamentalmente, José Miró Argenter, Jefe de su Estado Mayor en la campaña de 1895 y Fernando Figueredo Socarrás a quien Maceo convertirá en su leal consejero en momentos tan difíciles como los que antecedieron a la Protesta de Baraguá.

En el exilio

En el período de exilio por algunos países de nuestro continente, Maceo continuará superándose. Durante su permanencia en Honduras, donde ocupó el cargo de General de División del Ejército hondureño, asumiendo al mismo tiempo la comandancia militar de Tegucigalpa, dedicó sus horas libres a leer y a estudiar, recibía lecciones privadas de Francés, Historia, Geografía, Táctica Militar y Administración Pública. En su estancia en Islas Turcas, Maceo con su hermano Marcos, le hace varios encargos a Figueredo; entre ellos, una historia de Roma y un Diccionario de la lengua española. Posteriormente, en Panamá, continuará su interés por los libros, especialmente, de carácter histórico como: Historia del Consulado al Imperio de Louis Adolphe Thiers . Entre sus favoritos se encuentran también Felipe Larrazábal.

En los países que estuvo Maceo trabará fuertes y duraderas amistades con personas ilustres, mediante las que adquiere cultura, tal es el caso de su amistad con Ramón Rosa uno de los más prominentes intelectuales y propulsor del reformismo progresista en Honduras. También tendrá relaciones de amistad con Gregorio Luperón, hombre con el que se sentía identificado. Lo unirán también fuertes lazos de amistad al General Ulisis Heureaux y al ilustre polígrafo y patriota puertorriqueño Don Eugenio María de Hostos.

Por sus notables esfuerzos autodidácticos pudo conocer obras de calidad muy variada, y expresar sus inclinaciones hacia determinadas composiciones poéticas o su admiración por algunos autores clásicos, entre los que se encuentran Miguel de Cervantes y Saavedra y Víctor Hugo.

Fuentes

  • Aparicio Raúl. Hombradía de Antonio Maceo. La Habana, 1966.
  • Griñán Peralta, Leonardo. Análisis caracterológico de la familia Maceo-Grajales. La Habana, Editorial Trópico, 1936.
  • Luciano Franco, José. Apuntes para una Historia de su vida. La Habana, Editorial Ciencias Sociales, 1975.
  • Portuondo, José A. Pensamiento vivo de Antonio Maceo. La Habana, Editorial Ciencias Sociales, 1971.
  • Torres Cuevas: Las Ideas que Sostienen el Arma.
  • Sociedad Cubana de Estudios Históricos Internacionales. Antonio Maceo. Ideología Política, Cartas y Otros Documentos. La Habana, Edición Nacional del Centenario de su Nacimiento, 1950.

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