Artrosis de la rodilla


Artrosis de la rodilla
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Es una enfermedad crónica caracterizada por la desintegración del cartílago de las articulaciones.

Artrosis de la rodilla. Conocida como osteoartritis es una de las formas más antiguas y comunes de la artritis. La artrosis es una enfermedad crónica caracterizada por la desintegración del cartílago de las articulaciones. El cartílago es la parte de la articulación que amortigua los extremos de los huesos y permite el fácil movimiento de las articulaciones. La desintegración del cartílago hace que los huesos se rocen entre sí, provocando rigidez, dolor y pérdida del movimiento en la articulación.

Sinonimia

Gonartrosis, artrosis femorotibial.

Clasificación

De acuerdo con la posibilidad de determinar o no los factores, las artrosis de rodilla se clasifican en secundarias o primitivas.

Etiopatogenia

Las alteración inicial ocurre a nivel del cartílago articular. En la zona de mayor presión se producen fisuras, fragmentación y fibrilación del cartílago.
Desde el punto de vista bioquímico, primeramente ocurren alteraciones metabólicas, pérdida de la condromucoproteína de la sustancia intercelular, disminución del condroitinsulfato y conservación del queratosulfato, todo lo cual es resultado de un trastorno del metabolismo.
El cartílago pierde sus propiedades, sobre todo la de distribuir uniformemente las presiones y reparar daños hístico; de esta forma se establece una lesión progresiva que es agravada por factores diversos.
Se han enumerado varios factores predisponentes de la lesión inicial o aceleradores de esta (Mercer, Copeman), los cuales pueden ser locales y generales.

Factores locales

  1. Traumatismos articulares y paraarticulares.
  2. Microtraumatismos por el uso.
  3. Malformaciones congénitas y adquiridas.
  4. Enfermedades articulares y paraarticulares locales.

Factores generales

  1. Envejecimiento.
  2. Alteraciones genéticas.
  3. Alteraciones endocrinometabólicas.
  4. Obesidad.
  5. Enfermedades vasculares.

La incidencia de varios de estos factores o bien la acción determinante de algunos de ellos, pueden ocasionar daños primarios.
La lesión inicial a nivel del cartílago evoluciona en varias etapas: inicialmente es de color blanco brillante nacarado; después se presentan manchas amarillentas deslustradas, opacas, y más tarde se observa ablandamiento y fisuración debido a fragmentación y fibrilación del cartílago. Finalmente este se destruye, y en las radiografías se observa un pinzamiento de la interlínea articular.

Manifestaciones clínicas

El dolor es el síntoma predominante, y es generalmente de tipo funcional o mecánico. Se origina al comenzar la marcha y se alivia con el reposo. Es comúnmente el motivo de la consulta.
La incapacidad funcional es con frecuencia otro síntoma presente en estos casos. Entre los signos físicos llama la atención la deformidad angular en varo o en valgos; esta es muy común y es causa frecuente de consulta después del dolor.
Otros signos son la hidrartrosis, la atrofia del músculo cuádriceps, la limitación del movimiento de flexoextensión, la inestabilidad articular, la rigidez, las várices, los crujillos articulares, el aumento discreto de la temperatura local y el acortamiento.

Diagnóstico

Diagnóstico positivo

El diagnóstico positivo es fácil y se basa en el interrogatorio, el examen físico y los datos del examen radiológico. En la primera fase de la enfermedad el diagnóstico puede resultar difícil por la ausencia de suficientes elementos.

Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial requiere la investigación exhaustiva de los factores causales señalados en la etiología.

Curso y pronóstico

Esta afección es de curso lentamente progresivo, y por lo general requiere tratamiento para el alivio del dolor, la deformidad y la impotencia funcional.

Tratamiento

Comprende los tratamientos profilácticos, conservador y quirúrgico, además de la rehabilitación.

Tratamiento profiláctico

Debe ir dirigido a eliminar los factores causales y predisponentes, como son las fracturas mal consolidadas, las malformaciones congénitas y adquiridas, las enfermedades articulares, la hidroartrosis, la obesidad, los cuerpos libres articulares y las lesiones de los meniscos. Se comprende que el diagnóstico debe ser precoz.

Tratamiento conservador

Consiste en el tratamiento medicamentoso sistémico y local, además de la fisioterapia.
Entre los medicamentos sistémicos se encuentran los analgésicos del tipo de la aspirina y el salicilato de sodio, que constituyen la primera línea en el alivio del dolor. En ocasiones es necesario utilizar algún miorrelajante (mefenesina, metocarbamol, calmid, etc.). Son efectivas las pequeñas dosis de algún tranquilizador, preferiblemente meprobamato, diazepam y clorodiazepóxido. El destropropoxifeno asociado a la aspirina o al salicilato de sodio ha resultado muy útil.
Hoy se dispone de muchos otros medicamentos para aliviar el dolor, entre estos se encuentran los derivados del ácido propiónico (ibuprofen, fenoprofen, naproxen, etc.), y también sulindac, alclofenac, feldene y paracetamol.
Los corticosteroides no los recomendamos en el tratamiento de esta afección debido a sus efectos colaterales, los que resultan agravantes cuando es necesario utilizar estas grogas por períodos prolongados, como en el caso de esta enfermedad.

Tratamiento quirúrgico

Se aplica en los casos siguientes:

  1. Pacientes con rodilla dolorosa y signos radiológicos clásicos de artrosis, los cuales no mejoran con el tratamiento conservador no la terapia física durante varios meses.
  2. Deformidades en valgo o en varo, progresivas o graves.
  3. Sobrecarga en uno de los compartimientos femorotibiales.
  4. Impotencia funcional progresiva o grave.

Se dispone esencialmente de tres técnicas quirúrgicas para la solución de este trastorno: artrodesis, artroplastia y osteotomía.
La artrodesis y la artroplastia están indicadas en los casos con graves alteraciones de la articulación femorotibial.
La osteotomía tiene lugar en los pacientes con artrosis femorotibial ligera o moderada asociada a una deformidad en varo o en valgo. Se hace con el objetivo de corregir la desviación y aliviar las zonas articulares sometidas a hiperpresión, mediante el traslado del apoyo del peso del cuerpo hacia las zonas sanas del cartílago articular. La modificación de las áreas de apoyo origina cambios biomecánicos a nivel del cartílago articular y la regeneración de este.

Complicaciones

Entre las complicaciones específicas se pueden observar las graves deformidades en valgo o varo, la inestabilidad articular, la limitación funcional y la atrofia del cuádriceps.
A consecuencia del tratamiento mediante osteotomía pueden presentarse las complicaciones siguientes:

  • Lesión arterial.
  • Hipercorrección o hipocorrección.
  • Desplazamiento de los fragmentos osteomizados.
  • Lesión dek nervio ciático poplíteo externo.
  • Necrosis de la piel.
  • Fractura del platillo tibial.
  • Infecciones superficiales o profundas.
  • Reacción al material utilizado en la osteosíntesis.
  • Seudoartrosis.
  • Consolidación viciosa.
  • Necrosis del platillo tibial.
  • Rigidez de la rodilla.
  • Irritación simpaticorrefleja.
  • Embolia grasosa.
  • Tromboembolismo e infarto del miocardio.

Rehabilitación

Se indican ejercicios activos isométricos seguidos inmediatamente de ejercicios de flexoextensión y más tarde de activos progresivos resistidos hasta lograr un potencial igual o mayor al del lado sano.
El apoyo precoz del peso del cuerpo es recomendado en el caso de una excelente inmovilización, tanto interna como con el fijador externo. Sin embargo, aplazar la carga del peso del cuerpo por unos 3 meses puede contribuira una mejor reorganización y regeneración del cartílago articular y a resultados superiores a largo plazo.
La actividad física moderada en forma regular ayuda a disminuir la fatiga y a fortalecer los músculos y los huesos, a aumentar la flexibilidad y resistencia, y a mejorar la sensación general de bienestar.

Fuente