Canto mozárabe

Canto mozárabe
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Concepto:Es la expresión musical asociada a la liturgia hispánica

Canto mozárabe. Se conoce como canto mozárabe a la expresión musical asociada a la liturgia hispánica, propia de la Iglesia visigoda española. Se mantuvo vivo durante varios siglos hasta que desapareció en el siglo XIII. El único lugar en el que se conservó fue en la catedral de Toledo. Posteriormente, el papa Juan Pablo II, amplió los permisos y permitió reinstaurar capillas mozárabes en las catedrales de Córdoba y Salamanca y su canto en todos los lugares de España que así lo requieran. Sus raíces llevan a los primeros tiempos de la cristianización y a su vez a la liturgia judaica. De este repertorio musical hispanovisigodo o mozárabe se conservan 45 códices, escritos fundamentalmente entre los siglos X y siglo XI. Especial importancia tiene el famoso Antifonario de la catedral de León.

Historia

En los primeros siglos de la Edad Media, no se usaba una sola liturgia, sino varias en las tierras que el Cristianismo había alcanzado ya a principios del siglo IV. Esto, debido a la diversidad de iglesias existentes que dieron lugar a diferentes liturgias independientes de Roma. Las que podían identificarse fácilmente, como la Liturgia ambrosiana o milanesa, la Liturgia hispano Visigoda o Mozárabe, la Liturgia galiciana, la Céltica (irlando- británica), la Liturgia romana, y finalmente en oriente, la bizantina y la siria.

Frente a estas disímiles liturgias de una misma iglesia cristiana romana, el papa Gregorio I, o Gregorio Magno, recopila y organiza una serie de cantos romanos y los establece como obligatorios de la liturgia cristiana; siendo los Benedictinos de la orden de Cluny junto al papado quienes impulsan esta liturgia franco-romana y el canto gregoriano por toda Europa.

Sobre la liturgia del Canto mozárabe en España se puede decir que sus raíces están fuertemente fijadas en los primeros tiempos de la cristianización, así como también en la liturgia judaica.

Este riquísimo y culto rito mozárabe, no sufre alteración o cambio en su uso, hasta mediados del siglo XI en que oficialmente Alfonso VI de Castilla convocó un concilio general de sus reinos en Burgos en el año 1080, en que declaró oficialmente la abolición de la liturgia hispana o mozárabe sustituyéndola por la romana. No obstante dicha prohibición, se siguió utilizando por los cristianos.

Sin embargo, durante la reconquista de Toledo en 1085, como concesión en el pacto de conquista, seis parroquias toledanas obtuvieron permiso para conservar la antigua liturgia y el canto mozárabe hispánico se mantuvo a partir de esa fecha solo en las comunidades cristianas bajo dominio musulmán, denominadas Al-Andalus y cuyos centros serán: Córdoba, Sevilla, Toledo y Zaragoza.

Características

Una de las singularidades más acusadas dentro del conjunto de la liturgia mozárabe, es, sin duda alguna, la musical, exteriorizada en su canto. Al propio tiempo, dicha singularidad es la más desconocida, puesto que, si bien el conocimiento de los distintos manuscritos en los que se contiene ha llevado al de los neumas mozárabes, sigue sin descubrirse la clave de las melodías, dado que, no existiendo líneas, las notas se escriben en campo abierto sin pautada alguna.

Tal vez, por ello, el canto tradicional mozárabe, o por adecuarlo a la actual nominación oficial de hispano-mozárabe, ha quedado libre hasta el presente de las "revisiones" que recientemente vienen imponiéndose en el ritual tras los sucesivos ensayos de los expertos designados, a pesar de la amplia diversidad interpretativa existente entre el resto de los estudiosos.

Mario Ferotin publicó en 1912 su famoso Liber Mozarabicus Sacramentorum, comprensivo de un catálogo completo de los manuscritos que examinó, entre ellos los concernientes al canto, que ascienden a veinte.

Junto a esta diversidad distributiva y de ubicación por diversas circunstancias históricas, los expertos coinciden en su diferenciación de contenido musical, por referirse de manera más o menos completa a variedades de misas, oficios, administración de sacramentos, funciones solemnes de Semana Santa, de las de Pascua y funeral.

Notación

La notación mozárabe, es neumática, basada en la combinación de acentos agudos y graves, al igual que la gregoriana, si bien se diferencia de la misma no sólo por sus particularidades caligráficas sino por la abundancia de formas utilizadas para expresar las diferentes formas de sonidos.

Escrituras

La escritura en los diversos manuscritos es, bien horizontal como en los toledanos, o bien vertical como en el resto, siendo el Antifonario de León el más preciado muestrario por su elegancia, claridad y composición de figuras.

Las notas simples se representan, bien por puntos o por virgas, que según sus diferentes formas e inclinación, proporcionan los elementos del resto de las figuras, ofreciendo auténtica complicación al poderse reemplazar las virgas por puntos redondos semicirculares y ondulados, así como que su lectura se realice de derecha a izquierda o de arriba a abajo, pudiéndose doblar los valores de las notas mediante repeticiones, fusiones.

Ritmo

Otra singularidad del canto reside en el ritmo, que agrava la dificultad de interpretación, puesto que las figuras no parecen tener relación con la altura más o menos absoluta o relativa de los sonidos por ellas expresados. Todo ello, independientemente de la fidelidad de los copistas al reproducir en los actuales códices existentes las primitivas transcripciones que proceden básicamente de San Eugenio y de otros prelados toledanos.

La reforma y compilación del ritual llevada a cabo por el cardenal Cisneros llevó aparejada la edición de libros de canto. Así pues, en la Capilla Mozárabe existen cuatro cantorales, de los que dos de los mismos contienen las misas de todo el año. Otro, que llaman Libro de Laudas contiene el Oficio de difuntos y las vísperas de los santos titulares de las iglesias mozarábigo-toledanas. El cuarto, titulado Offerentium es un extracto del misal y de los Cantorales, tal vez realizado más posteriormente, en el siglo XVIII y contiene los cantos del Ordinarium Missae.

En estos cantos se reproducen con autenticidad antífonas mozárabes, tales como las "ad Pacem", "ad Confractionem panis", la de "ad Accedentes", las de Cuaresma y la de los difuntos, todas ellas de verdadera hermosura, si bien aparecen entremezcladas con otras de dudosa antigüedad.

Las máximas autoridades eclesiales responsables del rito han venido poniendo su principal acento en la revisión del rito, con la carga polémica de su no muy afortunada conclusión, a juicio de buena parte de los estudiosos del tema, sin que sepamos existan orientaciones o aspectos concretos para impulsar la más cuidadosa práctica musical del tesoro contenido en el repertorio melódico de antífonas y rituales.

Fuente