Combate de La Ayuíta (1958)

Combate de La Ayuita
Información sobre la plantilla
Fecha:mayo de 1958
Lugar:Sagua de Tánamo
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba y Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos


El combate de La Ayuita se libró en los primeros días de mayo de 1958, Una columna integrada por dos compañías, bajo el mando del teniente coronel Cañizares Valdivia e integrada por el jefe del escuadrón de Mayarí comandante Miguel Pino Águila y el capitán Agustín Martínez hicieron un reconocimiento por La Ayuita.

Historia

Habían recibido información que en la zona operaba un grupo guerrillero. Los mismos rebeldes permitieron que esa información llegara a oídos del enemigo. La idea era atraerlos al camino de la Canoa que estaba rodeado de alturas. Situaron una avanzada armada de escopetas en un bohío abandonado. Estos se dejaban ver de los caminantes. El ejército cayó en la trampa. Los guerrilleros dijeron por esta trampa:

Todo el que pasó en esos días por el camino vio postas de escopetas amarradas con alambre.[1]

Hasta aquellos momentos en la zona operaban pequeños grupos de escopeteros mal armados y con escaso parque. No se podían enfrentar con éxito a una fuerza enemiga.

Ante la perspectiva de una rápida incursión, sin encontrar resistencia importante, el enemigo trasladó dos compañías bajo el mando del teniente coronel Cañizares Valdivia) a Cananova, en el municipio Sagua de Tánamo.[2]

En Casanova situó su base de operaciones. Lo determinante para escoger ese lugar era la existencia de una pista de aviación. Si bien la aviación fue importante para todos los escuadrones, para el caso del 74 el papel de esta arma fue mucho mayor. Existían avionetas supeditadas a la jefatura del regimiento pero no a los escuadrones. En el caso del escuadrón 74, de Mayarí, se daba un caso interesante. Este comprendía los municipios de Mayarí y Sagua de Tánamo, una zona montañosa, en la época de lluvias las comunicaciones se hacían en extremo difíciles.

Algunos vecinos que tenían cierto poder económico adquirieron pequeñas naves aéreas que transportaban a los que pudieran sufragar este tipo de viaje a los centros urbanos más cercanos. Algunas de estas naves fueron utilizadas por el ejército en labores de exploración y enlace. En esta operación el ejército contaba con dos avionetas que situaron en la pista de Cananovas. El comandante Pino y el capitán Martínez abordaron sendas avionetas y se dirigieron a la zona donde actuarían sus fuerzas. Sobrevolaron en las primeras horas de la mañana del 13 de mayo ese territorio. Lograron localizar a los guerrilleros y lanzaron granadas sobre ellos. Regresaron a Cananovas. Allí le informaron al teniente coronel José Cañizares Valdivia, jefe de aquella fuerza. Alrededor de las 10 a.m. se inició la marcha. [3] La caravana la integraban nueve carros de ellos, tres jeep y el resto camiones. En el campamento establecido en Cananovas se dejaron dos pelotones y una ametralladora calibre 30.

En la vanguardia de la columna del ejército marchaba la compañía bajo el mando del capitán Martínez. Este situó en la extrema vanguardia un pelotón bajo el mando del teniente José M. Fernández. En el centro avanzaba otro pelotón. La llamada Compañía Especial, bajo el mando del comandante Pino Águila junto con el teniente coronel José Cañizares, marchaba detrás de la del capitán Martínez.

Armamentos

Los revolucionarios estaban formados por una pequeña fuerza de unos 20 hombres. Eran miembros de la columna 6 Frank País. Estos contaban con 3 garand, 3 sprinfeld, una escopeta automática y un antiguo fusil monocapsular de las guerras de independencia. El resto eran escopetas de un solo tiro y algunos soldados iban desarmados.[1] Tenían más armas y de mejor calidad que los escopeteros, que hasta aquellos momentos operaban en la zona, pero la correlación de fuerza estaba absolutamente a favor del ejército. Sin embargo, contaban con las ventajas que le ofrecían el terreno y la rigidez académica del enemigo. Las seis armas de guerra les permitieron disparar desde posiciones distantes y bien protegidas contra los soldados. Además con una mayor precisión que las escopetas. Los guerrilleros decidieron aprovechar las ventajas del terreno.

La fuerza del ejército se desplaza en jeep, camiones y camionetas pero ningún vehículo cuenta con blindaje. La marcha la inicia el teniente Fernández en un jeep con tres soldados, luego dos camiones con una compañía, después en otro transporte el comandante Pino Águila y el teniente coronel Cañizares, a continuación otros camiones con más fuerza y luego un pelotón de retaguardia. Llegan a la Ayuita en esta formación y continúan pese a que saben de la existencia de fuerza enemiga. Avanzan por un camino que tiene:

Al frente y a los dos flancos alturas dominantes.[4]

Los rebeldes reconstruyeron esta acción muchos años después y describieron en estos términos la posición que tenían:

"...una altura dominante que bloquea el camino de La Ayuita permiten observar el movimiento de la columna enemiga y a la vez brindan la protección necesaria para el combate.[1]

Combate

Los insurrectos tenian una ventaja sobre los batistianos conocen el itinerario del enemigo. Apenas la caravana toma el camino de la Canoa son avisados. Esto le permitio tomar posiciones y preparar la emboscada. La inteligencia militar rebelde es muy superior a la del ejército. Una de las bases fundamentales era la colaboración espontánea de los vecinos de los barrios y campos. El teniente Fernández envió a un cabo y un soldado hacer una exploración a pie, pero cuando esta se iniciaba les ordenó regresar y continúo en el jeep. Los rebeldes abrieron fuego y los soldados se desplegaron. El ejército tiene tres muertos y seis heridos. Acaban retrocediendo y abandonan el campo de combate.

Las tropas del escuadrón estaban impactadas, pues en lugar de recibir un esporádico fuego de escopetas de caza se encontraron bajo los disparos de fusiles de guerra. Una escopeta de cartucho tiene un alcance muy limitado y además su efecto en el cuerpo, generalmente, no es mortífero a menos que se dispare de cerca. Durante el desarrollo de la acción los seis heridos del ejército fueron retirados a una casa vecina. Allí se les atendió, según las posibilidades de una unidad en campaña. No debieron ser muchas, pues no tenían médicos. Los heridos fueron retirados hacia el campamento en Cananovas cuando lo hizo la unidad en su totalidad. En horas de la noche es que llegaron a ese lugar desde donde los conducen en un avión a un centro hospitalario.[5]

Fue la primera acción donde las fuerzas del regimiento son contenidas por una tropa rebelde en el territorio del regimiento número 7 de la guardia rural.

Fuentes

  • Abreu Cardet, José (2010): «El Patria bombardea Gibara», artículo publicado el 20 de noviembre de 2010 en el sitio web de Radio Angulo (Cuba). Consultado el 23 de junio de 2015. José Abreu Cardet es historiador de monumentos y sitios históricos.