Contrabajo

Contrabajo
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Contrabajo

Instrumento musical perteneciente a la familia de los cordófonos
Clasificación

Instrumento de cuerda pulsada

Instrumentos relacionados

violín, viola, violonchelo

Desarrollado

siglo XVIII

Músicos

Orestes Urfe, Cachaíto, Gastón Joya, Percy Heath, Israel Cachao López, Charles Mingus.

El contrabajo es un instrumento musical perteneciente a la familia de los cordófonos de cuerdas frotada con arco y pulsación. Es el instrumento de cuerda más grande y el que posee el sonido más grave, además es un instrumento transpositor, suele tocarse como solista y como acompañante, al aire o pisado y sus cuerdas se pueden tocar con arco o a pizzicato o pellizco.

Partes del contrabajo

Partes del contrabajo
  • voluta.
  • clavijas de afinación.
  • cejilla del diapasón.
  • diapasón.
  • arco superior.
  • tapa o caja armónica.
  • arco central.
  • oído en efe.
  • filete.
  • arco inferior.
  • cordal.
  • cejilla de la tapa o caja armónica.
  • botón o puntal.

Partes del arco

Partes del arco
  • talón y
  • punta

Tiene varios complementos:

  • botón.
  • nuez.
  • ojo París.
  • anilla.
  • vara.
  • cuero.
  • montura o entorchado.
  • cerdas.
  • cabeza o placa.

Historia del contrabajo

El contrabajista cubano Jorge Reyes (La Habana, 1951)
Georgia Aguirre González (La Habana, 1965)

El origen del contrabajo, el mayor miembro de la familia de las cuerdas frotadas, ha suscitado enardecidas discusiones entre los expertos. No existe unanimidad cuando se trata de decidir de qué instrumento deriva, aunque sí está claro que a partir del siglo XVIII adquirió entidad propia dentro del grupo de las cuerdas. Sin embargo, su emancipación en el ámbito musical puede considerarse ciertamente tardía en relación a otros instrumentos. Quizá todo ello se deba al hecho de que, inicialmente, forma, tamaño, afinación y arco ―es decir, los rasgos que lo definían― eran variables. La viola da gamba, la silueta del violonchelo o la característica forma de pera constituían algunos de los tipos de modelos en los que los luthiers se inspiraban para su construcción.

El contrabajo puede definirse como el segundo instrumento más grave de la familia de los violines, aunque presenta notables diferencias en relación a ellos.

Su origen se remonta al siglo XVI y fue una evolución de la viola da gamba y del violone bajo. Su gran tamaño, por aquel entonces mayor que el actual, lo dejó al margen del cuarteto de cuerda, formado por dos violines, una viola y un violonchelo. Hay quien afirma que el contrabajo no puede considerarse un verdadero miembro de la familia del violín, y es que a finales del siglo XV su forma era la del violone a corde, el miembro más grande de la familia de la viola, que tenía unas dieciséis cuerdas. A mediados del siglo siguiente, un intermedio florentino compuesto por Stiggio y Corteggia dedicaba una de sus partes a un “sotto basso di viola”, sin que pueda afirmarse si se trataba de un solo de contrabajo de viola da braccio o de viola da gamba.

A principios del siglo XVII, el musicólogo Michael Praetorius describió un instrumento de cinco cuerdas llamado «violone». También conocido como «contrabajo de viola da gamba» o «contrabajo de violón», parece ser el antecedente inmediato del contrabajo actual. La afinación de este enorme prototipo, que medía más de dos metros, era similar a la del contrabajo actual. Los sonidos que producía eran una octava inferior a los que el intérprete leía en la partitura, particularidad que se ha mantenido hasta hoy.

El contrabajo deriva de una combinación de elementos propios del violín y de la viola da gamba. Del primero conserva, entre otras, las características aberturas de resonancia en forma de “f”, la inclinación hacia atrás del mango, el número de cuerdas ―generalmente cuatro― y la terminación en voluta del clavijero. De la viola da gamba, el contrabajo ha heredado el cuerpo con ángulos discretos, el adelgazamiento central y los hombros caídos.

Las características físicas que ha presentado históricamente el contrabajo no se reducen únicamente a las propias de la evolución temporal. Su procedencia geográfica ha marcado la existencia de diversos modelos que todavía perviven. En general, puede afirmarse que en Alemania se adaptó la silueta de la viola a la construcción del contrabajo. El resultado fue un instrumento con los hombros del casco sesgados y el fondo plano.

En Italia, en cambio, se construyeron numerosos ejemplares con esquinas propias del violín y fondo curvo, a pesar de que siguió manteniendo la silueta de las violas. Los contrabajos de los siglos XVI y XVII poseían habitualmente cuatro o cinco cuerdas, aunque en ocasiones podían llegar a tener seis.

No fue hasta mediados del siglo XVIII, cuando finalmente se estableció la afición por cuartas, que el contrabajo sucedió de forma definitiva a los violones y violas da gambas. A pesar de ello, los compositores no le prestaron demasiada atención durante esos siglos.

Su gran tamaño, así como las gruesas cuerdas de tripa, lo hacían poco manejable. Estas cuerdas daban un sonido profundo y estaban enrolladas en el clavijero, que entonces era de madera de ébano. Posteriormente, la inclusión de cuerdas más finas hizo posible la reducción del cuerpo del instrumento y, por consiguiente, facilitó la interpretación.

La situación del contrabajo en el ámbito musical del siglo XVIII distaba mucho de ser satisfactoria. Esta agonía se prolongó hasta la entrada en escena de Doménico Dragonetti (1763-1846), que promovió su inclusión definitiva en la orquesta.

Durante los siglos XVIII y XIX el instrumento ganó notoriedad en los salones de conciertos de las principales capitales europeas y pasó a ocupar definitivamente un lugar destacado en el ámbito musical.

En los siglos XVIII y XIX coexistieron tres bajos de cuerda (a menudo afinados en la2, re3 y sol3), que sobreviven en la música folclórica de la Europa del este. Los antiguos bajos de los siglos XVI y XVII tenían cuatro o cinco cuerdas (excepcionalmente seis). Las orquestas de baile modernas añaden una cuerda aguda a los contrabajos, afinada en do3. Hasta el siglo XIX los contrabajistas usaron arcos con la vara curvada hacia afuera en relación con el encerdado; mucho después de que fuera normal el arco curvado hacia adentro en el violín, la viola y el violonchelo. El arco antiguo sigue en uso junto a los arcos modernos desarrollados en el siglo XIX

Descripción

Tiene generalmente cuatro cuerdas, que, al contrario de los otros instrumentos de su familia ―como el violín o la viola, que poseen cuerdas afinadas por quintas ascendentes―, se afinan por cuartas ascendentes (mi-la-re-sol, desde la 4.ª cuerda, más grave, a la 1.ª, más aguda), aunque también los hay de cinco, en los que la quinta cuerda se afina en un do o un si más grave que la cuarta cuerda.

Es el segundo mayor y más grave de los instrumentos cordófonos, superado solo por el octabajo, el cual da sonidos dos octavas más bajos que el contrabajo. Por eso, hasta tiempos relativamente recientes, muy pocas veces se usaba como solista. El primer contrabajista virtuoso fue Domenico Dragonetti.

Su sonido se produce por la vibración de las cuerdas al ser frotadas con un arco, aunque puede también producirse pulsándolas con las yemas de los dedos, al modo del bajo eléctrico o el tololoche, técnica que recibe el nombre de pizzicato o pellizco.

Contrabajo eléctrico

Pavel Molina (La Habana, 1975).

El contrabajo eléctrico es una versión amplificada electrónicamente del contrabajo acústico, con un cuerpo de dimensiones mínimas que reduce considerablemente su peso y facilita el transporte del instrumento. Aunque mantiene muchas de las características técnicas del Contrabajo, el Contrabajo eléctrico ofrece, dadas las peculiaridades de su construcción y su naturaleza eléctrica, una gama de sonidos diversa ydifentes a la del instrumento en el que se basa, mientras que por sus características físicas permite al ejecutante una serie de técnicas que le estarían vedadas en el contrabajo tradicional.

Descripción

La longitud de escala del contrabajo eléctrico varia notablemente según el modelo, desde las 42 pulgadas del contrabajo hasta las 30 del bajo eléctrico de escala corta, que usan algunos instrumentos diseñados específicamente para hacer menos traumático a los bajistas eléctricos el paso al contrabajo. Del mismo modo la afinación es variable según el modelo y el número de cuerdas, pero lo más usual es encontrar contrabajos eléctricos de cuatro cuerdas con la afinación de contrabajo, esto es, mi, la, re, sol.

La ausencia total o parcial de cuerpo en el contrabajo eléctrico permite el uso de una técnica de pulsación estándar también en el registro agudo del instrumento, al contrario de lo que ocurre en el contrabajo tradicional, que requiere la llamada "posición del pulgar".

Amplificación

El contrabajo eléctrico de cuerpo sólido, como el bajo eléctrico produce una señal de salida muy débil que debe ser amplificada para poder ser percibida. Existen modelos de media caja que producen un sonido acústico suficiente para permitir el estudio, pero de volumen no comparable al contrabajo tradicional.

Para poder amplificar el sonido, la vibración de las cuerdas debe ser captada mediante pastillas magnéticas semejantes a las usadas en guitarras eléctricas, mediante pastillas piezoeléctricas situadas generalmente en el puente o bien mediante una combinación de ambas. Se pueden conseguir buenos resultados mediante el uso de micrófonos piezo eléctrico ubicados en el cuerpo, usualmente bajo las patas del puente, que combinan el sonido de la cuerda a través del puente y la madera del cuerpo, dando una sensación más natural de caja. Esta señal eléctrica es posteriormente preamplificada y filtrada para ser enviada por último al sistema de amplificación.

Tipos de contrabajo eléctrico

Existen actualmente numerosas variedades de contrabajo eléctrico. Algunos, por ejemplo, no permiten el uso del arco pues emplean un diapasón plano, propio del bajo eléctrico en lugar de uno curvado, propio del contrabajo. Según el número de cuerdas, podemos encontrar modelos de 4, 5, 6 o incluso más. Existen además en el mercado modelos sin cuerpo, con cuerpo sólido (como el bajo eléctrico) o modelos semiacústicos con cuerpo de semicaja.

Similitudes entre el contrabajo eléctrico y el contrabajo acústico

Puesto que el contrabajo eléctrico no posee caja de resonancia, o emplea una de dimensiones mínimas, es mucho menos proclive que el contrabajo a problemas de ""feedback" en la amplificación. Para permitir el uso del arco, tanto el diapasón como el puente del instrumento deben ser curvados. Dependiendo del modelo, la imitación del sonido del contrabajo acústico puede ser más o menos lograda, como se puede imitar con más o menos acierto el sonido del bajo eléctrico sin trastes. Dado que el sonido en el contrabajo eléctrico viene generado en las pastillas es normalmente mucho más brillante que el del contrabajo acústico. Del mismo modo, la cualidad de las maderas empleadas en la construcción de contrabajos eléctricos tienen una influencia decisivamente menor en su sonido final, respecto al contrabajo, donde el tipo y la calidad de las maderas determinan casi unívocamente el sonido del instrumento.

Fuentes